Partida Rol por web

Todo el cuerpo se le tensa al ver a la reina ahí presente y los hechos vividos en esa celda se hicieron más patentes, como si se estuvieran sucediendo en ese momento. Un calor horrible comenzó a germinar en su pecho, unido a las palabras susurradas en esa oscuridad que como un gusano buscaban corroer la poca paz que había alcanzado durante aquel tiempo en que vivió como una persona normal. Se le hacía parte de otra vida, de otra persona. 

Apretando los dientes, no perdió el tiempo y juntó sus manos para lanzar un ataque hacia la reina, ese era su objetivo, incluso sobre todos los demás que la protegían, ella debía ser destruida. 

Mientras las palabras de la reina se disipaban, cada quien tomaba un blanco, mirándole fijamente y anunciando la batalla que estaba por comenzar.

Dawn fue quien se movió más rápido, llenando sus manos con una energía blanca y luego una naranja, las cuales se transformaron en fuego. El fuego salió disparado de su mano derecha, lo cual hizo que la bestia se parara en dos de sus patas para esquivarlo, pero esto hizo que expusiera su abdomen, por lo cual Dawn disparó una vez más con su rayo de hielo, golpeando a la bestia y haciendo que soltara un rugido. A pesar de ello, el compañero dragón de Dawn no se sintió intimidado y corrió hacia la bestia para darle un puñetazo en la cara pero ahora el gran zorro estaba alerta, por lo cual se cubrió con una de sus alas y luego golpeó a Ilify, el cual fue recibido por un automóvil.

Por otra parte, Lightning corre hacia Titiritera para darle un golpe pero esta logra detectarla a tiempo y su peluche gigante se pone de pie frente a ella, cubriendo el golpe y golpeándola a su vez con una de sus manos gigantes. Esto hace que Lightning retroceda pero como si se hubiera sido planeado, Calíope respalda el golpe y logra atravesar a Grim para llegar hasta Titiritera, logrando golpearle con una patada grácil y certera. Pero no todas las guerreras estaban en el mismo frente, ya que Animae corrió para atacar a Enola con su arco y al verla en el rango necesario, le disparó. En ese momento Enola había invocado su rifle flotante, el cual se encontraba listo para luchar y lo apuntó hacia Lightning para ayudar a Titiritera pero la flecha de Animae hizo que fallara su golpe. Los ojos ígneos de Enola se giraron hacia la guerrera del arco mientras un ser alado se dirigía a toda velocidad a Lightning, pero esta no se dejaría golpear otra vez y salta antes de recibir el golpe del titán.

Storm Angel, por su parte, comienza a girar a toda velocidad en su propio eje y una gran cantidad de rayos comienza a cubrirla hasta que imitan su movimiento y forman un remolino, el cual sale disparado hacia el cielo donde la imagen de la reina se encontraba, pero tras una risa malvada, se desvanece dejando el eco de su voz - No podrás evitar tu destino. Acéptalo - y la figura desaparece.

Platinium sangrante y malherida en el suelo, mira la escena y se concentra con toda su fuerza para que, de sus alas, caigan tres plumas, las cuales al entrar en contacto con el suelo, comienzan a tomar una forma extraña. Las tres formaban unos pequeños seres, los cuales parecían atender los deseos de la dragona.

Con ello, todos parecían listos para otro ataque.

El susto de una familia inmovilizada por el eclipse cuando Ilify golpeó su coche fue posiblemente de infarto, ¿se preguntarían que era la criatura que impactó contra su automóvil? Pero sin tiempo para preguntárselo el dragón solo se apoyó en el metal del vehículo empañando los cristales y reduciendo la temperatura ambiental, posó sus pies en el suelo y extendió sus alas, rodeándose, acumulando el helor bajo estas, en su interior movió sus manos reclamando para si mismo los vientos gélidos que provocaba.

Inspiró sus ojos del mas blanco y congelado ambiente y cedió su cabizbaja mirada fría, alzando su mentón con calma, y mirando al dragón su envergadura emplumada se extendió de nuevo, apoyó su pie en el coche y se impulsó hacia el dragón con la fuerza de unas alas poco entrenadas que si bien no servían para volar, eran perfectas como pequeña potencia añadida.

Sus brazos estirados hacia atrás, arremolinados cristales de hielo moviéndose en sus manos, y un acercamiento rápido hacia la criatura. Detrás de si, un coche que agradecerá que el sol vuelva a salir y un rastro de polvo blanco y azul fruto de la velocidad que acababa en un pasado tan cercano y momentáneo como reciente.

