Partida Rol por web

Escuchen, me llamo Ana Gomez, soy una superviviente. Ninguna de esas cosas me ha alcanzado pero he visto parte de lo ocurrido y os puedo informar. También puedo deciros lo que se sobre otros supervivientes, entre ellos un político-grito tratando de hacerme la importante para que no me maten mientras me acerco, siempre con la pistola en la mano.

Tras los gritos se hace el silencio, éste dura algo más de treinta segundos, te quedas quitas, continúas, te paras, ya muy cerca de la tienda escuchas un zumbido, algo que parece atravesar el aire y entonces notas un pinchazo en el cuello, bajas la vista y ves sobresaliendo de tu Carótida una especie de jeringuilla transparente con un líquido amarillento que va desapareciendo a medida que la substancia - que es muy brillante por cierto - se interna en tu torrente sanguíneo.

Antes de desplomarte te parece ver una extraña imagen

La sensación es sumamente desagradable. Nunca había matado a ninguna persona, aunque sí que había participado en peleas y en detenciones violentas.

No era una persona. Ya no, eso era un monstruo. No pienses.

Veamos donde nos llevan esas puertas. Cerrad esta puerta y atranquémosla con algo, pero rápido.

Me tuve que apoyar por unos instantes cuando la arcada acudió a mi garganta, tenía que centrarme en que aquellas cosas ya no eran humanas y que sólo estábamos salvando la vida. Pasé a la nueva habitación que, para nuestra suerte, estaba vacía.

- ¿Creéis que es buena idea? ¿No estaremos metiéndonos en una jaula? -A esas alturas ya me había dado cuenta que nadie del exterior vendría a ayudarnos.- Aunque bueno... aquí parece que estaremos a salvo. Por lo menos por el momento.

Me dediqué a observar a mi alrededor intentando encontrar algo que me pudiera servir como arma improvisada.

-Atrancar la puerta... bien.

Tras entrar todos en la sala, Javier intenta mover alguno de los escritorios para colocarlo junto a la puerta y bloquearla.

La verdad es que la chica tenía parte de razón.

-No se si estamos metiendonos en una jaula, pero sí creo que estamos como al principio, y ahora somos menos gente. Aunque esto sea una solución improvisada, deberíamos seguir moviendonos... o no?

Javier solito se basta para mover uno de los escritorios que están frente a la puerta lo suficiente como para bloquear la entrada. El escritorio parece tener un cuña bajo una de las patas y al arrastrarlo chirría de una forma bastante incómoda que hace que se os ponga todo el vello de punta. Se ha debido oir en casi todo el edificio... mientras tanto, Lucía se acerca a una de las paredes y localiza un extintor de incendios, mientras está descolgando el extintor, algo le agarra por el tobillo. Lucía da un grito al percatarse de que lo que acaba de agarrar su tobillo es medio torso femenino de una mujer bastante obesa y completamente desnuda. El torso de mujer agarra con fuerza y se prepara para hincar el diente a su presa.

Mierda... aquel ruido seguro que había alertado a la mayor parte de esos monstruos que pululaban por allí. Con los pelos aún de punta vi mi oportunidad de conseguir un arma al ver el extintor en la pared. Lo estaba descolgando en ese preciso momento cuando sentí como me agarraban del tobillo.

- Ahhhhhhhh... -No lo pude evitar, ver aquella cosa cogiéndome me crispó los nervios y lo único que se me ocurrió fue descolgar rápidamente el extintor y pegarle en toda la cabeza con él. Necesitaba que se apartara de mí antes de que esos asquerosos dientes me tocaran.

Lucía, haciendo fuerza con la pierna, consigue soltar a la mujer y alejarla unos centímetros, pero al ir a estampar el extintor contra la testa de la chica, falla estrepitosamente y estrella el extintor contra el suelo haciendo un ruido enorme. Acto seguido, escucháis gemidos en el interior de la sala y véis que bajo varios de los escritorios, emergen media docena de "personas" que quieren presentaros sus respetos.

-Oh no!!! Estamos muertos...    piensa Javier para sus adentros, mientras intenta no entrar en pánico. La única salida posible estaba bloqueada con un escritorio... y él era el que lo había colocado ahí... solo les quedaba la opción de abrirse camino a golpes, pero les superaban en número...

-Mierda, mierda, mierda... lo sabía... sabía que nos metíamos en una trampa.

Ahora el terror era real, me había librado del torso que me quería morder pero más habían aparecido de la nada y nosotros estábamos acorralados allí dentro y sin armas. Pero sentí la adrenalina al darme cuenta que quejándome no conseguiría nada, no quería que aquellas cosas me mordieran y para evitarlo tendría que pelear con lo que fuera.

