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Cuando ser Lance se presentó ante Alyra y el norteño, éste respondió con la misma cordialidad y educación-Ser Lance, es un placer y un honor conocerle-dijo con una medida reverencia añadiendo una tenue sonrisa-de hecho todos en este castillo se sorprenden al ver a un norteño entre estas paredes, si, vengo de muy lejos pero con la invitación a tan importante evento es un honor para mí- apareció un gesto de orgullo en su mirada.

En ese momento Alyra, anuncia con cierta prisa que debe dejarnos por otros asuntos-ha sido un verdadero placer compartir el paseo y la charla con vos, espero poder compartir más momentos como ése, ha sido muy instructivo y gratificante-dijo con una agradecida sonrisa y realizando otra inclinación en forma de despedida, siguiéndola con la mirada un instante, para luego mirar al caballero-He tenido el placer de charlar con tres de ellas y son excelentes conversadoras y ni qué decir tiene que poseen una educación exquisita, sus padres deben estar orgullosas de ellas.-dijo mientras vió como desaparecía Alyra de su vista.

Lance simplemente concedió con un asentimiento a Alyra cuando dijo que ambos habían viajado desde lejos, no había mucho más que decir sobre el asunto, cuando le preguntó acerca de si había podido descansar puso cara de circunstancias.

Aguardo que me puedan acompañar a la alcoba que me han asignado, mi señora. asintió con la cabeza. Me gustaría poder quitarme la armadura, ponerme algo más decente. procuró mostrar una sonrisa gentil, no quería que fuera interpretado como una queja, pues no lo era.

Miró unos instantes a ser Galbart, una toma de medida casi instintiva, pero alejada de cualquier intención funesta. Antes de decir nada la joven hija de los Vaelys se despedía, frunció el ceño por un momento y asintió sin perder la suave sonrisa.

Ha sido un fugaz placer, mi señora. Aguardo el momento de poder conversar con vos sin tantas prisas de por medio. se inclinó algo más, educado, viéndose en ese momento junto al norteño. Se quedó mirando unos momentos como se alejaba Alyra, pero luego volcó su atención en su interlocutor.

Llevaréis hospedado aquí varios días entonces. asintió Lance. O quizá vuestro tiempo ha sido mejor invertido que el mío, la fortaleza parece inmensa, pero no querría ensuciar sus suelos con el barro del camino. admitió el caballero, lo miró con detenimiento. Un norteño aficionado a las conversaciones, eso es nuevo, o apenas he visto mundo. Quizá un poco de ambos. mostró una sonrisa burlona, sin malicia. El aspecto hercúleo de Galbart no daba a entender que fuera un hombre amante de la conversación.

Con la llegada del castellano, Lance asintió a modo de saludo al verse saludado, pero no dijo más dado que no estaba cerca de ellos. En ese momento rumiaba algo por el estómago de Lance, el tiempo pasaba y el hambre empezaba a pinchar.

Antes de salir Alyra se acercó a él y le dio algunos consejos para disimular el olor que inundaba el castillo, las aceptó gustoso y lo archivó en su mente como último recurso en caso de no poder eliminarlo; pero en ese momento, tan pronto como vino, aquel hedor desapareció, lo cual era un alivio, aunque no se sabía si volvería a aparecer, era mejor detectar de donde procedía y tomar medidas.

Respondió al saludo de Marvin con un movimiento de cabeza y observó como se desenvolvían las dos hermanas hablando con los invitados; realmente habían dejado de ser niñas, una levísima sonrisa asomó por el rostro del hombretón, había pasado mucho tiempo con aquellas dos desde que eran unas chiquillas y no podía evitar sentir cierto orgullo.

Tras quedarse unos segundos con la mirada perdida el hambre hizo acto de presencia, puso camino a las cocinas para comer algo rápidamente y reanudar sus funciones preparando la fiesta, y de paso investigaría el origen del olor. Se marchó discretamente inclinando la cabeza a modo de despedida si alguien le miraba.

