Partida Rol por web

No hace falta ir muy legos para llegar a “La cueva”, solo unas cuatro manzanas mas abajo como indico el camarero del sucubuss club. Un viejo cartel de neón indica la entrada al local, una puerta de madera con remates en metal oxidado que se encuentra bajo el nivel del suelo a la que se acede por unas escaleras que ocupan parte de la acera. El edificio donde se sitúa el local no tiene nada de especial, un bloque de pisos antiguos con una tienda de electrodomésticos en la planta baja.

Tras bajar las escales y franquear la puesta de madera, encuentras un pasillo largo y oscuro que imita a una cueva natural, el cemento de las paredes no ha sido alisado y el techo es abovedado. Colgadas de las paredes hay aldabas de diferentes aspectos: unas muestran la típica cabeza de león, otras gárgolas, las mas extravagantes muestran sirenas.

Al final del pasillo hay otra puerta de madera y metal que da a una habitación circulas con el techo sujeto por barias vigas de metal y las pareces con aspecto de roca viva. En una de las paredes del bar hay un par de reservados pero la mayoría de mesas se sitúan distribuidas por el espacio central de la habitación. Muchas de las mesas están ocupadas por hombres de diversas edades que visten botas de trabajo, pantalones gastados y camisas de franela que beben cerveza, obreros de la construcción. El espacio que no ocupan el reservado y las puestas (que son tres en total: la de entrada, los baños y la del almacén) está ocupada por una amplia barra. Montando guardia en la barra hay dos camareros: una chica rolliza que está a punto de llegar a la treintena y un hombre grande y fornido con unas pocas canas.

Sebastian empezó a pensar que Chicago era mas pequeño de lo que parecia...y mucho mejor conectado entre si que Gary, eso era un punto a favor, pero el mal gusto de los vastagos seguía presente, mientras descendía las escaleras palpo como quien no quiere la cosa la Colt phiton que guardaba bajo el traje, no le gustaban los sitios tercer mundistas pero...a veces por un sire hay que hacer sacrificios.

Hacia tiempo que no se aventuraba en solitario hacia lo desconocido, y eso era algo que "se la ponía dura" ir con Resse estaba muy bien pero si se acustumbraba a la seguridad del rubio cachas, le embotaría el ingenio como sospechaba que había pasado en la fiesta.

En cuanto llegó a la barra preguntó por Horacio, se sentó en el taburete de espalda a la barra, saco la cartera y le tendió un billete de 100$ entre sus dedos como pago por la información.

El hombre fuerte con canas te mira serio recoge el billete y te sirve un whisky doble con mucho hielo, es un whisky de marca blanca que no conoces y con pinta de ser la marca más barata del bar, aunque en la estantería al lado de la botella de  whisky “ni-su”  hay botellas de grandes marcas de whisky incluso de importación. Aunque sea un bar de aspecto cutre, su carta de bebidas es bastante grande. Luego el camarero te devuelve el cambio del billete de 100$ y te dice: Tendrás que esperar un poco, tengo que avisarlo. Hace un gesto a la camarera para que se ocupe de toda la barra y él desaparece por la puerta del almacén.  

El camarero es bastante profesional, pero hay algo en su forma de actuar que te ha llamado la atención. En todo momento a evitado el contacto visual directo. ¿Será que el camarero es tímido, o será que está muy bien entrenado para tratar con vástagos?

Sebastian toqueteo el vaso de whiski con la yema de su dedo corazón con una expresión de melancolía, reparó en la forma de actuar del camarero y enarco una ceja ¿ghoul? eso le llevó a otra cuestión: ya tenía a dos criados ¿podría encontrar a alguno que le sirviera de guarda espaldas?

el vastago sonrió de forma siniestra

"si...definitivamente mezclar el trabajo con el placer es lo mio"

Miro a su alrededor en busca de algo que le llamara la atención, alguna mujer atractiva con la que flirtear, algún tipo tan pintoresco como Andre, en caso de no encontrar nada le tiraría la caña a la camarera. 

