Partida Rol por web

Casa de Muñecas - HLCN

Vínculo oscuro

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29/04/2014, 23:31
Narrador

Bajo las alas llameantes y el escudo de Keelin, un lazo oculto para sus secuaces se había formado. Gracias a la resurrección en la cual Alec había probado su nueva naturaleza. Ahora, podían encontrarse sólo ustedes dos, en ese espacio en sus mentes, donde todo el lugar se cubría en formas y donde se revelaba su naturaleza.

Alec, aquel hermoso ángel que había probado la oscuridad, que había sido corrompido y cuya mirada sólo inspiraba amor en quienes se cruzaran con sus ojos carmesí.

Keelin, aquella joven valiente cuyo corazón había sido arrebatado y ahora, buscaba su eterna venganza en ese lugar. Juntos en un lugar de sombras, donde una espesa neblina era su única compañía.

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29/04/2014, 23:39
Keelin O’Connor

Keelin sintió claramente cómo su consciencia se extendía hasta unirse a la de Alec, creando un pequeño lugar intermedio. La neblina se arremolinaba y la joven se estremecía mientras todo parecía aclararse a su alrededor, tomando forma. 

Sus pies descalzos descansaban ahora sobre un lecho de hojas carmesíes, de un rojo tan profundo como la sangre que había derramado esa noche. Como la que quería seguir derramando hasta que pudieran salir de ese lugar.

Alzó la mirada, contemplando el paisaje que la rodeaba. La niebla se movía lentamente, arropándolo todo. Y los árboles descarnados se inclinaban sobre un arroyo dorado. Al fondo, un puente, que unía ambas orillas, como las mentes de los dos estaban unidas por este nuevo vínculo. 

Keelin miró entonces hacia la otra orilla, hasta descubrir allí otra figura, inconfundible para ella, no sólo por sus rubios cabellos, sino por la forma en la que su corazón aleteaba y su piel se erizaba suavemente al reconocerlo. Caminó lentamente hacia el puente, esperando encontrarse allí con él, en ese lugar que parecía estar a medio camino entre ambos. 

Cuando se encontraron a tan sólo un par de pasos, una sonrisa de medio lado se instaló en el rostro de la joven pelirroja mientras se maravillaba una vez más de la belleza del muchacho, de su hermosa forma de ser frágil y fuerte al mismo tiempo. Y de nuevo su pecho se sintió henchido de orgullo por haber sido la responsable de su cambio. 

- Vaya... - Dijo con voz cálida, apoyándose sobre la baranda del puente y mirando de arriba a abajo a Alec, mientras su sonrisa se volvía traviesa. - Por fin solos. 

 

Notas de juego

Le he echado imaginación al lugar, espero que te guste ^^.

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01/05/2014, 00:17
Directora

Notas de juego

Keelin te espera XD
 

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01/05/2014, 00:18
Alec Schnieper

Notas de juego

Tenía hoy examen y he llegado a casa taaaarde XDDDD

Tan pronto voy a morir que quieres agilizar esto? o.o

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01/05/2014, 00:20
Directora

Notas de juego

No, es sólo que no decías nada o.o

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01/05/2014, 00:35
Alec Schnieper

Alec se sintió atraído por una extraña fuerza a la que no podía, ni quería, oponerse. No era una fuerza física, no sabría como describirla. Poco iba siendo atraído, casi transportado, a un lugar incierto para él, pero en el fondo de su ser quería acudir a él.

Cuando abrió los ojos se encontró con un paisaje extrañamente familiar. Frente a él se encontraban las ruinas de una antigua catedral en medio de un bosque, todo ello rodeado de neblina. El edificio sagrado antaño debía haber sido tan imponente como hermoso. Un templo sin pecado, sin odio, sin rencor, sin tentaciones. Un templo puro, puro como el antiguo Alec.

