Partida Rol por web

Casa de Muñecas - HLCN

Noche 0: Llegada a la fantasía

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13/03/2014, 22:01
Wolfgang von Richter

Wolfgang no terminó de encontrarse agusto en la fiesta; tampoco en la comida, o en el vuelo, o en la más mínima interacción con la multitud entre la que, sin saber muy bien cómo, había terminado. "Suponía que este viaje sería algo más tranquilo", pensaba para sí, observando entre incómodo -como aquel que no sabe dónde meterse- y extrañado -como ese que no entiende nada- el comportamiento de algunos de los invitados. "¿qué puede tener que ver toda esta gente con el estudio de las muñecas?, ¿me habré confundido?, ¿será una broma pesada de algún colega?". Cuando uno de los organizadores del festejo se acercó a la zona donde Wolfgang estaba, él dió unos pasos atrás, poco le faltó para caerse al Danubio. Obviamente, no tenía intención de participar en la celebración ni encender farolillo alguno. Pensó en su gato Bastet, "¿le habré dejado comida suficiente?".

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13/03/2014, 22:59
April Smith

- Muchas gracias. -Reviso un momento la fotografía para ver como ha quedado.- Vaya, ha quedado fantástica. La verdad es que estas cámaras son un poco complicadas de llevar pero el resultado luego merece la pena.

Me sorprendo de que haya sabido ajustar los detalles, realmente me esperaba que se limitase a sacar la foto y ya... pero así había quedado perfecta. Ya al menos tengo la prueba de que he estado en el viejo continente, por el acento me parece que la chica debe ser europea. La verdad es que me ha parecido amable así que me presento, total, mejor conocer a alguien de esta "excursión".

- Soy April Jackson, vengo de California. -Digo como presentación mientras la tiendo la mano.- Siempre había querido visitar Europa y no pude desaprovechar esta oportunidad.

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13/03/2014, 23:17
Yorgan Yansen

Yorgan era un joven judío con cara de viejo. Si, esa era la mejor descripción para hacer de manera apresurada de su persona y como tal le era difícil hacer amigos de su edad. Aunque no por ello dejaba de intentarlo. Pero mientras estuvo en el avión, durmió todo el viaje. Incluso tuvieron que despertarlo al llegar a Budapest. Por lo que no tuvo oportunidad de conocer a la gente, un vario pinto de personalidades, muchos jóvenes como él y de seguro cada uno tiene un carácter propio y interesante que evaluar. Incluso había niños sin padres. Estaba deseando saber la razón de su viaje en soledad, pero con su cara y sin una presentación formal, podía llegar a equívocos y posteriores problemas.

Al ser el ultimo en bajar camino solo por la zona de la fiesta, con gusto acepto la mascara que ofrecían como souvenir eso puede que le ayudara a entablar conversación de manera mas fácil. Estaba demostrado que la gente sin dar la cara son mas abiertos y directos, se podría decir que tenia los efectos del alcohol pero sin la consecuente resaca. Visito algún que otro puesto y comió y bebió como muchos, pero no tuvo oportunidad de entablar conversación.

Y al caer noche, empezó el principio del final, con una curiosa e inútil, pero bonita presentación de respecto a los difuntos. Como a los demás le invitaron a participar y pese a que conocía la ineficaz del propio hecho se sumo a él.-Sera un bonito homenaje a mama.-Pensó mientras afectaba el farolillo, con la mascara sobre su calva y esperando a poder liberarlo.

En verdad le gusto, la vista era preciosa y sentía pena por no tener una cámara con él. Pero seguro que alguno de los otros invitados tenían una, habían echo una foto y podría llegar a pedirle una copia. Era un buen plan, uno que podía funcionar.
-Es hermoso.

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13/03/2014, 23:18
Keelin O’Connor

En cuanto Keelin escuchó al hombre hablar en el escenario y vio a la gente empezar a tomar sus farolillos se acercó para participar en el evento. No tenía ninguna creencia al respecto, pero le parecía una imagen muy bonita el río con todas las pequeñas luces titilantes moviéndose por su superficie.

Encendió su vela y se acercó a la orilla para depositar sobre el agua su farol. Después se quedó varios segundos sencillamente contemplándolo alejarse, intentando distinguir a lo lejos cuál era el suyo. 