- ralentiza, araña, sacude, hiere, y purifica, o gran tormenta helada de etna - una voz de eco y grave se manifestaba desde la garganta de Ilify, concentrado en devolver el golpe recibido - ojo por ojo, y colmillo por colmillo - dijo empujando la tormenta de cristales de hielo enganchada por su llamado a las palmas de sus manos hacia la criatura que había perdido el rumbo.

En un momento un remolino en forma de tifón congelante atravesó al dragón dirigido en su totalidad a la bestia.

La guerrera Dragon estaba en guardia lista para atacar, pero no se esperaba que la bestia fuera hacia su compañero de armas Ilify. Este de inmediato reacciono lanzado un poderoso ataque, Dawn no se iba a quedar atras, rapidamente luego del ataque de Ilify la Dama dragon canalizo el ascua en su alma y lo disparo en una bola de fuego hacia la bestia, habia sido impacto directo.

Emocionada Cursed Dawn abrio sus alas y desaparecio de la vista de todos para aparecer detras de la bestia, concentrando el aire de la atmosfera en una rafaga de aire helada que disparo a la bestia, el resultado fue pesimo.

Dawn volo rapidamente hacia su compañero Ilify, miro si sus heridas eran graves y le dijó:

-No te esfuerces demasiado Hermano, recuerda que no luchas solo

La mano de la titiritera paso por sus labios, recogiendo un pequeño hilo de sangre por el golpe que había recibido, sus ojos parecían inyectados en sangre mas allá del color rubí. -Como quieras...con dolor. Grim! Los ojos del enorme peluche comenzaron a sacar un humo negro que le hacia parecer mas tétrico si aquello era posible, dirigiendo su enorme cuerpo hacia Caliope, sus nudillos con las afiladas garras crujieron durante unos instantes mientras los iba levantando rapidamente para descargar un zarpazo sobre su victima. -Acaba con ella! Grito con furia mirando a la chica que le había hecho daño. El brazo de Grim se dirigía a Caliope dispuesto a acabar con su vida.

Mientras tanto los peluches que había convocado la titiritera parecían que habían llegado bien, sus aullidos iban en aumento haciendo difícil el estar cerca de la manipuladora de peluches, era como si estuvierais en un horno crematorio con mas de una decena de personas quemándose en su interior y aullando de dolor. Cosa que a la titiritera personalmente le encantaba. Los peluches pequeños se dirigieron hacia Lightning a las ordenes de la titiritera. -Morid, nadie me toca lo habéis entendido! Los gritos son dulces melodías comparado con lo que os voy a hacer!

A medida que avanzaba junto a Lightning ambas nos preparábamos para asestar nuestros golpes y pese a que el ataque de mi compañera fue interceptado por el oso gigante que estaba bajo el control de la titiritera pude tomar ventaja de la situación para asestarle una patada en los morros. Después retrocedí con el impulso del golpe, flexionando las rodillas y apoyando las manos en el suelo.

— ¡Lo he conseguido! — Celebré antes de tiempo, ya que mi ataque solo había logrado mosquear todavía más a la mujer. De sus labios salió un hilillo de sangre que limpió con el puño y pude sentir como la ira iba creciendo en su interior. Inmediatamente después de ese cruce de miradas ordenó a su oso que acabara conmigo y sin titubeo alguno el peluche acató las órdenes golpeándome con las garras de su puño. Durante un instante el medallón que colgaba de mi cuello brilló para formar frente a mí un escudo de luz, además de una posición defensiva que adopté cruzando mis antebrazos en forma de equis. Pesé a que sus garras fueron detenidas durante algunos segundos el escudo finalmente cedió, haciendo posible el golpe del oso que me mandó a rodar malherida por el suelo.

Pese a las adversidades volví a reincorporarme sobre mis piernas para luchar una vez más. Ahora era de mis labios de donde fluía un hilo de sangre que también limpié con el puño. — ¡No-no voy a rendirme! — Y de nuevo, con unas palabras que trataban de alentarme a mí misma, el medallón del cuello volvió a brillar con intensidad para esta vez expulsar un rayo de luz dirigido hacía la titiritera.

Viendo como al menos tres de sus siervos habían aparecido Platinium les dice:

• Acabad con  la Titiritera… asi sus siervos de detendran y haremos que no puedan entorpecer al resto.