Lenia volvió de los establos, tenía algo de hambre pero no sabía a ciencia cierta que hora era, ni donde estaban sus hermanas, quería ver a Tabitha a ver cuando iban a quedar para elegir el vestido y los complementos del pelo, ¿donde estaría?.

Entro por la puerta del gran recibidor esperando ver a alguien que pudiera indicarle donde estaba su hermana o que pudiera decirle si ya era hora de almorzar algo.

Galbart esperó a que Ser Lance se despidiera de Alyra para seguir la conversación-Pues he de deciros que he llegado ésta mañana, pero he tenido la fortuna de coincidir con varias hermanas en un paseo por el majestuoso jardín que posee éste magnífico castillo y he podido conversar con ellas-respondió con una leve sonrisa recordando el agradable momento.

El norteño habría reído con ganas ante el comentario sobre el carácter de los habitantes del norte, pero se contuvo pues no era ni momento ni lugar en pleno recibidor, sustituyéndolo por una amplia sonrisa-Os estiendo perfectamente, la gente norteña tenemos esa fama y en realidad he de decir que hay de todo y que sin duda hay gente fría y poco habladora, pero yo creo que las experiencias de cada uno en esta vida, con quién te relaciones, lo que aprendes, ayuda mucho a forjar la personalidad de cada uno y yo por suerte gracias a mis padres, me he convertido en un bicho raro-compartió otro gesto cómplice con el caballero mientras una sensación de hambre empezó a acuciarle, sin duda estaría próxima la hora de comer.

En ese momento y mientras esperaba respuesta de su interlocutor, apareció Lenia por la misma puerta que él había atravesado hace unos pocos minutos, los ojos del norteño se iluminaron al verla, su energía vital y manera de ser tan jovial, habían conseguido que Galbart se sintiera más cómo en aquel extraño lugar e intentó buscar su mirada para llamar su atención.

Nada mas entrar, Lenia se sorprendió gratamente, el recibidor estaba lleno de gente, empezaba a gustarle la idea de la fiesta, por lo general, su hogar era demasiado grande y no había tanta gente como para que se mantuviera entretenida. Vio a su madre, su hermana y algunos más, pero sin duda, sonrió de forma alegre al ver a Ser Galbart y sin pensárselo, caminó hacia el.

- Ser Galbart, tengo que decir que me he enamorado - dijo mirándole a los ojos y de pronto, sus mejillas se pusieron coloradas al entender que la frase, tal como la había dicho, podía ser bastante malinterpretada - De Brego - completó, refiriéndose a su montura - Es un caballo realmente hermoso y ... me faltan palabras para describir lo que he sentido al verle - Lenia apartó la mirada aún colorada por la frase inicial.

Lenia giró el rostro y se percató de que Ser Galbart estaba acompañado y manteniendo una conversación - Oh, disculpar mis modales os he interrumpido - Dijo sintiéndose culpable por la manera en la que había entrado en la conversación. Miró a su hermana Alyra y luego nuevamente a Ser Galbart - Os dejo con vuestra conversación, disculpar - dijo sintiendose apurada y pidiéndole disculpas a su hermana con la mirada.

Galbart se alegró de que Lenia le viese, aunque al fin y al cabo no era muy dificil, siendo alto y corpulento como era él, cuando la joven fue hacia él directamente, el norteño se percató de que su rebeldía y frescura eran imparables a lo que sonrió ostensiblemente al ver que se aproximaba si detenerse siquiera a ver a su madre. Sin poder hablar, Lenia le abordó con unas palabras chocantes a las que la muchacha se dió cuenta tardía de cómo podían haberse mal entendido, encendiéndose sus mejillas como puro fuego. Galbart intentó refrenar su incomodidad ingnorando sus primeras palabras -es una alegría veros de nuevo tan pronto Lady Lenia y sí, tenéis razón, no voy a ser yo quien lo niegue-dijo con orgullo-Brego tiene una presencia especial y es indiscutible que posee una fuerza natural dificilmente igualable-respondió animado.

