Partida Rol por web

Resumen del Tomo 1

La noche en Bree es fresca, con una brisa suave que avisa de la cercanía del invierno, pero añorando aún la calidez del viejo verano. Los héroes de la feria se reúnen en el salón principal del pony pisador, donde la fiesta y el jolgorio ha dado paso a caras sonrosadas y felices, y voces más pausadas.

Todos atienden a un joven trovador, que, si bien no destaca mucho en aptitud, al menos le pone empeño y provoca sonrisas entre los asistentes mientras narra su historia. Habla de los últimos hechos acontecidos, y todos sabéis que Hal o alguno de los guardias que os acompañaban han contado todo lo sucedido.

Hace sólo dos días en esta misma taberna, había jolgorio y fiesta, hasta que la noche trajo malas noticias. El buen hobbit Sacovilla vino herido de gravedad, y contó como unos bandidos habían atracado su pequeña caravana de mercaderes que venían desde la comarca hacia Bree, a disfrutas de la feria de otoño. Casi todos encontraron la muerte, salvo Sacovilla al que dieron por fenecido y su hijo, al que llevaron. El senescal de la feria solicitó hombres de espíritu audaz, para que rescataran al pequeño hobbit y trataran de recuperar la mercancía, se acordaron los pagos, y pronto se hizo un fuerte grupo en el que había un enano, dos hobbits, cinco hombres y un elfo, ¡Sí! Un elfo en Bree.

La compañía la completaba el gran Hal Meneldir, capitán de la guardia e hijo del comandante de Bree, acompañado de tres guardias de la ciudad. El contingente salió de Bree con dirección al camino del este, y poco después del cruce con el brandivino encontraron los restos. En el grupo había montaraces, con habilidades únicas en el rastreo, por lo que no tardaron en hacer un esquema de lo acontecido, y supieron que los bandidos se habían adentrado en el bosque viejo. Mal lugar para pasar la noche.

Los aventureros siguieron los rastros por el bosque, notando la hostilidad de esos árboles milenarios como si no quisieran que hubiera extraños en su casa. Pronto se encontraron con un grupo de bandidos, que corrían aterrados y en dirección a ellos. El combate se saldó con premura, y los bandidos nunca fueron rivales para el grupo comandado por Hal.

Siguieron los rastros hasta que dieron con arroyo y en su ribera había evidencias de un campamento y en él dos bandidos, atados espalda con espalda y sentados en el suelo, ambos… decapitados. La visión no hizo desfallecer a Hal, y los suyos, así que estuvieron rastreando hasta encontrar el rastro del pequeño hobbit huyendo del lugar. Decidieron olvidar a los bandidos, y la mercancía robada, para ir a rescatar al hobbit con presteza. Ascendieron por la linde del río en dirección a las quebradas de los túmulos, y en el camino encontraron a un alegre señor que cantaba y reía, y que les dijo que el hobbit estaba en apuros, y los compañeros corrieron más, hasta que al anochecer llegaron  a un lugar horrible, con frío y una niebla detestable, y los rastros les guiaron hacia el interior de un túmulo, donde estaba el hobbit, y un alma torturada. Un fantasma, un servidor del mal que aullaba en la noche, y que a punto estuvo de acabar con la vida de alguno de los compañeros. Pero los hombres de Hal superaron la prueba con fiereza, y por medio de distracciones consiguieron sacar al hobbit del túmulo, para traerlo de vuelta a su padre. Viva Hal y sus hombres.

Notáis que el trovador omite muchas de las cosas sucedidas, y que aunque vosotros siempre llevasteis el liderazgo y Hal solo hizo seguiros, el relato os hace parecer peones a sus órdenes. En cualquier caso el mismo Hal se levanta con una sonrisa al terminar el relato y recibir los aplausos y dice:

-Me halaga la historia, pero da a mí persona una importancia que no merezco, pues sólo fui uno más, y he de decir que aunque no hubo líder, fue Adrahil quien tomó la responsabilidad en casi todas las decisiones.

