Partida Rol por web

Todavía con el sonido martilleante de la sangre golpeando rítmicamente las sienes, escuchas los disparos que provienen de la otra parte del laboratorio, más allá de la cascada de humo blanco y químico que se extiende inundando todo el pasillo.

Los rugidos de la bestia todavía pueden escucharse más allá de donde alcanza a distinguir la vista, y te sientes demasiado exhausto como para lanzarte alegremente a por ella. Todavía meditas si sería mejor dejar que el resto de tus compañeros siguieran adelante con el plan, o incluso escabullirte a través de la primera ventana que tengas cerca si recorres tus pasos hacia la zona anterior del laboratorio; cuando comienzas a sentir una sensación de ahogo proresivo que va en aumento, y un leve entumencimiento que se transforma en una singular sensación de mareo...

La sensación es hipnótica, casi placentera, y embriaga tus sentidos como el primer trago de Whiskey, como el primer beso robado de los labios de una mujer. Y el sonido de los zapatos de una mujer, taconeando y acercándose a ti es precisamente lo que comienzas a escuchar un instante después mientras buscas apoyo en uno de los bancos de trabajo de la sala, y tu vista comienza a nublarse restándole sentido a lo que estás por contemplar.

Su figura se revela atravesando el pasillo y surgiendo de entre la niebla como una aparición, taconeando con un atrevido y sugerente movimiento de caderas; con su vestido de época blanco y entallado y su sombrero de ala ancha que a la vez en ella resulta tan femenino... Su piel de ébano contrasta fuertemente conel rojo resplandor de su pintalabios a juego con sus zapatos y su laca de uñas.

Su voz es dulce y suave como una fuente de miel manando de su boca hasta tus oidos...

-Es bueno volver a verte Lucas- dice sonriendo con cariño.

El choque emocional es fuerte, incluso para alguien tan frío como tú. Una parte de ti se pregunta de donde ha salido y quién es la mujer que tienes frente a tus ojos. Otra aparece para concretar que no puede ser real por más que no puedas distinguirla como una alucinación: Está tan cerca y parece tan sólida que por un segundo tienes la sensación de que podrías tocarla sólo con alargar la mano.

La última parte en controversia con tu interior tiene miedo de hacerlo, porque esa parte sabe que de alguna manera conoces a esa mujer, y su nombre acude a tus labios venido de ninguna parte...

-Josephine...- murmuras casi con reverencia. -No, no puede ser...- comienzas a decir con los ojos abiertos por la incredulidad.

-Pero claro que puede serlo Lucas. ¿Es qué no me ves? Estoy aqui, justo delante de ti- sonrie confiada mientras de su bolso saca con delicado gesto una pitillera de plata y extrae para encender con un Dupont dorado, un cigarrillo que llevar a sus labios. Exhala el humo con un gesto coqueto y se te queda mirando con sus ojos de gata, que te contemplan divertidos como si la incrédula fuera ella.

-No puedes ser real- pronuncias apretando los dientes con fuerza, sintiendo que de nuevo alguien está jodiendo con tu mente. No la recuerdas, pero de alguna manera que no aciertas a comprender del todo, sabes que lo que vas a decir es totalmente cierto.

-No puedes estar aquí ni ser real... Porque estás muerta- sentencias casi con un punto sentimental que gira del odio a la culpabilidad y después a la añoranza.

La imagen de la mujer, tan real como etérea rie con una carcajada con una sonrisa de dientes de perla.

-Claro Lucas, querido... Claro que estoy muerta. Después de todo: Tú me mataste- te responde mirándote friamente a los ojos.

La imagen de un puerto y el olor a sal inundando tus fosas nasales, la noche y la luz de la luna bañando el muelle, y a tus pies la figura de una mujer tendida sobre la madera con su rostro machacado a golpes. Te transportas hasta el doloroso recuerdo muy a tu pesar. Los puños de tu camisa blanca y almidonada están manchados de sangre: Sangre de la mujer que yace muerta a tus pies.

Por encima del ruido de la marea, por encima del sonido de las olas chocando contra el malecón y el ruido de las gaviotas sobrevolando el cielo nocturno una vocecilla infantil entona una canción que suena en tu cabeza...

Mi papa tiene una cadena que mide
como mil millas de largo
de cada uno de sus eslabones cuelga
el corazón de una mujer a la que ha amado
y ha engañado

Los brazos de Josephine te abrazan desde atrás y recorren tu pecho mientras tú observas el cadáver a tus pies. Su voz sigue siendo cálida al susurrar en tu oido...

-Lucas, no importa si soy una visión, un recuerdo, o el resultado de algún componente de la sangre que has ingerido de esa bestia salida del infierno que te está haciendo alucinar. Estoy aquí y tienes que escucharme. Olvida el pasado... No tenemos tiempo para él ahora- te implora.

Pero en tu interior algo lucha por desencadenarse, un viejo recuerdo de furia que no puedes entender. La sensación de verte inmerso en una fotografía añeja congelada en el tiempo, en un pasado que no recuerdas y no comprendes te resulta tan frustrante como la sensación de amor perdido que te embriaga al escuchar la voz de un fantasma traído a tu memoria quién sabe porqué razón...

-¿Sabes?- continua el fantasma mientras la luz de la luna os ilumina en silencio -Me gustabas más antes, te reías más. Aunque reconozco que sigues siendo el mismo tipo frío y duro. Tal y como te recuerdo de nuestras noches en Harlem... Tienes que ser fuerte Lucas, tienes que volver a ser el Power Man. Tal y como inspiraste a la gente en aquel momento, aunque ahora no lo recuerdes...- sus palabras se pierden en la noche mientras escuchas lo que la visión del pasado tiene que decir.

