Partida Rol por web

Oh, yo dar a ti muchas gracias, tu ser señor enorme, moreno de piel y tatuajes bonitos. Digo mirando al hombre que se presenta como dueño de la isla.

Y tu ser preciosa como luna llena semi-oculta por árboles de bosque frondoso. Digo mirando a la mujer que lo acompaña. Cojo el coco con una reverencia educada. Yo dar gracias a ti.

Yo estar aquí para hacer advertencia... Yo ser gran profeta en mi tierra... Venir para intentar ayudar a gente indefensa. Tomo aire antes de seguir.

Un gran peligro se avecina, sombras atacar lugares, yo ver como hacerlo, ahora la oscuridad venir hacia aquí, venir desde muy lejos para alimentarse de la vida de isla. Elevo el tono una octava.

Vosotros deber preparar para luchar contra esa oscuridad, sino todo será absorbido por profundo abismo negro. 

- Estos son más simpáticos que los indios del otro mundo - le susurré a Rayla mirando lo que estaba pasando. Sorprendida por las palabras de Aleksis, ladeé la cabeza - ¿Aleksis es un profeta? Yo no lo sabía, ¿y tu? Uah, pero debe serlo, porque está adivinando todo, una oscuridad viene hacia aquí.

Y sin más seguí mi camino hacia la tiempo en busca del cerdito.

- A ver, ¿dónde está ese simpático cerdito?

Después de cambiarnos nos acercamos un poco y vemos el discurso de Aleksis, ¿Qué está tratando de hacer?, va a acabar asustando a la gente.

Si que parecen más simpáticos si y lo del profeta... Tan solo está aprovechando lo que descubrimos en el otro mundo para... Bueno no sé muy bien para que.

Me he quedado un poco retirada para ver la reacción de los habitantes de la isla.

En el interior de aquella cabaña, se encontraba una joven que sujetaba a aquel cerdito de color blanco con manchas grisáceas; ambos sonreían con cierto desdén hacia Yusuki; como si supieran el motivo por el cual la joven se encontraba ahí, o al menos, que aquella joven escondía algo más.

Tu no eres de aquí. ¿Cierto?.

Dime; ¿De donde eres?.

¿Qué hay más allá del mar?

¿Cómo es tu pueblo? ¿También coméis cocos?

¿¡Pero qué digo?! ¡Claro que coméis cocos!

Dejando el animal en el suelo, se acercó a Yusuki y dio unas cuantas vueltas alrededor suya, tratando de vislumbrar lo que esta ocultaba, incluso llegando a tocar el hombro de la joven para quitar un poco de su "disfraz" y ver su verdadera piel pálida.

Uuuuuuhhh...

¿Todos sois igual de blancos?

¿Sois una raza de gente con miedo al Sol?

Los problemas parecían acumularse; pues pese a que el Líder de la aldea parecía comprender lo que Aleksis decía y asentía a cada palabra que este decía; algo tenía que ocurrir para fastidiar ese momento de entendimiento entre ambos grupos; y ese "algo" fue una explosión que retumbó toda la isla; haciendo que todos se giraran hacia el lugar de donde provino eso, la montaña.

Absolutamente todo el pueblo pudo ver como, de la nada, salió volando una pequeña embarcación, y en ella, se encontraban dos jóvenes, uno con una túnica y otra con el cabello blanquecino; y aunque tan solo fuera por un instante, esto alertó al jefe de la aldea, el cual se giró hacia Aleksis y lo mandó apresar de inmediato.

¡Tu has irrumpido en nuestra pacífica isla para atacarnos!

¡Tus subditos han causado daños y han robado un barco de nuestros ancestros!

¡Serás debidamente procesado según las normas rituales!

Sin mucho más por hacer, Aleksis fue llevado lejos arrastras a una de las cabañas.

Genial, volvió a liarse.

Retrocedo lentamente para buscar a Yusuki que ha desaparecido detras del cerdo para que me ayude.

Me pongo de rodillas, y con las manos en la nuca. Cuando me atan las manos a la espalda algo en mi cabeza hace clic.

