Partida Rol por web

Su rostro se puso serio cuando Alyra mencionó que Evan no estaba, pero se tornó más comprensivo cuando las preocupaciones de la niña salieron a la luz. Le dolía verla así, a ella más que a nadie más. Debo compartir con ella lo que he descubierto o es preferible atenuar su dolor? La verdad era una carga pesada para los Septones, desde su juventud había aprendido a callarla cuando era necesario, y éste podía serlo.

- Sabes si Evan dejó a Fiona en la Capilla? tengo poco tiempo para hacer el responso - miró con ternura a la joven, se daba cuenta que un corazón tan noble no soportaría la agonía de la duda. Acercó sus labios al rostro de Alyra y comenzó a hablar en voz baja - No fue un accidente, la empujaron y murió al caer por las escaleras. Lo lamento -sabía que esas palabras le atravesarían el corazón, pero prefería ser él quien las dijese - Con el Maestre llegamos a esa conclusión, y tengo un sospechoso... tal vez dos, aunque no quiero que perturbes tu mente con eso. Lo que si debes sacar de tu cabeza es que eres responsable de lo que sucedió, no fue así, tú no tienes nada que ver en esto -

Ante la primera pregunta del anciano, Alyra movió la cabeza de lado a lado, realmente no sabía si él ya había llegado, ese era el plan original de hecho, pero no pudo agregar algún comentario o impresión pues, Tiziano vino con el resto de lo que debía decirle, sobre la muerte de Fiona y que no había sido un accidente, ella parecía saber que no había sido sólo producto de un azaroso destino, era un presentimiento que tuvo apenas le dieron la noticia. Alyra se encogió de hombros, encogiéndose por el dolor que sintió, le habían arrebatado a su amiga.

— todo tiene que ver — sentencia con amargura — todo... este baile, las heridas en mi cara, la herencia de mi familia y que posiblemente quedemos en la ruin... los rumores terribles que hay de todas nosotras, de mis padres, incluso de usted, que dicen que embarazó a mi hermana Lenia, ya estoy harta de todo esto, y ni siquiera sé si el matrimonio de una de nosotras termine esto, pero creo que es la única forma — controla su tono de voz, sus mejillas se habían vuelto ligeramente rojas de la rabia pero logró calmarse levantando la mirada hacia el hombre — incluso la idea de que la responsable de todo esto sea Astrid... — cosa que sí creía siendo lo que más la llenaba de rabia. 

— sé sobre lo que hablamos, pero, ¿si me caso con Evan?, la cláusula no especifica con quien se debe casar, nada, sólo dice que la primera que se case y...  —  guarda un breve silencio, era evidente que estaba demasiado abrumada con tantas ideas, y sus ojos van de un lado a otro — ¿quienes son los sospechosos de la muerte de Fiona? — clavó esos ojos marrones en el anciano, no aceptaría respuestas evasivas. 

El Septón escuchaba con paciencia la catarsis de la joven Vaelys hasta que hizo un comentario sobre él que lo tomó por sorpresa. No pudo menos que reír, esforzándose por no hacer demasiado ruido, y negó con firmeza - Mi querida Alyra, no hay modo que un hombre de mi edad pueda yacer con una doncella y concebir un niño. Además, llevo años de castidad y servicio a los Siete. Así que si tu hermana espera un niño, cosa que realmente dudo, no soy yo el padre -

- A ti, y solo a ti, puedo contarte un secreto. He estado una vez con una mujer... hace mucho tiempo... antes de mis votos, antes del llamado de los Siete. Se parecía a ti...- sus palabras se ahogaron en el silencio, y de inmediato cambió de tema -No te dejes influenciar por lo que dicen, los rumores no son bendecidos por los Siete, sino que son pruebas que debemos resistir. También he escuchado que Lenia es quien está detrás de las desgracias de tu familia, así como parece que tú escuchaste que lo estaba Astrid. Yo dudo que eso sea así, es mejor que ustedes se mantengan unidas en este tiempo tan adverso - 

- En cuanto a tu relación con Evan... me consta que ambos se aman de un modo que los Siete bendicen. Si estas dispuesta a dejar que Astrid guíe tu casa, entonces los casaré con gusto- dijo mirándolo a los ojos con ternura. - Dime, esto lo dices porque sigues enamorada de él o porque el desconocido te ha parecido inapropiado para ti?-

Tiziano omitió contestar las preguntas sobre el sospechoso, tal vez por olvido, o tal vez deliberadamente.

La joven ladeó su cabeza, sería mucho más expresiva para los demás sin ese velo que ocultaba sus gestos que la delataban en cada aspecto de sus pensamientos e ideas, era sincera y su rostro era su mayor delator, pero ahora, marcado con aquellas heridas, quizás nunca nadie volviera a verlo más que ella. 