-Hay un grupo de hombres allá afuera. Vinieron con los otros, los de abajo, los muertos. No finjas que no sabes de quienes te estoy hablando cielo... Negro, tienes que moverte rápido y deprisa, y hacer obrar tu magia, porque esa gente es dura y está fuertemente armada. Ahora mismo mientras hablamos y tus amigos están acabando con esos monstruos al otro lado del pasillo, ellos ya están tomando posiciones frente a la salida del laboratorio. Tenéis que salir de ahí y cuanto antes. Pero no podréis salir pegando tiros, tienes que ser más listo... ¿Recuerdas aquella época en la que sólo con verte aparecer los tipos más duros se venían abajo? ¿Recuerdas el miedo que podías inspirar en el corazón de los demás?...- te pregunta con aire travieso y cómplice.

-Ve con los demás, y te diré que harás... Vas a arrancarles las cabezas a esos bichos y después saldrás con toda la dignidad que tiene mi Dios de Ébano con una cabeza en cada mano, y se las mostrarás... Les mostrarás la furia de Teseo y harás que huyan. Buscaréis un coche y encontraréis un lugar en el que permanecer a salvo hasta que llegue el día. Tienes que hacerlo...- su voz va apagándose con sus últimas palabras -Tienes que sobrevivir... Tienes que hacerlo por mi, me lo debes... Vive Lucas, vive... Vive y encuentra a los que nos hicieron esto... Y después mátalos a todos...- hasta que se transforma en un susurro engullido por el ruido del mar que cobra fuerza restallando en tu cabeza.

Al parpadear y abrir los ojos eres incapaz de decir cuanto tiempo ha pasado... Segundos, minutos ¿Quizás?

La niebla del pasillo comienza a disiparse mientras se escucha el ahogado sonido de algo que muere al otro lado.

Aunque no puedas comprender todavía cómo: Ahora sabes qué tienes que hacer.

El momento ha llegado: Se desencadena la masacre...

IV aulla con todas sus fuerzas mientras se esfuerza en arrancarse los zarcillos vivos que a su vez tratan de penetrar en su cuerpo por su boca, sus fosas nasales, sus oídos... El grito de supervivencia es desgarrador y sus uñas se llenan de sangre mientras se araña la cara en un claro intento de salvar la vida a cualquier coste...

Frente a él, FlyBy lo observa con frialdad y descubre que la decisión está tomada. Gira ciento ochenta grados sobre si misma y encañona a Hyde de nuevo. La ráfaga impacta directamente sobre la probóscide que hace las veces de cabeza y Hyde se mueve con lentitud mientras abre su boca y sus patas lo impulsan directamente en busca de su objetivo. Con movimientos suaves como los de una araña, se lanza sobre FlyBy por mero instinto, ciega de ira en busca de quien produce los disparos... pero no es tan rápida como debiera.

Al segundo siguiente FlyBy ya no está ahí; como si de otro extraño animal se tratase ha saltado con la única ayuda de sus piernas y realiza una voltereta en el aíre con los brazos extendidos; un hermoso angel de la muerte desatado en movimiento...

Hyde cae derecho en la trampa y se precipita sobre Seek al tiempo que II tensa los músculos de su rostro y apunta deliberadamente a pocos metros de distancia sobre la cabeza del Underdog. Sabe que a esa distancia no puede fallar y la bestia alertada por la figura arácnida que se le viene encima, ni siquiera tiene tiempo de escuchar los disparos que impactan directamente contra su cuello. La escena se tiñe de verde mientras la sangre de Seek lo salpica todo. Los disparos de II hacen que la mitad de su cuello vuele en pedazos y Seek muere casi automáticamente... Todavía está de pie cuando la boca plagada de dientes de Hyde aterriza sobre su pecho y comienza a desgarrar su plexo solar sin miramientos ni contemplaciones.

I trata de ignorar el sonido de disparos a su alrededor mientras busca una cobertura que le permita pararse a pensar en cual habrá de ser su siguiente movimiento. Tras bordear el banco de trabajo del laboratorio observa las sombra de dos figuras que aparecen en escena a través de la puerta sureste de la sala. Su primer instinto es retroceder con los ojos abiertos al pensar que un nuevo enemigo se manifiesta en la escena. El mundo vuelve a moverse a cámara lenta...

I toma aire al reconocer brevemente a las figuras que irumpen en la sala con aire decidido y miradas asesinas. III y V cruzan la puerta y apuntan a su vez sus armas. Rodilla en tierra. Los dedos sobre los gatillos, la mirada puesta en Hyde...

FlyBy todavía está en el aire cuando escucha el grito de I tratando de hacerse escuchar por encima de los disparos de II y el sonido que producen las ansias de vivir de IV...

-¡¡¡FLYBY AL SUELO!!!- grita con todas sus fuerzas a su compañera en un intento de prevenirla para que no se interponga en la línea de fuego de los refuerzos recien llegados.

A su vez con una elasticidad impropia de un ser humano corriente, FlyBy gira de nuevo en el aire sobre si misma y al caer se ovilla rodando justo a tiempo.

Click.

El sonido de los percutores presagian la nueva ráfaga de disparos que se abre paso sobre el aguijón que es la espalda de Hyde, que yace fuera de sí mientras mastica los pulmones de Seek.

El chillido que produce la bestia al ser herida no encuentra palabras en nuestro idioma para ser descrito cuando la parte posterior de su anatomía estalla salpicando la escena a su vez de un nuevo color azulado intenso...

