Partida Rol por web

Alyra, sin embargo no pudo ocultar el gesto que le produjo el teatro de su hermana mayor ¿qué pretendía?, ni siquiera madre lo había hecho, levantarse y hacer una reverencia, además, por protocolo era los que llegaban los que debían saludar. Rodó los ojos y luego los cerró en un pequeño suspiro, pero era mejor dejarla ser, se había ofrecido sin más a los invitados, ¿acaso eso enseñaban los Lannister?, Alyra tenía sus propias opiniones sobre ellos que prefería no proferirlas en voz alta ni hacer el más mínimo comentario sobre ellos. Por otro lado, ni siquiera quiso ver las expresiones de sus padres, si antes madre se había alegado por su arribo tardío al desayuno, no dudaba que ahora no haría la excepción en mostrar su predilección por la mayor de sus hijas.

Ya con Fiona fuera del salón, Ser Galbart Glover buscaría donde sentarse. En la gran mesa sólo la silla al lado de Mira quedaba desocupada, lo que significaría que el hombre tendría el honor de sentarse junto a la más pequeña de las hijas de señor, y sólo separado por la niña de Alyra y de Lenia. EL hombre se quejaba de lo poco que había comido, los hombres sufrían mucho en la guerra por la comida, eran pocas las raciones y no siempre calientes, en los viajes largos debía pasar lo mismo. EL hambre era un asunto complicado y aunque el hombre lo contaba con gracia, y le daba un punto, claro, sabía que pronto llegaría a destino y podría descansar.

Glover ahora las elogiaba y por los siete, Alyra debió morderse la lengua dos o tres veces para no preguntarle "¿y con cual sería más feliz como esposa?", cosa que no hizo, no por miedo o vergüenza, no, para nada, sino que ya habían sucedido demasiados desaciertos como para salir con aquella pregunta impertinente pero absolutamente necesaria. Quizás a Tabitha se le ocurriría y le lanzaría algo así, pero vamos, que la dejó en el aire...

- muchas gracias por su elogio sin embargo debo decir que es la belleza que se esconde al ojo la que hace a una persona una buena esposa o esposo, un buen compañero de vida... pero digamos que mis hermanas tienen mucha ventaja con la belleza que la gracia de la Doncella les ha brindado ¿no cree? - que no le hiciera la primera pregunta no significaba que no fuera a decir algo, ya era mucho el hecho de estar siendo exhibida como pedazos de carne y que su único valor era su belleza física y que esto fuera suficiente como para ser una esposa. Antes ya Tabitha y Lenia lo habían dicho, serían sus corazones quienes escogerían, pero merecían tener algo más que sólo la admiración por ser de linda cara. Tabitha era como el viento, rebelde y fuerte, una tormenta y Lenia era todo lo contrario, suave y tibia, tranquila, y cada cual con sus virtudes y también defectos. Alyra lo quedó mirando a los ojos, unos ojos que ocultaban mucho en la negrura de los mismos, a pesar de la cálida sonrisa que con la cual le hablaba y bajo de la cual se ocultaban todos sus pensamientos.

¿Crees que hablará ccccon tanta libbbbertad si está ttttú?- preguntó mientras miraba como se iba.
Según decían solo era peligroso si le ofendían y le vendrían mejor soldados que su hermana si eso pasa.
Sssssolo soy una niña, creo que nnnnno me comerá.
Además que estubiera casi a solas con la Víbora Roja parecería una trastada de una niña pequeña y un caballero lo suficientemente educado para no mandarla a paseo como cualquier caballero menos civilizado. Si venía Alyra lo más probable es que pensasen que su hermana intentase seducirle.
Es el hermano del Príncipe de Dorne.
Puede llegar a gobernar todo un reino.

El caballero norteño se sentó a su lado y durante un instante le miró de reojo, midiéndole. Le dió la impresión de que la jugada le había salido algo rana y que ahora trataba de aparentar.
Decidió ignorarle y seguir con la conversación con su hermana. Una de las ventajas de su edad es que todo lo que hacía se perdonaba si no era muy grave.

¿Crees que este ya ha elegido a su obbbbbbjetivo?- pregunto extrañada- Ppppparezco Caperucita al lado delllll Lobo Feroz.

Ahora que uno de los invitados había salido del comedor y el otro ya se había sentado, no había razón para que Sebastian se quedase.