— mi señor, sé que no puede ser, además, ni los rumores son claros de quién es el padre del supuesto hijo, Usted, Ser Colina, Ser Galbart... son varios los candidatos y eso es lo que me preocupa, que el nombre de mi hermana esté vinculado con tantos y eso enlode su reputación, pues, no importa que sea verdad o mentira, lo que importa es que se diga — le mortificaba pensar que su hermana sufriera por la maldad de otra persona — por eso me preocupa enormemente que se haya ido con Ser Galbart cuando se sintió mal, ella jamás debió haber hecho eso, pero Lenia no considera los peligros — sus labios se apretaron, su hermana mayor era a veces muy ligera de juicio y no se daba cuenta que estaba en una posición de privilegio y al mismo tiempo demasiado peligrosa — y así suman y siguen... como que alguna ed mis hermanas no es hija de Padre, que Mira es hija de Marvin, son demasiadas las cosas que he oído, otras tan terribles como esas, otras... extrañas, como que madre de padre nos maldijo antes de morir... o que  Joston Ríos dejó un apunte en el testamento que no se comentó al resto, quería que yo fuera quien heredase todo y así gobernar sobre el resto de Vaelys, y sirvientes y convertirte en la persona más poderosa de la Fortaleza de Sangre.— no podía negar que ese último rumor le gustaba, sentía que alguien la reconocía de verdad. 

La confesión del anciano la llenó de ternura, pensar que también fue joven y que se arrojó a las garras del amor, le produjo una sensación de agrado, quizás él aún recordaba lo que se sentía, amar, amar intensamente, la joven puso su mano sobre el hombro del anciano y sobó suavemente, agradeciendo su confesión. 

— ¿qué fue de ella?, ¿fue feliz? ¿usted lo fue, a pesar de separarse de ella? — esa respuesta era también importante para ella, pues, podría responderle bien lo que le había dicho después Tiziano, pero con lo del rumor de su hermana, no sabía, realmente no lo sabía, así que guardó silencio ante lo que del había preguntado.

— no sé quien es el desconocido, así que no puedo responder a esa pregunta, amo a Evan, aunque sé que usted y él han conspirado en contra del maestre — levantó su mirada un segundo, dejando en claro que ese tema lo tratarían en breve —  también creo que es posible que el maestre puede estar conspirando, aunque no estoy segura, y realmente desearía que así fuera, así él podría limpiar mi cara deforme, — infló sus mofletes, soltando un suspiro ahogado — mi cara es un desastre, creo que el desconocido realmente no gustaría de mí... — sentía vergüenza de que cualquier otro la viera — pero... realmente amo a Evan, sin embargo, si es verdad que Astrid está detrás de todo esto... no puedo dejarla ganar, no puedo, — desconfiaba de ella, siempre lo había hecho — le dije que le ayudaría, pero no sé si mentía, no conozco quién es Astrid, no puedo confiar en ella, y cuando le dije que le ayudaría estaba perdida, sin embargo... — hizo una pausa — la verdad es que no sé qué hacer, además, creo que ya no tengo opción con ninguno de los pretendientes, ninguno por el estado de mi otro lleno de heridas y llagas que hasta a mí me da asco ver, —

Miró hacia la puerta, su maestro también era su confesor, siempre lo había sido.

— creo que en cierta forma, me he rendido... quién sea que esté detrás de esto, me ha sacado del camino, al punto que creo que casarme con Evan es un castigo para él, que debería entrar en mi cuarto y no volver a salir nunca más, dedicarme al estudio, o quizás, tomar un casco, cubrir mi cara, y viajar por el mundo usando mi espada para defender al inocente, sin nombre ni pasado — cuando niña, lo había imaginado, montando un dragón — creo que en este momento, eso sería lo mejor, por lo menos haría algo que me gusta — movió la cabeza de lado a lado, sonriendo, no le quedaba muchas opciones más allá de tomar las cosas de la mejor manera posible.

— por cierto, no me ha dicho quienes son los sospechosos de la muerte de Fiona, eso sí lo deberé resolver antes de irme — su voz se había vuelto más seria, no lo dejaría ir sin que le respondiera. 

El anciano escuchó el sin fin de inquietudes que salían de la boca de la joven, uno tras otro, como si dentro de ella hubiese una sed inagotable que la desequilibraba. Tomó su mano entre las suyas y la vio a los ojos a través del velo, que ocultaban su acné pero no el alma de la doncella - Alyra, cálmate, si te dejas llevar por la desconfianza y el temor, entonces perderás el equilibrio. Aparta tus dudas y céntrate en ti misma, los Siete siempre estarán a tu lado para que puedas hacerlo- dijo con voz firme y cálida a la vez, intentando hacer que cambiase su punto de vista.

- En cuanto a mi antiguo amor... algún día te contaré más, solo debes saber que sí, fuimos felices un tiempo, tan breve como intenso. Fue una prueba difícil para mí, pero ya acepté que no era mi camino estar con ella, todo eso quedó atrás - salvo cuando te miro a los ojos y me quedo sin aliento, pensó.

