Partida Rol por web

En efecto, Patricia ¡Ay!, se cubrió la cabeza y rodó por el suelo, verdaderamente preocupada por su peinado. Yo que me había arreglado... Con el miedo a una criatura extraña legitimado, sintió miedo, alivio, miedo... ¡y alegría! Se levantó, perdió unos valiosos segundos en sacudirse el polvo de la ropa y acomodarse el pelo con unos cuantos movimientos rápidos bien ensayados, y miró a sus compañeros con una sonrisa. ¡No estoy loca! 

Y entonces volvió a mirar al niño-hamburguesa, y volvió a morir de miedo. ¿Como me voy a alegrar de que sea real? Estoy loca... Temblando como antes, se puso en guardia, y avisó al niño-hamburguesa, a quien Patricia consideraba no solo una criatura extraña y peligrosa, sino también un niño al que probablemente le pasaba algo, puesto que los niños, aunque tengan cabeza de hamburguesa, no son tan malos como para atacar una cafetería con lásers oculares. Además sonaba extranjero, lo que avalaba la teoría de que estaba perdido.

N-no p-puedes atacar la caf-fetería... n-no e-está bien... ¿D-donde están tus p-padres?

Si había albergado alguna duda sobre si Patricia estaba realmente loca, esta saltó por los aires junto con el cristal del local. Realmente ahí había una extraña criatura con cabeza de noodle burger que no solo no era invisible sino que lanzaba rayos láser por los ojos. Imbécil de mí por pensar que las cosas raras ya habían terminado. -Patricia, ¡ni se te ocurra volver a decir que estás loca! - le grité, poniéndome a cubierto tras una de las mesas al ver que ella hacía lo mismo, casi por instinto -No estás loca. Al menos, no más que el resto del mundo. Al ver que ella trataba de dialogar con la criatura, que parecía salida de un anuncio malo de comida rápida, decidí darle un ultimátum, haciendo un esfuerzo por recordar las clases de idioma extranjero del insti:

-Hey, friendo. STOP RIGHT NOW! ¡O te vas a llevar una buena tunda!-le grité levantándome junto a mi compañera.

Sospechaba que lo que decía Patricia no podía ser falso pero ver al chico hamburguesa disparando un láser no ayudaba mucho -Realmente si tiene cabeza de hamburguesa- grite asombrado mientras me resguardaba junto a Saiki -Dudo que esa cosa tenga padres y si los tiene no creo que sea buena idea llamarlos.

Me quedé viendo a mis compañeros pensando dos cosas que no pude evitar preguntar a mi y a mis amigos -¿Por qué Patricia era la única que podía verlo y como nos encargamos de el?- a pesar de la situación me hizo bastante gracia ver a Saiki intentar hablar con Burger-Boy.

Sus ojos volvieron a tornarse en un color carmesí y volvió a disparar contra una Patricia que se había acercado demasiado al Noodle Burger-Boy como para poder esquivar el ataque, sendos lasers recorrieron el firmamento y quemaron el cuerpo de la joven, quemando sus ropajes en dos círculos bien distintivos a la altura del hombro derecho y de la cintura izquierda.

-¡A Hot Burger is a Happy Burguer! ¡Warm the meat, warm the heart!

Estaba asustado de cómo el niño hamburguesa podría ser tan tierno pero tan peligroso como para lanzar rayos lazers como si nada lo peor era que nuestro pequeño grupo o al menos uno de nosotros era su objetivo,al ver como Patricia era herida por el Burger-Boy salí corriendo en dirección a él no era muy atlético o fuerte pero no podía quedarme sin hacer nada y lo único que vino a mi mente en ese momento fue patearlo en una de sus piernas intentando que cayera y dar un golpe a esa gran cabeza esperando que eso pudiera herirlo -Lo que daria por que alguno de nosotros tuviera esa llave en nuestras manos.

Extrañamente para Zaki, cuando dio aquella patada no sintió el contacto con el cuerpo de aquella criatura hamburguesil, al contrario, sintió algo frío, cuando se fijó mejor por el motivo descubrió que entre su pierna y él había aparecido aquella espada nuevamente.