La boca de Hyde se abre mostrando una miriada de dientes y su interior comienza a latir como si fuera a explotar...

¿Eso es todo? qué decepción... bueno, querido Wax, no cuentes a los chicos de GES que te he dejado marchar con vida o puede que sospechen que nos hemos confabulado y sospechen que les has traicionado, ¿vale? Cuidate, quizás nos encontremos en el futuro. Has hecho un buen trabajo, me has hecho sudar bastante. Espero que a la próxima ocasión no estés en el bando equivocado y no tengamos que enfrentarnos.

Y el cortafuegos cae dejando via libre a Wax para que retorne a su sistema. Por un lado me sentía estúpida dejando a un poderoso enemigo al que podría enfrentarme nuevamente en el futuro,pero bien pensado...

- ese enemigo podría llegar a ser un aliado conra los chicos de GES.

- Los chicos de GES pensarán que han vencido. Se equivocaban.

Pero aún quería mantener mi ventaja un rato mas. Tras un inocente .gif que envío a Wax se esconde mi propia programación. No cerré la conexión, sino que tras pasar al otro ordenador lo poco que podía quedar operativo en el sistema, camuflé allí mi mente. Y aguardé a que eraser se destruyera a si mismo, agazapada en el sistema de Wax y mirando con curiosidad a sus captores a través de su webcam mientras creaba un programa de instalación. Y luego abandoné el ordenador de Wax y accedí a la BIOS y reinstalé todo lo que había podido salvar.

Y volví a mi cuerpo. Lo echaba de menos,

Su esencia me perturba. Podía reconocerla a kilómetros con su perfume caro y el golpeteo rítmico con que mece su cintura y golpea al suelo con sus tacones al mismo tiempo. Josephine. Josephine la hermosa, una diosa, la misma Afrodita encarnada en la tierra, capaz de rendir naciones a sus pies, de provocar guerras. La misma Helena de Troya debía tenerle envidia.

Me llama por mi nombre. No respondo, no me muevo. Estoy allí de pie, incrédulo, de pie frente a una diosa, sin mover un músculo. Soy un idiota, siempre lo he sido cuando ella está presente. Me tiene a sus pies.

Josephine.

Respondo, ella se burla. Rie con esa sonrisa blanquecina, con ese fulgor por el que los hombre mueren y matan en una guerra sin sentido. Me llama por mi nombre, me llama por mi nombre y me obligo a recordarme que ella está muerta y que yo estoy cerca de seguirla. Estoy de pie, en aquel laboratorio, estoy de pie añorando que se acerque más.

Cierro los ojos y me piedo en las fragancias que exhuda, en el sudor de su cuerpo, en el néctar de sus labios, en la voluptuosidad de su figura. Josephine. Tengo un momento de debilidad. Mi último momento de debilidad. Está muerta, me obligo a despertar, enterrándome en el recuerdo de sus ojos sin vida y su rostro ensangrentado. El olor a sal, el maldito olor a marea muerta que me perseguirá hasta el final de mis días.

Josephine.

De nuevo se ríe, se burla. Es una niña en el cuerpo de una diva, para ella es otro juego. Siempre lo ha sido. Me gustaban sus juegos, estaría en ellos de no haberla matado. De no haberme matado.

Me explica quien soy. Me describe. Siento su mano deslizándose por mi pecho. Siento escalofríos, pero no me muevo. Soy un gatito asustado, un cobarde. Soy lo que ella quiera que sea. Soy lo que ellos no quieren que sea. Aprieto mi puño, mientras intento escucharla, mientras intento seguir sus palabras. Mido cada letra, trato de guardar cada sonido en mi memoria. Trato de tocar a dios.

Josephine

Ella quiere que viva. Quiere que salve el día, que la proteja, que me salve. Es lo que siempre me pide. Me observa fijamente, con esos ojos marrones. No puedo decirle que no. Nunca he podido. Nunca lo he hecho. Me maldigo por ser débil, por caer en sus encantos, por ser lo que soy y al mismo tiempo por haberlo olvidado.

<<Sin mierdas Sherlock*. Eres un maldito estúpido>>

Me digo mientras camino. Nos volveremos a ver, sé que no debería, pero la necesito. Necesito que esté allí, soy un adicto, soy un maldito adicto y aquello no va a cambiar.

Nos volveremos a ver...

...Josephine

El diablo cuida de los suyos, aún en el mismísimo Armagedón. Y aquello era más cierto en la carnicería que tenía lugar. Una criatura vencida, la otra sedienta de sangre. No había tiempo para juegos, no había tiempo para jugar a ser los genios.

Y Siete lo sabía.

Su figura oscura se alza en el pasillo, mientras el tiempo parece transcurrir lentamente. El estampido de las balas que han agujereado parte de la espalda de la segunda criatura apenas se desvanece. El zumbido apenas si deja oír sus pasos, fuertes, sobre cristales, sangre y porquería, mientras se mueve con la tranquilidad de un fantasma en zona de guerra.

Alza su brazo, mostrando su arma, mientras la carga. Sus movimientos coordinados y medidos, parecen sincronizados con los latidos de cada uno de los presentes. No hay ruidos, sólo los pasos de VII que resuenan en el eco del desastre. No mira a nadie, no se fija en nadie, en su mente sólo hay un objetivo. No sonríe, esta vez no hay comentarios estúpidos, esta vez no hay burla ni sorna, no hay insultos vedados.