- Olvida los rumores, céntrate en la verdad, y para eso los Siete nos dieron la mente y el corazón, usa ambos. Cuándo el testamento se escribió, que edad tenías? Había muerto tu hermano mayor? Disculpa, pero para ese entonces eras apenas una niña y había un heredero claro, no parece posible que ese rumor sea cierto. En cuanto al presunto embarazo de Lenia, sí es algo complicado, pero no es la primera vez que algo así sucede, es un tema que conviene que hables con tu madre-  ella sí que sabe de estas cosas, se dijo.

- Porqué dices que no sabes quién es el Desconocido, Alyra. No lo recuerdas? Pensé que me habías comprendido este mediodía cuando te dejé junto a él y te insistí en que hablaras con él durante el almuerzo. En que estabas pensando? - comenzaba a dudar que ella fuese capaz de llevar la casa, tenía el potencial, sí, pero aún era frágil e infantil, a diferencia de Astrid que ya tenía todo dispuesto para convertirse en la heredera en un par de horas - Alester Marbrand, no estoy seguro si él es consciente o no de sus derechos, y por favor esto no lo hables con nadie ! Tu padre lo mandaría a matar si supiese que él es el primo que tanto tememos, y luego a mi por no habérselo dicho. Si no le he hecho, es por tí - se quedó en silencio unos segundos, pensando en Evan ese chico tiene la respuesta a todo, solo tengo que hablar con él - Alyra, si amas a Evan, cásate con él y no dudes en ser feliz, Astrid no te hará daño, menos si la ayudas esta noche a que concrete su boda. Después del responso, tendremos su casamiento, estimo incluso que antes de la cena- dijo, sacando sus propias conclusiones del mensaje que Merlo le había hecho llegar de la primera hija. - Y si estas dispuesta a pelear por ese lugar, entonces... debes madurar... y rápido - las últimas palabras sonaron duras, y en realidad lo eran, pero no por eso carecían de verdad. El Septón quería demasiado a Alyra como para dejar que se hiciese falsas ilusiones, podía elegir la felicidad y el amor, o podía elegir el poder y la responsabilidad que conlleva, pero no podía estar en medio de ambos como seguía soñando. 

- En cuanto a los sospechosos, hay dos, pero me inclino por... Sloth- dijo, a sabiendas que eso impactaría en ella. - No seré yo quien lo delate, no aún, el Maestre esta buscando la prueba definitiva en este momento junto a Merol. Lo cual te da una idea de que no estoy contra el Maestre, por más que hayas oído lo contrario. Guarda la presunta identidad del asesino en secreto, de lo contrario todos nosotros corremos peligro. Incluso tu Padre, que hace ya horas que nadie sabe dónde está...- Tiziano hablaba con seriedad y preocupación, y no descartaba que Lord Rhys estuviese ya sin vida, y si ese era el caso, entonces no importaba ya nada, esa fortaleza pasaría a manos del bastardo y todo los esfuerzos de su señor habrían sido en vano.

- No, mi señora, la caída no está relacionada con que ella hubiera tomado esa leche. Pero precisamente por eso Sloth no ha encontrado nada en el laboratorio del maestre. Probablemente lo último que le quedaba se lo hubiera dado a Fiona esta mañana –coincidió el jorobado con su señora.

- No, un hombre como él, de Lord de la casa… No estaría bien, no. Un vulgar ladronzuelo, eso es lo mínimo que es. ¿Quién sabe qué más? Y si vos no confiáis en él, mi señora, Sloth tampoco –Aun así, Sloth no sabía si confiarle lo que sabía sobre Evan, sobre esa relación que tenía con una de las hijas. Sloth no quería traicionar la confianza de las pequeñas, pero tampoco quería que Evan se casara con ellas. ¿Qué debía de hacer Sloth?

Sloth debe hablar primero con la damita y, luego, decidirá si contárselo a la madre, resolvió.

- Así hará Sloth, mi señora, ahora mismo vigilará que en las cocinas se esté preparando todo para la fiesta.

- Mi señora, sabéis que Sloth solo quiere lo mejor para vos, solo quiere que seáis feliz… Y por eso Sloth tiene que deciros esto, aunque os duela. Porque Sloth sabe que más vale un desencanto a tiempo que una vida llena de mentiras y decepciones.

Sloth suspiró antes de continuar.

- Sloth ha visto, y ya sabía de antes, vuestro interés por el joven mayordomo Evan. Pero Sloth cree que Evan os está ocultando cosas, os está mintiendo. Sloth sabe con certeza que él ha estado robando vino de vuestro padre y ahora… ¿No os ha extrañado que haya entrado en el laboratorio del maestre sin aparentemente ningún motivo? Sloth ha escuchado que lo han visto salir de los aposentos de Caelus con algo guardado en sus ropas. Sloth no confía en él. Sloth no llegaría a decir que está detrás de todo lo malo que está ocurriendo en la Fortaleza, pero sí que está claro que es un ladrón. Y vos, dulce Alyra, debéis saber la verdad. Vuestra madre desconfía de él también. Sloth no le ha contado nada, pero sospecha que Evan mantiene una relación con una de sus hijas, así que Sloth imagina que no tardará en enterarse del resto.