Cuando volvió a reincorporarse para dar el puñetazo, pudo ver que de su puño salía nuevamente aquella extraña llave, aunque por desgracia para él, aquella criatura detuvo el golpe con su cabeza metálica sin mayores problemas, y como colofón final, agarró al muñeca de Zaki y lo lanzó contra la vidriera de cristal, rompiéndola.

¡Ay! 

Sintiendo la quemadura, Patricia concluyó que aquel no era un niño normal. No solo por la cabeza de hamburguesa y los láseres en los ojos, es que además parecía poseído. P-pero si no t-te hemos hecho nada... Le salían lágrimas de dolor, y todavía tenía algo de reticencia a pegarle a un niño, por raro que fuera... pero él sí que tenía ganas de pegarle a ella... mi ropa... Más que dolor, tenía vergüenza de estar semi-semi-desnuda.

¡Pero algo bueno había pasado! No estoy loca... Miró a Élan agradecida, y se puso a correr. ¡A toda velocidad! Pero no huyó como habría esperado ella de ella misma, puesto que no estaba loca, o eso le habían dicho... se puso a dar vueltas alrededor del niño-hamburguesa. De esa manera, pensó, cuando la volviera a atacar, tendría que darle la espalda a sus compañeros, y a lo mejor les brindaba una oportunidad para detener la amenaza hamburguesil. 

Además, vio algo sorprendente: Zaki había vuelto a sacar aquella llave de su cuerpo. ¿Sería eso un buen presagio? Al menos sabían que Zaki tenía un arma con la que defenderse... y el niño-hamburguesa parecía tener mucha confianza en sí mismo, lo cual era admirable. Mientras empezaba su sprint alrededor del confiado hamburguesero, Patricia decidió intentar atraer sus ataques. L-las hamburguesas... ¡son feas! Y... ¡tontas! ¡Las hamburguesas son feas y tontas! 

Siguió corriendo muerta de miedo, intentando que las lágrimas cayeran del todo para que no le taparan la cista. Parece la mascota de una campaña de marketing... ¿no es ilegal hacer trabajar a los niños?

La cabeza de Noodle Burguer-Boy comenzó a girar alrededor de su cuello, persiguiendo con la mirada a Patricia mientras estaba corría alrededor de él. Sin lugar a dudas, eso no era un simple niño, era una máquina, o un cruce entre niño-buho-hamburguesa, sea lo que fuera, parecía no perder detalle de lo que la joven hacía.

Vi como la hamburguesa viviente lanzaba sus rayos sobre Patricia y como Zaki se lanzaba sobre el monstruo, liberando de nuevo aquella extraña llave. Su ataque no parecía muy efectivo, pues fue respondido de inmediato con más láseres, aunque demostró que era posible hacer daño a aquella cosa. Patricia se puso a dar vueltas a su alrededor. Lo estaba distrayendo. Ese era el momento, la oportunidad de contraatacar.

-Mira, chaval o lo que narices seas, te podía pasar que nos fastidiaras la reunión e incluso que me hicieras dudar de mis amigos, pero atacarles con rayos láser, eso sí que no. Chico hamburguesa, di adiós al Saiki majo. ¡Te vas a enterar de lo que vale un peine! -le grité mientras corría hacia él a toda velocidad. Cuando lo tuve a mi alcance, salté hacia él dispuesto a darle un señor puñetazo en toda su ridícula cara.

Élan logró materializar la llave a través de su puño, lanzándola apenas unos centímetros delante de sus nudillos contra la enorme cara giratoria de aquel Noodle Burguer-Boy, este, incluso tuvo que retroceder un par de pasos antes de poder responder debidamente, colocando su cabeza en el lugar correcto. Habló:

-¡Hee-Hee-Hee! ¡Burger is Ready!

En vez de atacar a Patricia, esta vez decidió atacar a Zaki, preparando su visión laser, disparó con sendos ojos contra aquel joven, el cual de forma casi milagrosa, logra bloquear con aquella espada mágica los laser; pese a que logró desviarlos, una parte del laser logró golpear el cuerpo de Zaki, quemándole los hombros.

-¡It's Burguer Time!

