Partida Rol por web

Con la velocidad del rayo, un cuerpo se situó tras Roberto, clavando por la espalda una daga que todos conocíais.

Maldito bastardo soltó Patricia, apuñalando al poseído con fuerza numerosas veces.

Roberto, con los ojos desorbitados, no se esperaba ese ataque. Dejó que Octavio cayera al suelo mientras él daba tumbos por la habitación.

El ataque contra Elena y su muerte definitiva le pilló por sorpresa. A decir verdad, haber acabado con suma facilidad con esa vampiresea hacía pensar seriamente a Alexander retirarse de aquel lugar. Y solo pensar en eso le daban náuseas -metafóricamente hablando-.

Un brujah, retirándose de un combate... eso no debía ocurrir. Si iba a morir sería con un rival digno. Así que, aprovechando los ataques de Patricia se acercó con rapidez a Roberto y recogiendo la espada de Octavio lanzó un tajo contra el enemigo.

Anubis miró a Cristoph y se levantó del suelo buscando su pistola y tratando de recuperarla, después le dio la mano al otro vampiro que había caído con él para ayudarle a levantarse. Después clavó una rodilla en el suelo.

Después apareció Patricia, aquella chica, no sabía muy bien por qué pero siempre le había caído bien. Quizá sabía, que tarde o temprano podrían contar con ella y no se había equivocado.

La daga que habían encontrado sirvió para algo y pudo ver como Roberto sufría varias heridas.

Anubis aprovechó la ocasión para descargar de nuevo su pistola, tenía que aprovechar las balas que quedaban. No sabía si aquello serviría de algo, pero por lo menos esta vez no se quedaría con los brazos cruzados.

Sin quitarle los ojos de encima a Roberto tomé la mano que me tendía Anubis y rechiné mis dientes con todo el odio que mi espíritu podía rezumar.

Había gastado mucha sangre y notaba el hambre voraz y como mis instintos pulsaban des de las profundidades de mi alma. Aquel odio y el hambre no eran una buena convinación. Pero no pare a pensar en ello, quería destruir a aquel vástago. Tenía que hacerlo antes de que fuera demasiado tarde.

Me lancé a la carrera de nuevo dispuesto a utilizar mis colmillos, el arma más letal que jamás había llegado a blandir.

La facilidad con la que Roberto ha liquidado a Elena me deja perplejo, a su lado no ha podido resistirse más que un vulgar humano podría oponerse a mí. Me pregunto si no estaremos perdiendo el tiempo al intentar acabar con un ser de semejantes capacidades.

Solo la insistencia de Christoph y la aparición de Patricia me animan a intentar sujetarle para que todos puedan morderlo o ensartarlo con lo que sea.

Tal vez no sea tan fuerte como pero mientras le tenga cogido no va a destripar a nadie más. Consumo mi reserva de sangre decantándola para tratar de poder hacer una flexión significativa a la vez que trato de sujetarle de manera que al hacer palanca le resulte muy difícil zafarse de mí.

Atacásteis a Roberto en equipo y eso tuvo buenos resultados.

Nkrumsh fue el primero en moverse. Desde su posición se mueve con velocidad y precaución para prevenir otro ataque como el que había acabado con Elena. Roberto no parece darse cuenta de lo que ocurre, así que Nkrumsh se coloca a su espalda y le sujeta. Tras una leve resistencia, la cabeza de Roberto cae sobre su pecho, como dándose por vencido. Mueve los hombros y gruñe, pero a penas le quedan fuerzas. Nkrumsh mancha su ropa con la sangre que cae de las heridas de Roberto.

Alexander se acerca hasta Octavio y recoge la espada del vampiro que todavía estaba en shock. Quizá no era muy diestro con esas armas, pero lo suficiente para hacer un movimiento rápido y fuerte con la espada para provocar otro profundo corte en la pierna, que comenzó a sangrar tanto que no tardó en hacer un charco en el suelo.

Anubis ayudó a levantarse a Christoph y disparó con la pistola, impactando en el pecho de Roberto. Christoph había gastado mucha energía así que decidió recuperarla. Gracias a que Nkrumsh le tenía sujeto, no le costó mucho levantar su cabeza y darle un mordisco, alimentándose de su sangre, aunque ya no le quedaba mucha.

Christoph vació el cuerpo de Roberto que dejó de hacer fuerza y Nkrumsh le soltó. Allí, tirado, se estremeció antes de volverse polvo.

Pero algo se levantó de las cenizas de Roberto. Un espíritu oscuro se incorporó y os miró a todos. Unos ojos rojos profundos os penetraron y algo se implantó en vuestra mente.

Habéis destruido el envase, pero no el contenido, jajajaja os habló una voz siniestra en vuestra mente.

Patricia frunció el ceño. Lanzó el puñal hacia esa forma extraña, pero sólo lo atravesó sin hacerle el menor rasguño.

Aquello estaba mejor, la sangre me recomponía y quizás era todavía más placentero ver el cuerpo de Roberto hecho pedazos.

"Al final la inteligencia se reduce a esto, cabronazo: el más listo sobrevive"

Pensé por mis adentros este epitáfeo para Lebronch. Pero aquello no había acabado. Una oleada de maldad se materializó frente a nosotros. Aquel ser fuera lo que fuera había penetrado en nuestro plano.