La joven si se molestó por la dureza con la que le había hablado, si justamente él era quién más dudas le hacía sentir de todo, y luego estaba Evan o el maestre que se culpaban los unos a otros y que a ella sólo le dejaban como verdad que su rostro estaba marcado por heridas que le impedían que se mostrara en público. La joven dio un paso hacia atrás, demasiado molesta, y se cruzó de brazos, pero debió controlar su mal genio, quizás en eso si que no se parecía tanto a su padre, ella si podía ser diplomática. 

— primero, ni tiempo tuve de conversar con nadie, antes de que comenzara el almuerzo, las heridas en mi rostro se hicieron mucho más visibles, y segundo, Ser Marbrand ni me vio, ni yo a él, no hubo ni un poco de química ni acercamiento, solo frialdad pura, además, él estaba mucho más interesado en Astrid que en notarme, y no me apetece estar con una persona que esté suspirando por otra, no viviré toda mi vida a la sombra de nadie, ya he tenido suficiente toda mi vida hasta ahora de eso, y sabe, ni yo lo haré, no estaré suspirando por otra persona, así que sí, me casaré con Evan, pero esa boda se celebrará antes de la boda de Astrid, y usted me ayudará con eso, la regla que nos impuso nuestro abuelo es clara, la primero que se case, no dice con quién, así que espero que me ayude con esto, espero que sea fiel a mí en esto — había dado un paso hacia el anciano, quién quizás pensó que el camino del desconocido era misterioso, pero que tendría cierto control sobre él, pero la joven no estaba de acuerdo con eso, y puso su mano sobre su brazo para captar su atención. 

Sobre el hecho que Alaster fuera su primo, no sabía como tomar eso, pero no le agradaba del todo el engaño que le quería hacer caer el anciano, si sabía quien era el joven, debió decirle antes de hablarle sobre los dioses y sus designios, no pudo dejar de sentirse utilizada, sin saber si realmente deseaba ayudarla o usarla por otro fin oculto, así que eso y el hecho de que la retara a madurar en vez de acogerla, considerando que con nadie se expresaba así, la hicieron molestarse aún más, pero no era momento de enojos y llantos, pues Tiziano si tenía razón, había que actuar y claro que ella lo haría.

Terminó todos esos pensamientos y sus palabras con un gran suspiro y llevó su mano a su frente, había descartado uno de los rumores más fuertes, pero eso no quería decir que no le diera vueltas la insinuación que le hizo el maestre sobre la comida envenenada. 

— ustedes, Evan, el maestre, todos parecen conspirar, pero es verdad, me debo enfocar en lo que sea verdad y sobre lo que yo creo que es verdad, sobre Sloth... no sé, me cuesta creer que le haya hecho algo así a Fiona, lo conozco desde pequeña, pero no sé que tan mezquino puede ser, o si siguió órdenes de alguien o sí... sí fue un accidente — volvió a mover la cabeza de lado a lado, también la mención de su padre y las sospechas de Mira — Padre no está bien, por eso también no podemos esperar para la boda, se hará como digo y punto, si eso me ayuda y ayuda a la familia, bien, sino... pues, nada, quedará la boda de Astrid, — mira hacia una esquina, — enviaré por Evan y si quería que madurara, pues, esta heme aquí, lista para hacerlo y tomar el destino en mis manos, mi querido Tiziano — recalca, ahora girándose hacia la puerta para entrar por ella, le había contado lo que le atormentaba, lo que no podía confiarle a nadie, y él le había pedido que se endureciera, estaba bien, lo haría, claro que lo haría, si no le permitiría sollozar un poco, pues, no lo haría. 

Bueno, ahora quedaba que el novio quisiera casarse con ella, sino, estaría a fojas cero, pero siempre podría irse a recorrer el mundo montada en Indómito y llevando sus espadas. 

Alyra se mantuvo incólume bajo el velo color mantequilla que cubría su rostro pero bajo él, sus ojos mantenían aquella solemnidad y tristeza al ver el cuerpo de su amiga ahí y el dolor de su hermano. 

— no es el lugar adecuado para hablar de estas cosas, Sloth — le dice con un tono suave y en un breve susurro — además, madre sabe perfectamente sobre Evan y yo, incluso, antes que muchos, antes que mis hermanas, y quizás, Padre también lo sabe — recordó lo que sintió cuando abrazó a Evan y tras las palabras con Tiziano, sus ojos se entrecerraron un poco — ladrón... un ladrón de vinos — hizo una pequeña pausa — delitos más graves se han cometido en estas paredes, mi querido Sloth que simplemente robar algunas jarras de vino, ahora, guardemos silencio por el descanso de Fiona y el dolor de Kyle — puso su mano sobre el hombro del siervo antes de acercarse de nuevo hacia el joven Ironsmith.