Esperad, esto es un deja vu... ¡Oh my god!

¿Por qué me hacéis esto? ¡No quiero que me explotéis la cabeza!

¡Monet! ¡Oh mi dios! ¿Por qué me has abandonado? ¿Acaso no he seguido tus órdenes como me pedistes?

Mi cara reflajaba auténtico terror en aquel momento, recordando como explotaba la cabeza de aquel pobre desgraciado como si fuera un melón maduro. 

Al llegar al interior de la cabaña voy llorando y pataleando como un niño pequeño, y cuando me atan al poste de la cabaña me orino encima mientras sigo pataleando. ¡ Socorro Alicia, AYÚDAME, Socorro !

• Espero a ver si me dejan solo o si se quedan conmigo, aunque el olor a orina es fuerte...
• Miro a mi alrededor si hay alguna herramienta o arma.

En caso de que se vayan de la cabaña hago Pyro para que se quemen las cuerdas y apago como pueda el incendio de la cabaña. Luego tan sólo espero a que vengan a buscarme... Quién sea.

Ajena a la sonrisa desdeñosa de la chica y el cerdito, me acerqué dando saltitos entusiasmada. Por fin lo había alcanzado. Quería cogerlo y achucharlo, pero la chica comenzó a hacerme preguntas y me quedé con la boca abierta, haciendo ruidos confusos, mientras gesticulaba de forma débil.

- Ah... eh..., bueno... - no sabía qué responder, ¿cómo iba yo a saber lo que había al otro lado del mar? Mientras la veía dar vueltas a mi alrededor, la seguía con la mirada con la misma curiosidad que ella sentía por mi. Finalmente, adopté una postura que consideré de "persona interesante", con los brazos cruzados y una mano sobre la barbilla - pues verás, soy de un lugar más allá de estas bellas aguas, un lugar lleno de bosques y conejos. Allí no hay cocos, pero hay manzanas y naranjas, y muchas fresas. Nuestra piel es más blanca porque bebemos mucha leche - esto último era una mentira de mi propia cosecha, pero me pareció que quedaba bien.

De pronto, mis explicaciones se vieron interrumpidos por una explosión. Miré fuera y vi lo que se estaba pasando.

- Oh, oh, esto no pinta bien. La gente simpática piensa que Aleksis es malo.

Salí corriendo de dentro de la tienda y me puse delante de los hombres que se llevaban a Aleksis. Les planté una mano delante para detenerlos y les hablé con voz autoritaria. O, bueno, es lo que intenté, porque mi voz pareció más la queja de una niña que alguien que trataba de impresionar.

- Alto, estáis cometiendo un error, ese hombre sólo quiere ayudaros, esos que salieron volando no son súbditos suyos.

Evidentemente lo que tenía que pasar pasó; y no solo eso. El hecho de que apareciera una espía en el lugar con afán de liberar al líder que tenían prisionero no hizo otra cosa que enfadar a los guardias los cuales, usando unos cocos verdes que tenían manchas de moho negruzcas, por algún motivo, golpearon la cabeza de Aleksis dejándolo inconsciente, mientras agarraban a Yusuki y la encerraban en la misma cabaña que ese hombre... y la mascota de Yusuki también, en una cesta dada la vuelta con una roca encima.

Quizás si Yusuki no parecía ser una mofa racista de un dibujo de los años 40, hubiera tenido más éxito en sus exigencias, o quizás si la montaña no hubiera hecho temblar a toda la isla, o hubieran hecho volar un barco de lado a lado de la isla, quizás las cosas hubieran sido distintas... pero no.

Snif snif snif snif, pasé de estar sólo en una cabaña prendiéndola, un poquito, fuego (Que mal queda esto ahora mismo, soy de Canarias) a estar inconsciente por golpe de rocas...

Maldita voz en mi cabeza. Todo es por tu culpa.

Ante tal situación mi impulso es meterme en el centro del círculo en el que están mis amigos y tratar de salvarlos, pero eso puede acabar conmigo también capturada. Si pudiera encontrar a alguien que me ayudara. Por otro lado esta gente no parece que vayan a hacerles daño. Me alejo poco a poco mirando entre la multitud tratando de encontrar a alguien qué puede ayudarme tratando de pasar lo más desapercibida posible. Espero que los demás entiendan lo que estoy haciendo y no piensen que los estoy abandonando.