La joven se sentía mal por la interrupción-por favor no os vayáis Lady Lenia, vos no interrumpís faltaría más, es un honor y un placer teneros con nosotros-dijo mirando un instante al apuesto caballero esperando una respuesta positiva-mirad, aquí os presento a Sir Lance-comentó mirándole de nuevo y ofrenciéndole de nuevo una sonrisa a Lenia-estabamos comentando justo el asunto de los norteños, la primera impresión que solemos dar en aspecto y que luego si se llega a conocernos somos hasta buenos conversadores ¿vos qué pensáis al respecto?-preguntó amable intentando que Lenia se sintiese menos incómoda.

Tras la salida de John y lady Alyra, unos ruidos procedentes de las entrañas de Marvin rompieron la paz de un silencio momentáneo. El castellano quedó un poco traspuesto por ello, ligeramente avergonzado. Desde el desayuno no había probado bocado, factor que se hacía notar en la sonoridad de su estomago.

Viendo que allí estaba la Señora de la fortaleza como comitiva para los nobles y que también acababa de llegar lady Lenia, Marvin pensó en dirigir su atención a una necesidad tan básica como era la de organizar un poco la cocina para la hora de la comida, momento que estaba a punto de llegar. Cuando hubiese comido, cosa que esperaba que no debería llevarle mucho, volvería de nuevo a sus labores. Ahora, a las cuales se sumaban unas nuevas con las que no contaba.

- Mi Señora, lady Lenia, Sers. Con su permiso he de ausentarme. Supongo que en breve habremos de almorzar, así que les veré en el comedor. Voy a indicar que se vaya organizando todo para el servicio - de nuevo, con una pequeña reverencia a cada uno de los presentes, ésta vez para despedirse, salió del recibidor hacia la cocina.

Ser Galbart - Es una alegría veros de nuevo tan pronto Lady Lenia y sí, tenéis razón, no voy a ser yo quien lo niegue

Lenia sonrió, le agradaban los modales del norteño, a primera vista podía parecer rudo, pero sin duda, era un hombre agradable. Sonriend, la muchacha abrió mas los ojos al recordar a Brego - No se os ocurra, sin duda es un espécimen maravilloso - aseguró la muchacha.

 Ser Galbart -Brego tiene una presencia especial y es indiscutible que posee una fuerza natural dificilmente igualable

- Bueno, dicen que los animales acaban pareciéndose a sus dueños, no hay duda de que vos poseéis también una fuerza natural dificilmente igualable - puntualizó Lenia no muy alto para que su madre no la escuchara.

Ser Galbart - Por favor no os vayáis Lady Lenia, vos no interrumpís faltaría más, es un honor y un placer teneros con nosotros-dijo mirando un instante al apuesto caballero esperando una respuesta positiva-mirad, aquí os presento a Sir Lance 

Lenia giró el rostro hacia Sir Lance e hizo una reverencia protocolaria - Sir Lance, encatada, no tenía el gusto de conocerle - Lenia trató de ser amable, cortés y correcta.

Ser Galbart -estabamos comentando justo el asunto de los norteños, la primera impresión que solemos dar en aspecto y que luego si se llega a conocernos somos hasta buenos conversadores ¿vos qué pensáis al respecto?

- Bueno yo puedo hablar por propia experiencia, aunque solo respecto a vos Ser Galbart - dijo divertida - He de admitir - miró a Sir Lance - Que la primera vez que vi a nuestro querido norteño me sentí ligeramente intimidada, nunca había visto un hombre tan ... - Lenia paró un segundo y mordió su labio tratando de encontrar las palabras adecuadas - ¿Norteño? - dijo divertida - No sabría explicarlo, desprendéis fuerza ... y eso puede resultar intimidante, pero en cuanto hablé con vos, me di cuenta de que sois todo un caballero y además, muy interesante -  dijo con dulzura - Provenís de una tierra interesante, todo lo que sabéis que yo no, resulta emocionante - admitió volviendo a imaginar los cambios del norte, los bosques y a su gente - Estoy deseando conocer vuestra tierra - admitió. 