El anciano escuchó atónito las palabras de Astrid, la sintió distante, molesta, orgullosa e incluso autoritaria. Apenas podía reconocer a quien tenía delante. Algo dentro de él se hacía pedazos al escucharla, la dulce niña que siempre había protegido ahora le alzaba la vos y le daba órdenes como si de un sirviente se tratase. Sus ojos se pusieron vidriosos y la garganta se le hizo un nudo. Mi dulce niña... El rostro de la mujer que había amado era tan parecido al de Alyra, ya desde niña, que él había visto en ella un eco de un amor perdido, y la hija de Lord Rhys se había ganado todo el afecto que no había podido brindarle a su amada cuando joven. La había cuidado, la había protegido, la había consolado, y había hecho lo que estaba a su alcance para asegurarle su mejor futuro, pero todo eso ahora no tenía sentido. El anciano se daba cuenta que el parecido exterior no era un parecido interior, el amor que había dejado tenía un corazón lleno de ternura, incapaz de manifestar las palabras que Alyra había dicho, incapaz de desconfiar de él, incapaz de rebajarlo. Los ojos de Tiziano se abrieron por primera vez en años y el velo protector con el que siempre miraba a la niña se corrió, ahora veía a una joven ambiciosa, que era capaz de olvidarse de quienes estuvieron a su lado con tal de ganar su lugar.

- Se hará como digo y punto? - preguntó con voz cansada y el rostro serio - No Alyra, no respondo a tus caprichos, solo a la voluntad de los Siete. Si algo sucederá esta noche, es lo que ellos quieren y no lo que tu deseas, creí que habías aprendido esa lección - le contestó, sin ánimos de entrar en un cruce de palabras - Si Evan pide tu mano a Lord Rhys y él está de acuerdo, los casaré, pero no demoraré el casamiento de Astrid para esperarte, pues ya fue aprobado. Si llegas a tiempo, las casaré juntas - ya no tenía intenciones de hacer excepciones por alguien que lo había decepcionado. 

- Si prefieres creer que lo de Fiona fue un accidente y desconfías de mi palabra, hazlo. Y si prefieres ignorar que tu padre ha desaparecido, como te he mencionado, también puedes hacerlo. Yo seguiré buscando la verdad y protegiendo a tu familia  como lo vengo haciendo desde hace décadas, bajo la guía de los Siete que son mi única vocación- la joven había ignorado cada una de sus advertencias, relativizando las horas de investigación que llevaba junto al Maestre, y él no iba a seguir intentando convencerla de lo que no quería ver.

- Entremos, tengo un oficio que realizar - dijo apenado, y sin mas palabras se dispuso a entrar a la Capilla junto a Alyra, ahora la protagonista sería Fiona y él intercedería por su descanso eterno, antes de atrapar al asesino y llevar la justicia de los Siete a la pobre sirvienta.

la reprimenda que le llegó su su actitud no tardó mucho en llegar y la detuvo en seco, Alyra se giró hacia el anciano y se dio cuenta que se le había pasado la mano por la molestia que había sentido al ver que del anciano que había ocultado cosas, pero  tampoco había sido la forma, la chica bajó la cabeza y sus ojos se llenaron de lágrimas, intentando mantenerse en la postura de "madurez" aunque sólo obedecía al enojo y debía reconocerlo. La joven levantó su mano y sujetó del antebrazo al anciano y se las arregló para abrazarlo, apoyando su cabeza en su hombro.

— es verdad.. me he pasado, no debí hablarle así, sólo que... que... me molestó que usted supiera sobre el origen de Alester y no me lo dijera antes, me está ganando la paranoia — al final era miedo, y fue soltando al hombre, con el rostro bajo, pero debió descubrirse el rostro, esos ojos llenos de lágrimas y el miedo en ellos — tengo miedo, mucho, no sé como enfrentar todo esto, pensé que sería más sencillo, dentro de todo — ilusa, estaba menos preparada de lo que había creído — pero no... no lo es, me duele... — llevó su mano a su rostro, le dolía bastante y se encogió de hombros.