Tras las palabras de Hal Meneldir todos os aplauden a vosotros,  y así todos contentos, pues tampoco es necesario que las buenas gentes de Bree profundicen más en el horror sufrido en el bosque viejo, con la amenaza de los árboles sobre vuestras cabezas, ni del terrible mal que habita en las quebradas de los túmulos, que hiela la sangre, o la enfermedad sufrida por Adrahil debido a la trampa saltada en la puerta, que casi le cuesta la vida. Pero sobre todo, lo que menos debe conocer la gente, es la existencia de unos seres tan bellos como Tom Bombadil y Baya de Oro.

Es una gran noticia que en el relato no se haga referencia a cómo Tom Bombadil encontró por segunda vez a los compañeros, salvándoles de la amenaza de los árboles y curando a Adrahil al borde de la muerte.  Tom, quién será esa criatura, que tanto parece saber, y que vive aislado en mitad del bosque?  ¿Por qué Tom sabía que el joven Sacovilla estaba en un túmulo y en peligro? ¿Por qué conocía que los bandidos tenían balsas preparadas en el tornasauce para llevar la carga robada a su refugio? ¿Quién le había contado que una partida de orcos se encontraba en tierras de Bree? Preguntas que no encontrarían respuesta, al menos no este día.

Tras la historia relatada por el trovador, el senescal disolvió la fiesta, o más bien la trasladó, pues en el pony pisador debía reinar la tranquilidad para el descanso de los guerreros, que al alba partirían en pos de los orcos avistados en Bree, con la intención de conocer sus intenciones. Los bebidos hombres y hobbits salieron de la posada, con la firme idea de continuar con la jarana en otro lugar, y entonces fue cuando Tosur vio a un enano muy joven y pelirrojo apoyado en la barra y con cara de llevar unas cuantas jarras.

Tórcal, primo de Tosur habló de cómo había dejado las montañas para seguir a su primo en busca de aventuras, y que si no hubiera llegado esta noche, seguramente al día siguiente hubiera partido hacia el bosque viejo en su busca. Por suerte los dos primos se han encontrado en el lugar más propicio. Tosur presenta a Tórcal a sus compañeros, incluso al elfo, y Tórcal anuncia que les acompañará al día siguiente en busca de los orcos, y con mucha alegría además.

Eso es todo lo que da la noche, pues el cansancio se acumula desde hace días y los héroes necesitan reposo. Todos caen dormidos como corderos y ya sólo el alba perturbará su descanso.

Tórcal no cae rendido como un cordero, sino más bien como un mini rinoceronte.

Tosur cae mas bien ebrio de cerveza, con una sonrisilla en la cara, orgulloso de su actos como gran heroe de Bree. Ambos primos, Tosur y Torcal bien podrian crear el primer dueto de viento procedente de las Montañas Azules...

Rotengon se pavonea mientras el trovador narra la historia , al fin y al cabo el es uno de los protagonistas .

Esa noche deja de mirar bolsas ajenas y placidamente duerme aunque tiene que resistirse a darse un paseo por las habitaciones ajenas recogiendo lo que otros hayan dejado "olvidado" .

Jabien tuerce el gesto en varias ocasiones un tanto molesto, no tanto por el contenido de la historia como por la forma de contarla, en repetidas ocasiones cuchichea a Aboldir, que se encontraba a su lado, frases como,...

"Es indignante, ahora debía haber hecho una pausa dramática" .... ó .... "no le pone nada de pasión en la voz" .... ó ...."hoy en dia, cualquiera se hace llamar trovador".

Cuando acaba, el bardo se dirige rezongando haciua sus aposentos todavía indignado por tener que partir al alba.

El fornido hombre de Rohan escucha complacido el relato de la aventura mientras degusta una jarra de fresca cerveza tras otra, cuando el trovador concluye el relato Amarth apura la ultima cerveza y con paso seguro se dirije a su habitacion a iniciar un reparador descanso. 

Aboldir escucha divertido las discrepancias de Jabien, asintiendo a lo que dice y añadiendo,

-Por no decir que nos deja al resto del grupo como meros actores secundarios, ignorando nuestras valerosas acciones...Desde luego si este es representativo de los bardos de estas tierras, me llevo una imagen muy pobre.

Cuando su compañero se dirige a su estancia, Aboldir se levanta para comprobar una última vez que Argento está bien, le dá las buenas noches y él también va a acostarse. El día siguiente sería un día interesante.

