Partida Rol por web

Excelente!  Ya era hora que cambiara mi suerte en las iniciativas!  :p

¬¬

se me olvidó el ente. Por cierto, Iphrus sigue inconsciente. Obviad esa tirada suya de iniciativa.

Orden de inciativas:

• Escudero2 83
• Escudero1 72
• Alalonna 61
• Húren 22
• Bernard 16
• Hombre-Sauce 3
• Kelpie 2

El escudero 2 se ciñó a Húren con sus armas:

Ataque de escudero2 vs Esquivar Húren:

Fu + 1d10 vs Ag + 1d10:  12 vs4, Húren no logra esquivar.

Daño:

FU Húren +1d10+ vs FU Húren + 1d10=

14 vs 13= 1 pv de daño.

Apenas le rozó. No obstante, el filo de su espada hizo rasgar las ropas de Húren, y aún así su brazo también, aunque en poca proporción.

Turno de escudero 1.

El escudero 1 optó por atacar ahora a la mujer, y se lanzó contra ella salvajemente:

Ataque de escudero1 vs Esquivar Alalonna:

Fu + 1d10 vs Ag + 1d10:  22 vs 11, Alalonna no logra esquivar.

Daño:

FU Húren +1d10+ vs FU Húren + 1d10=

16 vs 17= No logra dañar a Alalonna.

El ímpetu e impulso del escudero Turik no hizo más que tambalear su brazo en la carrera y golpear débilmente a Alalonna, la cual apartó su arma su problema alguno.

Turno de Alalonna.

La guerrera se encontraba intentando derribar al escudero mago, cuando sintió que el otro escudero, trataba de atacarla a traición.

Con un rápido movimiento apartó el arma de su oponente para evitar el ataque, pero no llegó a parar de todo el golpe. Sin embargo, el estoque no llegó a tocarla. Su armadura impidió que el acero probara su sangre.

Sin perder tiempo en este nuevo atacante, Alalonna volvió a arremeter contra su objetivo. Era importante acabar con su vida para así deshacerse de la dama Kelpie.

Nuevamente, la fuerza de la mujer fue contundente y su espada volvió a penetrar la defensa de su enemigo. Pero éste se encontraba tan bien pretrechado como ella y otra vez vio, frustrada, como el escudero salía indemne de su ataque.

La batalla resultaba mas complicada de lo que habia esperado en un primer momento, despues de agotar buena parte de mi poder magico lanzando hechizos al enemigo que resultaron del todo inefectivos, decido correr el riesgo de lanzar un hechizo mucho mas potente contra el mago escudero...

A pesar de que el escudero estaba demostrando una gran habilidad no solo en la magia sino en el combate con armas (En este desordenado combate, donde mis compañeros y yo nos habiamos concentrado en atacarlo exclusivamente a el, se las habia arreglado no solo para defenderse de tres contrincantes, sino que incluso habia llegado a lanzar ataques!!! ), decido hacer gala de mi concentracion y me olvido del rasguño que me habia hecho el enemigo con su espada, en vez de alejarme o tratar de utilizar mi espada, me enfoco en pronunciar mi hechizo y lanzarlo sobre el mago contrincante.

Despues de unos instantes, termino con un explosivo grito: - Circulo de Akantes! - lo he logrado, he invocado un peligroso circulo de fuego que se dibuja justo debajo de mi objetivo (el hechizo era peligroso no solo para el escudero, sino tambien para Alalonna y para mi debido a la cercania que teniamos con el), por unos instantes el escudero se debate contra el fuego que empieza a abrasarlo, obligandolo a retirarse en un intento por huir del fuego que lo martiriza.

- Bien, has empezado a huir no! Porque no vuelves aqui para que te fria la piel un poco mas! - digo con saña, con intencion de enojarlo y asi evitar que pueda concentrarse en utilizar su magia, ya que en realidad se que no me queda la fuerza magica suficiente para repetir el hechizo del Circulo de Akantes...

La estrategia de agotar su magia en una última chispa de esperanza es arriesgado y desesperado, pero creo que ha hecho bien -pensé. El Escudero2 está débil... creo que será mejor cargar contra esa bestia... ¡la dama Kelpie!

En esos momentos me interpuse en medio del cuerpo de Iphrus tendido y el ente. Comencé a mover mis brazos de forma circular y arbitaria. Comenzaba a notarse un ligero viento, y las copas de los árboles de la Retama parecía mecerse con furia... Comencé a invocar un sortilegio superior contra el ente. Sabía que me debilitaría, pero no podía dejar que arremetieran contra lo viajeros:

Traslación: Abre una puerta interconductora entre dos puntos terrestres, exceptuando lugares acuáticos. El viaje es de ida, ya que la puerta se cierra una vez enviado a los seres pertinentes a través de ella. Gasto de Maná: 85 PM, 35 PV. (los sortilegios superiores gastan vida y pv).