Con los brazos cruzados y una sonrisa en los labios simplemente contempló la belleza del momento con tranquilidad durante varios minutos. Tras estos, sacó el móvil de nuevo para hacerse otro selfie con el río y las luces de fondo. Se giró, todavía con la sonrisa en los labios y echó un vistazo alrededor. Algunas de las personas que había visto en el avión empezaban a juntarse en pequeños grupos, así que decidió hacer lo propio y se acercó a un par de jóvenes cuyos rostros eran bastante similares (Henri y Louis), además de que parecían haber venido juntos, su edad parecía cercana a la de la joven. Su ánimo festivo y el cuidado que parecían haber puesto en su apariencia habían llamado la atención de Keelin. 

- ¡Hola! - Saludó de buen humor al llegar a su altura. - Me llamo Keelin. - Dijo, ofreciéndoles su mano a modo de saludo. - Habéis venido por lo de las muñecas, ¿verdad? - Era evidente que ese era el motivo por el que estaban allí, o no habrían coincidido en el avión privado con ella, pero le pareció una forma como otra cualquiera de comenzar una conversación informal.

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13/03/2014, 23:42
Hikari Ayase

Entusiasmada por todo lo que me rodeaba, comí y bebí tanto que me dio la impresión de que en cualquier momento  podría vomitar, era una novedad no tener a nadie a mi lado contando las calorías. De cuando en cuando miraba el reloj y observaba a mí alrededor hasta que localizaba a algún compañero de viaje, más tranquila sabiendo que no me quedaría atrás, continuaba celebrando.

Cuando la fiesta tocaba a su fin, un hombre de la organización explicó que, el final del día sería una ceremonia de los faroles. Repentinamente noté un nudo en la garganta, no esperaba que tan lejos de casa pudiera disfrutar de un pedacito de Japón. Caminé en silencio hacia donde entregaban los farolillos, en mi casa los soltábamos al aire desde el jardín, no podíamos permitirnos mezclarnos con la gente, de modo que nunca había participado con tanta gente. Al pasar junto a algunos de mis compañeros, pude captar algunos comentarios que me resultaron ofensivos sobre la ceremonia, miré por encima del hombro con el ceño fruncido. La ceremonia de los faroles suponía un acto simbólico importante en mi cultura y me pareció una falta de respeto enorme hacia mis creencias. Además, probablemente alguno de ellos profesaría la religión cristiana, que se caracterizaba por su cantidad de rituales, como pensar que un cacho de galleta y un poco de vino eran un pedazo del hijo de su Dios.

Avancé hasta el agua y con cuidado puse el farol en el agua, junté las manos dando una pequeña palmada, me incliné en señal de respeto por los difuntos y dije una pequeña oración, era una lástima que no tuviera un poco de incienso para completar el rezo. Al levantar la cabeza comprobé que, otros de los miembros de la “expedición”, participaban en la ceremonia con respeto y sonreí. Me alejé de la orilla, ya casi era la hora de marcharnos y no sabía a quién acercarme, no era muy buena relacionándome con la gente, pero en algún momento tendría que hacerlo, no podía pasar los días sin hablar con nadie.

Me acerqué a dos chicas que parecían de mi edad y parecían las más animadas (Lisseth y April).- Hola, estáis en lo de las muñecas, ¿verdad?- mi presentación fue torpe y me sentí avergonzada, casi estuve tentada a salir corriendo pero continué. –Soy Hikari Ayase, encantada de conoceros.- añadí inclinándome ligeramente, algunas costumbres son imposibles de evitar.

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13/03/2014, 23:50
Loren Mcfly

Estaba emocionada viendo como se iban marchando las velas por el río cuando escucho una vez que me habla. Ahh!!! Doy un pequeño suspiro, pues no esperaba a nadie, a pesar de estar rodeada de gente. Me giro y veo a un hombre que me resultaba familiar. Si si, la verdad que esto no se ve por alli nunca. Digo algo timida y con sonrisa. Encantada de conocerte, Ben. Le iba a dar dos besos, pero me retuve por un momento y decidi presentarme. Me llamo Loren McFly y vengo de Australia. Estoy muy emocionada por el viaje. Es la primera vez que salgo de mi país. Y rascandome un poco la cabeza timidamente y bajando algo la cabeza, le digo: Se nota mucho que soy de pueblo? JejeLuego me recoloco un poco la blusa roja que llevaba.