Decía mientras en el suelo mal herida observaba lo que sucedía con el resto, realmente la situación estaba bastante mal, no sabía que bando podría ganar ya que, aunque el del mal estaba en minoría parecía que era más poderoso que la unión de guerreras y dragones, mientras observaba en su interior seguía hablando con Chidori

• Tenemos que sobrevivir como sea… vamos, Chidori te protegeré como sea, te he estado negando hasta ahora, pero no lo volveré a hacer, solo nos tenemos a nosotras mismas para poder seguir adelante…
• No te esfuerces demasiado Platinium, no te preocupes, yo misma me he dejado anular… soy demasiado débil y no te he ayudado… decidí dejar que todo el peso recayera sobre ti
• No… no te preocupes… tenemos que salir de aquí… sobrevivir y demostrarles a todos que no somos algo que pueden traicionar una y otra vez

Mientras mantenía ese monologo interior trata de incorporarse o de moverse, tenía que sobrevivir y la única forma era escapando de allí si las cosas seguían estando como estaban.

Mi golpe no llegó a dar en su objetivo y vi como la Titiritera desaparecía de mi vista tras la enorme figura del peluche. Tan centrada en la peliverde no presté atención a su ''mascota'' y antes de darme cuenta me golpeó con uno de sus brazos. El golpe no fue fuerte, pero consiguió rechazar mi ataque.

Caliope me siguió y aprovechó mi ataque llegó hasta la Titiritera y la golpeó con una certera patada. La sonreí, levantándome para volver a atacar.

- Excelente golpe, Caliope, volvamos a intentarlo - le dije con la intención de correr de nuevo hacia la titan.

Sin embargo, me vi interrumpida cuando un disparo fallido pasó cerca de mi. Enola había intentado atacarme, pero por suerte, Animae me había salvado del disparo. Agité la mano para agradecerle a mi compañera. En ese momento, pude ver un ser alado que se dirigía hacia mi, ¿de dónde había salido? Frunciendo el ceño, me hice a un lado justo a tiempo. Los enemigos no paraban de venir y la situación se complicaba.

Era hora de ponerse seria. Me concentré en el siguiente ataque, invocando un ataque eléctrico en mi mano. Vi venir los peluches que la Titiritera había invocado, pero no perdí de vista mi objetivo. Levanté la mano sobre mi cabeza y un halcón formado de electricidad salió de mi mano dirigiéndose hacia la titánide.

Animae estaba satisfecha por lograr atacar a la mujer de ojos ígneos por un pequeño deseo interno que lo provocó. Ahora que estaba la contienda un poco definida, se encargaría de luchar contra esa titánide y no dudaba que si ella se ponía en aprietos sus amigas la respaldarían. Miró a Storm Angel para indicarle con señas si podría secundarla al igual que a Scarlet y se dispuso a seguir. 

Sin embargo, cuando nota que Ilify resultó herido, una parte de ella le suplicó verificar si se encontraba bien; más como una guerrera sabía que no era momento de ir a correr verificar su estatus físico. Simplemente confió en que debía estar bien y si se presentaba la oportunidad iría a su lado para decirle unas palabras.

Sin esperar mucho tiempo, la joven preparó otro ataque a la titánide de las armas de fuego y la examinó a detalle mientras disparaba otra flecha, esta vez apuntando a una de sus manos que sostenía un arma.

La reina había logrado deshacer sin problemas su ataque, había sido un impulso que le he había costado energía, pero era lo que se merecía aquel ser. Apretó los puños, debía unirse a sus compañeras, de esa manera, lograrían librar esta batalla final, pero en cualquier momento vería al zorro y su vida se terminaría en ese momento, no podría acabar con él, no podría, antes, acabaría con ella misma, porque incluso si lo intentara, seguramente fallaría. Pero esa orden, ahí, en su cabeza, martillando, una y otra y otra vez. 

su compañera Animae le hace un gesto, había que acabar con la titiritera, ya habían visto su poder y todo el problema que podría ocasionar, sin embargo, estaba casi sin energías, miró sus manos, las apretó, sólo un ataque más, o eso pensó. Se mordió los labios, pero era débil, ninguno de sus ataques daban resultado. Era débil, estaba maldita por la misma reina. 

- ¡¡Huracán de hojas!! - juntó sus brazos en forma de cruz en su pecho, y expulsó aquella energía, esta vez, contra la Titiritera, trabajarían equipo, incluso con los dragones para detener la oscuridad que quería arrebatarles todo. 