El bar solo había obreros de la construcción y mas obreros de la construcción, la única mujer era la camarera que no era muy atractiva y estaba cansada de los “piropos” de los parroquianos del bar. Lo único medianamente interesante era un periódico  que había sobre la barra,” Cuentalotodo”, un periódico sobre sucesos escabrosos, asesinatos y casos policiales. Empiezas a ojear las noticias sin mucho interés, pero el camarero llega antes de que puedas terminar de leer ninguna noticia. Te conduce por la puerta del almacén que da a un pasillo con otras tres puertas, todas son iguales, puertas de contrachapado barato. Indica que en la última puerta te espera Horacio, dicho esto el camarero vuelve a desaparecer por la puerta del bar y dejándote solo en el pasillo. Desde el bar se filtran el ruido de las conversaciones de los obreros y desde la última puerta llega el ruido de una conversación animada, el resto de pasillo parece deshabitado.

mientras iba caminando, Sebastian reparó en el sitio...muy interesante para tenderle una trampa a alguien, aunque es demasiado....aburrido, si fuera el haría escabar un hoyo tan grande que podría montar las mejores fiestas de Chicago

es una buena idea...y nueva, protegido del sol, comida gratis y sin escapatoria...los nosfis serían unos extraordinarios clientes

así pues, el vastago abrió la puerta mientras pensaba en nuevas fuentes de ingresos para sus negocios, pero con la mano lista para coger la "python" si la cosa se torcía.

Abres la puerta pero antes de que puedas reaccionar esta vuelve a cerrarse de golpe. En el pequeño lapso de tiempo que la puerta a permanecido  abierta has podido ver una escena de los mas extraña.

En la sala hay cuatro o cinco moteros con chalecos y pantalones de cuero, múltiples insignias y cadenas. Pero de entre todos ellos destaca uno que parece ser el jefe. Es el más grande, aspecto fuerte, pero lo que más llamativo de él es su cabeza ligeramente deformada dándole un aspecto siniestro.

Los moteros están en semicírculo entorno a dos hombres. Uno está en el suelo tumbado boca arriba, viste pantalones de traje y lleva una camisa azul desabrochada, su cara es atractiva y la camisa desabotonada deja ver un torso fuerte y musculoso. Sobre él y de rodillas cerca de su pecho, está el otro hombre de aspecto mas delgado y nervioso, viste traje y entre sus manos sostiene una estaca de madera.

En el tiempo que la puerta permanece abierta, ves como el tipo delgado le hunde la estaca en el corazón al que esta tumbado. Luego el motero jefe se da cuenta de que has abierto la puerta y la cierra de golpe, finalmente se escucha como dos personas hablan.

Sebastian se puso histerico cuando vio aquella estacada...no sabía a que clan pertencecía quien pero lo que si sabía es que había visto algo que no debía, se mantuvo pensativo sobre que hacer, sacar la pistola y liarse a tiros, o hacer como si no hubiera visto nada...

bueno tengo mi dominación...

tocó a la puerta como quien toca al vecino esperando que le abrieran si las cosas se torcian, siempre podía recurrir a su labia.

La puerta se abre cuando justo cuando tu mano roza el pomo, al otro lado de la puerta se encuentra el hombre que le clavo la estaca al otro. Hola. Te saluda con energía, pasa… pasa. No te esperaba tan pronto, nos has encontrado en plena apuesta. Soy Horace, Venias preguntando por mí, ¿en qué puedo ayudarte?.

Tumbado en el suelo sigue el hombre con la estaca sobre saliendo del pecho, ves como sus ojos siguen tus movimientos a pesar de estar inmovilizado en el suelo. Es un vampiro. Solo un vástago podría sobrevivir a una estaca en el corazón, fue unos de los primeros mitos que Mariane se encargo de destruir con sus enseñanzas. Si a un vampiro le clavas una estaca en el corazón este no muere como en las películas de Dracula, solo queda inmovilizado.

El motero te mira con cara de pocos amigos. Venga Horacio. Gruñe. Tenemos una apuesta entre manos, no trates de escaquearte.

Sebastian pasó con una sonrisa forzada y con bastante desconfianza, algo que mostró llendose un poco a la esquina de la habitación, miro al hombre con curiosida hasta que Horacio le habló

-pues vengo buscando a Neally, espero que no sea este caballero-digo señalando al hombre-¡donde están mis modales!, Sebastian Lacroix, espero no haberles interrumpido, con "la apuesta".

Horacio mira al hombre tirado en el suelo. No, no, no. Claro que el no es Neally. Ninguno de los aquí presentes haríamos esto a Neally. El es Ehrich Weiss, es un…. En ese momento el “motero jefe” gruñe. Tranquilo Tyrus, ahora vamos con la apuesta, o no ves que estoy hablando. Entonces Tyrus aparta a Horacio.