- ¿Qué erres y qué es lo que quierrés?

Traté de ganar algo de tiempo e información mientras los demás buscaban alguna estratégia para herirlo

Una cosa era enfrentarse contra un ser de carne y hueso, y otra muy distinta contra un ser incorpóreo. No sabía si matando a Roberto habían solucionado la situación o si, como se veía, la habían complicado. 

Alexander vio como el ataque de Patricia solo atravesó a aquel ser, y dio varios pasos hacia atrás. Estaban jodidos. 

Sin duda aquí habían sucedido hasta la fecha un gran número de sucesos que no llego a entender. ¿Que movió a Elena a atacar a Octavio? ¿Cómo cambió tan rápido de bando cuando un momento antes luchaba en un combate sin fin contra Octavio? Y luego esta ese Christoph, desapareciendo de repente para luego entrar en escena como si él solo bastara para ejecutar el plan que tramamos contra Roberto. Sin duda sabe algo, lo vi en sus ojos cuando bebió la sangre del cuerpo físico y por ello me dirijo a el sin dejar de observar a ese extraño ser que parece hecho de sombras tan densas como la misma oscuridad.

-Pero que coj-. ¡Eh! ¿Qué diablos es eso? Maldita sea Christoph, ¿Que es esa cosa?-

Anubis enfundó su pistola y se quedó mirando a la criatura incorpórea. No entendía que era ese espíritu y mucho menos sabía como derrotarlo. Tan solo le quedaba esperar a que se dignase a responder a sus preguntas o al menos a que se los llevase a algún lugar en donde su eterna vida finalizase por fin.

Jajaja se carcajeó el ser con una risa metálica. Vuestras armas no podrán hacerme nada añadió. Aunque estaba mirando a Patricia en esos momentos, no podíais dejar de sentir que sus ojos también estaban posados en los vuestros, vigilando cada cosa que hacíais.

Soy Caín, el Primero. Soy Caín, vuestro Padre. Soy Caín, vuestro creador. He vuelto por fin con una misión muy clara. Acabar con todos vosotros, jajaja.

El ser se empezó a expandir, elevándose hacia el techo. Empezó a atravesarlo, pero algo pasó, pues volvió a encogerse.

Aagg... El castillo arde...

Anubis tuvo una idea.

Se movió sigilosamente hacia fuera de la habitación donde se encontraba. Quizá el punto débil de aquella criatura fuera el fuego y el castillo estaba ardiendo. Si tenía suerte y conseguía algo que le sirviera de antorcha, podría hacer frente a ese ente que fingía o decía ser el poderoso Caín. El padre de todos los vampiros.

Maldita sea. Aquel ente se alimentaba de sangre y le detenía el fuego. Des de luego debía tener algun tipo de relación con los vástagos. ¿Podía ser aquello el espiritu de un vástago? Si aquello fuera cierto, estaríamos ante uno de los mayores descubrimientos de la história, incluso los nuestros teníamos almas.

Las palabras de Nkrumsh llamándome me hicieron salir del asombro. No podía responder a su pregunta, pero les ordené con autoridad:

- ¡Que alguien vaya a buscarr fuego!

Si aquella criatura se alimentaba de sangre, entonces debía tener algo de sangre en su organismo y si la necesitaba para vivir y se la quitábamos estaríamos acabando con ella.

Si mis hipótesis eran ciertas, quizás no podíamos atacar a un ente extraterrenal directamente con nuestros colmillos, pero ¿sería también inmune a la mágia de sangre?

Extendí las manos rápidamente y llamé la sangre de su cuerpo.

No entiendo nada de lo que está pasando, pero la orden de Zimbardo me da algo que hacer, un objetivo mundano en el que centrarme para olvidar lo sobrenatural de la situacion

Con el castillo en llamas, no debería ser dificil encontrar fuego, aunque conseguir traerlo de vuelta puede resultar bastante peligroso.

Me dirijo corriendo hacia la puerta de la sala, buscando por el camino trozos de madera que me puedan servir para improvisar unas antorchas.

Joder, como si eso fuera sencillo- dijo Alexander mientras era otro de los que corría hacia la puerta. En uno de los lados tenían a lo que parecía ser el espíritu de Caín, poderoso e indestructible, salvo por el fuego. En el otro un incendio de algo igual de mortal para ellos. La no-vida no podía ser mas interesante. 

Por vuestro propio pie o por las órdenes de Zimbardo, salís de la habitación. Recorréis unas escaleras ascendentes hasta llegar a la habitación en la que luchasteis con Roberto anteriormente.

El panorama era aterrador. En la habitación subterránea no había ocurrido nada, pero esa parte del castillo estaba siendo destruida por las llamas. En todos lados podíais encontrar el fuego alimentándose en las paredes, en las estanterías, en cualquier sitio.

El ser miró a Christoph cuando intentó convocar a su sangre.

Jajaja, ¿intentas absorber mi sangre? Vástago estúpido, ¡no puedes! No tengo forma, no puedes extraer sangre de mi cuerpo