Me cuerpo de dolía mucho primero me avientan contra una ventana y luego tenía quemaduras en mi hombro por el láser estaba algo enojado aunque no sabía muy bien contra que debería estar enojado -Maldicion ¿Que sucede con esas llaves?salen cuando les da la gana- si tuviéramos las llaves para atacar quizás sería mucho más fácil.

Chicos creo que ya lo notaron pero ese chico hamburguesa es un robot así que es muy duro además los láser queman a profundidad así que evitenlos- Sali corriendo directamente al Burger-Boy tirándome al suelo para dar una barrida e intentar derribar al robot.

¡Zaki! 

Patricia no consiguió atraer los ataques del robot, y por su culpa hirieron a Zaki. Ella sintió que era por su culpa, que no servía ni de diana humana, soy muy inútil... Se detuvo en seco con la cabeza agachada, y miró al robot. Porque ahora estaba claro que era un robot, los niños no hacían eso con la cabeza a no ser que fuera la niña de el exorcista, lo que por otro lado explicaría muchas cosas... ¡No, Patricia! ¡Es un robot! 

Miró al robot a los ojos, como un cowboy, solo que eran Patricia y un robot. Acababa de ver como sus compañeros sacaban aquella llave gigante, y parecía efectiva contra el ROBOT-hamburguesa, así que ¿por qué no ella? Solo tenía que intentarlo. ¿Pero como? Haciendo fuerza, estaba claro.

Por lo que sabía, su llave rara salía de su frente, así que apretó y apretó la cara, le temblaba del esfuerzo y todo, y miraba fijamente al robot. Después de unos segundos, se le empezaron a subir los colores de lo mucho que lo intentaba. Hasta con el maquillaje tan bien puesto se notaba el rojo asfixiante, pero nada. Se dijo que solo tenía que prepararse un poco más, y preparó las manos cerca de la frente para cuando saliera la llave. Se balanceó adelante y atrás, para ayudarla a salir a la pobre, pero nada... frustrada, gritó.

¡Quiero ser útil!

Y entonces algo empezó a brillar...

El aquel robot ni tuvo una mísera oportunidad, la llave de Patricia volvió a materializarse, saliendo de su frente y cayendo sobre sus manos; en la punta de aquella pequeña espada -o gigantesca llave- comenzaron a acumularse bolitas luminosas; que una vez que la joven entendió que eran suficientes, apuntó hacia aquella criatura y, sin saber muy bien cómo, las liberó.

Las bolas de luces cruzaron el firmamento atravesando al Noode Burger Boy, el cual pese a ponerse en posición de defensa, y lograr parar cierto grado de daño que le había llegado, no pudo hacer frente ante la supremacía de aquellas bolas luminosas que acabaron todas sobre su dura piel de metal.

-¡Zaki! ¿Todavía respiras? -se había comido de lleno los láseres de la hamburguesa, pero parecía estar bien. Es bastante más duro de lo que parece... igual que Patricia. Patricia volvió a sacar su llave de la frente y lanzó chorrocientos proyectiles de luz, en un espéctaculo digno de envidia. -¡Guau! ¡Eso ha sido increíble! ¿Cómo lo has hecho?

-Así que es un robot, eh. -confirmé para mí mismo. Mi estrategia iba a ser mucho más sencilla, golpearlo hasta que dejara de moverse. Las llaves parecían reaccionar ahora a nuestros estilos de combate, así que puse una mano encima de la otra, como si sujetara un bate de béisbol, esperando que apareciera entre mis manos. Venga, no me falles ahora. Me lancé contra el robot sin esperar al resultado, dispuesto a darle otro buen golpe, aprovechando que entre la barrida de Zaki y los fuegos artificiales, no tendría mucho tiempo de reacción. -¡Deja. de. disparar. a. mis. amigos!

Noodle Burger-Boy volvió a disparar sus laser, esta vez contra Patricia, por suerta para ella el segundo logró esquivarlo, por desgracia para ella lo esquivó gracias a que estaba en el suelo por haber recibido de lleno todo el primer rayo laser.

-¡Heat! ¡Heat! ¡Heat!

No podía desperdiciar la pequeña oportunidad que tenía para atacar mientras Burger-Boy atacaba a mis amigos,me acerque al chico hamburguesa agachandome para un golpe en su estómago robótico e intentar dar un gancho ascendente en lo que podría tomarse como el mentón.