La batalla continuaba sangrienta y la tierra se estremecía ante los aullidos de la gigante y malvada bestia, mientras que los compañeros de esta se sentían peleando en su propia tierra. El eclipse les llenaba de fuerza para enfrentar a sus enemigos y su sed de sangre era más grande que nunca antes.

Dawn se impulsó con sus alas y formó una bola de fuego en su mano, la cual golpeó a la bestia con fuerza y su compañero la siguió, lanzando una gran tormenta helada que envolvió a la bestia, dejándola unos cuantos segundos suspendida en el aire, oportunidad que Dawn tomó para lanzar su ataque de hielo pero este nunca llegó pues la bestia enfurecida y liberándose de la tormenta de Ilify y abrió sus fauces. Tras un rugido, el interior de su hocico brilló y una descarga eléctrica vino de él en forma de cadenas, las cuales se dispararon hacia Dawn formando un remolino a su alrededor. El remolino la rodeó sin dejarle escapatoria y se cerró de golpe, estallando en un choque eléctrico tan fuerte que la dragona no pudo evitar gritar de dolor. La dragona, la cual había sido levantada por el remolino, cayó fuertemente contra el suelo. Se encontraba herida pero seguía en la batalla.

Las guerreras de cabello rubio seguían su batalla contra Titiritera, la cual ahora tenía 4 sirvientes consigo, pequeño, afelpados, nada amenazantes, sino fuera por la energía oscura que se desprendía de ellos. Lightning se prepara para atacar y levantando su hoz al cielo, invoca los rayos que caen del cielo, haciendo que su aglomeración forme un halcón que voló a toda velocidad hacia Titiritera. Grim trató de proteger a su señora pero vio que Calíope también iba a atacarle, así que se dirigió a ella y cuando esta extendió sus manos, la golpeó con fuerza lanzándola contra un auto, tal y como había hecho con su compañera anteriormente, pero esto no evitó que el halcón de Lightning llegara a Titiritera, quemando su piel a su paso. Storm vio cómo sus compañeras luchaban contra esta titánide y decidió unírseles. Girando su cuerpo a gran velocidad y formando una cruz con sus manos, lanzó el remolino de hojas a gran velocidad hacia Titiritera, la cual no pudo evitarlo. Se vio envuelta en este y fue levantada violentamente del suelo pero Grim la recibió antes que cayera igual que Dawn. La puso con cuidado en el suelo y aunque se encontraba malherida, aún podía seguir en la batalla. Yami trató de golpear a Lightning pero para el momento en que él le había atacado, el halcón ya había salido y la guerrera mágica pudo bloquear el golpe con su hoz. Los sirvientes de Titiritera se abalanzaron contra esta pero ella saltó con gran fuerza y con una pirueta en el aire, logró esquivarlos. Los sirvientes de Platinium, por su parte, corrieron hacia Titiritera y se lanzaron sobre ella, mordiéndola, atravesando su piel con sus lanzas. Uno por uno, Grim los lanzó lejos pero habían logrado herir a su maestra.

Enola seguía su lucha y miró a Animae, la cual le había golpeado otra vez. La chica ya estaba apuntando una de sus flechas hacia ella y Enola disparó su arma gigante hacia ella, al igual que el arma que flotaba, pero la destreza de Animae se hizo notar y mientras ella disparaba, la flecha ya había atravesado su hombro. Los disparos fueron desviados por esto, dejando a la guerrera del arco intacta.

Estaban listos para seguir luchando pero podían sentir una gran fuerza acercarse a toda velocidad. No sabían si se trataba de una guerrera mágica o de un titán. Solo podían sentir la velocidad de su proximidad.

Enola maldijo por lo bajo, saberse herida por una chica mágica le provocaba tal furia que podría vomitar sangre del puro coraje.

Olvidando todo lo demás se arrancó la flecha mientras sonreía de forma nada sana.

Te pagare con la misma moneda….

Esta vez su arma flotante fue la única que disparo contra Animae, en cambio ella alzo sus manos y abriendo su boca inhalo profundo. Poco a poco parecía estar lista para lanzar un grito, en cambio cuando comenzó a gritar… no se escuchó nada salvo una frase.

Kill all… -fue un sonido apenas más audible que el silencio, pero de alguna manera llego a todos.

…Ahí está…

…Atáquenla!!!