Marvin -  Mi Señora, lady Lenia, Sers. Con su permiso he de ausentarme. Supongo que en breve habremos de almorzar, así que les veré en el comedor. Voy a indicar que se vaya organizando todo para el servicio 

Lenia miró a Marvin y asintió con una sonrisa - Gracias por organizarlo todo Marvin, que haríamos sin ti - la verdad es que Lenia pensaba que Marvin era muy dispuesto con sus tareas y todo salía siempre bien gracias a su compromiso. 

Lance se mantuvo cordial en la conversación con Galbart, lo contemplaba con intriga y extrañeza a partes iguales, pero no perdía el brío en la mirada.

Entonces ha sido una mañana bien aprovechada, ser. comentó finalmente con un asentimiento. Al menos ha visto algo más que el recibidor y el patio de armas de esta fortaleza. miró a su alrededor apelando a la paciencia.

La reflexión que acuñó a continuación Galbart generó en el caballero cierto escepticismo, si bien no le restaba razón o importancia, Lance alegó internamente algunas cosas que no verbalizó. Terminó por asentir, educado.

Supongo que cada hombre se hace al reflejo de las acciones que proyecta. dijo con actitud cordial, movió la cabeza pensativo antes de añadir. No me cabe duda que sois viajado, Bosquespeso no está precisamente cerca. terminó por sonreír con sinceridad.

Entonces llegó la joven Lenia Vaelys como una ventada de energía, vio como se dirigió directamente a Galbart anunciando su enamoramiento equino y el posterior sonrojo por la sutil interpretación que pudieron tener sus palabras de no haberlas corregido. Al verse presentado por el norteño, Lance correspondió con el mismo asentimiento cordial.

Mi señora Lenia. dijo tras inclinarse. Es un honor conocerla, soy ser Lance Dayne, me congratula poder conocer a otra de las hijas de Lord Rhys, y comprobar que los rumores que corren por Dorne son totalmente ciertos. la contempló unos instantes, con corrección, dejó que ambos contertulios intercambiaran cuatro palabras hasta que la joven doncella volvió a dirigirse a él, aunque fuera para elogiar al propio Galbart, algo que hizo suma gracia a Lance.

Supongo que es una cuestión de perspectiva. alegó el caballero con una sonrisa suave. Sin duda ser Galbart os ha causado una honda impresión, así como el propio Brego. bromeó un tanto, jovial. Si de caballos va la cosa, mi pobre Manchado espero que esté cómodo, suele acabar queriendo estar en soledad más que en compañía. reflexionó unos segundos antes de devolver la atención a la conversación presente.

Supongo que a todos se nos queda pequeño el lugar donde nacimos. comentó al final mirando a Galbart con cierta complicidad, luego contempló a Lenia. Tanto vos como vuestra hermana Alyra guardáis enormes ganas por visitar el Norte. rió levemente de buena gana.

Ser Lance - Mi señora Lenia. dijo tras inclinarse. Es un honor conocerla, soy ser Lance Dayne, me congratula poder conocer a otra de las hijas de Lord Rhys, y comprobar que los rumores que corren por Dorne son totalmente ciertos.

Lenia sonrió suavemente - Espero que los rumores nos dejen en buen lugar a las hijas de Lord Rhys, nos esforzamos mucho para ser buenas - dijo con mirada traviesa, lo que contrastaba con su sonrisa dulce. 

Ser Lance - Manchado espero que esté cómodo, suele acabar queriendo estar en soledad más que en compañía. 

- Más tarde iré a visitar a mi montura - se acercó un poco más a los caballeros para susurrar - Les voy a llevar azúcar, aunque Evan no permite que malcrie a los caballos, soy una madre malcriadora - dijo divertida - Si queréis puedo llevarle un poco de azucar a Manchado, así no se sentirá celoso cuando Brego y Noche reciban el dulce - dijo con ese toque travieso en la voz. 

.Ser Lance -  Tanto vos como vuestra hermana Alyra guardáis enormes ganas por visitar el Norte.

Lenia soltó un suspiro contenido, intentando ocultar cierto malestar al escuchar el nombre de su hermana. Alzó una ceja y miró a Galbart   forzando una sonrisa que intentó ser amable, pero se notó forzada.