Se posiciona junto a la criatura, y comienza el esfuerzo. Flexiona levemente sus piernas, observa, calcula, analiza, deja el brazo con el arma extendido, toma el aguijón mareado con fuerza entre su mano y aprieta con fuerza, halándolo hacia sí, haciendo que la criatura gire un par de grados la cabeza. No le da tiempo de respirar siquiera. De observarle.

-Hola-

Pronuncia con voz ronca, profunda, seria, no hay ni el más mínimo ápice de festividad en su rostro, no es divertido ya. Su brazo se ha flexionado hace una fracción de segundo, posicionando el cañón del arma en la blanca cavidad protegida por filosos dientes, en la boca del diablo. Aprieta el gatillo, mientras el retroceso hace que su brazo se mueva apenas hacia arriba y hacia abajo.

BANG, BANG, BANG, BANG, BANG

Vacía el cargador en la garganta de su enemigo. Casi sin mirarle. Es apenas un obstáculo, ya no es su objetivo. Ya no más...

-Nos vamos. Ahora.-

Los cuerpos de las bestias surgidas de Dios sabe donde, yacen muertas en el centro del corro formado por las figuras del grupo... Se ha hecho el silencio alrededor. Un silencio sepulcral propio de una unidad de combate que se ha enfrentado por primera vez a la muerte y ha conseguido salir del trance para poder contarlo. Un silencio compartido forjado a base de la necesidad de supervivencia y de un instinto de huida hacia adelante.

Un silencio que se rompe con el click del encendedor de FlyBy y el sonido de su inhalar de humo; el aroma a tabaco rubio americano inunda la escena por encima del olor a muerte pegajosa que mancha e impregna lo que hace unos minutos era el impoluto suelo de unl laboratorio.

El plan no ha salido como nadie esperaba. Pero lo han conseguido.

IV contempla los restos acribillados de las criaturas y se ajusta las gafas llevándose los dedos al puente de su nariz aguileña, con su cara enrojecida y marcada de arañazos autoinflingidos siendo el primero en hablar: -Creo... creo que necesito una copa. En serio- musita más para si mismo que para los demás.

Fly contempla la mirada seria de VII posada también sobre los cuerpos. En su mano todavía se aferra el arma de fuego sujetada con fuerza; tanta que los nudillos se vuelven blancos.

-Gracias por eso Rambo... ¿Y ahora qué?- se vuelve a mirar al resto de miembros del insólito grupo. Apenas puede asumir el pensar que hace apenas un rato todavía se encontraban recién despertados a una escena de pesadilla que parece prometer un crescendo cada vez mayor. Le preocupa lo que pueda estar por venir.

-Ahora... Ahora viene la furia de Teseo- responde VII con frialdad.

Acto seguido se abalanza sobre el cuerpo de Hyde, tras guardar la semiautomática en su espalda, y colocándose a horcajadas sobre lo que queda de él, dispone las manos a ambos lados de la probóscide que hacía las veces de cabeza para la criatura, afianza las piernas doblando las rodillas y tira de ella hacía si mismo con un generoso grito de ira, de frustración, de venganza... De un recuerdo roto y doloroso.

-AAAAAAAAARGH...- la voz se quiebra por el esfuerzo cuando a su vez le sigue la cabeza de Hyde desprendiéndose del queratinoso cuerpo que lo convertía en una amenaza.

I contempla la escena asombrado y con la boca abierta y sólo atina a preguntar: -¿¿Pero que se supone que estás haciendo pedazo de animal??- inquiere al observar como VII pretende repetir de nuevo la operación con la cabeza de Seek.

Esta vez le resulta más fácil: Su cuello seccionado en parte por las rágafas de II se rompe con apenas un crujido al utilizar VII su propio pie como palanca para arrancar lo poco que todavía la une al resto del cuerpo.

-¿No lo ves genio? Les arranco las cabezas...- afirma VII a modo de respuesta con una frialdad tan poco natural que hiela la sangre de I, quien empieza a temer por la estabilidad mental del hombre negro que ahora le sostiene la mirada como si mirase muy muy a lo lejos.

-¡Joder, claro que lo veo! ¡Tengo ojos y no soy estúpido!- estalla I furioso ante lo irracional del comportamiento y la respuesta... -¿Pero de qué cojones nos va a servir eso? ¿Quieres llevarte un puto souvenir de recuerdo?-

-Ella me dijo que...- VII calla en seco y devuelve una mirada, pero esta vez no está cargada de odio, ni de sorna, ni tan siquiera de ira, es sólo la mirada de alguien que evoca un recuerdo doloroso -Mira, da igual. Ahora veremos si el consejo funciona. Lo vamos a saber de un momento a otro...- finaliza VII con claras intenciones de ponerle punto y final a la discusión.

II contempla en silencio la discusión situado junto a FlyBy y a IV y encarca una ceja antes de intervenir: -¿Tienes una buena razón para ponerte a cazar cabelleras justo ahora?- su lenguaje corporal ha pasado casi inadvertidamente a ser una octava más agresivo al encarar a VII realizando la pregunta.

-Puedes apostar tu frío y desapasionado culo blanco a que la tengo... -responde de nuevo VII. -Tenemos que salir de aquí y conseguir un coche que nos permita alejarnos y buscar un sitio más tranquilo- informa a los demás, y en mitad de la frase su rostro se ilumina brevemente al recordar las llaves del vehículo que había "expropiado" a los vigilantes de seguridad muertos hacía un rato.

Esperemos que sea un coche familiar... piensa VII para sí mismo mientras arroja el juego de llaves sobre su hombro a II con un seco -Conduces tú- y después se encamina hacia la salida del laboratorio.

