Partida Rol por web

El ataque de Rayla fue lo suficientemente poderoso como para que el enorme camaleón diera un paso hacia atrás, abriendo una nueva abertura para que la muchacha volviera a actuar en contra de aquella bestia. La situación poco a poco parecía estar normalizándose, pese a ello, tanto los monos que aún estaban por ahí, como el propio camaleón gigante aún podían dar alguna que otra sorpresa.

Aquellos tres monos azulados aprovecharon su oportunidad para atacar a los portadores de la llave espada, dos de ellos fueron a por Archival, el cual logró ver venir a aquellos monstruos simiescos y castear la protección a tiempo para que el daño de uno de ellos fuera reflejado; aunque por desgracia para este, el daño del segundo pese a poder reflejarlo, no fue capaz de generar la barrera y Archival recibió el arañazo. - Por otro lado, el primero de ellos sí logró acertar en Rayla.

En un abrir y cerrar de ojos la temperatura del ambiente bajó un par de décimas mientras Naoko cargaba su hechizo gélido contra aquel formidable enemigo que representaba el camaleón; y en un abrir y cerrar de ojos, una ráfaga de estacas heladas se clavaron no solo en la piel del camaleón, sino en el mono que volvía de haber arañado a Rayla.

Las estalactitas que se clavaron en la piel del camaleón además hicieron otro efecto, la zona cercana al impacto cambió su color verdoso a uno más azulado; al parecer, este monstruo de sangre fría era débil ante los ataques de tipo mágico, al menos los de tipo de hielo. Quizás ser de sangre fría no le ayudaba... tampoco el hecho de haber salido de la fuente y estar recubierto de agua.

El ataque de Archival volvió a conectar contra el simio anaranjado, pese a ello, seguía sin ser lo suficientemente poderoso como para eliminarlo de una vez por todas, aún con ello, parecía que cada vez estaba más cerca de lograrlo, si es que era capaz de aguantar sin magia... si es que no lo atacaban...

Aquella gigantesca criatura de sangre fría parecía decidida con atacar a Naoko, primero cruzó el campo de batalla a toda velocidad para tratar de desgarrarla con sus dos poderosas; pero esta logró esquivar el ataque saltando a un lado.

Habiendo perdido a Naoko y pasando de largo, este monstruo decidió usar otra habilidad que no fuera la de lanzar rayos laser por los ojos para tratar de dañarla, sino que concentrando su cuerno la energía, lanzó una ráfaga que dio de llenó a la pequeña portadora de llave espada... Pero cuando el rayo pasó... ella seguía en pie por su propia fortaleza.

Aquella mona anaranjada que Archival tanto quería derrotar no sería otra que la que más dolor de cabeza daría a los portadores de la llave espada; al menos, esto sería un caso evidente para Naoko, pues con una piedra certera, aquella fortaleza que la pequeña había mostrado aguantando el super-ataque del Boss del capítulo, se iría al traste, con un simple "Plof", que sería el ruido de la piedra impactando en la frente de la pequeña, haciendo que esta cayera inconsciente... y bla,bla,bla también dispararía a Rayla pero esta se defendería.

Raanmar alzó su arma para atacar al Boncy wild número 3, con la esperanza de que fuera el golpe de castigo definitvo que lo hiciera evaporarse en el aire...- Maldito y jodido mono vete al carajo... si en algún momento había empleado este arma mejor desde luego era el mejor momento para recordarlo.

Viendo que el camaleón estaba ocupado con todo el mundo, cambien mi objetivo y me fui a por los monos que a pesar de parecer débiles estaban dando muchos problemas.

El hechizo de hielo resultó ser superefectivo contra el camaleón. ¿Por qué no se me ocurriría hacerlo antes? Ahora yo ya no daba para mucho más.

Al bicho no debió de gustarle mucho mi hechizo, porque nuevamente se abalanzó en mi dirección. Y otra vez esquivé sus torpes ataques con facilidad.

—Ja, ja, ja, ja. ¡Siendo tan lento no conseguirás darme nunca, inútil! —exclamé, riéndome a carcajada limpia—. ¡Aaahhh! —grité justo después, cuando el rayo de energía me golpeó de lleno.

Aquello había sido muy doloroso. Ya de antes estaba agotada, pero ahora además todo daba vueltas a mi alrededor. No sabía ni cómo seguía en pie. Sentía que me podría caer al suelo de un momento a otro.

Delante de mí, a cierta distancia, vi a una de las monas anaranjadas. ¿O eran dos? Estaba haciendo algo con el tirachinas, aunque en ese momento yo no caía muy bien en qué. La respuesta llegaría pronto, cuando recibí un no demasiado fuerte golpe justo en la frente, pero que en esos momentos fue suficiente para terminar con las pocas fuerzas que me quedaban. Inmediatamente después, mis ojos se quedaron en blanco y caí de espaldas al suelo. Mi participación en la batalla había terminado.

El ataque de Rayla fue efectivo, poderoso y breve. Como si no tuviera mucho tiempo para hacerlo o ganas para hacerlo más colorido o vistoso; pero lo que sí fue es que fue letal para el mono azul que pilló, al primero que pilló por delante de hecho. Acabando así con este.

El ataque de Raanmar contra aquella mona naranja fracasó, a diferencia del ataque propiciado por Rayla, este no tuvo éxito a la hora de eliminar al mono que tenía enfrente. La situación seguía siendo complicada con los que aún se mantenían en pie y la poca habilidad de los presentes en eliminar a los monos restantes.

Aquellos dos monos restantes viendo como Rayla se había cargado a su compañero, decidieron tratar de hacer lo mismo con los de Rayla, saltando encima de Archival que estaba lo suficientemente agotado para reaccionar y sobre Raanmar, el cual no pudo bloquear las garras del mono, dejando a ambos malheridos, aunque aún en pie.

Aquel monstruoso ser decidio saltar sobre Rayla tratando de atacarla con sus dos enormes garras, pero la guerrera era lo suficiente diestra no solo para repeler estos ataques, sino que además para ser capaz de contraatacar golpeando con certeza al cuerpo del camaleón gigante.

El monstruo retrocedió por el golpe ocasionado por la muchacha, aún con todo, este no había finalizado su lucha, sino que aprovechó haber sido empujado hacia atrás para patear a un Archival malherido, tratando de dejarlo fuera del combate, aún sin éxito.

Aquella mona solitaria aprovechó la ventaja que tenía esta sobre todos los demás monos e incluso al parecer, del propio Camaleón Gigante; y esto era que ella atacaba con ataques a distancia, que como mucho podían ser bloqueados pero no contraatacados a no ser que alguien recurriera a la magia.

Aunque la mala suerte de la mona, hizo que atacara al mono azul. Algo que recibió un grito de enfado como respuesta por parte del dolorido compañero que acababa de recibir la pedrada.

¡Si! ¡Uno menos!

El mono naranja empezaba a molestarme ya. Así que me dirigí hacia el y le ataque. Ellos estaban perdiendo por fin, pero se notaba que nosotros también estábamos en problemas.