— y no ignoro que papá ha desparecido, es lo que más me da miedo — hizo una breve pausa — con Mira pensamos que le ha pasado algo, íbamos a buscarlo, por eso... he salido con esto — le indica su arma, la espada que su padre le había regalado y pendía de su muslo — desconfió de todos, pero no debí hacerlo de usted, la verdad... la verdad es que creo.. creo que papá no está, — esa idea la estaba matando y debe controlarse para no soltar el llanto, Tiziano mejor que nadie sabía que la idea de perder a su padre era algo que realmente destruía a la joven — alguien conspiraba contrata papá, buscaba matarlo, intenté hacer que el sirviente hablara, pero no me dijo, no sabía, sólo lo había escuchado y corrió a decírmelo, no se lo dije a Mira, ella ha pasado por mucho, pero incluso ella cree que algo malo pasó — volvió a hacer un puchero— lo peor es que el sirviente me dijo que era parte de la familia quién estaba conspirando contra su vida, así que... que... si es verdad, creo que nada de lo que hagamos sirva, si se sabe que él ya... si eso es verdad... — no pudo terminar la frase — por eso... creo que Sloth si puede haberlo hecho, pero debe haber alguien detrás de esa orden, digo, él... él no lo haría sólo por hacerlo, o que sea quién conspira ¿o sí?... ay... con él también me he criado y me destruye pensar que esté detrás de todo esto y que le haya hecho eso a Fiona, por eso puede ser un accidente también, ¿no?... — bajó los brazos, en un silencio que removía sus pensamientos — ya no quiero desconfiar u odiar con los que me criado, con los que he crecido, por eso se me hace más sencillo... desconfiar de Astrid y creer que está detrás de todo esto, es más sencillo, pero mi cabeza da vueltas, y no sé como madurar, ¿cómo lo hago, señor Tiziano? — estaba perdida, realmente perdida. 

Alyra pasó su mano por sus mejilla, quejándose del dolor por el roce y tomó la mano del anciano, y la llevó sus labios y frente, en señal de respeto.

— perdóneme... me excedí, la verdad es que no quería retrasar la boda de Astrid, sólo hacerla antes, pero mamá no lo aceptará, y padre... deseo encontrarlo — bajó la frente de nuevo, la idea de que esté muerto no se iba, no podía dejar de pensar en eso — usted es lo más cercano a un abuelo que tengo y uno de los pocos que me escucha y ya no tengo a Fiona, no tengo a nadie... — seguía haciendo pucheros, intentando no llorar, ya superada por la situación. 

Tiziano pecibió de inmediato el cambio de actitud de la joven, primero la observó con indiferencia pero luego pudo ver que sus lágrimas eran auténticas. El Setpón era un hombre severo, las hijas de Lord Vaelys no conocían esa faceta de su vida, pero la mayoría de la fortaleza si. Sin embargo, también era compasivo y entendía las emociones de las personas, incluso sus motivaciones mas profundas. Por eso abrazó a la niña nuevamente cuando vio como se quebraba. 

- Tranquila, tu familia saldrá adelante, y tú también - dijo con calma, consolando a Alyra. El velo de la sombra de su amada se había corrido, ya no la veía como antes, sin embargo esa joven se estaba mostrando tal cual era ante él, y eso no era algo ante lo que permaneciera indiferente - Te explicaré solo un par de cosas, para aclarar tus pensamientos- 

- No podía decirte lo de Allester mas que con indirectas porque era un tema delicado. Tu padre quiere eliminarlo, él tiene mas derecho que el resto de los primos, pues es el único varón no bastardo, y su existencia pone en riesgo todo por lo que él peleo. Pero no sabía si Allester quería también matar a tu padre, es algo que Evan y yo estamos averiguando, acorralando al Maestre. Lo oculté solo para que tú tuvieses la posibilidad de ser la heredera, pues él tiene más derecho que Astrid... si te casabas con él serías la señora Vaelys. Pero al ocultarlo, estoy traicionando la confianza de Lord Rhys. En realidad es un alivio para mi que te hayas decidido por Evan, ahora podré revelar su identidad a tus padres y ellos resolverán que hacer con él - era todo lo que podía decirle al respecto. El desconocido había pasado delante de todos sin siquiera ser visto, solo los Siete sabrían cual sería su destino final.

- Puede que tu padre aún esté con vida. Estoy casi seguro que hay pasadizos en la torre del Fenix - dijo con cierta duda, había estado más de una hora buscándolos sin hallarlos - Fiona fue empujada mientras bajaba las escaleras del tercer piso. Allí esta la habitación de Lenia y Tabitha, y el asesino entró sin que los guardias lo hayan visto pasar por la entrada de la torre. Los únicos sospechoso que tengo son el guardia y Sloth, y desconfío más del jorobado, pero no puedo asegurar que no haya un tercero. Como sea, si puede entrar y salir de la torre sin ser visto, también pueden raptar a Lord Rhys sin dejar rastro. Así que aún no pensemos lo peor, rezo a los Siete para que esté a salvo. Si quieres hacer algo por él, tal vez puedas registrar la habitación de Lenia o incluso la de tu padre, en busca de una entrada o de una pista. - no mencionó la habitación de Tabitha, ya no era necesario buscar allí.