-Si me disculpáis- hizo una leve reverencia, miró un instante a Lord Rhys y salió de la estancia.

Bernard observó a Galbart por in instante. Era bien sabido que había participado en batallas y por su apariencia habría dicho que era un hombre fuerte. Le habría gustado verlo en acción. Sin embargo, sus palabras eran parecidas a las de su hermano cuando se dirigía a la familia Vaelys. Sería difícil averiguar la verdadera naturaleza de Galbart en frente del resto de la familia. -Aquí no os podréis quejar de la comida y, por supuesto, tampoco del vino.- Sonrió ligeramente y aprovechó para presentarse. -Soy Bernard Risefeller, y él es mi hermano Tyler.- Llevó su mirada inconscientemente a lo que Galbart comía. Realmente tenía ganas de ir a dar ese paseo y respirar algo de aire fresco.

Cuando se le pasó el nuevo ataque de tos, Rhys vio la situación. No le gustaba que ese caballero se sentara con sus hijas a desayunar y, sobre todo, quedaba todo el día para preparar la fiesta y él tenía cosas que atender.

Se levantó de la mesa, lanzó una mirada a su esposa, y dijo en voz alta: Nos vemos en la comida. Ánimo con los preparativos, Marvin. Después salió de la sala tranquilamente.

Se sorprendió de la decisión de Rhys. Miró hacia Galbart un instante, ¿significaba eso que el Lord no le tenía el aprecio suficiente? Luego miró a su hermano. Lo bueno de aquello es que pronto podrían salir del comedor.

Su padre no se levantó solo él, también levantó la veda para finalizar el desayuno y poderlos al fin dejarlos ir. Media mañana llevaba sentada en aquel comedor. Entre la espera, la conversación y que había sido ignorada, había tenido suficiente. Y tampoco le apetecía escuchar la retórica de su hermana Alyra. 

Miró a Lenia, miró a su madre, miró a Mira y finalmente se levantó arrastrando la silla. 

Pues ya que nuestro padre se ha ido, podemos dar por concluido el desayuno. Nos veremos en la fiesta -dedicó una nueva mirada a su hermana, con un claro gesto de "VÁMONOS" y también a Mira, invitándola a ir con ellas. Allí no estaban ni Fiona ni su prima, pero ya tendrían tiempo de hablar. 

Se apartó de la silla, dedicó una última sonrisa general y se fue tan liviana y tranquila sin esperar que su madre le diera permiso para salir. Tampoco lo pidió.

Le sorprendió la reacción dispar entre los distintos miembros de la familia, pero sobretodo la de Lord Rhys, quien siquiera se molestó en saludar a su invitado, siendo que se había sentado a la mesa por iniciativa de su hija Tabitha y Lady Myriah. ¿Problemas en el paraiso? No menos le sorprendió la reacción de Tabitha, tras su invitación cordial adelantándose a la decisión de cualquiera de sus progenitores ella se levantaba y se marchaba sin mucha ceremonia. 

Desde luego si el atrevimiento era del norteño la culpa de verse allí sentado no era suya. El fallo había sido del servicio si él había llegado hasta el comedor tan ricamente, y de los Vaelys si se había sentado a desayunar. Le pareció un tanto descortés, y por esta razón él decidió seguir a la mesa mientras Galbart estuviese comiendo.

-Nos veremos después, mi señor, mi señora...- dijo mientras se ponía en pié y hacía una reverencia cuándo Lord Rhys y Lady Tabitha se levantaron para salir de la sala. Después volvió a tomar asiento y sonriendo al nuevo comensal dijo -Comprendo lo que decís, a pesar de que la caza en circunstancias normales es un gran manjar. Sin duda la rutina hace perder la chispa a todo lo que conquista. Pero no os preocupéis, esta velada promete ser de lo más entretenida ¿no creeis?- Lo dijo refiriéndose a todo, tanto a lo que una fiesta tenía implícito como al carácter que estaban tomando las cosas, conquistar a las jóvenes Vaelys no iba a ser sencillo para ninguno, y según creía, conquistar a los señores de la fortaleza tampoco.

Galbart se había percatado finalmente de que su decisión de sentarse a desayunar no había sido del agrado de todo el mundo, pero en Bosquespeso la costumbre de invitar a la mesa a gente de toda condición no era extraña y se recibían de buen agrado siempre que tuviesen buenas intenciones. No esperaba un recibimiento tan hostil, pero no le molestó lo más mínimo, al menos había personas en la mesa que habían tolerado bien su decisión, merecían su atención.