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14/03/2014, 00:07
Alec Schnieper

Alec dudó unos instantes antes de coger su farolillo. No sabía muy bien lo que significa y se sentía como un intruso, pero acabó por cogerla, ya que todo el mundo lo hacía. El farolillo que cogió fue de un neutro color beis. Una vez encendido, dejó que la corriendo se lo llevase. Pensó en su abuela mientras lo observaba hasta que lo perdió de vista, junto con todos los demás faroles.

Una lágrima había recorrido toda su mejilla sin que se diera cuenta y se apresuró a limpiarla. Era un chico mayor, no podía permitir que le vieran llorar de aquella forma, o eso le había dicho siempre su padre. Se sentó al borde del río y se dedicó a observar todos aquellos farolillos algo melancólico.

Cuando calmó sus sentimientos se acercó a un grupo de chicas que se había empezado a formar. Reconoció a alguna del avión y supuso que iban también a la exposición de muñecas. Tal vez podrían ayudarle para elegir una para su hermana...

La última mujer en hablar hizo que se cohibiera un poco. Él no era tan espontáneo y natural, le costaba relacionarse con los demás al principio, sobre todo con gente tan mayor. Posiblemente el no ir al colegio hasta secundaria influía.

-Hola... Dijo en un tono casi inaudible. Me llamo Alec. Y... Bueno, es un placer conoceros. En realidad yo estoy aquí por mi hermana. Quiero hacerle un regalo especial. No es que a mí me gusten las muñecas ni nada... El tono del chico dejaba claro que se avergonzaba un poco de estar en aquella excursión.

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14/03/2014, 00:23
Lisseth Lefebvre

Sonrió - Me alegro que te guste la foto- y le estrechó la mano. - Soy Lisseth Lefebvre, soy francesa, aunque seguro que lo has notado por el acento- rió.

Al instante escuchó como la japonesa se acerca y les hizo una reverencia presentándose. Estaba acostumbrada a las reverencias, su madre tenía unos cuantos kimonos de una tienda famosa en Kyoto, pero nunca fueron tan torpes y atropelladas como esta.

-Eh.. Encantada. Soy Lisseth Lefebvre. -Inclinó la cabeza en señal de respeto, si te hacen una reverencia, siempre tienes que devolverla, le dijeron una vez, y siempre lo ha cumplido. - Si, también hemos sido invitadas para contemplar las famosas muñecas.- Sonrío amablemente.

Para su sorpresa, ahora se acercó un jovencito rubio, lo había visto de pasada en el avión.

-Bueno... Viendo la cantidad de hombres que hay... No importaría que te gustaran las muñecas. - Miró al grupo de hombres que se estaba formando lejos de los farolillos.- Encantada, soy Lisseth Lefebvre. -Le tendió la mano para saludarlo.

Madre mía... Seguro que ahora no me los despego en todo el viaje...

A pesar de lo reacia que es con hacer amistades nuevas, prefirió seguir hablando con ellos. Al menos estaba segura de que así no perdería el autobus por ningún descuido, y si lo perdía, no sería sola.

Notas de juego

Edito, que leí tarde a Alec.

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14/03/2014, 00:26
Azafata de Alicia

La azafata que se encontraba sonriendo a la pequeña Alicia le permite continuar y luego mira al cielo. - Vaya, se hace tarde - se acerca a Alicia y le dice - Es hora de escoltarte al autobús - le tiende su mano para que no se separen y la guía hacia una calle que se encontraba cerca al puente.

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14/03/2014, 00:46
Hikari Ayase

Sonreí ante la respuesta de Lisseth, al final parecía que no me había salido tan mal la presentación y eso me relajó un poco. –Tengo ganas de llegar y ver lo que nos espera, quiero aprender tanto como pueda de las historias que haya detrás de las muñecas.

El chico que iba acompañado por la azafata se acercó también a saludar y parecía tan incómodo como yo.- Encantada de conocerte Alec ch…- me paré a mitad de la palabra tratando de quitarme las costumbres japonesas, respiré hondo y continué.- Alec, es un placer conocerte. Estoy segura de que a tu hermana le encantará el regalo, estará contenta porque te esfuerces tanto buscando un regalo especial para ella. A mí me hubiera gustado mucho cuando era pequeña.