Se quedó pensando en el comentario sobre la conspiración de un familiar, podían ser muchos. Su mujer, sus hijas, su sobrino bastardo o incluso Allester - Yo había escuchado que el conspirador era un empleado, Evan sospecha de Caelus, Caelus sospecha de Evan, yo sospecho de Sloth, pero ciertamente creo que eso no ayuda en nada, debemos encontrar la verdad. - dijo convencido de que debían hacer a un lado los rumores - Astrid no tiene motivos para matar a tu padre, si eso sucediese antes de casarse, perdería todo. Lo mismo sucede con tus hermanas, no así con tus primos, que saldrían ganando de su pronta muerte - seguía sospechando que el Maestre y Allester estuviesen conspirando juntos, pero para definirlo debía hablar con Evan en privado, había una carta que definiría todo -  Tu hermana es inteligente, vio todo esto por sí misma, por eso quiere casarse incluso antes de la fiesta, para asegurar que la fortuna de tu padre quede dentro de la familia. Si realmente quieres casarte con Evan esta noche, habla con él. Haré una sola boda y las casaré en simultáneo, eso es todo lo que puedo hacer por tí al respecto, mi querida Alyra. Luego Desembarco del Rey decidirá sobre cual de las dos recaerá la responsabilidad de llevar esta casa-.

- Ahora, ve y abraza a tu amiga. Necesitas un tiempo con ella. Olvídate de Sloth, concéntrate en Evan y en Lord Rhys y ven a verme durante la cena para acordar los detalles de la boda- dijo, animando a la joven a que fuese en busca de su destino, sin quedar aplastada por la carga que todo ello significaba. Le dedicó una sonrisa, la relación entre ellos ya no era la misma, pero seguía sintiendo un gran afecto por ella y deseaba que fuese feliz.

- Sobre maldiciones, fantasmas y vuestro padre podremos hablar más adelante. Yo a vuestra torre no puedo subir, pero, si no os incomoda, podemos acudir a mis aposentos –propuso, sabiendo por experiencia que entrar en la Torre del Fénix era un objetivo casi imposible para un invitado. Él lo había conseguido esa mañana por gracia y obra de los Siete, pero dudaba que, estando como estaban las cosas, fueran a hacer una excepción en ese momento.

- Mi señora, Sloth se alegra tanto de que estéis aquí… ¿Os ha tratado bien Ser Galbart? Sloth se siente tan mal por no haber acudido a los aposentos del caballero –Solo esperaba que el norteño fuera un hombre de honor y que ningún burdo rumor más sobre él y la damita siguiera extendiéndose por la Fortaleza-. Debéis saber que hay gente que pronuncia malas palabras contra vos y Ser Galbart. Sloth ha intentado pararlas y ha defendido vuestro honor, pero ya sabéis lo rápido que corren y lo fuerte que se instalan en mentes ajenas y chismosas -añadió, con visible preocupación por cómo podría afectarle a la dama.

- Vuestra madre no sabe que os habéis quedado con él a solas. Sloth no ha querido preocuparla. Tal vez no deberíais decirle nada, Lady Vaelys está nerviosa con todo lo que está pasando y esa información podría ser motivo de más alteración. Sloth cree que no es necesario –Aunque había más personas que sabían de esa breve estancia de Lady Lenia en el cuarto del caballero, esperaba que no llegara a los oídos de la señora de la casa. Además Sloth recibiría todas las culpas y Sloth creía que serían merecidas, pues los había dejado solos conscientemente, Sloth lo había permitido.

- Gracias Ser Alester. No tengo problema en hablar en vuestros aposentos. - Respondió con voz amable y realmente agradecida por lo que aquel caballero estaba haciendo por ella en ese momento tan duro.

- Cambio de planes, Ser. Debemos regresar a la Capilla. Debo hablar con madre con urgencia. - Le susurró la joven un tanto nerviosa y afectada, tras la llegada de Ser Lance al recibidor.

- Desde luego, las circunstancias tampoco son buenas para Edric Colina, el supuesto bastardo de vuestro tío –comentó, con cierta ironía. Que un bastardo llegue con pretensiones de heredar, habiendo una descendencia legítima clara, era para aplaudir su optimismo. Aunque tal vez Colina no fuera tan optimista y, de ahí, los rumores-. Aunque hay quien piensa que intenta cambiar esas circunstancias, saboteando a la familia. No creo que sea el responsable de lo que os está pasando a vos y a vuestras hermanas, personalmente, pero, si yo fuera vos, no me quedaría a solas con él.

- Cuando digáis –respondió, acompañando las palabras de un asentimiento con la cabeza.

Lenia miró al sirviente y sonrió debilmente, no tenía fuerzas, pero estaba agradecida por su preocupación.

- Mi señora, Sloth se alegra tanto de que estéis aquí… ¿Os ha tratado bien Ser Galbart? Sloth se siente tan mal por no haber acudido a los aposentos del caballero –

Asintió, estaba bien, Galbart había cuidado de ella. Con un gesto que hizo con su mano, le dio a entender que no pasaba nada por no haber acudido a los aposentos.

Debéis saber que hay gente que pronuncia malas palabras contra vos y Ser Galbart. Sloth ha intentado pararlas y ha defendido vuestro honor, pero ya sabéis lo rápido que corren y lo fuerte que se instalan en mentes ajenas y chismosas -

 Lenia suspiró, siempre había chismes, siempre había gente intentando desacreditarla, a ella, a sus hermanas y hoy, parecía más que nunca ... le parecía tan lejano cuando Alyra le había contado que algunos pensaban que Lenia estaba embarazada ... y de Martin, su primo.