Sin embargo, ahora los escombros ocupaban aquel lugar, permitiendo recordar lo que un día fue y lo que nunca más volvería a ser. Justo cuando pensaba que la catedral había sido abandonaba, una luz de color rojo pálido brilló en su interior, una luz que indicaba que, pese a parecer lo contrario, aquel templo seguía teniendo vida... Y poder. La luz roja daba un aire siniestro a la antigua catedral, incluso tenebroso. Algo oscuro habitaba allí, pero a la vez le ofrecía una belleza sin igual al edificio. Un atractivo que empujaba a cualquiera que lo viese a entrar y descubrir lo que habitaba en el interior. Era el nuevo Alec.

Lo observó durante bastante tiempo, contemplando el templo, contemplando el cambio y sintiéndose extrañamente a gusto y orgulloso de él. Una sonrisa mezclada con cierta nostalgia fue todo lo que le dedicó el nuevo Alec para despedir al antiguo y, tras echar un último vistazo al templo se giró.

Un río cruzaba cerca de la catedral. Era un río completamente recto hasta donde alcanzaba la vista, como si de una línea recta se tratara, separando dos paisajes completamente distintos y ambos bellos a su manera. No pudo evitar fijarse en el rojo de ambos. Hermosos, pero peligrosos. Un único puente unía ambas orillas.

Su mirada pronto se topó con la figura que habitaría la otra orilla. No podía ser otra que Keelin. Notó como el corazón comenzaba a latir con más fuerza solo con su presencia en aquel lugar tan especial. El cabello rojo de la mujer ejercía sobre Alec la misma sensación que su catedral. Atracción y nerviosismo por igual.

Avanzó despacio hacia el puente sin apartar la mirada de la joven. No había ninguna prisa, tenían todo el tiempo del mundo. El destino había decidido cambiarlos drásticamente para acabar uniéndolos en aquel lugar. No iba a ser tan caprichoso como para separarlos tan pronto.

Sonrió al encontrarse con Keelin en el puente y su mirada repasó todo su cuerpo que era sencillamente perfecto. Parecía frágil, delicado, pero él sabía que aquello no era más que la apariencia.

Ya era hora... Dijo, mientras rodeaba la cintura de la pelirroja con ambos brazos. La vista era inmejorable. El rostro de Keelin con el río de fondo y ambas orillas enfrentadas, luchando por unirse.

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01/05/2014, 02:17
Keelin O’Connor

Keelin miró con una sonrisa divertida a Alec cuando la rodeó con sus brazos con un atrevimiento que habría parecido impensable en el muchacho hacía tan sólo un par de días, cuando ni siquiera era capaz de mantener la mirada alta. En cierta forma sabía que no estaba bien que jugase con alguien tan joven y probablemente inexperto, pero por otro lado eso era en gran parte lo que lo hacía aún más divertido y Alec parecía haber perdido todo su pudor. 

Un brillo pícaro asomó a los ojos de Keelin mientras recolocaba su postura, para acomodarse al abrazo de Alec. - Sí. Ya era hora... - Dijo, estirando sus brazos para rodear el cuello del muchacho y empezar a juguetear lentamente con los cabellos de su nuca. - Dime, Alec, ¿cómo de inocente eres? - Preguntó entonces, remarcando la palabra, mientras su sonrisa se ampliaba y sus ojos se posaban durante un largo instante en los labios de él, tan cercanos y atrayentes. 

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02/05/2014, 01:48
Alec Schnieper

El contacto con la pelirroja hizo que Alec se sintiera aún más atraído a hacia ella. Notar sus dedos jugueteando con los pelos de su nuca le provocó un agradable cosquilleo que fue bajando a lo largo de la espalda hasta perderse a la altura de la cintura. Una sonrisa traviesa cruzó el rostro del rubio cuando la chica hizo la pregunta.

Se encontraba mirando sus labios en aquel momento, tan perfectos que parecían imposibles, como su rostro. No era ninguna coincidencia que Keelin acabase trabajando como modelo, parecía que hubiera nacido para ello. Levantó la mirada de aquellos labios durante unos instantes para clavarla en sus ojos azules. ¿Yo? Susurró. Soy un ángel.

Acercó sus labios a los de la joven, despacio. Se quedó a muy pocos centímetros y los abrió un poco. Todo parecía indicar que iba a besarla, pero en el último momento se paró. ¿Acaso lo dudas? Dijo, mientras su sonrisa traviesa se volvía a formar.