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14/03/2014, 00:49
Amanda Hopkins

Allí se encontraba, disfrutando como rara vez lo había hecho cuando se encontró con la gente que viajó con ella en el avión. Supuso que ellos eran igual de agraciados que ella y que podrían ver la colección de muñecas además de disfrutar del resto de placeres y atenciones que se les habían brindado hasta ahora.

Muchos de ellos se presentaron, y Amanda pensó que sería una persona grosera si no lo hacía ella también. Por lo que veía, había gente de todas las etnias y edades, su anfitriona querría ganarse la gratitud de todos los colectivos.

-Hola a todos, mi nombre es Amanda Hopkins- tras lo cual se llevó a la boca algo que había cogido de un puesto de comida- ¿alguien más se esperaba este recibimiento? Supongo que somos afortunados de que nos hayan elegido.

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14/03/2014, 01:20
Narrador

Logran darse cuenta que la azafata sale de la multitud con la pequeña y al mirar el cielo, pueden ver que la hora se acerca. O tal vez, ya haya llegado.

Casi como un acto reflejo, dejan las linternas del río atrás, el bullicio del festival, las risas, la alegría de aquella plaza que había abierto su aventura.

Al salir, podían observar cómo muchos regresaban a sus casa, con el fin de descansar después de un día de fiestas. Podían sentir la calma real de la ciudad, a pesar de la alegría que había desplegado. El reflejo del castillo de Buda sobre el Danubio era la única luz que adornaba su camino. Tal vez era una especie de costumbre en la ciudad o todos habían hecho parte del festival. No se sabía bien pero el brillo de las linternas era todo lo que se apreciaba en la ciudad.

Tras una corta caminata, llegan cerca del puente y un bloque más abajo pueden ver el autobús. Allí era donde la azafata estaba guiando a Alicia, así que asumieron que era ese su destino. Muchos se fueron hablando con aquellos que habían logrado intimar y muchos otros siguieron aparte de todos. Algunos más parecían ausentes pero todos llegaron al mismo punto.

Todos se asustaron por su equipaje pero el personal los tranquilizó rápidamente, diciendo que el equipaje ya había sido trasladado al autobús.

Toman asientos en el autobús y éste comienza su camino. Al cruzar el puente, pueden ver las linternas aún en el río, flotando con la corriente e iluminando la ciudad a su paso. Una imagen que, sin duda, valdría la pena mantener grabada por siempre. Grandes artistas se inspiraban en cosas como esas para crear su arte y ahora entendían por qué. La sensación de sobrecogimiento era inevitable, incluso para los más parcos. No había una razón en especial pero así era la atmósfera del momento.

No saben a ciencia cierta cuánto duró el viaje pero las estructuras complejas de la civilización se iban perdiendo en un paisaje natural. Estaban saliendo de la ciudad y adentrándose en zonas rurales, aunque el camino parecía más lejano de lo imaginado. Las planicies brillaban de un especial color azul, gracias al reflejo de la luna sobre sus hojas, mezclado con la oscuridad natural de un territorio libre de la mano humana.

Logran ver un cambio en el ambiente cuando de la planicie puede avistarse una cerca, la cual finaliza en un portón. El conductor del bus pita dos veces y ven que la puerta se abre. En ese momento, pueden ver en la distancia la ciudad, alumbrada aún por las pequeñas linternas.

Muchos se levantan de su asiento y pueden ver cómo la luz de una gran construcción en la cima de esa pequeña montaña ilumina su camino, aunque una visión rápida hace que todos volteen hacia un lugar cercano al museo, pero en los costados de éste. Una figura de una joven, quien mira con temor el autobús y corre para ocultarse nuevamente.

Muchos se preguntan si ha sido sólo una visión y temen preguntarle a alguien o mencionarlo. ¿Y si los tachaban de locos?

Aún confusos por la repentina visión, notan que el bus está bajando la velocidad para detenerse cerca al museo. El conductor anuncia por uno de los micrófonos del autobús - Bienvenidos a su destino. Esperamos que puedan disfrutar de su estadía y todo sea de su agrado. Dentro de poco, un miembro del personal vendrá con ustedes a entregarles las llaves de sus habitaciones, donde podrán instalarse, antes de disfrutar su visita introductoria. Buenas noches - y así, guarda silencio.