Bernard vs Kelpie

1d10 + INT Bernard vs Ag enemigo +1d10=

32 vs 8 = el Ente no logra esquivar.

Daño de Húren a Escudero2

No existe daño. Delante del ente Kelpie se abrió un portal mágico, una aberración del espacio, que hacía posible el traslado de materia hasta otro punto del mundo. El portar, de forma circular, se creó justo delante suya, en un punto, el cual fue creciendo gradualmente a un ritmo frenético. Su borde brillaba y tenía un halo ennegrecedor... el ente fue arrastrado, absorbido a dicho portal. Kelpie desapareció. Ahora, los escuderos estaban atemorizados....

En esos momentos, Bernard gastó 35 Pv. = 55-35: 20 Pv. Cansado y apesadumbrado, se arrodilló por el cansancio...

Bernard es, en la tabla de personajes, de nivel 8:

Turno de hombre sauce.

Despues de que Bernard interviene con un poderoso hechizo magico con el cual teletransporta al Kelpie lejos de la batalla, veo como los escuderos se ponen nerviosos, pero aun no estan vencidos, y ya que no se cuanto poder magico tiene el mago escudero, considero que lo mejor es vencerlo completamente en combate.

Señalando al mago escudero - viejo sauce, acaba con ese escudero! - doy la orden a mi invocacion con una dura expresion en el rostro y sin ningun asomo de piedad en mi voz.

El hombre-sauce se levanta en toda la extension de su cuerpo y lanza sus potentes brazos-ramas sobre el escudero que, aunque interpuso su escudo al ataque del hombre-sauce, no lo logro resistir el terrible golpe, siendo lanzado a varios metros de distancia, quedando insconciente en el suelo, y seguramente muerto.

Cita:

A nada. Quise decir: "Daño de Bernard a Kelpie" (es que copié todo para agilizar y se me olvidó ese cambio). No te preocupes.

No hubo tiempo para más. Desaparecido el ente del escudero, y éste último muerto a base de golpes de rama del hombre Sauce. El cuerpo había quedado destrozado y su compañero, el aprendiz de soldado de vistanegra se internó huyendo en el bosque. Su velocidad era grande, más mucho más allá iba su temor ante los poderes de esos viajeros... Despues de eso, el hombre sauce, debido al cansancio y la poca fluidez mágica de su invocante, desapareció...

Bernard continuaba de rodillas. Ahora extendió sus manos en el suelo. Su invocación había hecho mella en su fuerza física...

En esos momentos, el joven duelfo salió de entre los árboles... parecía no tener miedo. Se quedó allí, de pie, mirando a Húren y Alalonna como si nunca hubiera contemplado humanos de verdad.

Al ver que la batalla tocaba su fin, Alalonna se acercó al bibliotecario para ver si podía hacer algo por él. Gracias a su ayuda habían salido bien parados de la batalla, así que la humana quería retribuirlo de alguna manera.

-¿Como estás Bernard? ¿Hay algo que pueda hacer por ti?- apenas dijo estas palabras su atención se vio desviada por la presencia del joven duelfo al que habían ayudado.

Con cuidado de no asustarlo, la guerrera comenzó a acercarse a él. Había visto como los guardias lo torturaban y eso le provocaba un malestar enorme, avergonzándose de lo que eran capaces de hacer los de su raza.

-No temas joven del bosque. No queremos dañarte. Nuestros amigos están heridos así que debemos socorrerlos. Si tu quieres, también podemos intentar aliviar el dolor de los golpes recibidos. ¿Verdad Huren?- la mujer contaba con que las habilidades del hechicero abarcaran también la curación.

La batalla por fin habia culminado, el escudero que quedaba vivo habia huido despues de ver como moria su compañero y desaparecia la poderosa invacion que los estaba ayudando. Representaba un peligro dejarlo huir, ya que seguramente avisaria a otros soldados y vendrian a por nosotros, sin embargo, aparte del hecho de que el escudero corria muy rapido, mis huesos estaban adoloridos y me sentia cansado por la reciente batalla.

- Aprovecha tu suerte, y no vuelvas desgraciado - digo en un jadeante susurro...

Me doy vuelta y analizo la situacion: Iphrus muy lastimado e insconciente, Bernard mal herido tambien, yo cansado por el esfuerzo magico, tambien estaba el lastimado chico duelfo que habia aparecido de su escondite... Solo Alalonna estaba completamente entera.

