Partida Rol por web

Entro en la iglesia, andando de espaldas y con el viejo filósofo en brazos. Sobre él descansa el saco de piedras de protección. Acto seguido, levanto la pierna izquierda hacia delante y me quedo quieto, con la cabeza apoyada en el hombro iaquierdo.

- ¡Hola! -proclamo, contento, y mantenendo la extraña posición-Soy Denid, de Old Watermill, el viejo molino. Este es mi vecino, el señor Dewekinus el filósofo, que está durmiendo apaciblemente desde hace dias. Espero que tenga un buen sueño, sí, espero eso. Estamos buscando a Meeus, un joven niño chavalín de poca edad. ¿Alguien sabe algo de él?

Suspiro antes de volver a sentarme junto al fuego.

Parece que no hay mucho de comer... Tienes hambre, William? Digo al chico mientras la paso un brazo por los hombros No te preocupes, mañana Agnies conseguirá algo de comida aunque tenga que salir a cazar cuervos a pedradas. Sonrió a Will, invitándole a apoyar su cabeza en mi regazo. Lo mejor que podemos hacer es dormir un poco ahora que estamos bajo techo, verdad que si? Ha sido un día intenso, una cabezada nos sentará de maravilla.

Las ultimas palabras salen pastosas de mi boca mientras los ojos empiezan a cerrárseme. Acaricio el ondulado cabello de William, intentando que se relaje mientras mi respiración se va haciendo cada vez más pausada.

Lucas mira nervioso en busca de comida, tanta gente y en esta situacion le esta poniendo nervioso - ay ay ay ay U' poh e piea eño' - balbucea pidiendo piedad a Dios

Tras rebuscar en la despensa encuentras una serie de alimentos en buen estado: tres panes secos, unas cuantas libras de carne roja ahumada y algo de pescado salado. Supones que con esa comida, se puede alimentar un par de días a esa gente con dos comidas ligeras por barba o una comida contundente al día.

no, no, estoy bien dice william haciendo un gran bostezo. Y muye su cabeza en el regazo de Agnies para cerrar sus ojillos de cansancio.

El monaguillo corre en direccion al Padre - ¡Pae pae! Queo que pue' aveh comiah pa' uno' dia' pa' toh

Realmente nunca antes habías podido observar un temporal de tan magnitud, y más que se retomara la noche siguiente con más intensidad, realmente no puedes asegurarlo cien por cien, pero crees que tarde más de dos días en desaparecer el temporal.

¡Parece que ya no caen las piedras! grita alegremente gente, mirad, ya no caen las piedras! Podríamos recoger agua con tinajas o algo que tuvierais padre, ahora no se romperán las cosas!

Porcierto mirando a Denid, el tipo que llevas ahí parece muerto, bravo intento el llegar aquí con esta lluvia y los dos sacos colgando refiriéndose al saco y a Dewekinus.

El padre, agotado tras haber estado todo el día arriba y abajo de la Iglesia tratando de acomodar a todos los refugiados, a penas puede abrir un poco los ojos al oír cómo el bueno de Lucas afirma haber encontrado algo de comida... Una sonrisa aparece en sus labios, musita un leve "bien hecho, chiquillo", y vuelve a caer rendido.

El calor de las tenues llamas de la hoguera frente a la cual se había colocado Machorys fué haciendo que éste comenzara a sentirse algo más reconfortado. Sentía como esas llamas iban secando poco a poco su ropa así como su cuerpo, haciendo desaparecer poco a poco esa sensación de frio que se había instaurado en sus músculos y en su espalda, librándolo de su abotargamiento.
Además, esa agradable temperatura también le servía para relajarlo...el alquimista se había sentado en el suelo, recostado sobre el muro de la iglesia, y miraba como hipnotizado el crepitar de aquel fuego, el fuego que había abierto un paréntesis de calma y tranquilidad dentro de ese acíago día de travesía pasada por agua...las mejillas de aquel hombre se fueron sonrojando cada vez más, a medida que sus ojos se fueron haciendo cada vez más pesados...tanto que, finalmente, terminaron por cerrarse...

- ¡No está muerto! Sólo duerme... -le grito al mendigo.
Dicho esto, me acerco al fuego y me siento. Pongo la cabeza de Dewekinus sobre mis rodillas y le acerco a mi, para que entre aún más en calor. Al cabo de unos instantes, y como ya pasó en el viejo molino, mi cabeza cae sobre mi hombro y, en otra extraña postura, me duermo.