-Espera, espera Rambo... ¿Por qué tengo la sensación de que hay algo que no no estás contando? I tiene razón, ¿Qué tienes en mente?- inquiere FlyBy con resquemor, sabedora de lo volátil que puede resultar el hombre negro a tenor de los acontecimientos recién pasados.

VII se resigna y se encoje de hombros... -Ahora no puedo explicároslo. Alguien me dio un consejo para salir de aquí y voy a tratar de seguirlo. Lo mejor será que os quedéis detrás de mi y crucéis los dedos para que funcione, porque esto todavía no se ha terminado. Eso os lo garantizo. Y dejad de hacerme perder el tiempo ya... ¡Joder!- trata de silenciar abruptamente las preguntas del resto.

-¿Alguien?- toma el relevo IV sorprendido mientras I sigue observando de nuevo a VII en silencio; tal vez llegando a sus propias conclusiones a la hora de de juzgar su estado mental en estos momentos. -¿¿Quieres decir que hay alguién más aquí con nosotros?? ¿Y no nos lo habías dicho hasta ahora?- IV se sorprende a sí mismo con una reacción impropia. Sus nervios están a flor de piel y la tensión se abre paso a través de las arrugas de su voz.

-No. No está aquí... Ya no. Está muerta. Siempre lo estuvo... Pero ha venido a verme- termina por responder con algo parecido a un tono de inseguridad en su propia voz.

-¡Genial!- tercia I rompiendo su silencio de improviso con un aire bromista... -Ahora seguimos los consejos de una muerta...- sus dedos vuelan hasta sus sienes masajéandolas mientras piensa en cómo puede ayudar a VII a volver a mantener un contacto más estrecho con la realidad.

FlyBy termina el cigarrillo y aplasta el filtro con la punta de su bota contra el suelo al tiempo que recuerda su propia visión. La niña muerta, su cara ensangrentada convertida en una mariposa batiendo las alas... -Lo miréis por donde lo miréis no será lo más raro que hemos visto hasta ahora- dice haciendo un gesto con el cuello que señala los cuerpos de las bestias muertas que quedan a espaldas del grupo.

VII se vuelve hacia la hermosa mujer capaz de arrancar los secretos de la oscuridad con la única ayuda de sus ojos y añade: -Gracias por el voto de confianza encanto. Después de haber salvado tu hermoso trasero dos veces en lo que va de noche, es lo menos que podía esperar de ti. ¿Tal vez cuando encontremos un sitio más tranquilo tú y yo deberíamos... ya sabes, conocernos mejor...- la sonrisa del hombre negro se enmarca con dientes blancos como perlas mientras sostiene la mirada.

FlyBy siente que ese tipo de respuesta es más del estilo del carácter de VII. Tal vez no esté tan loco como quiera estar haciéndose pasar frente al resto.

-Yo que tú no contaría con ello Ram...- intenta contestar la grácil mujer ante la aguda invitación del tipo duro del grupo. Pero calla antes de terminar la frase...

Porque de repente las luces del edificio se apagan sin previo aviso y el grupo se pone en tensión. Todo ha quedado en silencio, como si alguien hubiera decidido cortar el cable indebido en el momento indebido. La oscuridad ha vuelto a envolverlos de nuevo y de fondo lo único que se escucha son las respiraciones que se aceleran, y las miradas de unos buscándose a otros en mitad de la noche apenas iluminada por la luna en el exterior.

La tensión sube de nuevo otra octava cuando débiles ruidos se escuchan provenir del pasillo suroeste. III y V que han observado la escena en silencio, guardándose sus propios comentarios para sí, enfocan con sus armas el quicio de la puerta. Preparados para abrir fuego y contestar a cualquier nueva amenaza que pretenda borrar del mapa al hetereogéneo grupo.

Una figura trastabilleante apenas iluminada por las luces que se cuelan por los ventanales de la salida cercana del edificio entra en escena...

Apenas un segundo antes de abrir fuego los dedos se relajan sobre los gatillos cuando la menuda silueta avanza a trompicones atendiendo a pronunciar en voz baja:

- Soy yo, soy yo... No disparéis- implora VI acercándose hasta FlyBy y casi derrumbándose entre sus brazos con la cara manchada de sangre; detalle que apenas se vislumbra en la oscuridad. Pero FlyBy puede ver como si estuviera en mitad de un día claro de verano...

La sensación de adrenalina se dispara de nuevo, siendo esta vez compartida por todos.

-¡Por Dios! ¿Cielo que te ha ocurrido?- pregunta FlyBy tratando de limpiar la sangre del rostro de su compañera en un gesto maternal que siente casi impropio de si misma.

-No hay tiempo- la voz de VI es entrecortada y jadeante. Rota por el esfuerzo físico y mental que ha sufrido. -Hay más allá afuera. Son por lo menos media docena. Humanos. Están armados... Gente de la Global Endeavour- alcanza a musitar.

-¿Los has visto por las cámaras? ¿Están dentro del edificio ya? - interroga II con aire frío y robótico calculando las posibilidades de enfrentarse a una nueva amenaza teniendo en cuenta el estado general del grupo, y revisando la escasa munición de su arma.

-No... No... me lo dijo él... - pronuncia VI con apenas un debil hilo de voz antes de que FlyBy decida pasar su brazo por debajo del hombro de su compañera.

De fondo el rumor de la voz de I parece querer improvisar otro agudo comentario sobre muertos parlantes, pero FlyBy lo interrumpe antes de que abra la boca.

