Partida Rol por web

Tu paz te ayudó a atravesar los complicados telares que ofrece la mente.

- Ya está otra vez, mofándose de todo

- Cualquiera le dice algo, ya os acordáis que paso con Laren y su familia - oyes de la voz de un anciano

- Dicen que el chaval se quedó quieto que no hizo ademán de defenderse, es intencionado, pero no quiero acusar a quien puede desterrarme del planeta

- Y que no se le pueda enjuiciar porque es su palabra contra la nuestra...

Gharn mantuvo su paz interna, y siguió observando los acontecimientos que se le presentaban.

- Que deshonra de familia, tener un luchador tan malo, si así es el, así lo fue su padre JAJAJAJAJAJA - ríe el hijo del cónsul con una estruendosa risa

Gharn hace un mayor esfuerzo por controlar la ira que surge en su interior al escuchar las burlas del joven.

Las mentes de los de alrededor claman justicia por tu cuerpo, deshonra para el hijo del cónsul, oyes en algunas cabezas...

Las voces se convierten en eco, la Fuerza te envuelve amigablemente. Has superado la ira que te provocaba la situación, y la Fuerza te acuna suavemente.

- Levántate y avanza - suena una voz en tu cabeza, como un leve eco.

Todo a tu alrededor comienza a oscurecerse.

Quedas totalmente a oscuras, sientes como estás sentado sobre un frío suelo. La oscuridad y el silencio lo gobiernan TODO.

Al escuchar la voz, Gharn se levanta y avanza inmerso en la profunda oscuridad. Las sensación de paz aún le invade por completo.

La poderosa luz del día inunda tu vista, y te obliga a cerrar fuertemente los ojos. Llevas demasiado tiempo en la oscuridad y tus ojos tardan un rato en acostumbrarse.

Cuando logras poder abrirlos con normalidad, te encuentras en Tython, delante de la cueva donde Atris te había dejado, a tus espaldas, la entrada de la cueva vuelve a parecer una entrada normal y corriente, no encuentras nadie alrededor.

Te concentras en la Fuerza, intentando sentir a tu Maestra, todo indica que ha vuelto al Templo.

Abrumado por le experiencia de la cueva, Gharn se dirige al templo con la esperanza de ver a Atris y comentarle lo sucedido.

Al llegar al Templo te encuentras a Atris en postura de meditación en medio de uno de los jardines.

Un cosquilleo en el estómago aparece de forma repentina en el joven nagai al ver a su maestra meditar, sumándose al remolino de sentimientos que experimenta Gharn tras su paso por la cueva. *Tan bella como siempre* suspira para sus adentros.

Intentando mantener la compostura, Gharn se acerca a Atris.

- Maestro, ya he vuelto.

*Se levanta calmádamente mirando a su Padawan* Enhorabuena, has logrado superar la prueba de la cueva *sonríe*. No me digas lo que viste ahí dentro, eso solo es cosa tuya *comienza a avanzar hacia el templo*. Ven, alguien nos espera.

Gharn sigue a Atris hacia el Templo admirando la impresionante estructura cilíndrica rodeada de montañas. *Todo un edificio dedicado al estudio de la Fuerza. ¿Cómo sería el Consejo Jedi de Coruscant?* Se preguntaba mientras continuaba la marcha.

Avanzáis sin deteneros hasta la sala principal del consejo en Tython. Ya habías estado ahí otras veces, las paredes casi sin ornamentos te evocan tranquilidad.

Cuatro de los seis miembros habituales del consejo se encuentran en la cámara. Además, una Jedi con túnica verde se encuentra conversando con uno de ellos.

El Maestro kel-dor Bo Iiln se dirige a ti directamente, cuando tu Maestra y tu entráis por la puerta de la cámara del Consejo.

 - Buenos días Padawan Bey, te hemos citado aquí para asignarte una misión - dice directo -. Una misión sin tu Maestra, sí. Hace poco tiempo que uno de nuestros compañeros descubrió cierta amenaza. Después de los años de guerra en la Gran Guerra Sith, la Galaxia se ve en terrible peligro por unos artefactos de la Fuerza que se encuentran esparcidos en varios rincones de esta los cuales desconocemos su posición - hace una pequeña pausa -. El mayor de nuestros problemas es que nadie de fuera de la Orden Jedi debe saber que estos artefactos existen. Hace poco en Giju, un miembro de nuestra Orden encontró el primero de estos artefactos, a partir de ese momento, un pequeño grupo se ha puesto a investigar y han dado con el siguiente en la luna del sistema Yavin, Yavin 4. Ellos mismos te pueden dar más detalles - toma aire -. Lo único que se os pide es que seáis discretos, en el momento en el que abandones Tython junto con un piloto previamente contratado, la Orden no podrá ayudarte en nada que necesites para la misión, deseamos que nadie más sepa de la existencia de estos artefactos, todos sabemos la catástrofe que podría suceder si un grupo de Sith los encuentra antes que nosotros. Antes de dirigirte a Yavin 4 tendrás que pasar por Coruscant y recoger a ese pequeño grupo. Al llegar a Yavin 4 tres personas más os estarán esperando. Cuando llegues a Coruscant usa esta frecuencia para ponerte en contacto con ellos. Dado el secretismo de la misión no podemos darte muchos más datos al respecto. Si tienes alguna pregunta adicional que quieras contestar, hazla ahora por favor, sino, ponte en camino tan rápido como puedas.

*Gharn a duras penas puede aguantar el júbilo que le invade. ¡Le han asignado una misión, a él! Bueno a él y a unos cuantos más, pero al fin y al cabo la orden le otorga un voto de confianza.

Gracias Maestro Bo Iiln. Es un honor. *Dice mientras inclina la cabeza en gesto de respeto*

Sin embargo me asaltan ciertas dudas sobre los artefactos en sí. ¿Por qué son tan importantes? ¿Cuál es su poder?

Tambíen, *continúa* ¿tiene la Orden algún contacto en Yavin del que podríamos hacer uso? ¿O se tiene alguna idea de por dónde empezar a buscar el artefacto?

 - Son importantes porque sabemos que individualmente poseen un poder fuera de lo común, desconocemos sus propiedades directas, nos guiamos por varias visiones de unos cuantos Maestros a lo largo y ancho de la Galaxia - lo oyes respirar a través de la máscara -. No podemos tener contactos en Yavin, al menos en tu destino, la Fuerza os guiará, seguramente a través de la selva de la luna.

Gracias Maestro. Creo que estoy preparado para embarcarme hacia Coruscant. *dice mientras mira al mismo tiempo a Atris. *