- Si, Alyra tiene unos intereses bastante similares a los míos, diría que solo tengo que mostrar interés por algo para que automáticamente ella también guste de ello - se notó en exceso que entre hermanas había un pequeño "pique" con el tema de los gustos. 

Lenia respiró durante un par de segundos intentando relajarse, no quería enfadarse, pero Alyra no dejaba de estar presente en todo lo que ella intentaba tener como propio, incluso sus gustos.

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El norteño no podía negarlo, su complexión fuerte y musculada ahora que se había despojado de la gruesa capa de piel que le cubría minutos atrás hacía más evidente su ancha espalda y sin duda se asemejaba en cierto modo a su montura, apareciendo en su mente una imagen de un Galbart negro con melena negra azabache colgando hasta la cintura, mostrando una pequeña sonrisa -Sois muy amable al compararme con un animal Lady Lenia-dijo con tono divertido -pero no sufráis, para mí es un halago sin duda compararme con mi montura- respondí con una leve inclinación.

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La actitud jovial que desprendía Lenia casi era contagiosa, ese aire de rebeldía propia de su edad dentro de un ambiente de rectitud y cierta frialdad era refrescante y sin duda traería a toda su familia de cabeza. Ante su afirmación lógica sobre ser norteño, una sonrisa divertida dibujó la boca de Galbart-Es cierto, y soy consciente de que mi aspecto no es muy amigable, no obstante me alegro de que vuestra opinión sobre mí haya cambiado para bien - miró a sus interlocutores con una sincera sonrisa -y será un placer mostraros Bosquespeso algún día, el Norte también tiene su encanto-dijo centrando por un momento su atención en el caballero.

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-En ese caso Ser, si os gusta la naturaleza como a mí, os pido que visitéis el jardín, pocas maravillas he visto como esa-dijo volviendo a mirar a Lenia nuevamente.

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Galbart recordó que desde que habían llegado al castillo no había ido a los establos para comprobar el estado de su montura, no cabía duda de que estaría bien atendido, pero le gustaba supervisar su estado y no era propio de él desatenderlo de esa manera-Lady Lenia si no tenéis inconveniente, yo os acompañaré, no he visto a Brego desde mi llegada y quiero hacerle una visita, me estará echando de menos- dijo en tono jocoso.

Ser Galbart -Sois muy amable al compararme con un animal Lady Lenia-dijo con tono divertido -pero no sufráis, para mí es un halago sin duda compararme con mi montura- 

 - Trataba de alagarle, aunque creo que no se me da muy bien - dijo divertida y algo sonrojada - Si a mi me compararan con Noche ... me alegraría, es un caballo fuerte, veloz y valiente ... yo no soy muy fuerte, pero hago lo que puedo - bromeo divertida dando un golpecito suave sobre su brazo.

Ser Galbart - Es cierto, y soy consciente de que mi aspecto no es muy amigable, no obstante me alegro de que vuestra opinión sobre mí haya cambiado para bien - miró a sus interlocutores con una sincera sonrisa -y será un placer mostraros Bosquespeso algún día, el Norte también tiene su encanto

- Oh, no quería decir eso, es cierto que puede parecer algo frío al principio pero solo hay que ver el fuego que hay en sus ojos - dijo Lenia mirándolos fijamente - No me cabe duda de que el norte tiene mucho encanto - aseguró. 

Ser Galbart -En ese caso Ser, si os gusta la naturaleza como a mí, os pido que visitéis el jardín, pocas maravillas he visto como esa-

Lena asintió nuevamente y miró a Ser Lance - Las mejores horas para pasear por el son a primera de la mañana, aunque suele hacer algo de fresco y a última de la tarde, en cuanto el sol comienza a caer, los colores parecen mas vivos que nunca - aseguró con fervor - Dado que por la mañana no pudo apreciarlo, le invito a que lo haga por la tarde, creame, le encantara - dijo dulcemente. 