Agarré de nuevo el extintor y, aprovechando que la mujer que me había atacado aún seguía en el suelo, volví a intentar aplastarle la cabeza.

Lucía ahora sí reventó la cabeza de la chica con el extintor, apenas se escuchó el crack! al fracturar el cráneo pues los congéneres de la chica - si es que acaso aquellas cosas podían considerarse de la misma especie - se ponían en pie pesadamente, unos se apoyaban en los escritorios y otros en las sillas de ruedas de oficina para levantarse.

Los tres hombres se quedaron parados mientras esto sucedía, los podridos ahora ya de pie, se pusieron en movimiento en perfecta sincronía: tres avanzaron hacia Raúl, dos hacia Manuel y uno hacia Javier, dejando a Lucía "sin marcaje" por el momento.

Me sentía aturdida una vez que conseguí aplastarle la cabeza a lo que hacía tan sólo unas horas había sido una mujer. Una arcada se elevó hacia mi garganta y tuve que apoyarme para no caer mareada al suelo. Cuando conseguí tranquilizarme comprobé que el panorama cada vez se ponía peor, y mis compañeros se encontraban ahora rodeados por aquellos ¿muertos? ¿vivos?... Si ni siquiera sabía lo que eran aquellas cosas.

Agarré de nuevo con fuerza el extintor y me dispuse a ayudar a Raúl que ahora mismo estaba rodeado por tres de ellos, por muy mal que me cayera aquel tío no podía dejar que lo convirtieran en uno de ellos. Me acerqué por detrás a uno de ellos y la adrenalina que me invadía hizo el resto.

Mierda, donde nos hemos metido? Como echo de menos mi pistola.

Intento dejar un escritorio entre esas cosas y yo, y a la menor oportunidad golpeo en la cabeza al primero de ellos.

Ante la reacción de sus compañeros, Javier también intentó acabar con uno de ellos, concretamente con el que le perseguía a él. Hechó un rápido vistazo a las mesas en busca de un objeto contundente y pesado como un pisapapeles o algo parecido y después se abalanzó sobre su atacante, intentando golpearle en la cabeza...

Javier localizó una figura de un antiguo dios egipcio que había sobre uno de los escritorios y golpeó con ella a "su" podrido en la cabeza, lamentablemente la figura no era ni muchísimo menos de alabastro sino de resina de segunda y se partió en la cabeza del podrido sin que éste se inmutara.

Ahora Manuel rompe la pata de la silla en la cabeza de otro de los funcionarios lanzándolo al suelo pero sin partirle el cráneo, pues en seguida véis cómo se empieza a "desperezar".

Lucía coge carrerilla y lanza a varios metros al podrido al machacarle la cabeza con todas sus fuerzas, el zombie se estrella contra un escritorio cercano armando un escándalo tremendo.

Raúl se quedó paralizado sin actuar, el tiempo corría deprisa y se quedó inmóvil mientras tres podridos se acercaban a él con paso tambaleante, entre los tres le agarraron: De la pierna izquierda, la espalda y la cabeza y empezaron a morderle a pocos pasos de donde estábais, no duró demasiado pues escuchásteis una concatenación de sonidos ensordecedores que conocíais muy bien, balas de un arma automática.

Las balas segaron la vida de Raúl y la no vida de las tres criaturas que se lo estaban merendando, además, las balas rebotaban aquí y allá y al mirar en esa dirección vísteis a un tipo completamente vestido de negro con una metralleta pequeña.*

Nunca creí que fuera capaz de machar la cabeza así a alguien, pero estaba visto que el instinto de supervivencia conseguía que sacara fuerzas de cualquier parte. Me quedé unos segundos mirando cómo el engendro aquel caía mientras me tranquilizaba un poco, pero cuando miré para ver cómo estaba la situación vi que mis esfuerzos no habían servido de mucho, habían rodeado a Raúl y estaban acabando con él.

Aquello me dejó paralizada de terror, hacía sólo un par de horas que discutía con él y ahora... Aparté la vista para no ver aquel final cuando el estruendo de las balas rebotando por todas partes a puento estuvo de hacerme gritar. ¡Qué coño pasaba ahora!

- Joder tío, ¿de dónde has salido tú?

Javier se quedó atonito durante unos instantes mientras lanzaba una maldición al propietario de aquel escritorio, quien quiera que fuese, por no haberse gastado unos euros más en una figura de calidad. Cuando volvió en sí, y escuchó los disparos, no pudo reprimir un grito de angustia por lo que le había pasado a ese chico:

-Ahh!!  No había visto morir a nadie, y no era una sensación agradable. ¿Quien sería aquella persona, que tenía una metralleta? No había mucho tiempo para pensar, pero Javier se dió cuenta de que Lucía había matado a uno de esos seres, asi que no dudó en correr hacia ella en busca de ayuda...