Partida Rol por web

- ¡Gracias! - Habló una muy sonriente Joy Blessing. - Aprendo de un humano muy humano. - Le dijo a la vez que le guiñaba un ojo. - ¿Tú me llevas verdad? Podemos pasar por un autoservicio camino de tu contacto informático. No hay tiempo que perder. Corre en nuestra contra... - Afirmó con rotundidad. Y tras una breve pausa siguió hablando. - No fue un sueño. Richard, pasó de verdad. Creí que iban a retirarme, pero no. Me pidieron pases para huir de la ciudad... - Le confesó al fin.

Sonreí levemente-Gracias Joy, se hace lo que se puede-dije mirándola un instante, divertido-Si, descuida, conozco un sitio cerca de donde vive mi amigo-puse en marcha el coche cuando al final Joy confesó lo que yo ya sabía y fruncí el ceño inspeccionando su mirada.

-¿Y qué hiciste al final, qué les dijiste? sé sincera-fue lo único que pregunté esperando su reacción.

- No os prometo nada. Pero si os prometo que me lo pensaré y que bueno... No os enviaré a los Blade Runners. - Se autocitó textualmente. - Eso fue lo que les dije. Quién estaba al mando pensó en que esa era una solución aceptable. Luego me dejaron marchar. Podrían haberme frito allí mismo los circuitos, pero no lo hicieron... - Joy se mantuvo unos segundos en silencio. - ¿Qué hubieras hecho tú, Richard? - Le preguntó.

Miré a la N5 con comprensión, viendo si reacción desde una perspectiva más inocente y pensando en su autopreservación respondió de una forma aceptable y lógica-Has tenido una reacción más humana que la de muchos humanos-dije pensativo y con una amarga sonrisa.

-Como te dije yo no les habría ayudado pero no les habría disparado, aún siendo un Blade Runner, tengo corazón y darle una última oportunidad para escapar no me parece descabellado, sobre todo si fueran más que yo..-contesté mirando a Joy directamente a los ojos.

-No hiciste del todo bien, pero te comprendo. Aunque no debes olvidar cuál es tu misión y tu objetivo, no puedes ayudarles Joy, no, si quieres seguir viva-puse mi mano en su hombro de manera instintiva a modo de apoyo por su toma de decisiones con una pequeña sonrisa.

- Dudo entre dos cosas Richard. - Confesó. - Y ninguna de las dos es simplemente no hacer nada. - Bajó la mirada con expresión triste. - O ayudarles o cazarles. Curiosamente, mi parte replicante es la que quiere darles caza. He sido creada para eso y está en mi programación. Mi parte humana... Si puedo llamarla así, me invita a ayudarles. - Alzó la mirada buscando en los ojos de su compañero algo de comprensión. - No hacer nada puede traer mi destrucción. Ya me encontraron una vez y pueden volver a hacerlo...

-Uno no puede evitar sentir empatía por éstas situaciones, aunque no sean seres humanos, piensan y... sienten, por mucho que Tyrell lo haya intentado, al final desarrolláis sentimientos de apego, por eso os ponen fecha de caducidad, cosa que yo nunca entenderé..- pensé en Joy ¿Cuánto le quedaba a ella para "morir"? Ella se esforzaba en ser humana y lo conseguía pero luego todo aquel esfuerzo se esfumaría con su muerte, decididamente, no era justo..

-No les puedes ayudar así que si te encontraron una vez, tendremos que pensar en que hacer para que no lo hagan de nuevo o al menos poner medidas para que no te toquen un pelo, eres mi compañera y no voy a permitir que te hagan daño-sabido era que los N4 que nos asignaban eran como un suplemento, una ayuda, nuestro escudo antibalas pero no podía evitar pensar en que había compartido ciertas cosas con ella y no quería perderla..demasiadas horas empleadas enseñándola a ser humana como para que la liquidadora otros Replicantes..

La conversación proseguía mientras os dirigíais a ver al contacto de Richard. Era una parada obligada si deseabais saber lo que os había dado aquel replicante que se empeñaba en aparecer delante, y no podía ser precisamente para dejarse atrapar porque sin duda, eso podía llevarlo a cabo en ningún momento.

Todo ello le añadía un especial interés a aquel asunto. ¡Como si no tuviera ya bastante!

Finalmente, llegáis a la casa del conocido de Richard. El barrio es malo y está completamente a oscuras, pero no es la primera vez que estás por allí. Cuando llegáis al portal, Richard llama y una voz medio electrónica masculina surge del aparato.

-¿Quiénes sois? ¿Qué queréis? Sí venís a buscar al General os advierto que en estos momentos hay varias armas electrónicas apuntandoos al cuerpo, capaces de general miles de voltios que convertirán vuestros cuerpos en un amasijo de dolor y carne quemada.

Cuando llegamos al portal y llamé, la voz metálica me hizo sonreir-Deja de hacerte el duro, soy Richard y esos láseres de chichinabo no me impresionan, anda abre, que tengo un reto divertido para tí-dije sonriendo a Joy.

-Le gusta aparentar, no tiene ningún arma, son todas de pega- guiñécel ojo divertido.

Lo cierto era que quien fuera que vivía allí, parecía ser un paranoico. El típico que creía en historias de extraterrestres y en conspiraciones del gobierno. Lo primero eran casi con toda probabilidad paparruchas, aunque lo segundo era cada vez más probable a ojos de Joy Blessing. Era evidente que aquel hombre tenía mucho que esconder, o al menos eso creía. Sino... ¿De qué toda aquella parafernalia?

