Partida Rol por web

Jabien, asombrado por la situación se disculpa de sus compañeros, y aun siendo buena mañana se dirige a ver al Senescal con objeto de conseguir algunos jamelgos para el grupo.

- Buenos Días, Maese Senescal, vengo ante vos humildemente a solicitaros ayuda con nuestra misión, pues nos hemos dado cuenta que carecemos de los medios necesarios para llegar hasta los orcos con prontitud y sería de agradecer nos pudiese proporcionar unas monturas ... no hace falta que sean gran cosa, pues solo es para utilizarlos como transporte y además no dude usted que se los devolveremos sanos y salvos cuidadndolos como si nuestros fueran - digo con la voz mas aterciopelada y amable que pueda.

Aboldir monta en su ilustre meara y mira como discute el grupo las opciones.

Se gira a Amarth y de Rohir a Rohir le dice...

- No sé tu...pero lo que soy yo deseo acabar con esas malditas criaturas. Me ha gustado la opción de hacer de avanzadilla, así que si quieres, vamos saliendo tu y yo, vemos cuantos son, matamos un par y volvemos con el grupo para informarles de cantidad, disposición y si conseguimos averiguarlo, motivaciones...Pero tenemos que ir saliendo ya.

Jabien negocia con el senescal de la feria de otoño, quien se muestra receptivo a las peticiones del grupo, pero se le ve en la cara que tiene poco que ofrecer. Finalmente conseguís que hable por vosotros a comerciantes del lugar, quienes os ofrecen tres caballos flamélicos, que si bien os llevarán a donde sea, será poca la velocidad que podáis exigirles. Por supuesto, las tres monturas son prestadas, y los comerciantes os piden de mil maneras, todas educadas y corteses, que los devolváis con todas sus patas en su sitio.

Mientras tanto Rotengon adquiere un pony a buen precio, y los primos enanos consiguen un caballo de tiro fuerte y recio y muy tozudo, haciendo un trío de lo más simpático.

Así pues Amarth y Aboldir parten con sus mearas, seguidos por el caballo ligero, aunque lustroso de Narmo, y luego el séquito de tortugas compuesto de los tres caballos canijos donde cabalgan Adrahil, Jabien y Giroth, el de tiro que avanza rezumando mala leche con los dos enanos encima, y el pony de Rotengon. Hacéis entre todos una estampa de lo más cómica.

Tórcal, quien por supuesto va montado delante, acelera al caballo y lo pone a la cabeza del pelotón, dirigiéndose hacia Archet con la intención de luego girar hacia el sudeste para tratar de encontrarse a los orcos de frente.

Por el camino se pone a cantar a grito pelado una canción típica de enanos:

Rotengon observa a su pony , y sin preguntar el nombre le dice .

Buena montura seras y por nombre Rastrojo vas a llevar . Le dice mientras le da una pequeña zanahoria que nadie sabe como ha ido a parar a su bolsa .

Al salir se monta con mas valentia que estilo y rezando para que la maldita bestia sea docil y no decida que sin jinete se va mejor .

Venga Rastrojo salgamos presurosos al camino , que estos grandotes buscan unos orcos que nosotros aligeraremos de peso . Le murmura al pony esperando que su fiel montura aprecie la fina ironia de sus palabras y comprenda que ellos no van a ser los que intervengan en la lucha .

Luego se coloca en medio del grupo , cerca de lo enanos ya que estos si hay problemas seguro que se lanzaran a la batalla de cabeza .

Amarth se coloca en las primeras posiciones del grupo sin demasiado esfuerzo, ver a aquellos famelicos animales le causa pena y dolor, pues el amor que siente por aquellos seres hace incomprensible el estado en el que estos se encuentran....luego acercandose a sus dos compañeros que tienen monturas adecuadas...Creo que uno de nosotros deberiamos llevar al mediano, sino nos retrasara aun mas que aquellos famelicos animales...¿que tal si nos lo vamos turnando una jornada cada uno? comenta el guerrero entre susurros para que los demas y sobre todo el mediano no escuchen la conversacino ya que se pueden incomodar....