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02/05/2014, 03:31
Keelin O’Connor

La sonrisa de Keelin se ampliaba milímetro a milímetro mientras Alec se acercaba despacio y se quedaba muy cerca de ella. Su susurro acarició los labios de la joven y toda la piel de sus brazos se erizó al sentir su aliento tan cerca de su rostro. Los ojos de la joven brillaban, con esa fascinación traviesa con la que no podía dejar de contemplar al muchacho en cada uno de los lugares que compartían. - ¿Cómo podría dudarlo? He visto tu verdadera cara... - Murmuró, manteniéndose a esa escasa distancia de él durante algunos segundos antes de añadir algo más. - Pero hay muchos tipos de ángeles, ¿no? 

Sin esperar respuesta terminó de acercarse muy lentamente, hasta que los labios de ambos se rozaron. Sintió entonces cómo su estómago se encogía y una corriente eléctrica recorría su espalda. Durante un breve instante se preguntó si ella sería la primera para él. Pero duró muy poco antes de que sus dedos se afirmasen en el cuello del muchacho y sus labios comenzaran a moverse, atrapando el labio inferior de él durante algunos segundos en los que Keelin contuvo la respiración. Era sencillamente increíble tener al alcance algo tan hermoso. Le costaba creerse que realmente podía saborear esos labios que había deseado con todas sus fuerzas desde que había vuelto a la vida la última vez. Podía sentir el movimiento de sus alas cerca de sus dedos y durante el tiempo que tardó en volver a respirar deseó que él la abrazase con ellas, como en el momento en que la había llevado de vuelta. 

Un pequeño suspiro salió de su garganta cuando volvió a respirar y sus labios empezaron a moverse entonces, suaves al principio, pero cada vez más firmes. Tanteándolo poco a poco sin querer asustarlo. Aunque con esta nueva versión de Alec eso no parecía posible. La sangre de Keelin comenzaba a latir con fuerza en sus venas, cargándose de adrenalina y su respiración cada vez era menos regular. La joven no estaba segura de cuánto tiempo podría mantener un ritmo lento para que él se adaptase, mientras su cuerpo se acercaba al de Alec por puro instinto, deseando sentirlo muy cerca. Se detuvo un instante, sintiendo su pecho agitarse, y muy lentamente empezó a acariciar sus labios con la punta de la lengua, recreándose con cada milímetro de la suave piel que los formaba, deseando que él los entreabriera para poder encontrarse con la suya.

Algo que sucedía en otro lugar atrajo su atención durante un momento y se separó apenas unos milímetros de él para hablar, rozando sus labios al hacerlo. - ¿Realmente... crees que eso les va... a salir bien? - Preguntó en un susurro rápido y entrecortado, antes de volver a pegarse a su boca, sin ser capaz de detenerse el tiempo suficiente para esperar una respuesta.

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03/05/2014, 15:59
Keelin O’Connor

Keelin sintió cómo todo el calor que sentía se evaporaba de golpe y se separó de Alec, apoyando de nuevo el peso en la baranda, sin llegar a separar sus manos de él todavía. 

Parpadeó, tratando de no alterarse  sin motivo y posó su mirada en los ojos del muchacho, entrecerrando levemente los ojos mientras preguntaba lo mismo que había preguntado en el armario un instante antes. - ¿Enamorada? ¿Tienes un lugar como este también con ella? ¿Y con Esther? - Preguntó, poniendo todo su esfuerzo en que su voz no sonara acusativa ni ofendida, pero sin conseguir disimular del todo la molestia en ella.

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03/05/2014, 16:12
Alec Schnieper

Cuando Keelin le besó, Alec se quedó quieto al principio, sin saber muy bien lo que hacer. Era su primer beso, no sabía muy bien como actuar. Sintió todos los músculos de su cuerpo en tensión, pero lo que más sintió fue los labios de la pelirroja moverse contra los suyos. Tenía los ojos abiertos y por un momento se quedó completamente bloqueado. Sin embargo, cuando notó que aumentaba la presión en el cuelo comenzó  dejarse a llevar poco a poco.