Cita:

Por suerte Alalonna se estaba ocupando de la situacion, pero contar con mis habilidades magicas haria que se llevase una decepcion en ese momento. Mientras niego con la cabeza a su pregunta voy hablando entre jadeos - Por ahora no dispongo de la suficiente fuerza magica para hacer ninguna curacion, estoy bastante debil en ese aspecto, asi que tendremos que procurar curar a los heridos de una manera mas tradicional -

Luego observo al duelfo y a Alalonna alternativamente - De todos modos, necesitamos ocultarnos antes de ponernos a hacer curaciones de ningun tipo, el escudero que escapo podria regresar con compañia... seria buena idea si puedes convencer al duelfo que nos ayude a salir de este lugar y llevarnos a otra parte que sea mas segura - esto ultimo se lo digo a Alalonna, a quien he visto tratando de entablar un lazo de confianza con el joven duelfo.

No... uff...no... -mi ciclo de respiración era muy alargado y costoso. Ufff... aaah...ufff... ahhh..

Ante las palabras de Alalonna, sólo pude pedirle ayuda para levantarme.

Bueno... no creo que ese tipo vuelva Húren...

Miré al chico, miré a Iphrus. Luego hice una reverencia profunda al joven duelfo, y me coloqué frente al cuerpo tendido del mensajero. Estaba incosnciente, y yo andaba muy cansado para intentar curarlo con magia, al igual que Húren.

Susurrando a Alalonna, le dije:

Tenemos que llevarlo al poblado, al lugar de donde procede este chico... y rápido.

Volví a mirar al joven duelfo, le hice un gesto para que marchase y se internase en la espesura, a lo cual accedió inmediatamente hasta desaparecer, sin decir palabra.

Por cierto...uff....ahhh...-continuaba respirando algo mal... ¿Donde están .... Hoinar y Angler?

Alalonna ayudó a Bernard a levantarse cuando éste se lo pidió. Se lo notaba cansado y abrumado por el combate con lo cual, no hizo falta que le explicara que no podría hacer nada por Iphrus mágicamente.

-Como digas Bernard- con delicadeza, la guerrera tomó el cuerpo de Iphrus en brazos dispuesta a transportarlo hasta la aldea de los duelfos. -Gloinar y Angler fueron asesinados la noche en la que desapareciste. Esa noche también desaparecieron los hombres de VistaNegra. ¿Qué fue lo que ocurrió en realidad?

Antes de que el mago llegara a responderle, Alalonna miró a su compañero con preocupación

-Huren, ¿tu podrás llegar caminando hasta allá?- el anciano también se veía agotado por el esfuerzo del combate.

¿Asesinados...? ¿¡¡pero cómo!!? Eh! uhmm!.... pufff....Gracias, Alalonna, ya estoy mejor -dije mientras me levantaba del todo. Por lo que veo no tenemos montura. Hemos de hacer una camilla para trasnportarlo.

Así lo hicieron. Entre todos buscaron palos secos y con la manta de Bernard y algunas cuerdas lograron hacer una estructura para llevarse a Iphrus.

Luego mientras nos preparábamos para llevar el cuerpo de Barjov, les expliqué lo que me aconteció:

He de confesaros algo -comencé. Mi cabeza estaba algo agachada, pues la traición estaba a punto de desvelarse.

Días atrás de vuestra llegada, el Gobernador VistaNegra me envió una misiva por manos de uno de sus soldados. La carta es esta... -les entregué la misiva para que la leyeran.

Veréis. VistaNegra me ha pedido muchos favores en su vida, al igual que yo he necesitado de su ayuda en cuantiosas ocasiones. Pero jamás me había pedido algo semejante... Y jamás accedería a ello. La historia se resume en esto, amigos.

Y comencé a explicar.

Supongo que Iphrus sobrevivió a un ataque antes de llegar a Rasbrook, momento en el cual aparecísteis vosotros. Iphrus ya no era de importancia para el Gobernador, por lo cual pensó que podía ser la cabeza que rodaría en todo este suceso. El caso es que VistaNegra odiaba los duelfos por su mezcolanza entre elfos y enanos. También su poderío en el pueblo e influencia en todo Bravoflorado flaqueaba. Asique decidió tejer una trama para reafirmar su autoridad.

Días antes del ataque a Iphrus, yo andaba en su Casa-palacio. Me dijo que capturaríamos a la hija del mensajero y simularíamos un ataque de duelfos. A partir de aquí se crearía una fama en contra de dichos seres, y VistaNegra aprovecharía esa mala imágen para hacer propaganda en su contra y a su vez deshacerse de ellos en cruentas aniquilaciones, lo cual, a los ojos de los pobladores del bosque, le catapultaría de nuevo a la fama popular.