- muchas gracias por su elogio sin embargo debo decir que es la belleza que se esconde al ojo la que hace a una persona una buena esposa o esposo, un buen compañero de vida... pero digamos que mis hermanas tienen mucha ventaja con la belleza que la gracia de la Doncella les ha brindado ¿no cree?

-Toda razón tenéis-respondió Galbart con una sonrisa amigable-de donde yo vengo, en la misma naturaleza encontraréis el mismo ejemplo que decís, hay frutos preciosos y deseables a la simple vista muy apetecibles para comer, pero en el interior se encuentra uno de los más intensos venenos. En cambio, existen otros con exterior rugoso y de color oscuro, que contienen el sabor más dulce y maravilloso que podáis paladear-se detuvo un momento y miró a Alyra-en vuestro caso, no albergo duda alguna que tanto la belleza interior como exterior que tanto vos como vuestras hermanas es inigualable-dijo con tono cortés y dió un pequeño sorbo a la copa de vino.

-Aquí no os podréis quejar de la comida y, por supuesto, tampoco del vino-Soy Bernard Risefeller, y él es mi hermano Tyler.--Es un honor conoceros-respondió a ambos hermanos-Desde luego que no, pocos manjares puedes equipararse a los aquí presentes y son un placer para el paladar-.

-Comprendo lo que decís, a pesar de que la caza en circunstancias normales es un gran manjar. Sin duda la rutina hace perder la chispa a todo lo que conquista. Pero no os preocupéis, esta velada promete ser de lo más entretenida ¿no creeis?--Desde luego que sí, me sentí muy honrado al ser invitado a esta gran celebración y tanto la velada como la compañía son prometedoras-dijo mirando a Alyra fugazmente.

Su hermana tramaba algo y algo que no le gustaba para nada, es decir, no sabía que pretendía pero por el tenor de sus palabras, le puso los pelos de punta. Sin embargo, era su hermana pequeña y debía darle un voto de confianza, suspiró y puso su mano en la mano de la pequeña.

- no sé qué aventura iniciarás, y me preocupa, por lo menos deja que te siga y observe cuando hables con él, así estaré más tranquila, pero no me meteré a menos que me lo pidas ¿trato? - esa tartamudez, ¿a qué se debía?.

- pues no lo sé, espero que no... sí, pareces caperucita, la más bella sin lugar a dudas - rió por lo bajo, aunque controlándose para no ser tan evidente.

 si las cosas no estuvieran tensas, su padre estaba lejos de quitar el hierro, lo siguió con la mirada, cómo se ponía de pie y mencionaba a Marvin, Alyra, que luego de sonreír con su hermana pequeña, algo en esa conversación la preocupó un poco antes de volver a recuperar el risueño gesto que se mantuvo congelado con la repentina salida de su padre secundada por si hermana Tabitha. Alyra suspiró y le hizo un gesto a su hermana pequeña por si deseaba acompañar a su hermana. Alyra se mostró alicaída de pronto, pero ante la situación, recuperó su temple, esperando la reacción de su madre, aunque aún asi, sentía que lo correcto era quedarse, sin embargo con lo hecho por su padre le hacía dudar.

-sí padre, nos veremos en la fiesta - faltaban muchas horas, y si el día había empezado, seguramente serían largas horas, no puede evitar desear salir a cabalgar a pelo, lejos de la fortaleza, cabalgar hasta cansarse. Ese sentimiento de libertad y liviandad se hizo tan presente que entibió su corazón.

- es muy auspicioso, ser Glover - prefiere seguir con la conversación casual, recuperando el hilo de la conversación, podría seguir hablando sobre la imposibilidad de conocer el contenido del alma de una persona con solo verlo, pero debía reconocer que por lo menos a juzgar por sus palabras, era optimista. Sinceramente deseo que su recompensa fuese a la altura de sus expectativas, sin embargo, ella no debía ser tan inocente. Lo que se jugaba esa noche no eran los corazones, se lo repitió una vez más y la calidez que le hizo sentir su pensamiento de libertad se esfumó.

 -si, concuerdo con ambos, la velada será maravillosa, y se ha guardado hasta el más mínimo detalle para que así sea - un pequeño espectáculo, si le preguntaban en confidencia -para que cada uno de los ilustres invitados disfrute... por cierto ¿necesita algo más? El agua puede estar demasiado fría para calentar el estómago, podemos pedir agua caliente para usted - cordialidad, sin mostrar coquetería obviamente porque no era su intensión, sino solo sus modales. 