Sus labios se movían, siguiendo los movimientos de la joven pelirroja. Cerró los ojos poco a poco y sus músculos se fueron relajando. El beso era suave, lo que le daba margen para acostumbrarse, pero en seguida fue cogiendo el ritmo. Cuando la chica aumentó el ritmo, él también lo hizo, dándole a entender que no se sentía incómodo ni cohibido para nada. Por puro instinto, la lengua de Alec buscó la de Keelin, que se encontraba saboreando su labio. Sintió como algo ejercía presión sobre su pantalón y se permitió sonreír durante unos momentos, justo cuando keelin hizo la pregunta.

Sentía como la temperatura iba a aumentando y sus mejillas adquirieron un poco de color, dejando atrás el habitual color pálido de Alec. Ni siquiera respondió, simplemente volvió a juntar sus labios con los de Keelin con fuerza y pasión contenidas. Aquel no era sito para preocuparse de aquellas cosas, aquello era irrelevante. Siguió disfrutando de la joven que tenía ante él mientras sentía cómo la respiración se le aceleraba. Nunca antes había sentido algo como aquello y lo estaba disfrutando mucho, tal vez demasiado,

Sin embargo, algo pasó y Keelin decidió detener la diversión. El joven la miró con cara de incomprensión y cuando le hizo las preguntas una sonrisa traviesa asomó en su rostro mientras hacía un sonido que dejaba muy claro que aquello le divertía. No me digas que estás celosa... Dijo, más como afirmación que como pregunta. April siente lo mismo que sientes tú por mí, pero tampoco puedes culparme por eso. Los ojos de Alec brillaron, divertidos. Esther ya has visto que no. Y... no, no comparto nada de esto con ellas. Lástima, April no está nada mal. No deberías pensar en esas cosas, Keelin. Solo... disfruta del momento.

Acercó su rostro al de Keelin con intención de besarla de nuevo, pero olvidándose del ritmo suave esta vez. Ya habían tenido suficiente de eso...

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05/05/2014, 20:31
Keelin O’Connor

Sí. Keelin estaba celosa. Muchísimo. Probablemente nunca había sentido una fascinación así por nadie, en toda su vida. La joven nunca había sido especialmente egoísta, pero desde que Esther había arrancado de cuajo su corazón le costaba mucho más pensar en los demás. No le gustaba ni un pelo que Alec fuese enamorando a la gente con su poder, lo cierto es que si dependiera de ella en ese instante, no lo usaría nunca más. Sin embargo, no podía pedirle algo así, ni estaba dispuesta a hacerlo.

Recibió los labios del muchacho, todavía con la idea dándole vueltas en la cabeza y dejó que fuese él quien marcase el ritmo, ahora que parecía estar más lanzado. En cuanto sintió de nuevo su aliento entremezclándose con el de ella su mente empezó a flotar de nuevo, perdida en las sensaciones que Alec provocaba en ella. Sin embargo, unos instantes después se detuvo, con la respiración empezando a alterarse, para hablar, buscando su mirada y manteniéndose muy cerca de los labios de él. - Si llegas a tener un lugar como este con alguien... Lo mataré. - Dijo con un tono totalmente enunciativo. Como si fuera lo más normal y evidente del mundo. 

Mantuvo sus ojos en los de Alec, con las pupilas dilatadas y llenos de determinación, durante un par de segundos, antes de volver a acercar sus labios a los del chico, para continuar como si nada hubiera pasado. 

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07/05/2014, 11:43
Alec Schnieper

Alec aceptó el beso de Keelin de nuevo y la agarró con fuerza de la cintura para atraerla hacia él. Quería sentir el calor de su cuerpo en el suyo, quería sentirla cerca y que ella le sintiese a él. Se sentía cada vez más excitado y empezaba a notar una presión en el pantalón. Sin embargo, algo pasó en el otro lado que le hizo parar. Él no quería, pero sabía que Keelin iba a estar molesta, así que se obligó a hacerlo.