Narmo cabalgaba en silencio intentando seguir el ritmo de los majestuosos meharas, algo no demasiado dificil puesto que estos esperaban a sus semejantes, mucho más lentos en todos los aspectos. Se mantenía siempre en las primeras posiciones puesto que su caballo no era de los peores y también debía esperar a veces al resto. Al elfo no le hacía demasiada gracia toparse de frente con el enemigo, él era más de rastrear, acechar y esperar la ocasión propicia para echarse encima de ellos, pero el grupo así lo había decidido, así que acataría la decisión.

Tras un largo silencio, el Rohirrim de los cabellos rubio intenso propuso turnarse para llevar al harapiento hobbit, una idea que aún le satisfacia menos que la de un enfrentamiento directo con los orcos...

-Esta claro que de no hacerlo retrasará nuestra marcha, aunque debo avisaros de que no acabo de fiarme de su actitud respecto al grupo- Dijo el elfo mientras tiraba de una de las riendas y hacía girar sobre si mismo al caballo, aunque al final tuvo que claudicar a la proposición del jinete del sur - pero supongo que no hay otro remedio...-

Asiendo fuertemente la montura del robusto caballo de tiro, Tosur se sorprende de la habilidad de su primo como jinete, algo no muy habitual dentro de la comunidad enana... Pero es que los enanos estan siempre sorprendiendo a las demas razas!!!!

- WOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOWWWWWWWWW!!!!!!!!!!!!!!!!! Joven Torcal!!! EEEEAHHHH!!!! Mas despacio!!! Que tu bravura no ciegue tu sentido común!!!, dice Tosur evitando ser despedido por los aires.

Lo cierto es que no he conocido muchos medianos y menos he tratado con ellos...si quereis yo empiezo la primera jornada...mi caballo esta fresco y su peso no sera excesivo.

Sonriendo el bardo montaba en su jamelgo prestado.

Jabien estaba feliz, para el no era ningún problema la lentitud de la comitiva, de hecho, ¿que prisa tenían por llegar al encuentro de unos feos orcos?, eso era una cosa que veía muy lejos en el tiempo.

Animado, se unió a la canción del enano.

Rotengon no conocia la tonada , pero la musiquilla era alegre y pegadiza , y ademas un enano no es mas que un hobbit mas grande así que podia aplicarse igual a los hobbits , y sin dudarlo se puso a silbarla con emoción , esperando que a Rastojo le ayudase a caminar seguro .

Despues de unas rato se aburrió y dejo de silbarla para centrarse en observar el camino y los alrededores no fuese a ocurrir que los emboscadores fuesen emboscados .

- Por mi lo podríamos haber dejado...no creo que nos sirva de mucho cuando nos encontremos con los orcos...más bien será un estorbo. Pero en fin, si no queda más remedio le llevaré como fardo la siguiente jornada, Amarth, pero no espereis que le ceda un sitio en mi silla.

Se resigna Aboldir echando alguna ojeada despectiva al mediano en cuestión que ahora(supongo) iría corriendo detrás del grupo.

Escucha la canción del enano y murmura entre dientes.

- Desde luego, así no sorprenderemos ni a un troll sordo...Si lo que quiere es descubrir nuestra posición es una buena interpretación de tenor...malditos enanos...

Amarth relentiza un poco la velocidad de su meara hasta que se encuentra a la altura de Gregori, cuando esto es asi lo detiene. Eh mediano, ven conmigo, sino haras que el grupo se relentice mas todavia y por desgracia, el tiempo apremia, no es una excursion por los paramos y praderas lo que vamos a hacer...Tras estas palabras el recio Rohirrim extiende su mano desde lo alto de su meara para que su compañero de montura pueda montar....

Cabalgáis hacia el este, con el viento de cara y el sol a vuestra derecha. Los rohirrim avanzan en cabeza, con el pequeño hobbit como polizón, seguido de cerca por Narmo que hace de enlace con el resto del grupo. En vuestros pensamientos se arremolinan todos los hechos acontecidos en las últimas horas y os preguntáis el motivo de la visita de esas criaturas.

Afortunadamente la región de Bree es pequeña, y a poco más de una hora llegáis a un valle en el que se encuentra la aldea de Combe, en donde os detenéis sólo unos minutos para abrevar a los caballos. Allí os hablan sobre avistamiento de la partida de orcos, y el terror es dueño del asentamiento. En todos lados se ven caras presas del pánico y la histeria. Escucháis discusiones con los mercaderes de gente que quiere acaparar provisiones, y veis como se levantan empalizadas que darían risa a cualquier ejército que quisiera tomarlas.