Ser Tyler -Bienvenidos, han sido ustedes los primeros en llegar a la Fortaleza- 

Ser Tyler fue de los primeros en dirigirse directamente a ellos después de la hermana mayor de Lenia, Tabitha. Lenia observó a los recién llegados con disimulo, sentía curiosidad por ambos, pero también observó a sus hermanas, ¿que pensarían ellas de todo lo que iba a suceder a lo largo de hoy?.

Oberyn : Por mi parte, más allá de presentarme allí donde vuestro servicio me ha indicado que deseábais que acudiera preferiría, si no os genera desagrado, dirigirme a otros lugares, si es posible, y dejaros terminar el desayuno en paz. Cumplidas las presentaciones alargar este momento sería descortés.

A Lenia le sorprendió la manera que tenía de hablar, era educado, pero directo y firme, cualidades que no todo el mundo tenía, había dejado claro su preferencia por ir a otro lugar y no ser descortés para que, los que ya estaban desayunando o terminando, pudieran acabar. Lenia personalmente lo agradeció en silencio, no sabía si iba a soportar estar más tiempo sentada en aquel comedor. 

Fiona regresó y prendió un cuenco con hebras de palosanto, para que el aroma disfrazara el mal olor de la estancia. Lenia se había distraído con las llamas cuando la hermana mayor, Astrid rompió el silencio.

Astrid : Sean bienvenidos. Espero que, durante su viaje a nuestro hogar, no hayan tenido dificultades. Les agradecemos su visita y su presencia en la fiesta de esta noche

- No está muda - murmuró Lenia para si misma en un ligero susurró que quizás solo Tabitha pudo oir. 

Ser Galbat : Si no os importa yo si desayunaré algo, realmente la comida de las posadas ha sido bastante pobre en calidad y vuestras viandas serán un placer para el paladar. ¿Puedo sentarme aquí?-

Lenia soltó un pequeño suspiro, por educación se quedaría allí hasta que todos terminaran de desayunar, pero no era lo que deseaba, observó a Ser Galbat, era apuesto, muy apuesto. Alto, fuerte, de bonitos ojos verdes ... e intimidante, a Lenia le intimidaba, parecía un hombre firme, que a pesar de su educación, no se dejaba manejar fácilmente.

Parecía un hombre frío y eso, personalmente a Lenia la intimidaba.

Lady Myriah -Por supuesto, ser Galbart, siéntese y coja lo que quiera, Fiona, ¿porque no acompañas a Ser Oberyn a los aposentos de invitados?

En silencio, Lenia seguía observando, agradeció en silencio, solo con una mirada que ella entendía a Oberyn que se marchara, pero no se lo agradeció a Ser Galbat, que si se quedaba.

Oberyn : Espero tener el placer de volver a veros pronto 

- Lo mismo digo, espero que descanse correctamente, nos veremos más tarde - dijo Lenia con Educación jugando con su vestido bajo la mesa. Cuando se sentía nerviosa, no podía evitar retorcer lo que tuviera en las manos, en este caso, parte de su vestido. 

Ser Tyler -Lamento oír eso, debéis haber pasado hambre. ¿Venís de muy lejos?

Lenia giró el rostro disimuladamente para escuchar la conversación de Ser Tyler y Ser Galbat, con el tiempo había aprendido que se podía aprender mucho de un hombre por las palabras que pronunciaba.

Ser Galbat : Al contrario no era tanto la cantidad sino la calidad, después de tantas jornadas de viaje, el venado se vuelve tedioso, Mi hogar está en Bosquespeso en El Norte, así que el viaje no ha sido breve precisamente aunque ha valido enormemente la pena. Permitidme que elogie vuestra gran belleza, cualquier caballero se sentirá afortunado y honrado de teneros como su esposa-

 

Lenia alzó una ceja, ¿había dicho un cumplido directo a ella o sus hermanas? que descaro ... ¿o no? Ser Tyler y Ser Bernard lo habían hecho antes, pero por alguna razón, Lenia se sintió ligeramente turbada o incómoda con la forma en que el señor de Bosquespeso lo había hecho. Iba a decir algo cuando su hermana Alyra se adelantó.