Ser Galbart -Lady Lenia si no tenéis inconveniente, yo os acompañaré, no he visto a Brego desde mi llegada y quiero hacerle una visita, me estará echando de menos-

 - Claro, iré después de comer algo, estoy famélica y eso que desayune fuerte esta mañana - dijo divertida - Aprovecharé para pedir algo de azúcar y así, con disimulo, guardarme un poco para los caballos, espero que mi madre no me recuerde que esta noche debo entrar en un precioso vestido, no me gustaría tener que explicarle mi plan - entrecerró los ojos y arrugó la nariz sin perder la sonrisa.

- Ser Galbart - miró al norteño - No quisiera interrumpiros ahora pero ... luego hay algo que quiero comentarios, es una tontería - bromeo quitándole importancia y mirando a Ser Lance, haciendo un gesto con la mano - Pero me gustaría pediros opinión sobre un asunto - puso cara de no haber roto un plato en su vida.

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A Galbart le costaba contenerse, quería reír, pero el protocolo lo prohibía y ver a un caballero soltar una risa abierta en pleno Recibidor no sería correcto. Era dado al buen humor, su retorno a Bosquespeso y la cura de sus heridas que atormentaron su mente largo tiempo había surtido efecto-Oh, no os preocupéis, lo habéis hecho bien, habéis sido digamos...original- trató de quitarle importancia al comentario-y agilidad, desde luego la desprendéis sin duda, habéis entrado como una exhalación en la sala y valor, estoy seguro de que si, la historia de vuestra familia os precede- sonrió.

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El norteño no dudó en responder a la mirada de la joven, manteniéndola sólo durante un momento, ya que no pretendía ser descarado ni hacer sentir incómoda a Lenia, pero unos ojos gris intenso atraían su atención sin poder evitarlo y le costó apartarla más de lo que creía-Sois muy amable, fuego no sé si hay, pero sinceridad y verdad puedo alardear de que si hay y me sería imposible mantener intrigas de palacio-el tono jocoso y a la vez sincero fué dicho con un tono un poco más bajo mirando a ambos para no ser escuchado.

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Afirmó sonriente Galbart ante las palabras de Lenia-Tengo que confesar que el paseo por el jardín y luego el camino hasta mi dormitorio en la Torre de las Vistas, ha abierto mi apetito de nuevo, así que mi estómago agradecerá de nuevo ser alimentado, sino empezará a rugir- frunció el ceño con gesto amable, esperando que no sonase con mala intención -y esperemos que ese requerimiento de vuestra madre no interfiera en vuestros maliciosos planes-le guiñó el ojo disimuladamente.

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En esta ocasión Galbart elevó las cejas con ligera sorpresa ¿Qué opinión podría ofrecerle un norteño que no fuera resuelta en palacio por alguien seguramente más esculpido intelectualmente? Lo desconocía, pero la curiosidad creció en él inevitablemente y si la joven lo requería para ello, el norteño no se iba a negar en absoluto -Lady Lenia, estoy a vuestra disposición y será un placer poder ayudaros, haré lo que esté en mi mano y dentro de mis conocimientos para dar mi opinión al respecto de lo que os inquieta-hizo una ligera inclinación como agradecimiento y mostrándole una cálida sonrisa.

La propuesta de Lenia fue recibida por Lance con curiosidad, la miró unos instantes para terminar asintiendo con rectitud y una sonrisa acorde, contenida y educada.

Conociendo a Manchado no rechazará un capricho, le gusta la atención. dijo el caballero mientras asistía al intercambio de palabras entre la joven dama y ser Galbart. Por momentos se sintió ajeno e intruso en la conversación, por lo que movió la cabeza con suavidad antes de decir.

Voy a procurar que alguien pueda acompañarme a mis dependencias. declaró con tranquilidad. Me gustaría liberarme de la armadura y demás enseres del viaje antes de la comida. asintió cordial antes de despedirse por el momento.

Mi señora, mi señor. bajó la cabeza a ambos, quizá algo más pronunciado hacia Lenia que a Galbart, algo con un propósito meramente protocolario. Aguardo poderles ver más tarde, si me disculpan.

Hecho esto se dirigió a una de las doncellas presentes en el recibidor, ya que Merol Ríos no se había dado por aludido al estar preocupado por otras labores, pidió que le guiaran a sus aposentos.