-Creo que no hay tiempo para más preguntas. Deberíamos de tratar de salir por la parte trasera del edificio, quizás así tengamos una oportunidad de alcanzar el parking y entonces...- comienza FlyBy a modo de nuevo plan de contigencia improvisado.

-¡No!- sentencia VII con una profunda y ronca voz.

El hombre negro y musculoso devuelve la mirada al resto del grupo, con la cabeza de cada bestia muerta sostenida en cada mano.

-Dejádmelos a mi. Yo me encargo- apostilla secamente y acto seguido sin esperar a más preguntas, ni discusiones inútiles o bizantinas se encamina con pasos pesados, fuertes, medidos, y con el corazón latiéndole con fuerza bajo el pecho hacia la salida principal.

-¿Pero adonde va este loco?- se pregunta I en voz alta con incredulidad.

La voz de VII responde más allá de la puerta...

-A darles una muestra de la furia de Teseo...- es lo último que se le escucha decir antes de que el grupo lo pierda de vista...

No mates al informático, ¿quieres? es un chico con rasgos eslavos y de unos 18 años. Nos vendrá bien si está vivo. dije débilmente y visiblemente cansada. El desgaste de concentración mental me había dejado agotada también físicamente y hubiera pagado una fortuna por conseguir reposar, descansar un par de horas, tres quizás, apoyar la cabeza y dejar que mis pensamientos fluyan libremente mientras me alcanza el sueño. Pero quizás no nos lo podíamos permitir.

Vosotros... ¿estáis bien? estaba preocupada, no he podido echaros una mano, ¿sabéis?.

Y no me llaméis mas VI. Me llamo Numen.

Siete camina despacio. Tranquilo. Sus pasos de nuevo resuenan, como siguiendo algún ritmo invisible. No hay prisa ni temor, el negro se aleja, sucio de sangre, suya, de las bestias, de todos. Un guerrero espartano que regresa de la batalla, y los guerreros espartanos no se rinden, no hay cobardía, sino valor. Ha sido entrenado para morir en batalla.

Su silueta se dibuja en la entrada principal. Se detiene unos instantes. Saborea el aire, respira profundo. Les deja disfrutar sus últimos minutos de ventaja. La oscuridad le dibuja perfectamente. Los pequeños círculos rojos se dibujan en su cuerpo. No se iban con juegos. Él tampoco estaba ya jugando.

-Salid con las manos en donde podamos verlas-

La voz sonaba fuerte. Imperativa. Siete sonríe.

Esto va por tí, Josephine

El negro camina, en donde la luz se desvanece un poco apenas, revelando su apariencia. Puede contarlos lentamente, puede ver como sus armas le apuntan, como los dedos tiemblan y dudan, tensionándose para halar el gatillo a la primera orden. Levanta las manos y muestra los trofeos de guerra con rostro sereno. La luz de una farola iluminan los rasgos alienígenas de ambas cabezas, aún goteando sangre. Siete no se mueve. Toma aire.

-Este es un regalo para vosotros- dice lanzando la cabeza de Seek primero, justo en frente, el pedazo de carne rebota hasta quedar boca arriba a los pies de uno de los hombres. -Y esta es una jodida amenaza- dice mientras muestra la cabeza de Hyde y la lanza para caer no lejos de la primera.

-Cada uno de estos ha sido capaz de cargarse a vuestros equipos allá adentro. Nosotros hemos acabado con ellos con apenas esfuerzo, con nuestras manos desnudas- dice mientras baja los brazos y los lleva a los bolsillos.

-Somos ocho, si me disparáis, os juro que hay siete como yo que van a salir de aquí y os van a quitar las cabezas una a una, y no podréis hacer nada al respecto- mantiene la seriedad. Se recuesta contra el marco, aflojando los músculos. -Así que, bajaréis vuestras armas, y no os arriesgaréis a que 7 cosas peores que eso que véis ahí, hagan una fiesta de vuestras entrañas. Nos vamos a ir, pero a cuantos de vosotros nos tendremos que cargar, dependerá de vosotros-

-¿Estamos?-

Una mirada se cruza, hay duda, hay miedo. No muchos soldados están preparados para lidiar con monstruos infernales, y menos aún, con quienes les cazan sin mostrar un sólo rasguño. Nadie a consciencia piensa gastar vidas y munición sabiendo a ciencia cierta que va a perder, nadie que no sea un fanático.

-¿ESTAMOS?-

Los zarcillos de color blanco se apoderaban de mi cuerpo penetrando por mi boca y fosas nasales.
Dicen que cuando estas cercano a la muerte la vida pasa delante de tus ojos.

UNA MIERDA!!!

En mi mente lo único que vi fue una eterna oscuridad sin principio ni fin, sin suelo ni cielo, sin tiempo ni espacio, solo negro tan negro como mis recuerdos más allá de la sala en donde desperté un tiempo atrás rodeado de líquidos amarillentos y muertos por doquier tan negro como VII o como la noche que era testigo de lo que ocurría en ese maldito hospital y lo peor es que tenia la sensación de que no era la primera vez que veía esa oscuridad…

Ni seria la ultima me obligue a pensar a la vez que contraía mis músculos para después expandirlo como si fuese una bomba de presión intentando reventar el tapón que impedía fluir el agua por una cañería.

De un modo u otro y sin saber muy bien como en mi lucha conseguí zafarme de la extraña telaraña blanca.

En ese momento y de forma muy lejana puede oir.

-Nos vamos. Ahora.-

IV contempla los restos acribillados de las criaturas y se ajusta las gafas llevándose los dedos al puente de su nariz aguileña, con su cara enrojecida y marcada de arañazos autoinflingidos siendo el primero en hablar: -Creo... creo que necesito una copa. En serio- musita más para si mismo que para los demás.