Alyra : muchas gracias por su elogio sin embargo debo decir que es la belleza que se esconde al ojo la que hace a una persona una buena esposa o esposo, un buen compañero de vida... pero digamos que mis hermanas tienen mucha ventaja con la belleza que la gracia de la Doncella les ha brindado ¿no cree? 

 Alyra no brillaba por su simpatía a veces y la forma que tenía de contestar solía dejar "Fría" a la gente, haría buena pareja con ese hombre sin duda. Lenia sonrió ante tal ocurrencia en su mente, se los imaginó como marido y mujer, menudo matrimonio mas frío y raro. Agitó la cabeza suavemente para descartar esa idea, aunque no era tan descabellada.

Ser Bernard -Aquí no os podréis quejar de la comida y, por supuesto, tampoco del vino.-Soy Bernard Risefeller, y él es mi hermano Tyler.

Lenia agradeció tener allí a Ser Bernard y Ser Tyler, sentía un profundo aprecio por ambos hermanos, se sentía cómoda en presencia de ellos, sabía que estando ellos cerca, todo saldría bien.

Lord Rhys : Nos vemos en la comida. Ánimo con los preparativos, Marvin. 

- Oh - exclamó Lenia al ver como su padre se marchaba, ¿porqué se marchaba? pe ... pero ... su padre era quien debía mantener el orden. Lenia mordió su labio inferior nerviosa y miró a su madre.

 Tabitha : Pues ya que nuestro padre se ha ido, podemos dar por concluido el desayuno. Nos veremos en la fiesta 

Su hermana mayor también se fue, dejando a Lenia cerca de Alyra y sintiéndose sola y desprotegida por alguna razón, sin su padre y sin su hermana, el rostro de Lenia se volvió ligeramente preocupado.

Ser Tyler : Nos veremos después, mi señor, mi señora...-Comprendo lo que decís, a pesar de que la caza en circunstancias normales es un gran manjar. Sin duda la rutina hace perder la chispa a todo lo que conquista. Pero no os preocupéis, esta velada promete ser de lo más entretenida ¿no creeis?- 

Lo que faltaba, ahora se iba Ser Tyler, Lenia no quería ser descortés, quería irse como el resto y más ahora que se sentía incómoda sin la presencia de las personas que le hacían sentir segura, pero ... había sido bien educada, no se iría sin más, se tranquilizó al descubrir que finalmente, Tyler no se marchó.

Ser Galbart : -Toda razón tenéis,-de donde yo vengo, en la misma naturaleza encontraréis el mismo ejemplo que decís, hay frutos preciosos y deseables a la simple vista muy apetecibles para comer, pero en el interior se encuentra uno de los más intensos venenos. En cambio, existen otros con exterior rugoso y de color oscuro, que contienen el sabor más dulce y maravilloso que podáis paladear, en vuestro caso, no albergo duda alguna que tanto la belleza interior como exterior que tanto vos como vuestras hermanas es inigualable

 Lenia no estaba entendiendo nada, ella era una chica coqueta, pero siempre había coqueteado con sutileza, pero ese hombre era bastante directo y le estaba diciendo cosas directas a su hermana pequeña y eso no le agradaba en exceso. Lenia sintió como iba creciendo en ella una sensación extraña.

- Alyra - dijo Lenia de pronto intentando cortar aquella conversación con Ser Galbart que no iba a ningún lado, pero luego pensó que quizás no era la forma de hacerlo, con ese enfado aparente que había surgido de la nada. Alyra y Lenia estaban un poco tensas y no quería empeorar las cosas. - No importa - Lenia apretó los labios y miró fijamente a Ser Galbart, con cierto enfado, después alzó el mentón y desvió la mirada hacia ser Bernard, buscando que el aprecio que sentía por el la relajara. En realidad, no tenía porque estar allí, todos se habían marchado, al menos la gente que más le importaba.

- Ser Bernard, Ser Tyler - intentó centrarse en ellos - Tenía intención de ir de camino a las cuadras a ver a mi caballo, por delante está el camino que va hacia el lago que os comenté antes, si no tenéis nada que hacer, quizás querráis acompañarme a las cuadras y os indico donde está exactamente el lago, para que luego podáis ir a visitarlo - La voz de Lenia sonó fría y debil, el dolor de garganta había vuelto a invadirla. Lenia miró a su madre pidiéndole permiso para marcharse con la mirada.