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14/03/2014, 01:24
Andy Reynolds

¿Buenas noches?

La travesía había ido perfectamente. Tomaron el bus hasta su destino, y las vistas eran increíbles, aunque, si le preguntasen a él, diría que debían haberse quedado más en aquella fiesta: La cosa estaba poniéndose interesante, y justo se marchaban.

Las puertas de aquel lugar se abrieron, mientras el lugar cambió de ciudad a campo. Aquellos cambios tan repentinos despistaban a cualquiera.. Intentaba asimilar el lugar lo mejor que podía, disfrutando de la belleza del lugar.

Y así vio a aquella mujer. La vio de reojo, pero la vio.

 Enarcó una ceja, pensando que habría sido una locura, un desvarío por cansancio, o algo parecido. Miró al resto, esperando una reacción... Y entonces el bus se detuvo, y escuchó aquel mensaje.

Y una mierda buenas noches. ¿Qué coño fue eso..?

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14/03/2014, 01:37
Tae Seung

Bajan del autobús y reciben el equipaje, por parte del personal. Cada uno se debía encargar de reconocer su propia maleta para proceder a la asignación de habitaciones.

Una construcción pintoresca, sin duda, pero guardaba ese hálito de peculiaridad que causaba curiosidad en cada uno de ustedes.

Pasados algunos minutos, por la parte de atrás del museo, sale un hombre joven y simpático y al parecer, llevaba una lista en su mano. Con un tono alegre y una gran sonrisa, habla para que todos puedan escucharle.

- Bienvenidos a todos. Es un placer tenerlos con nosotros en esta prueba tan importante. Mi nombre es Tae Seung. Soy el hijo de la encargada. Ella los verá dentro de poco, pues se encuentra ultimando detalles para su visita guiada. Por ahora, me limitaré a darles las llaves de sus habitaciones. Si quieren preguntar algo antes de pasar por su habitación, pueden hacerlo. Tendrán una media hora para ubicarlas, acomodarse y dirigirse al lobby, donde se encontrarán con la encargada para la visita - dirige su vista a los papeles y dos mayordomos se acercan con dos cofres abiertos, en los cuales se encuentran las llaves, pero el joven los interrumpe con un gesto de su mano.

- Disculpen, lo olvidaba. El acceso es libre, únicamente hasta el piso 3. Los pisos superiores están cerrados, por motivos logísticos y porque lo que probaremos en primera estancia, serán los habitáculos donde se encontrarán ustedes. Bueno, comenzamos - leyó el nombre de cada uno y los mayordomos entregaban la llave respectiva.

Al terminar esto, les indica por cuál puerta debían seguir para dar con su habitación y todos se desplazan hacia allí, teniendo en cuenta que tienen media hora para acomodarse y encontrarse con la encargada por primera vez. Aquella artista que les había dado una oportunidad única estaría esperando por ustedes.

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14/03/2014, 01:41
Noor ud-Din

La ceremonía había resultado bonita, pero por sus creencias, Noor no había sido capaz de participar. Las almas no debían ser despedidas, éstas no debían descansar, sino esperar al día del juicio final, en el que serían pesadas, juzgadas y optarían a la resurrección. Aún así, disfrutó de aquella visión.

Dejó la copa de soda que tenía en una de las bandejas que portaban arlequines ejerciendo de camareros, junto con la máscara que había estado llevando. Sabía que con la chilaba y los pantalones vaqueros debajo, aquel intento de disfrazarse debía haber resultado cómico y claramente el antifaz no había cumplido con su otra labor, ocultar al invitado.

Siguió a la comitiva, con las manos metidas en los bolsillos, hasta los autobuses.

Ya sentado, esta vez se mantuvo despierto. Aunque hubiera dormido durante el corto trayecto en avión, no lo había hecho por cansancio, sino por simple costumbre. Estando ya en suelo húngaro, quería aprovechar a disfrutar de lo que podía ofrecerle aquellos parajes desconocidos.