Media docena de puntos rojos atraviesan la noche hasta posarse sobre el pecho de VII un segundo después de que este abra la doble puerta frontal del edificio con una poderosa patada. El resto del grupo permanece apostado en la pared cercana, evitando exponerse a la luz de la noche que delate su posición con la respiración contenida y el pulso en un eterno latido suspendido en el tiempo...

El equipo de oponentes, vestidos con las mismas ropas de combate que el grupo ha robado a unos muertos presionados por la necesidad, se dispersa y toma posiciones a lo largo del jardín de entrada del edificio al notar la imprevista irrupción que los toma totalmente por sorpresa.

Las ropas y la oscuridad de la noche, interrumpida por la iluminación exterior de las farolas del campus han podido confundirlos en primera instancia, pero la confusión no dura demasiado. La voz del líder se hace oir con firmeza...

-Salid con las manos donde podamos verlas- dice en forma de orden que no deja lugar a dudas. El tono es imperativo y conciso, pero los movimientos nerviosos del resto de miembros de la unidad reflejan dudas, reflejan nervios...

VII levanta los brazos mostrando las cabezas de las bestias arrancadas a modo de macabros trofeos mientras todavía gotean sangre y esta mancha las escaleras de la entrada gota a gota.

Las palabras brotan de su boca mientras las arroja al suelo haciéndolas rodar hasta caer a los pies de quien parece el lider de la unidad.

Los miembros de la unidad de combate caen presa de la tensión del gesto, se miran unos a otros con los pasamontañas ocultando sus rostros; esperan órdenes mientras VII adopta una postura relajada y pone su órdago final encima de la mesa.

En el interior del laboratorio, siete personas permanecen agolpadas junto a un muro. Cruzando los dedos, rezando y preguntándose si su compañero se ha vuelto loco...

Alguien susurra... -Dios mio va a hacer que lo maten- y en realidad a nadie parecer importarle de quién proviene la frase. En ese momento parece que no puede ser más acertada ni estar más cargada de razones para ser pronunciada al augurio de las sombras que les separan de sus enemigos.

VII encara uno a uno la mirada de la media docena de hombres que permanecen quietos en sus posiciones, aunque algunos talones comienzan a ceder y buscar un mejor apoyo. Tal vez se lo estén pensando... Tal vez sólo estén afianzando su equilibrio preparándose para la orden de abrir fuego.

El sonido de fondo de un motor rompe la sensación de suspense. A unos cien metros se ve alejarse un camión tirando de un trailer de color blanco, con el sonido de sus frenos hidráulicos chirriando a modo de despedida.

Las miradas se cruzan, hay dudas y miedo... Son soldados y están preparados para acatar órdenes, pero no fanáticos dispuestos a morir ante un enemigo superior...

El lider de la unidad lleva lentamente su mano izquierda al oido escuchando quizás una voz invisible que le transmite órdenes acerca de lo que debe o no debe hacer.

-Diez cuatro- responde con frialdad y cierto deje de frustración, como si no le gustara lo que acaba de escuchar y después exclama a gritos: -¡Equipo Alfa abortad, abortad! ¡Retirada! ¡Moveos muchachos!-

Entre una sensación de incredulidad compartida, los miembros de la unidad comienzan a retirarse; todavía con sus armas apuntando a VII, todavía con la inseguridad de no creer que la orden que acaban de recibir sea del todor real. Quizás con el secreto alivio de no tener que medir sus fuerzas ante un enemigo cuyas verdaderas capacidades desconocen...

Una furgoneta negra irrumpe en la escena con los brillantes faros apuntando hacia la entrada mientras VII sonríe con desprecio. El derrape de las llantas y la puerta corrediza lateral abriéndose para dejar que los miembros de la unidad se lancen a su interior con desesperación...

Y después la maniobra de marcha atrás. Dura, repentina y desasosegante que deja paso a su retirada entre el olor a goma quemada y el silencio de la noche que vuelve a ser pasto que alimenta las dudas del grupo que queda atrás. Todavía más incrédulos si cabe que el enemigo que se bate en retirada, ante la posibilidad de que todo resulte demasiado fácil.

VII se vuelve hacia la oscuridad de la entrada del laboratorio...

-¿A qué coño estáis esperando? ¿Queréis quedaros aquí a probar suerte a ver si se lo piensan dos veces y vuelven a por nosotros?- dice casi estallando en una carcajada nerviosa. Ni el mismo se acaba de creer que una maniobra de intimidación tan suicida halla surtido efecto.

A toda prisa los restantes miembros del equipo salen en tromba casi empujándose unos a otros.

II con paso ligero se desliga del resto anunciando que va a buscar un vehículo que les sirva para salir de ahí lo más rápidamente posible.

I musita que no puede creerlo, y FlyBy responde que deberían de alegrarse de seguir vivos.

Los minutos se hacen tensos hasta que la figura de una Chrysler Gran Voyager plateada y con las lunas tintadas se abre paso hasta la entrada del laboratorio. El sonido de los seguros de las puertas abriéndose es una invitación que el resto de miembros no dudan un segundo en aceptar.

-¿Y ahora adonde?- pregunta II con sequedad.

I anuncia que todavía no ha amanecido y que el grupo va a necesitar descansar, sobre todo al dirigir la mirada hacia Numen que yace recostada sobre su propio asiento con los ojos cerrados respirando con profundidad, necesitan un lugar tranquilo en el que dejar pasar el tiempo, comer algo, reponer fuerzas... Discutir el siguiente paso a tomar.