Me mantuve escuchando con atención al trovador durante su exposición. De vez en cuando arrugaba el gesto ante las innumerables modificaciones de la historia que presentaba el trovador.

—Necesitan creer que tienen una guardia fuerte y valerosa —me decía a mi mismo encogiéndome de hombros.

Acabada la exposición me levanté del banco saludando con una reverencia al mediocre trovador dedicando una mirada cómplice a Jabien.

—Mañana será un día largo y quien sabe si difícil. Debemos estar preparados para seguir el rastro —dije colocando una mano sobre el hombro de Narmo.

—Descansad amigos —dije para despedirme.

Narmo escuchó con atención el relato del bardo, cómo a casi todos los de su raza le gustaban las historias contadas en forma de canciones, versos o cuentos, y más si uno mismo era protagonista de ellas. Cuando el bardo concluyó, los presentes no parecían estar muy de acuerdo con la forma en la que se había contado, pero a Narmo le gustó, al fin y al cabo las historias siempre cambiaban en función de quién las contara y ahora se encontraban en Bree, era comprensible que le dieran más protagonismo al capitan de su guardia.

Cuando su compañero Adrahil le toco el hombro afirmando que había que descansar porque el día siguiente iba a ser duro, Narmo movió la cabeza afirmativamente, en silencio, el elfo siempre parecía muy concentrado en todo lo que estaba haciendo, incluso en momentos cómo aquel, en los que parecía no hacer falta...

La noche es plácida y todos descansáis satisfactoriamente. Al alba los caballos relinchan, y el posadero os entrega unos paquetillos con un desayuno de lo más apetecible. Es hora de ponerse en camino, pues los orcos no me esperan.

Una pompa de moco aparece y desaparece de una de las fosas nasales de Tosur, al compas de sus ronquidos. De repente, exaltado, se despierta...

- AORGG!!! ORRRRCOS!!!! DONDE? CUANDO? DEJADMELOS TODOS!!!!

Al momento se da cuenta de donde está...

- Vaya, tan solo errra un herrrrmoso sueño!!! se dice asi mismo pero con un volumen de voz lo suficientemente alto como para levantar a un centenar de lindos elfitos de los bosques...

Se levanta, algo resacoso, con las barbas enrededadas y las trenzas despelujadas. Se atusa un poco, lo que puede, se echa un poco de agua por la cara, escupe en la palangana que posteriormente utilizará su joven primo, y tras vestirse debidamente baja a la taberna.

El posadero le ofrece unos paquetillos...

Mmmm... algo escaso... bahh!! seguro que en el camino encontramos alguna presa digna de un buen asado....

y un estupendo desayuno de campeones, que por supuesto no rechaza y devora como si no hubiera comido en varios lustros...

Acto seguido, despues de varios provechos, se enfunda todo su equipaje y armas y dice...

- Un serrrvidorrr está listo parrra parrtirr!!! Perrro prrefierro no llevarrr jamelgo... esas bestias y yo no nos llevamos especialmente bien, señorrres!!!

Se acaricia la barba con la mano, quitandose migas del desayuno...

- Sobrrre donde irrr... que opinan los lugarreños y montarrraces? Que está mas cerrrcano??

Tórcal se levanta 20 minutos antes que el resto para ir afilando el hacha un poco, para gran satisfacción del resto de huéspedes del local.

- ¡Buenos días, Tosur! ¡Hoy hace un día espléndido para matar bichos de esos!

Mira de reojo a las contraventanas, que están cerradas.

- Bueno, seguro que lo hace.

(...)

Tras bajar a reunirse con los demás, y tratando de decidir por donde ir

- Pues yo iría en línea recta por esas montañas, para interceptarles cuando pasen, o sea, vamos subimos una montaña, miramos a ver si les vemos desde la cumbre y si no la bajamos y subimos a la siguiente.

Rotengon se levanta descansado , pero con ganas de salir , el escaso peso de su bolsa le recuerda por que esta con sus compañeros . Espera que esta nueva aventura le llene la bolsa mucho mas que la anterior .

Bueno al menos no tendremos que pagar por la comida esta vez , ademas espero que a los heroes se les invite cada dia, dice al comprobar que el tabernero les invita a desayunar , eso si con algo mas cuantioso , murmura al ver la escasa bolsa que les da .