Negó y puso los ojos en blanco, no quería discutir, le daba igual lo que algunos pensaran o dijeran.

 Vuestra madre no sabe que os habéis quedado con él a solas. Sloth no ha querido preocuparla. Tal vez no deberíais decirle nada, Lady Vaelys está nerviosa con todo lo que está pasando y esa información podría ser motivo de más alteración. Sloth cree que no es necesario

Lenia asintió y le sonrió nuevamente, no le diría nada a su madre, no tenía intención de hacerlo. Miró a Alyra en la lejanía y con un gesto suave señaló que caminaría hacia su hermana.

- Gracias - susurró Lenia a Sloth antes de marcharse, haciendo un gran esfuerzo por comunicarle lo agradecida que estaba. Después, se alejó y se situó junto a Alyra.

Tabitha se arrimó lo suficiente ha Alester para poder susurrarle y no se escuchada por su otro acompañante.

- Gracias por no dejarme sola. Esto está siendo muy duro y empeorará en breve. - Quería decirle lo que el guardia la advirtió en el recibidor. Lo que sus palabras dejaron caer sin pronunciar que su padre, el Señor de la Fortaleza de Sangre, había muerto. Pero no era capaz de encontrar la manera de decirlo sin derrumbarse por completo, así pues, decidió seguir con el tema del sabotaje. Algo que ya carecía de importancia pues solo una boda de una de las hijas antes que la de nadie, salvaría aquella situación.

- Las palabras en el recibidor... los traidores... mi primo... ¿Realmente pensáis que lo es? - Lo cierto es que la joven dudaba de aquello. En su cabeza se había formado una teoría distinta gracias a las palabras de Alester y de algún caballero más en aquel rato de charla. - Y... ¿qué sabéis sobre maldiciones y fantasmas? Algo me despertó anoche. Algo antinatural... y creo que mi hedor pudo ser generado en ese momento. - Confesó no sin cierto reparo en sus palabras.

Alester se quedó extrañado al escuchar la afirmación de Lady Tabitha. ¿Cuán más podía empeorar la situación? Las damas Vaelys eran víctimas de un terrible sabotaje y una de las criadas había muerto en extrañas circunstancias. ¿Qué más podía ocurrir?

- No os preocupéis –dijo, simplemente-. Hasta que vos no me lo pidáis, no dejaré de serviros como muleta.

- Sinceramente, no lo sé. No estoy seguro de nada. He oído rumores sobre él y sobre una mujer que trabaja con él. Pero son solo eso, rumores. También me ha llegado información sobre algún criado y… -parecía que Alester quería decir algo más, pero en el último momento calló, dejando la frase a medio terminar.

- Sobre maldiciones y fantasmas no sé mucho, mi señora. Pero yo también he visto algo. Algo que no puedo explicar. No creo que el olor sea de dicho acontecimiento, pues a mí no me ha afectado en absoluto –opinó Marbrand, cuya respiración comenzó a agitarse, pues ese tema aún le aterraba-. Martell opina que pudo tratarse de una broma, pero no lo sé… Fue todo muy real.

— al parecer todo está listo, lamento sólo que sea con Fiona ahí — la sirvienta seguía con sus ropas sucias y la sangre de la violenta caída, además, el rigor calavérico se estaba haciendo notar y realmente era un escenario algo tétrico para celebrar una boda, pero la situación era apremiante —  ¿Estas feliz? — le preguntó en un susurro, mirándolo bajo su velo.

- ¿Un hombre y una mujer? - Preguntó con tristeza en su voz. Aquello confirmaba parte de sus temores. - No tengo la certeza absoluta sobre ello, son simplemente mis conjeturas... pero creo saber de quien se trata. - No podía creerse lo que pasaba por su mente, pero era lo único que tenía sentido, más aún recordando las conversaciones que mantuvo con ambos. - Por favor, si tenéis algo más que añadir, os ruego que lo hagáis. No calléis por prudencia o temor a hacerme daño. Nadie más puede herirme si los nombres que mencionaré a continuación son los que andan detrás de todo esto...

- Evan Ross y Ginevra Blacwood. - Susurró a Alester después de unos segundos de silencio, planteándose si Fiona también estaría confabulada con ellos. No quería pensar en que fuese capaz de traicionar así a la familia ni a ella misma.

- Evan... estoy casi segura de que está implicado y mi prima podría ser la artífice de todo. Es más... me aventuraría a decir que Ross es mi primo bastardo y que Ser Eric no es más que una distracción. - O quizás me esté volviendo loca.

- Quizás aquello que me visitó anoche, me lanzó esta...  maldición... - Dijo sintiendo un escalofrío por su espalda. - Y a vos, ¿qué os pasó? - Preguntó con interés mientras seguían caminando.