Tyrus se acerca y te mira de arriba abajo con su cabeza torcida, sus ropas huelen a cerveza rancia, sangre, humo y asfalto.  Parece que tienes dinero “sangre Azul”. Seguro que perder unos cuantos dólares en una apuesta no te afecta. Tyrus vuelve a gruñir y mastica algo con los dientes. Bien la apuesta es la siguiente, Ehrich, que ahora no puede hablar por motivos obvios. Todos los moteros se ríen con el chiste de su jefe. Ehrich afirma que puede escapar en menos de dos minutos de ese baúl reforzado.  Tyrus señala un baúl antiguo de madera con refuerzos de hierro y candado. Pero para hacer más interesante la apuesta,  Ehrich afirma que además puede hacerlo con una estaca clavada en el corazón.

Horacio apuesta que esto es imposible. El vampiro mencionado asiente afirmativamente que esa es su opinión. Yo y mis chicos apostamos que Ehrich puede hacerlo. ¿Qué apuesta?

Sebastian miró al motero con cara de pocos amigos pero se apartó de el para observar al baúl y al hombre paralizado.

tras una breve reflexión se volvió hacía los otros dos haciendo un gesto de desinterés

-creo que es posible...apostare 2.000$

a medida que hablaba se iba dando cuenta de que había algo que no cuadraba 

disculpen pero...¿a que clan pertenecen caballeros?

Eso es lo de menos…. Dice Tyrus con desagrado, puede que no lo sepa o simplemente no quiere facilitarte esa información. Mientras tanto el hombre del suelo con la estaca clavada en el corazón te mira con curiosidad. Tyrus se gira hacia Horacio. Bien, ya tenemos las apuestas: 2.000$ del nuevo y 5.000$ de mis chicos y yo. ¿Quieres seguir con la apuesta? ¿Doble o nada?

Horacio mira el cuerpo tirado en el suelo, luego el cofre, y examina de nuevo la estaca. Si, seguimos con la apuesta. Dice con una amplia sonrisa. Siempre me ha gustado apostar sobre seguro en los negocios.   ¿Empezamos? Sin esperar a la contestación dos de los chicos de Tyrus cogen el cuerpo inerte de Ehrich y lo meten dentro del baúl reforzado, cierran el baúl con un pesado candado, pasándole las llaves de este a Horacio y luego levantan delante del baúl una cortina de tela roja. ¡Dos minutos! Grita Horacio que saca un flamante reloj de oro por el que empieza a controlar el tiempo. Tic….tac….tic…tac….. Empieza a contar en voz baja.

Sebastian se puso a un lado de la habitación y contemplo a todos los presentes así como a la caja cono curiosidad, o mas bien con la certeza de que habría un truco metamagico o sobrenatural de por medio.....

Antes de que Horacio pueda decir que el tiempo se a agotado Ehrich, arranca la cortina de manos de los dos moteros y la tira a un lado. La camisa chorrea sangre y aun se nota parte de la herida causada por la estaca. Damas y caballeros la función a terminado. Dice con tono ceremonioso y con la cara totalmente seria. 

Horacio está a punto de caerse al suelo del susto. ¿Pero… como? ¿Cómo lo has hecho? ¡Es Imposible!. No parece haberse enfadado por perder la apuesta, el vampiro está mas bien sorprendido por el “truco de magia”.  

Sebastian permaneció callado con una sonrisa triunfal en los labios aunque se los tapo con los dedos para que no resultara grosero, lo que había pasado era similar a una de las técnicas que utilizaba en el instituto para engatusar a las chichas mas emocionales, el "único" fallo había sido revelar que era capaz de hacerlo estacado.

con una mirada observó a tirus

...este tipo juega sucio....

el lo sabía por eso había apostado tanto dinero (bueno...para el era calderilla) sin embargo tenía curiosidad por saber "como" lo había hecho, puede que le fuera útil mas adelante para burlar a la muerte.

El vampiro se quito la camisa manchada de sangre, se limpio con ella los restos de sangre que salpicaban su torso mientras el poder de la sangre regeneraba poco a poco la herida de la estaca. Una herida de ese calibre seria mortal en cualquier humano. Luego cogió otra camisa limpia y empezó a abrochársela. Un mago nunca rebela sus secretos. Dice con tono serio. Si Houdini hubiera desvelado todos sus secretos nunca se hubiera hecho famoso, hubiera pasado a la historia como un farsante que engañaba a la gente, no como un gran mago.