Luego espera a que sus compañeros decidan el plan , ya que su cometido no es planear sino adquirir bienes olvidados .

Cuando querais partimos , espero que esos orcos tengan algo mas que piedras en los bolsillos . Les dice a sus compañeros ya inquieto por salir de una taberna llena de tentaciones .

Me costó coger el sueño. Durante muchos minutos pensé en el camino a seguir a la mañana siguiente y no fue hasta que no conformé una propuesta que pude dormir.

Fueron pocas horas de sueño pero fueron suficientes para recuperar las fuerzas perdidas. Desde temprano esperaba en el salón común de la posada a que el resto de compañeros se personaran.

—¿Qué tal la noche amigos? ¿Habéis descansado? —pregunté amistoso.

Poco a poco todos fueron llegando y, una vez todos reunidos, comencé a exponer mi propuesta.

—Las montañas me parecen un camino demasiado lento, buen Torcal, además, no sabemos a que altura del camino encontraremos a esa patrulla de orcos. Yo propongo caminar raudos hacia Archet y desde ahí, desandar camino hacia el bosque de Chet. Si llegamos tarde lo sabremos, es más fácil rastrear a un grupo de orcos que perder contra un enano bebiendo cerveza —dije sonriendo.

—Narmo y yo podemos encabezar la marcha unos pasos delante del grupo para asegurar los pasos del grupo. ¿Qué pensáis?

El elfo fue el primero en llegar al lugar acordado para la salida del grupo, ya llevaba muchas horas activo puesto que a él no le era necesario descansar las mismas horas que a humanos o enanos. Apoyado en una de las vigas de la puerta, disfrutando del agradable amanecer y su temperatura, aguardo a que todos fueran llegando; cuando lo hicieron, los fue saludando uno a uno con un leve movimiento de cabeza, nuevamente sin decir nada.

Cuando ya muchos de ellos estuvieron preparados para partir, Narmo sigió en su sitio, sin inmutarse, escuchando a todos, tras las palabras de Adrahil rompió su silencio...

-Amigo Adrahil, creo que es mejor idea viajar junto al grupo hasta estar cerca del grupo de orcos, una vez allí decidiremos que hacer, somos dos de los rastreadores que tienen, además llevar dos velocidades sin tener comunicación con el resto puede hacer que tardemos en encontranos más tarde, mi propuesta es acercarnos todos juntos y prepararles una emboscada una vez los hayemos, puesto que no saben que vamos a darles caza...-

Asentí confirmando las palabras de Narmo.

—En efecto, Narmo. No me refiero ir a distinto ritmo, ni mucho más adelantados al grupo. Me refiero ir sólo unos pasos por delante, casi a la vista del resto precisamente para evitar emboscadas.

Me detuve unos momentos pensativo.

—De todos modos me parece correcto también ir todos al mismo paso y agrupados. Como queráis —dije complaciente.

La idea de ir hacia Archet es buena, lo de ir juntos tambien, pero persiguiendo a un grupo es complicado emboscar, ahora bien podemos caer sobre ellos estando bien sincronizados, lo unico que hay que hacer es ser raudos pero sigilosos...no nos esperan por lo que no seran dificiles de sorprender, bien no tenemos tienpo que perder ¿de cuantas monturas disponemos? ¿hay alguna carreta o carro?, no me gustaria que los que fueran a pie relentizaran el ritmo. Yo por mi parte llevo a mi fiel FELGOR, un Meara excepcional por lo que cualquier ritmo que impongais sera bueno para nosotos.

El bardo aparece en el último momento dando saltos con una sola pierna mientras intenta ponerse la bota con la otra.

- ¡ Perdonad ! compañeros, estooooo ... he tenido un pequeño problemilla - menciona Jabien sin saber muy bien que decir para excusarse tras haberse dormido.

Solo llega a oir la última parte de conversación donde Amarth indica la idea de ir hacia Archet.

- Perooo, ¿no habíamos quedado en ir hacia el bosque para ir tras su rastro y poder adivinar algo de sus intenciones con los rastros que vayan dejando e interpretando nuestros magníficos rastreadores? - comenta el Bardo sin ninguna intención de ir directamente al encuentro de los orcos.