Dejando entrar una ráfaga de frío y húmedo viento, el ensagrentado, agotado y aterido Rether abre las puertas de la iglesia para refugiase en ella. Pese a que el sol ha hecho presencia con timidez, sus ojos tardan un poco en acostumbrarse a la penumbra reinante.

Pensaba encontrar a mucha más gente, y no tarda en localizar a su famila y apresurarse a abrazarlos.

Aaron se acerca a su padre shhhhhhhhh pone el dedo delante de la boca ambos duermen señalando a tu mujer y a hessel. Siguiendo en el mismo tono suave de voz ¿encontraste a la herbolaria?Por aquí no se la ha visto

-¿Cómo está Hessel? - mira al pequeño con preocupación - Siento mucho haber tardado tanto, pero lo más fuerte de la tormenta me cogió estando al raso y casi no lo cuento. No encontré a la herbolaria, pero otra persona me dio un remedio para la fiebre cuando le conté lo que ocurría.

El perrillo saluda también a Aaron mientras Rether dirige una inclinación de cabeza a los presentes. Por una vez, contiene su efusividad y su costumbre hablar voceando. Muchos todavía duermen y no quiere molestarles.

-Ha venido poca gente... Buena señal, eso es que la mayoría no ha tenido que dejar sus casas. - no puede evitar ser optimista.

Su ánimo, sin embargo, se ensombrece un poco cuando palpa lo que hay en su bolsillo y recuerda los motivos que le condujeron a iniciar tan penosa travesía a través del barro y bajo el doloroso granizo. Muy despacio, y mirándolo como si se tratase de un escorpión, saca el frasquito de madera y lo sostiene en su mano.

Con mucha delicadeza para no depertar al pequeño, apoya la otra mano sobre la frente de Hessel.

Está ardiendo...- tras mirarle apenado por unos instantes, se decide a abrir el recipente - Sea.

Una, dos y tres gotas son vertidas sobre el revuelto cabello de su hijo menor. Luego, con la yema del dedo índice, las extiende haciendo girar éste tres veces hacia la derecha.

Tras aplicar el supuesto remedio, cierra el frasco, se lo guarda y suspira profundamente antes de caer rendido junto a los suyos. Jamás antes se había sentido tan cansado. Su agotamiento es tal que no tiene fuerzas ni para soñar con todo lo ocurrido. Mejor así.

¿Y eso? ¿quien te lo dio? pregunta a su padre es una suerte que lograras sobrevivir al temporal

De la mano de mi esposo y de mi buen amigo el bardo llego a la Iglesia, ¿pero como...?, pienso sin creerme de verdad haber conseguido llegar a la iglesia sin ningún rasguño. ¡Es un milagro! Debe de ser una señal... debo alimentar a todos los parroquianos, pienso alegre y satisfecha por mi nuevo objetivo, cariño, cariño, lo he descubierto... sé porque estamos aquí, le digo mientras con ambas manos le tomo su cara para que pueda mirarme fijamente, ¡tengo una misión divina! Nuestro señor nos ha mandado a Bundus para que pueda alimentar a toda esta gente. Y sin esperar respuesta alguna de mi marido, me adentro en la multitud en busca del párroco, ¡Padre Wybert! ¡Padre Wybert!, voy gritando.

El monaguillo aparece por la iglesia algo somnoliento por las pocas horas de sueño de las que ha podido disfrutar. Reza un padre nuestro enfrente de la cruz y espera pacientemente la aparicion del Padre

- Qué? Como?- despertó el alquimista sobresaltado por los gritos que había escuchado...

¿Donde estoy?se preguntó en un primer momento. No estaba en su alcoba, no estaba en su casa, estaba durmiendo en el suelo frente a una hoguera y otras personas lo acompañaban...

Ah, claro, se dijo finalmente cuando, un par de segundos después, cayó en la cuenta de que se encontraba en la iglesia, a la que había ido para refugirase...Gracias a Dios, y nunca mejor dicho que en esta ocasión, había conseguido un refugio lo suficientemente seguro como para poder pasar la noche de una forma más o menos tranquila.

Se incorporó un poco para ver de donde venía el bullicio, sin poder reprimir un bostezo que escapaba de su boca. Aún no había amanecido ya que, más allá de las vidrieras, no había rayo de luz alguna que penetrase en el interior del solemne edificio, aunque no podía poner la mano en el fuego de que aún fuera de noche, pues el cielo podía seguir tan negro como el nocturno con semejante temporal. Las únicas personas que parecían despiertas eran el monaguillo y los posaderos de Woltown..

- Beatrix!- murmuro entre dientes Machorys al ponerle rostro a la voz que lo había despertado...