Marvin esperó a que el señor de Bosquespeso tomase asiento para continuar, casi acabando ya, lo que quedaba
de su almuerzo. La decisión del norteño, uniéndose a la mesa, no suponía ninguna sorpresa. Por dos veces había sido invitado a compartir desayuno: la primera vez por Lady Tabitha, la segunda por la Señora de la casa. 

Cuando Lord Rhys se dispuso a salir, Marvin se incorporo a su lado. Las palabras de su señor denotaban, de forma velada, que para el castellano también había acabado el desayuno. Marvin asintió, aceptando que debía centrarse en los preparativos mencionados por el noble. Antes de que se pudiese excusar ante los presentes, pensando en la multitud de elementos necesarios para una noche magnifica, vio como Lady Tabitha también se preparaba para dejar la sala.

- Perdonad, Señora, Damas, Sers. He de atender mis obligaciones. - Mencionó con un ligero gesto de abatimiento
por tener que abandonar la estancia. El tiempo pasaba rápido, la fiesta estaba empezando a echarse encima. - Disfrutad de la comida y, de nuevo, ruego me disculpéis. - Con una ligera reverencia de cabeza a los presentes, salió del comedor.

Se levantó y siguió a sus hermanas hasta la salida. Prefería evitar tener demasiado cerca al caballero norteño, al menos por ahora.

Luego le pedimos a nuestras sirvientas que nossss acompañen discretttamente a ver al caballero. Lo más probable es que no se mueva de sus habitaciones en un rato. Tennnemos tiempo.

Jevic se sorprendió de las diferencias de opinión en la sala, pero él permanecería allí por si alguien requería algo más para desayunar. En cuanto terminasen todos, sería su turno para un desayuno rápido antes de seguir con las preparaciones para la fiesta.

Astrid mantuvo una máscara de impasibilidad frente a lo que estaba ocurriendo. Su padre se levantaba y, casi sin decir nada, se marchaba. Peor aún, se marchaba sin atender ni tan siquiera a un invitado que estaba sentado a su mesa. Quizá no era lo normal en sus tierras, pero tanto su madre como su hermana le habían ofrecido asiento. ¿No era razón más que suficiente para, al menos, dedicarle unas palabras?

También fue sorprendente la reacción de su hermana Tabitha. No entendía que estaba sucediendo en el comedor en esos momentos. ¿Se habían olvidado todos de los modales? La muchacha sintió rabia y deseos de levantarse y cruzar la cara a su hermana. Pero en parte no había sido su culpa. Su padre se había levantado y había abierto esa puerta. Ahora todos podían irse, hubiese invitado o no.

Le pasó totalmente inadvertido el nerviosismo entre Fiona y Ser Galbart, ya que su curiosidad se decantó sobre Alyra. La educación que habían recibido por parte de su madre había sido la misma, sin embargo, el descaro y la arrogancia sólo parecía haber nacido en ella. No entendía cómo podía hablar a un invitado de esa manera, como si fuera una... sí, una fulana. Quizá su hermana se había convertido en una mujerona cualquiera, sin clase ni prestigio. Una de esas mujeres que se ofrecían al mejor postor, pero siempre bajo algún tipo de pago.. O no, desconocía en su totalidad el nivel de ruindad de su hermana. Tampoco entendía cómo su madre no se había dado cuenta de lo bajo que había caído una de sus hermanas, pero no podría reprochárselo. Ser una gran señora implicaba muchas responsabilidades. Y Lady Myriah había depositado confianza en cada una de sus hijas. Sólo que unas habían demostrado ser dignas de ella y otras... No.

Astrid terminó de desayunar. También tenía que hacer cosas, y le resultaba poco procedente levantarse de la mesa con el invitado, pero no tenía más remedio.

Disculpe mi torpeza, ser Galbart, no nos hemos presentado su rostro se sonrojó levemente. Soy Astrid, la hija mayor.  Ellas son Alyra y Lenia añadió enfocando a sus hermanas con sus palabras. Y Tabitha y Mira acaban de salir

Tras esa presentación, ya se sintió preparada para irse. Quería tratar unos asuntos, y no podían demorarse

Lenia, si no os importa, yo también os acompañaré al lago. Tengo que hablar con ser Tyler, así podré hacerlo de camino sin quitarle mucho tiempo, si no es inconveniente se dirigió a su hermana menor, pero mirando también a Tyler.