Dos pájaros de un tiro... Sin embargo VistaNegra no contaba con vosotros...

Cuando me envió la carta, me apresuré a realizar los mapas que encontrásteis, pues sabía que los acompañantes (dos hombre, un elfo y un enano) que iban con Iphrus serían la única oportunidad de hacer explotar el plan de VistaNegra. Durante esa noche, los soldados que acamparon en las casas contiguas a la mia, (los cuales sabían del plan), comprobaron cómo no me deshacía de vosotros, sino que el plan trazado se desvirtuaba y difuminaba... es entonces cuando me atacaron.

Respiré de nuevo. El dolor del sortilegio aún lo notaba.

Como yo había previsto, esa noche encontrásteis e interpretásteis bien mis mapas, pues os he encontrado aquí... Llevaba un par de horas durmiendo cuando escuché ruidos. Mis cuervos estaba revoloteando a altas horas de la madrugada, y los búhos apenas musitaban su característicos ruidos...

Nada más salir a mi puerta, alguien me golpeó, me redujo y me puso una capucha en la cabeza. Luego ataron mis pies y manos, y continuaron golpeándome. Creí escuchar la órden de eliminaros a vosotros, mis invitados. Ante tal rumor, comencé a decirles que érais hechicero de las afueras de Bravoflorado, y conocíais tan bien los entresijos de la magia que el mismo gobernador desaparecería con el más simple de vuestros soplos...

Claro que... aquellos soldados eran muy supersticiosos... Supongo que os verían a vosotros como a los magos a los que me refería... eliminando a Angler y Gloinar.... -bajé la cabeza en señal de duelo...

Cuando me desperte me encontraba cerca de Rasbrook. Me soltaron cuando llegamos a la villa, ya que era prácticamente imposible salir sin ser visto debido a su gran cantidad de efectivos. Una vez allí, justo antes de entrar en el Palacio de VistaNegra, convoqué la puerta en la que ha desaparecido en Ente hace instantes... y me interné en ella...  ésta me condujo hacia aquí... os encontré aquí... ¡perdonadme, por favor!

Cita: Alalonna

- Si podre llegar, se que me veo algo cansado, pero el cansancio magico tiene mas que ver con otras cosas que con la condicion fisica - comento serio a Alalonna, no porque me moleste su actitud hacia mi o pueda pensar que soy debil, sino por el simple hecho de que he estado de mal humor todos esos dias... y con mis adoloridos huesos molestandome.

Por otro lado, es otra cosa lo que esta atrayendo mayormente mi atencion: Bernard

Cita:

Despues de escuchar su historia y leer la carta, al principio solo logro soltar una hosca expresion: - Luego veremos si te dejamos vivir! - A pesar de la reciente ayuda de Bernard en la batalla, el comprobar que la mayoria de mis sospechas eran fundadas, me tenia casi fuera de mis casillas, VistaNegra habia jugado con nosotros y era el responsable de los asesinatos de Gloinar y Angler, y por poco, tambien de la muerte de Alalonna y la mia...

Aunque Bernard decia que no formaba parte de los planes de VistaNegra, no podia evitar mirarlo con enojo y sospecha. Enderezandome para iniciar la rapida marcha hacia el poblado del joven duelfo, sigo soltando mis agrios comentarios: - Procura caminar delante nuestro Bernard, no estoy de humor para darle la espalda a un "amigo" de VistaNegra -

Aunque expresaba desconfianza hacia Bernard, tambien era cierto que necesitabamos que fuera adelante para seguir al joven duelfo, que parecia conocerlo.

Alalonna sopesó las palabras de Bernard y luego las de Huren. Era cierto que Bernard tenía su parte de responsabilidad en lo ocurrido. Pero también era cierto que el bibliotecario no había tenido muchas opciones. Si hubiera querido librarse de VistaNegra plantándole cara, lo hubiera pagado con la vida y seguramente hoy, toda la compañía de Iphrus, incluido él, estaría muerta y no habría esperanza ni para su hija ni para los duelfos.

-Más tarde hablaremos al respecto de todo lo ocurrido y repartiremos responsabilidades en lo ocurrido como correspondan. Ahora debemos llegar a la aldea cuanto antes pues el emisario necesita que lo atienda alguien que pueda curarlo o no sobrevivirá. Marchemos dejando los rencores de lado Huren, aquí el verdadero culpable es VistaNegra.

La guerrera miró a Bernard y le hizo un gesto para que ayudara a transportar la camilla.