Una ligera aparición, semejante a la de un ciervo en mitad de la carretera por la noche, con sus ojos brillantes y fantasmagóricos, hizo que Noor se volviera en el asiento. Trataó de seguir la figura de rojo que se internaba de nuevo en el bosque. Frunció el ceño y volvió a ponerse recto. -Insha'Allah-, murmuró.

Cuando al fin bajaron del autobús, Noor cogió la bolsa de tela en la que llevaba todo lo necesario para la estancia. Dio las gracias cuando le dieron la llave de su habitación y siguió las indicaciones hasta ella.

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14/03/2014, 01:58
Nathaniel Kingsley

Una ceremonia preciosa, y un paseo en bus de lo más acogedor. Debía reconocer que todo hasta el momento era de su agrado, aunque una figura en el camino llamó a su atención. Al parecer una jovencita, con un hermoso vestido rojo, que de verdad le quedaba bien. Aunque fue una visión pasajera, aquel detalle se le grabo en la retina.

Al llegar al hotel/museo y recibir su llave, subió directamente a su habitación, francamente agotado, para descansar un momento.

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14/03/2014, 02:08
Kenneth Vernell

Miro al hombre que me saluda primero con algo de desconfianza pero enseguida descarto lo que me queda de cigarrillo y lo tiro a un lado. Le doy la mano con algo de inseguridad, puesto que el whisky del avión y las cervezas me han dejado un poco perjudicado.

Dr. Kenneth Vernell... encantado —digo, estrechándole la mano y con cara seria. Mis ojos algo vidriosos lo escudriñan atentamente y aferro mi libreta y uno de los cordones de mi macuto para evitar que alguien pueda robármelos—. La gente no sabe en qué creer. Pero créame: los muertos no necesitan lucecitas para saber a dónde van. Se guían por otras cosas... —chasqueo la lengua y hago gestos con la mano en el aire, como señalando a la infinidad de muertos que posiblemente nos rodean.


En el autobús intento mantenerme en un sitio yo solo, evitando sociabilizar por el momento mientras miro por la ventana. Por eso cuando llegamos a las cercanías del museo y aparece aquella muchacha, no puedo evitar sonreír confiado y abrir mi libreta, ya algo más aliviado de la borrachera, para ponerme a apuntar y dibujar.

Si ya sabía yo... —murmuro con mi voz algo ronca y mi acento sureño. En lo que termino mis bosquejos llegamos al lugar y tenemos que bajar. Tener que coger yo mi propia maleta no es algo que me moleste, pero sí que me extraña teniendo en cuenta todo el perifollo que ha rodeado esta visita tan lujosa y exclusiva.

Cuando llegamos, el enorme lujo que hay en el lugar me hacen aún más extraño el recibir casi órdenes por parte del personal. Pero doy por hecho que debe ser precisamente el precio de esa exclusividad. Estamos yendo a algo que no deja de ser un prototipo. Mientras traen las llaves, voy haciendo mis pequeños esquemas en mi libreta, y en cuanto me dan la llave, no tardo mucho en cogerla y hacer ademán de irme. Pero a medio camino me doy la vuelta.

Perdón... —comienzo, con la voz aún algo pastosa y con algo de languidez en el arrastre de las palabras—. ¿Dónde... dónde se puede fumar?

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14/03/2014, 02:30
Hikari Ayase

Todos salimos de la fiesta siguiendo a la azafata y en dirección al autocar. Una vez en camino se me hizo raro que el museo estuviera tan alejado de la ciudad, no es que fuera malo, pero a nivel publicitario podría resultar difícil llenarlo de turistas lejos del centro. La mayoría de los viajes se organizaban para ver muchas cosas muy rápido y esto quedaría fuera de los circuitos habituales. –Al menos saldrá beneficiado con las habitaciones de hotel.- pensé para mí misma, recordando lo que había aprendido de mis asistentes y los de mis padres, lo más importante para tener éxito era la ubicación.