El entorno elegido se llenó de voces que clamaban ser aliados de los titanes distrayendo a la enemiga, sonidos de ataques de sitios donde no había nada, gritos, peleas amenazaban a Animae.

Tantas voces molestas, menuda parodia absurda escuchar a alguien animándolos, era algo molesto, sobretodo teniendo en cuenta el sentimiento de rabia que le influían al dragón, no pudo evitar sentirse insultado por una artimaña tan desagradable, tanto, que decidió cerrar de un puñetazo la boca de la bestia, pensando que aquellos sonidos creados por Enola, procedían del dañino aliento en forma de cadenas.

Dio unos pasos y se impulsó con pies y alas hacia arriba, golpeando con crudeza la mandíbula de la bestia con su propio puño, seguido de un revés de alas para dirigirse a un punto cercano del suelo vacío.

En cuanto a aquella energía aproximándose, (...) nunca le habían gustado las sorpresas, tenían la mala costumbre de llegar en el peor momento.

Cursed habia herido a la bestia y eso le agradaba, lastima que esto iba a tener consecuencias. La bestia se ensaño con ella en un demoledor ataque electrico, intento defenderse poniendo sus alas a manera de escudo pero la tormenta fue muy intenza. El dolor fue tan intenso que Dawn por un momento recordó la brutalidad que vivio en la ultima pelea de la guerra, con heridas abiertas y sangrantes que revelaban su carne viva a los enemigos, la dragona solo se lamia la sangre de la boca mientras seguia repartiendo puñetazos que volaban cabezas de Guerreras magicas y rompian quijadas de siervos oscuros por igual.

El recuerdo termino con la Dama Dragon callendo al suelo en su golpe seco, Dawn solo sentia mareos y unas ganas muy feas de vomitar sangre, cosa que hizo enseguida escupiendo sangre roja a chorros de su boca, Mamoru se concentraba por no caer inconciente y romper la sincronización ya que si el caia Cursed no podria usar el maximo de sus capacidades. Aún en su estado decadente podia oir a Dawn decirle--No vayas a dormirte Mamoru, nos sacudieron un poco pero esto no ha terminado- -Dilo por ti- -Replico Mamoru- -A mi me duele todo, no se si pueda moverme- -¡¡¡Niño llorón!!!, no sabes lo que es el sufrimiento realmente, si te caes ahora, si mueres, nunca podras ver a la cara a tu Abuelita en el cielo. Tampoco yo, si mi mentora o mi Incubator me ve así de debil y patetica me patearan de vuelta a la tierra hasta que haya dado un golpe mas. Mamoru, debemos dar al menos un golpe mas.- -Un......Golpe......mas .........

-Un golpe......mas.........solo un....golpe.....mas.....

Fue lo que decia Dawn mientras se paraba lentamente a costa de las quemaduras y la sangre perdida por el impacto. Se puso en guardia y concentrando su magia en un puño disparo una rafaga de aire helado a la bestia. Hecho esto sintió de golpe el cansancio que venia con la perdida de sangre. Mirando de un lado a otro Dawn encontro una saliente en un edificio derruido, abriendo sus alas de golpe La Dragona se metió ahi para tratar de descansar un poco, solo para recuperar algo de aire.

La lucha seguía dándose a su alrededor, Platinium se sentía totalmente inútil e impotente por no poder hacer nada, miraba a la bestia y a todos los titanes, como luchaban contra los dragones y las guerreras mágicas, realmente aquello era demasiado, estaba hecha totalmente un lio y no sabía realmente que hacer, solo estaba segura de algo y era que tenía que hacer pagar a Titiritera, por eso cuando sus sirvientes atacaron a la guerrera de la oscuridad no pudo evitar una leve sonrisa, sabía que eso no la detendría, pero al menos estaba dañándola. Por ello dice a sus sirvientes:

• Acabad con ella, destruidla… haced que muera, que no pueda enviar a sus aberraciones contra nadie mas

Desde donde estaba en el suelo casi no podía moverse, aun así trata de ponerse de pie mientras hablaba con su alter ego:

• Tenemos que sobrevivir… vamos, tenemos que… vengarnos.
• No, Platinium ese no es el camino… eso es lo que nos ha puesto en esta situación.
• Pero… pero no podemos fiarnos de nadie
• No… no es así… nosotras somos las que hemos traicionado…
• No, te equivocas, ellas nos traicionaron antes… ellas nos entregaron a ellos, nos mataron cuando confiábamos en ellas… y ahora… de nuevo
• Pero… no es así… estoy segura que no es así… debes comprenderles y escucharles

Se notaba en su cara las dudas y el dilema interno que estaba teniendo.