Keelin, ese lugar se acaba de formar, no me ha dado tiempo a contártelo, Esther se ha adelantado. Al joven le costaba respirar con normalidad, tenía la respiración agitada debido a la excitación. No va a pasar nada con ellas. Ya sabes lo que piensa Esther de mí y... bueno, yo no sabía lo de que a April le gustasen las chicas. Sonrió, divertido ante una idea que se le formó en la cabeza. Tal vez debería ser yo el que estuviera celoso... Dijo, exagerando su reacción para que viese que era broma. Acaso no habéis dormido hoy juntas?

Intentaba quitarle hierro al asunto. La pelirroja había llegado a amenazar de muerte a cualquiera que tuviese un vínculo como aquel conmigo y Alec sabía que era muy capaz de cumplir su promesa. Pero el vínculo que tenía con ellas era diferente. Sería capaz de verlo?

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07/05/2014, 12:15
Keelin O’Connor

Keelin no se había detenido más que un instante tras escuchar a Esther en el armario, sin embargo, cuando fue Alec el que se separó de ella suspiró levemente, recuperando el aliento con el pecho agitado. Era difícil expresar lo que pasaba por su mente en esos momentos y había preferido ignorarlo, perderse entre los labios del muchacho. No eran sólo los celos, que mordían ardientes sus entrañas con sus pequeños colmillos, también la certeza que había ido calando poco a poco de que lo que sentía no era real. Se debía al poder de Alec. Sin más. No le gustaba saber que sus sentimientos habían sido impuestos y ahora los sentía al mismo tiempo ajenos, pero arraigados con fuerza en su interior de una forma inevitable. 

Lo cierto era que no se sentía capaz de explicar todo esto en voz alta todavía, así que bajó la mirada durante un instante, y cuando la levantó de nuevo, buscando los ojos de Alec, esbozó una pequeña sonrisa. - No te preocupes, Alec. Sé que es distinto. Pronto acabará todo, no deberíamos desperdiciar el tiempo. - Añadió, acariciando despacio la nuca del muchacho.

Por primera vez desde que le habían arrancado el corazón Keelin tenía ganas de que todo terminase de una vez. Hasta entonces todo había sido como un juego. Era divertido engañarlos a todos, que los muertos hablaran con ella, tontear con Alec y ser correspondida... Pero no podía luchar contra lo que sentía y tampoco podía evitar que cada amanecer Alec tuviese un nuevo lugar especial con alguien. Podía matarlas, pero eso no arreglaría el amanecer siguiente. Esa mañana habían sido April y Esther. La siguiente sería Lisseth. Y siempre habría una siguiente hasta que todo terminase. El enfado que había sentido la noche anterior había dado lugar poco a poco a una resignación con aire triste. 

La joven sacudió la cabeza, haciendo un esfuerzo consciente por apartar todo eso de su mente y se centró una vez más en los ojos de él. Ardientes y  hermosos. Cortaba la respiración tan sólo mirarlos. Eran sencillamente fascinantes, como toda su imagen. El pecho se le hinchaba cada vez que lo contemplaba, con el orgullo de haber sido ella quien lo había liberado. Aunque ahora tuviese que sufrir las consecuencias de haberlo hecho. - Anda, ven. Tumbémonos. - Dijo con voz suave, tomándolo de la mano para llevarlo hacia la hierba de la orilla, con la intención de tumbarse allí con él.

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09/05/2014, 11:38
Alec Schnieper

Alec siguió a Keelin hasta la orilla y se tumbó allí, sobre las hojas rojas de la tranquila orilla de la chica. Las palabras de la pelirroja, lejos de tranquilizarlo lo pusieron algo nervioso. "Pronto acabará todo, no deberíamos desperdiciar el tiempo". Su mirada se perdió el las ramas de uno de los árboles de la orilla.