Si perder demasiado tiempo en Combe, continuáis la marcha hacia Archet, que se encuentra más al noreste, y pronto el camino se introduce en el bosque de Chet. La avanzadilla no encuentra a nadie en el camino, ni novedades sobre las que informar al grupo de cola, por lo que el viaje es tranquilo, y en cuatro horas más llegáis todos a Archet.

El ambiente allí es similar al de Combe, pero con una histeria mucho más directa, más auténtica. Veis a hombres armados con toscas espadas, y a niños y ancianos portando hoces, guadañas y garrotes. Las calles son un hervidero de actividad, y se escuchan llantos y gritos por doquier.

Vuestra llegada no pasa inadvertida, y los centinelas, a los que casi veis llorar de agradecimiento cuando aparecéis, os llevan hacia el gobernador local, que se presenta como William, y antes de que podáis hablar con él os suelta una perorata durante cinco minutos, maldiciendo a los orcos y dandoos las gracias por acudir en ayuda de Archet, y comandar junto a él la defensa de la ciudad.

-Oh cielos, oh, gracias, gracias. Sabía que alguien vendría a ayudarnos, lo sabía. Esos perros han atacado varias granjas de alrededores, seguro que están apostados en el bosque, esperando nuestro momento de debilidad para atacar. No han llegado provisiones en todo el día de hoy ni el de ayer, y pronto tendremos escasez, seguro que pretenden hacernos un asedio, seguro seguro.

No os hace falta ser muy listos para observar que el hombre está siendo algo exagerado, pues un pueblo como Archet no se desabastece por dos días de ausencia de mercancías, y tampoco creéis que un grupo de orcos como el que os han informado esté pensando en asediar Archet. En cualquier caso el tipo habla y habla sin parar, y parece que sólo cortarle será solución para que podáis hablarle.

Tórcal se impacienta.

- Si, si, pero ¿Dónde están esos orcos?
Espero que aun quede alguno ...

Gregori no hace demasiado caso a la perolata del alcalde, pues su avezado instinto le advierte de que probablemente la discusión no haga más que girar en torno a complicados tecnicismos telúricos astrológicos sobre los cuales ninguno de los presentes podría comprender la aportación de un sabio hobbit. En lugar de eso se limita a curiosear por ahí, haciendo de vez en cuando como que asiente y que está de acuerdo con todo lo que se dice.

-Pedoneme, gobenadó, pedo ezaz ciatudaz no zon peddoz, zon odcoz, zeñó mio. De una equztaña vadiante nodteña habituada a decodé lagaz diztanciaz en bebed edpacioz de tiempo. Pedo dejemoz ezo a un lado ¿Qué ez lo que ezoz peddoz odcoz han atacado ezactamente, si no ed mucha moledtia el peguntad ¿Zolo unad simplez granjaz? ¿Nada maz? ¿Y no hay nadie que zepa cuantoz oddcoz zon en total? Pzé!

Que asunto más raro y misterioso. Unos orcos atacando granjas en los alrededores de Bree. Cualquiera diría que lo hacen solo por joder y para que la gente se muera de hambre en invierno.

Si han atacado hace poco no andaran muy lejos, quizas deberiamos ir cuatro de nosotros a rastrear el terreno y a conseguir informacion de primera mano, los montaraces y los exploradores y alguien diestro en armas, jaja, como habreis observado yo ya me he incluido en la partida y supongo que el maese enano tambien querra venir...comento mirando a Torcal.

- De hecho aún no se porque demonios hemos parado aquí ...

Rotengon al contrario que sus compañeros no deseaba interrumpir al gobernador , ya que antes de ofrecerse a ayudar primero habria que saber que les iban a dar a cambio . Pero la impaciencia de sus compañeros habia frustrado sus planes iniciales de dejar que el gobernador soltase la lengua y se metiese en un berenjenal .

- Bien señor , ya ve que estamos ansiosos por ayudar , pero claro necesitamos saber cosas claras . ¿ Donde estan esos orcos ? ¿Cuantos son ? ¿ Donde podemos alojarnos para descansar bien ? ¿ Que es lo mas importante de salvar ? ... ya ve cosas importantes .- Dijo el hobbit intentando que el gobernador picase y ofreciese algo a cambio de su ayuda .