Cuantas veces estaba cayendo ya? Habia caído por culpa de aquel maldito hechizo y ahora todas parecían dispuestas a acabar con su vida. No era que no se lo mereciera pero no iba a dejarse llevar tan fácilmente. Escupió la sangre que emanaba de sus labios visiblemente agotada pero no acabada, apoyándose con la rodilla en el suelo para levantarse ligeramente ayudada siempre por su fiel Grim, al cual miro con un ligero brillo en los ojos. -Eres tan bueno Grim...me proteges y voy a tener que usarte otra vez como escudo...malditas sean...

Con un dedo, hizo acercar a todas sus pequeñas marionetas, todas ellas, como si se tratara de un escudo. -Cubreme Grim, necesitamos ganar tiempo. Dijo la titiritera mientras estaba siendo rodeada por todas sus marionetas como si se tratara de una enorme cúpula de maldad, debía aguantar el tiempo suficiente, no debia presionarse, no se ganaban las guerras solo atacando, debía recuperarse. Comenzó a balbucear unas palabras mientras extendía sus manos, dispuesta a crear su escenario para ocultarse y poder descansar lo suficiente para volver a atacar desde las sombras, esa era su forma de actuar, su especialidad.

Animea seguía guardando silencio mientras peleaba contra la titánide de ojos azules. Cruzó por su cabeza que el duelo se debatía entre tiradoras: armas de fuego contra el arco y flecha, pólvora contra fluidez, ambas como herramienta bélica. De esa manera, la joven guerrera no pudo evitar concluir que posiblemente su combate sería de los más prolongados, pues ahora sabía que su enemiga no era buena en ciertas cuestiones y ella no tenía ataques como el de sus compañeras.

No le divirtió el odio evidente que su contrincante rebosaba, por lo que no pudo evitar mirarla con cierta tristeza deseando que ese combate no fuese tan sangriento. Un lado de ella pidió conversar, pero Animae se mantuvo callada y preparó otra flecha para dispararle de nuevo. Jaló de la cuerda y lo soltó, esperando que la contienda terminase pronto.

Calíope sentía como poco a poco sus energías iban agotándose. Por un lado recibió unos cortes de las garras del oso de peluche que sumado al impacto contra el suelo y el poder que había utilizado en su fallido rayo de luz estaban dejándola del todo exhausta. Pero eso no iba a ser suficiente para detenerla, sus amigas y compañeras seguían dándolo todo para proteger a la Tierra y ella no podía ser menos, más aún cuando nadie había mostrado siquiera la más mínima intención de rendirse. Y tal y como se había propuesto, volvió a prepararse para atacar.

De nuevo pretendía tomar como objetivo a la titiritera, quien de alguna forma le estaba transmitiendo una sensación escalofriante a Calíope, como si estuviera apunto de hacer algo gordo. Por ello, tratando de evitar ese algo que desconocía, decidió usar de nuevo su rayo de luz con el cual podría detenerla. El medallón de su cuello se iluminó en cuanto se puso a canalizar su magia y justo cuando había reunido la energía suficiente para disparar el movimiento de uno de los peluchs de la titiritera la distrajo, provocando que el rayo se proyectara en otra dirección donde no había ni nada ni nadie.

— No puede ser... — Murmuró visiblemente deprimida, ya era la segunda vez que utilizaba su energía en vano.

el primer golpe había servido, pero sus compañeras y aliadas estaban cayendo a merced de los esbirros de la reina negra, pero no podían retroceder, no podían, estaban en un punto decisivo de esa batall que llevaba tanto tiempo sin resolverse, y aunque la luz no podría ganarle jamás a la oscuridad porque la una existía en razón de la otra y viceversa, era si posible mantener la oscuridad a raya, y por eso estaba ahí, las guerreras y los dragones, dando sus vidas por esta misión.

-¡ no harás nada! - exclamó con todas sus fuerzas, sus compañeras que atacaba a la titiritera habían fallado en sus ataques, mientras la peliverde parecía intentar preparar algo, había que detenerla - ¡huracán de hojas! - volvió a girar sobre su eje y cruzar sus brazos a la altura de su pecho para lanzar aquella ventolera que había resultado la primera vez, rogando que llegase a su objetivo, la titiritera.