Cuando el edificio comenzó a verse a lo lejos, volví a ponerme nerviosa, tenía muchas ganas de ver lo que habría dentro desde que respondí al anuncio. Aunque estaba distraída mirando al hotel pude captar algo de refilón, me pareció ver a alguien en el lado de la carretera, tal vez una chica, pero cuando intenté verla mejor no había nadie. Un escalofrío me recorrió la columna, miré a los demás para ver si alguien hacia algún comentario pero, o bien no lo habían visto, o no le daban importancia. Me enfadé conmigo misma por ser tan susceptible, estaba claro que el guion que había leído recientemente me había afectado, pero tenía que asumirlo porque el rodaje sería aún más difícil y no podía estar dando saltos por el plató a cada ruido.

Al entrar al hotel, el hijo de la encargada nos proporcionó las llaves de las habitaciones, tras coger mi maleta y el neceser, me encaminé a la mía, tan sólo teníamos media hora y quería refrescarme un poco antes de la visita a las instalaciones.

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14/03/2014, 02:58
Benén Tinelli (Ben)

Aunque se le notaba, Ben camuflaba bastante bien su acento italiano - Wow... Australia, se puede decir que para ambos venimos del culo del mundo - sonríe mientras se cruza nuevamente de brazos - y bueno... veo una mujer promedio sin aparentes complejos - se rasca la frente - digamos que es como si plantas un estirado tipo de pasta en un pueblo y lo disfrazas de aldeano - le dice - se le notaria en los cimientos... ¿...no? - suelta una tímida risa y le confiesa tras la pobre metáfora sin gracia - yo soy mas bien de ciudad, de las afueras... pero crecí en una granja familiar y así lo corrobora mi hoja de inscripción para este viaje, quizá nos entendamos - ríe un poco entre dientes, cuando de pronto y alzando la vista a sus espaldas, se da cuenta de que una de las azafatas se llevaba a la mas joven, el autobús no estaba muy lejos - Encantado de conocerte Loren, quizá hablemos después - le dice esbozando una sonrisa, mientras a su vez empiezan a coger dirección hacia el grupo.

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El viaje se hizo bastante ameno, desde el Jet había estado desde las 4 de pie, desde luego no le vendría mal sentarse un rato a ver por la ventanilla.
Al llegar a la entrada del "aislado" museo en cuestión y todavía dentro del autobús, Ben visualiza la imagen de aquella muchacha de vestido rojo que desaparece rápidamente, - Ehmm.... - suelta, como queriendo decir... pero se limita a callarse y bajar del vehículo... a paso tranquilo y con gesto serio se da medio rodeo al autobús por si veía algo... - en fin... - piensa en un atisbo de despreocupación.
Ben no había prestado mucha atención a su maleta, había traído lo indispensable y aunque traía alguna que otra pieza de vestir de cierto valor suponía que en caso de perdida, o lo que coño pudiese pasar, el seguro responsable de la compañía cargaría con todos los gastos. Esperó a que lo nombraran para recoger su llave y escucho las indicaciones de aquel chino que les daba la bienvenida para llegar a su habitación... donde aprovecha la pregunta del tipo de la libretita, para lanzar otra - como están repartidas las habitaciones? - pregunta - orden alfabético? estamos todos en la misma planta? quiza no? - levanta el asa de su maleta, para arrastrarla con las ruedas - simple curiosidad - dice sonriendo.

El lujo era innegable, pero el lugar en si era cuanto menos, curioso... tenían media hora para situarse en el vestíbulo, fuese como fuese ya tenia ganas de ver su habitación... ¿tendría hidromasaje?

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14/03/2014, 03:30
Tae Seung

El joven trata de terminar con la entrega de todas las llaves, pero cuando cree haber terminado, Kenneth y Benén se acercan a él.

Hace una indicación a los mayordomos con sus manos y luego los mira con una prominente sonrisa. - El museo es una zona libre de humo, pero puede abrir la ventana de su habitación y fumar sin problema. Además, siempre puede salir a este lugar y fumar si desea - juntaba las manos, tratando de sonar cortés pero parecía más una recepcionista.

Luego, se voltea hacia Ben y asiente de manera frenética antes de darle respuesta al joven. Aunque son tantas preguntas que se ve obligado a recapitular. - Espero poder responder a todo. Las habitaciones se asignaron según el orden de solicitación y aprobación. Así que no es por orden alfabético. Y no, no todas las habitaciones están en la misma planta. Están distribuidas entre los tres primeros pisos - hace una leve pausa y sonríe nuevamente para decir - ¿Algo más que pueda hacer por ustedes? -.