- Va a ser interesante... - Le devolvió la sonrisa a Richard.

La voz pareció gruñir detrás del interfono, pero finalmente, un zumbido indicó que abría la puerta, aunque fuese a regañadientes. Cuando entrasteis, visteis que en realidad, era un edificio enorme que parecía abandonado.

Subisteis las escaleras, porque el ascensor no funcionaba, y Richard, que conocía muy bien el lugar, caminó hasta llegar a una de las puertas, precisamente, la que peor aspecto tenía.

Estaba abierta.

-Eres un hijo de puta. Tienes suerte de que me caigas bien, porque esos rayos eran de verdad, tío. Hace dos noches le disparé a un repartidor de pizza porque no me había traído lo que había pedido, y te garantizo que funciona.

El tal Mr. General era un tío al que le sobraban kilos y varias bolsas de chetos, a juzgar por como tenía el suelo, lleno de restos y envoltorios vacíos. Estaba sentado delante de un teclado y cinco monitores, como si no hubiese nada más que aquello en el mundo, y en resumidas cuentas, salvo aquel pequeño espacio en el que estaba, el resto daba auténtico asco.

Sentarse en el suelo era un riesgo, pero hacerlo en el sofá, cuyo color ya no se podía distinguir y que presentaba manchas extrañas por todas partes, quizás fuese mucho mayor.

-Bueno, qué es lo que te pasa ahora. La última vez querías la dirección de aquella prostituta que... 

El hombre no terminó de hablar al ver que Richard no venía solo.

-¡Guuuaaaaau! ¡Un Nexus 4, modelo biensamblado con regulador actitudinal permanente! ¿Es tu nueva compañera? 

Mr. General no se levantó, pero se inclinó hacia Richard ligeramente y bajó la voz.

-¿Te la has tirado ya?

Cuando escuché el zumbido que desbloqueaba la cerradura mi sonrisa se amplió-Verás que sujeto Joy, vive en una pocilga, pero es muy bueno en lo que hace, de los mejores-fue lo único que dije mientras guiaba a Joy por el destartalado lugar. Desde luego nadie pensaría que allí habitaban formas de vida y menos aún un ser humano, mantener a General en la la calle me había resultado muy beneficioso en más de una ocasión.

Cita:

-Eh, cuida esas formas, recuerda que fuí yo el que te dejó libre de la trena, asi que compórtate o te llamaré por tu nombre real...-era una amenaza que siempre funcionaba, imponia mucho más Mr. General que Eugene Allison.

Cuando el hacker miró a Joy sonreí, General estaba a la última de todo, debía de conocer todos los secretos de la ciudad la Tyrell incluída.

Cita:

Fruncí el ceño contrariado-No digas gilipolleces y céntrate en lo que importa, toma-apoyé mi mano en su hombro apretándolo con fuerza y con la otra mano le puse la tarjeta de acceso ante las narices-Necesitamos saber que abre y rápido General, es un caso muy importante en el que la Tyrell está pringada, así que creo que te gustará-dije soltando mi garra de su hombro mirando a Joy.

-Ni se te ocurra sentarte en ese sofá hasta tú podrías coger cualquier cosa y eso que eres inmune a éstas guarrerías-dije con desagrado el basurero que era su piso.

Lo cierto era que aquel hombre era un ser bastante peculiar, entendido peculiar como "basura humana". Joy Blessing había conocido a muchos seres humanos durante su hasta ahora corta existencia y sabía que había humanos de todas clases.

Categorizar era un rasgo principalmente y humano. Aquella raza tenía por costumbre encasillar todos los elementos que les rodeaban por categorías. De esa forma eliminaban la individualidad de cada elemento de la tierra, pero a cambio conseguían tener organizado su entorno, algo que a la postre les resultaba muy práctico.

Joy también había empezado a hacerlo. Eso era quizás, con todo lo que había aprendido, uno de los rasgos que más la convertían o más bien la asemejaban con los humanos.

Aquel hombre, Mr. General, o como fuera que se llamara en realidad entraba dentro de la categoría "basura humana". Los elementos que conformaban ese grupo, tenían características en común como resultaba evidente. Vida caótica, comportamiento poco adaptativo, rasgos antisociales, disfuncionalidad...

- Si, ya se me ha tirado... - Dijo la replicante. - He sido programada con más de doscientas técnicas sexuales y también en más de quinientos juegos de entretenimiento. Mi compañero jamás se aburre conmigo. También me permite buscar ampliar experiencias por mi cuenta. - Le guiñó un ojo a esa escoria humana.

Citar aquellas frases, sin duda despertaría en aquel humano cierta curiosidad, como también haría volar su imaginación elevando su libido y eso, en una situación como en la que se encontraban, estadísticamente lograría mucha mayor colaboración en pos de una futura recompensa sexual por parte de Joy hacia él, que en ningún caso llegaría.

El "General" se rió a carcajada limpia, tanto que casi se le caen las patatas fritas que estaba devorando, pero rápidamente, alargó la mano para recoger la tarjeta que Richard le estaba ofreciendo.

-Vaya -comentó, limpiándose las manos aceitosas en los pantalones antes de cogerla para examinarla -. Estás metido en algo muy serio. ¿Sabes qué es eso? 

El tío sostuvo la tarjeta en alto delante de ambos.

-Esto es una tarjeta i.n.t. Una tarjeta inteligente, diseñada para responder únicamente a una persona, y solo a una, en virtud de su temperatura, peso, altura, voz y un montón de características propias. Esto es algo que solo tienen unos pocos elegidos, tío.