Antes de que estalle una nueva discusión IV se hace escuchar por encima del resto y le indica a II: -Baltimore Este. Sigue recto hasta que encuentres la primera salida hacia la Avenida Orleans- aconseja

El Chrysler a rebosar de ocupantes arranca y se pone en marcha.

VII interroga a IV acerca del consejo: -¿Vamos a hacerle una visita a tu novia guapito? Sí es así me pido el primero de la ronda- dice con sorna una vez más.

IV encara al negro del grupo con seriedad: -No. Estamos en la zona y es un barrio con mucho toque... de color. La policía no estará patrullando a estas horas y menos por esta zona. Seguramente podremos encontrar algún sitio donde descansar y tomar una copa- dice con rotundidad; impasible ante la idea de renunciar a un buen trago que le calme los nervios.

-¿Y cómo sabes eso?- pregunta FlyBy movida por la curiosidad.

-Simplemente lo sé- sentencia IV encogiéndose de hombros con pretendida indiferencia.

Se hace el silencio mientras II conduce respetando el límite de velocidad. Nadie parece querer romper la magia, o quizás la tregua débilmente alcanzada por el momento. Aunque tras ese tenso y breve interludio desde el fondo del coche familiar se escucha la débil voz de Numen: -¿Creéis que nos estarán buscando?-

II conecta la radio y trata de sintonizar una emisora de noticias casi como un instinto aprendido, mientras su instinto trata de localizar algo que se parezca a un lugar seguro...

El interior del coche se llena con la suave y medida voz de un locutor haciendo un repaso de las noticias...

"Noticias de última hora dentro de la sección local, la ciudad de Baltimore amanece hoy con la sospecha fundada de que un grupo de inviduos formando parte de una célula terrorista organizada, todavía pendiente de identificar, intentó acceder hace aproximadamente unos cuarenta minutos a las instalaciones de un laboratorio situado en el campus del Hospital Universitario John Hopkins, presumiblemente con la intención de hacerse con muestras de naturaleza biológica todavia sin precisar.
Las fuerzas de seguridad del estado de Maryland han sido movilizadas al tiempo que la Casa Blanca ha decretado ha decidido elevar hace unos minutos el nivel de alerta terrorista que se ha establecido en Naranja. Por ahora ningún representante del Gobierno ha concedido declaraciones al respecto de los hechos sucedidos bajo el pretexto de que todavía se están investigando los hechos sucedidos.
Se especula también todavía con el papel que ha podido jugar en estos hechos todavía por esclarecer, la intervención de un equipo de seguridad y respuesta rápida de la empresa Global Endeavour Services, uno de los principales contratistas de seguridad privada del país y filiar del Fondo de capital privado Crisalys Group. Según una fuerte anónima a la cual ha tenido acceso esta cadena de noticias: La sede de la empresa situada en Baltimore habría recibido una alarma temprana de seguridad al violarse la integridad del perímetro de las instalaciones atacadas y habría respondido con toda la fuerza necesaria que hubiesen podido desplegar sus efectivos para tratar de evitar sin éxito que los terroristas escapasen de las instalaciones.

Cabe recordar que GES posee numerosos contratos tanto con instituciones privadas como gubernamentales, enmarcados dentro de la reciente política del gobierno que trata de primar el ahorro de costes recurriendo a la privatización de las medidas de seguridad de entornos considerados de alto riesgo para ser designados como posibles objetivos de ataques terroristas.
Este incidente se produce cuando todavía continua en el Congreso el debate acerca de los derechos de estos miembros de fuerzas de seguridad privadas, para poder intervenir en suelo norteamericano en defensa de los interses de sus contratos, en una clara lucha de poder por jurisdicción con las fueras del órden autorizadas para hacer cumplir la ley.
Por el momento tampoco ningún responsable de GES, ni tampoco el portavoz de Crisalys Group han elegido pronunciarse al respecto de este incidente, aunque analistas financieros de Morgan Stanley y Goldman Sach consultados por esta cadena, han anunciado que sin duda esta noticia influirá en las cotizaciones financieras de ambas empresas dentro de unas horas con la apertura de los mercados financieros.

Mientras, la búsqueda de los terroristas fugados que han sido declarados como armados y extremadamente peligrosos, parece haberse alzado como una de las máximas prioridades de las fuerzas del órden locales, y no es descartable la posibilidad de que la oficina del Alcalde de la ciudad de Baltimore convoque una rueda de prensa en las próximas horas...

Y hasta aquí este informativo especial de la cadena WINS; les ha hablado Richard O'Malley para la cadena informativa WINS. Noticias siempre y cuando Usted las necesita... Porque el mundo entero puede cambiar en 24 horas.

Cederemos la palabra a George Kaplan, nuestro comentarista especializado en noticias deportivas, pero eso será tras un breve descanso musical. Quédense con nosotros para escuchar la relajante voz de un éxito de ayer y de hoy protagonizado por Bobby Darin que esperamos sirva de contrapunto a este trágico incidente con el que amanece hoy la ciudad de Baltimore. Recueden, quédense con nosotros aquí en la cadena WINS... Y a continuación... deportes..."

La aterciopelada voz venida del pasado llena el interior del coche mientras las calles van quedando atrás...

La realidad muchas veces está tejida con mentiras diseñadas para el gran público, y esta no debería de ser una excepción. En alguna parte alguien ha empezado a tejer una nueva farsa. Una farsa quizás destinada a ser la alfombra que los protagonistas de esta historia deberán de pisar mientras se abren camino en busca de la verdad...

Fundido en Negro