Pronto se acabará todo... ¿Pero qué pasará? Cuando estén todos muertos, ¿qué será de nosotros? La miró a los ojos. Saldremos de aquí y... ¿Qué? ¿Volveremos a nuestras casa como si todo esto no hubiera pasado? Parecía preocupado. Seguramente sus padres ni siquiera notarían el cambio, estarían demasiado ocupados con el trabajo, pero su hermana sí. La noticia de la matanza del hotel volaría por los medios de comunicación y entonces querrían interrogar a los supervivientes. Podría mentir, pero su hermana se olería algo.

Sin embargo, los ojos azules de la pelirroja le sacaron de aquellos pensamiento y sonrió, incorporándose un poco. Se inclinó sobre ella y besó de nuevo aquellos labios. Puede que no supiera lo que le deparaba el futuro, pero al menos podía disfrutar del presente.

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09/05/2014, 12:34
Keelin O’Connor

Keelin se tumbó junto a Alec y de inmediato puso una mano en la cintura del muchacho. Una vez lo había tocado no conseguía quitarle las manos de encima. Ver el cambio en su actitud, mostrándose preocupado, le encogió el estómago y cuando él la besó de nuevo acarició su mejilla mientras le sonreía. 

- No lo sé. No sé si seguiremos sintiendo esta... necesidad. O si volveremos a ser los de antes. No sé si llegaremos a entender lo que ha pasado aquí y si tendremos que dar explicaciones a la policía o qué. Pero no te preocupes, pase lo que pase saldremos adelante. - Se encogió de hombros, como si estuviera diciendo algo inevitable. - Los hemos engañado a todos, ¿no? Podremos engañar también a la policía y parecer las víctimas de todo esto. Culparemos a los anfitriones de todo y después supongo que podremos hacer lo que más nos apetezca.

Le sonrió mientras acercaba sus labios a los de él de nuevo, para buscar de nuevo el calor y la humedad de su boca. Mientras lo besaba era sencillo no pensar en nada más. Dejarse llevar por las sensaciones que la recorrían por completo. Su respiración se agitaba sólo con sentir el tacto suave de sus labios y dejó que su mano se deslizara por debajo de su camiseta, buscando sentir su piel en los dedos. 

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14/05/2014, 15:08
Keelin O’Connor

Keelin despertó junto a Alec tendida en la hierba y con una amplia sonrisa tras el éxito de la noche anterior. Se sentía genial después de haberse librado por fin del estorbo que suponía April. Esther no era un problema, su fascinación por Alec era de otra clase... Y Lisseth, ella duraría muy poco. 

Se arrastró un poco, hasta apoyar su brazo en el pecho del muchacho y buscó su mirada, quedándose varios segundos extasiada en ella. - Buenos días... - Dijo en un susurro. Después se inclinó para besar sus labios lentamente durante varios segundos.

- Ha sido una noche perfecta. - Habló de nuevo, cuando se separaron, manteniéndose muy cerca de él. - ¿Cómo te sientes tú?

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14/05/2014, 18:33
Alec Schnieper

Cuando salió el sol Alec sonrió. En aquel lugar no parecían notarse los efectos del alcohol y todo había salido a pedir de boca. Keelin seguía a su lado. ¿Podría ser todo más perfecto? el joven lo dudaba. Buenos días... Dijo, estirándoe y colocando las manos bajo su cabeza.

Aceptó su beso y se lo devolvió con gusto. le gustaba el sabor de sus labios, le recordaba que no estaba solo.

Todavía no te había visto dando rienda suelta a tus instintos. Dije con una sonrisa al separarse de ella. Pero no duraría demasiado. Colocó una mano sobre su cintura y con la otra empujó su cuello hacia él para volver a sentir aquellos labios.

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15/05/2014, 12:08
Keelin O’Connor

Keelin devolvió el beso con tranquilidad pero con firmeza y cuando se separaron empezó a recorrer con los labios un sendero hacia el hombro del chico, dejando pequeños mordisquitos por el camino. En su barbilla, en su mejilla, en su oreja, en su cuello... Al llegar a la curva donde el cuello se convertía en hombro se detuvo un instante para susurrar contra su piel, dejando que su aliento lo acariciase. - Ajá... ¿Y te ha gustado verlo? - Preguntó suavemente, antes de continuar paseando sus labios y sus dientes por su piel.