- ¡Oye! ¿Qué hacéis con mi Momo? - grité cuando vi que se llevaban a Momo también. Al parecer, no me improtó mucho que golpearan a Aleksis, si había sobrevivido a una explosión, un golpecito en la cabeza no le haría nada, pero mi querido Momo era otro cantar.

Sin embargo, no me hicieron ningún caso y nos encerraron en una cabaña. Bufé enfadada, porque no habían hecho caso de mis inteligentes palabras y me acerqué a Aleksis.

- Aleksis, despierta - le di unos cuantos golpecitos en el hombro y, después, le tapé la boca y la nariz para a ver si así reaccionaba - vamos ,arriba, tenemos que rescatara a Momo.

Y como parecía ser costumbre por parte de Alicia, había vuelto a abandonar a sus dos compañeros a su suerte; dando ligeros pasos hacia atrás mientras se metía en una tienda completamente al azar, como quien no quiere la cosa silbando de forma distraída mientras los dos eran arrastrados a la fuerza hacia otra tienda donde los encadenaron con lianas.

Sin lugar a dudas, era la mejor líder del equipo.

En el interior de aquella cabaña, se encontraba una joven que sujetaba a aquel cerdito de color blanco con manchas grisáceas; ambos sonreían con curiosidad; como si supieran el motivo por el cual la joven se encontraba ahí.

Tu no eres de aquí. ¿Cierto?.

Dime; ¿De donde eres?.

¿Qué hay más allá del mar?

¿Cómo es tu pueblo? ¿También coméis cocos?

¿¡Pero qué digo?! ¡Claro que coméis cocos!

Dejando el animal en el suelo, se acercó a Rayla y dio unas cuantas vueltas alrededor suya, tratando de vislumbrar lo que esta ocultaba, incluso llegando a tocar el hombro de la joven para quitar un poco de su "disfraz" y ver su verdadera piel pálida.

Uuuuuuhhh...

¿Todos sois igual de blancos?

¿Sois una raza de gente con miedo al Sol?

Mientras tanto, Aleksis se estaba volviendo azul y luego morado por algún motivo extraño que quizás no tuviera que ver con que Yusuki lo estaba asfixiando mientras este estaba inconsciente con una más que posible, conmoción cerebral... o quizás sí fuera por eso mismo. Sea como sea, si la joven seguía, quizás averiguaría si, en efecto, el hecho de taparle la boca y la nariz era más una molestia que una ayuda.

whoa espera. Demasiadas preguntas a la vez. ¿No estás asustada como el resto? Mi nombre es Rayla y el tuyo?.

No sé si en mi pueblo todos somos así, vengo de una pequeña aldea en las montañas. [/B] no le hablo de que es otro mundo, seguro que me tomaría por loca. espera perdona tengo que centrarme. Oye has visto los chicos que se han llevado. ¿Podrías ayudarme a convencerles de que no son malas personas? acabamos de llegar no tenemos nada que ver con el incendio.

Al ver que Aleksis no se levantaba y estaba cambiando de color, retiré la mano decepcionada. Le di un par de palmadas suaves en las mejillas y después, me quedé sentada, mirándolo.

- Aleksis, despierta, vamos, necesitamos que quemes las cuerdas y tengo que rescatar a Momo - suspiré. 

Al parecer, íbamos a quedarnos allí un ben rato, por lo que me puse a cantar. No es que mi voz fuera muy melodiosa, pero tampoco desafinaba demasiado. El problema era que cantaba a pleno pulmón una canción sobre una triste historia de desastres y desamores.

-¡Sé que no sois malas personas! -Dice la joven- Yo me llamo Moana, y ninguna persona con ansias de viajar y explorar el mundo es una mala persona. ¡Te ayudaré a rescatar a tus amigos!. Pero... a cambio de una condición...

Moana parecía nerviosa, algo inquieta, agitada o incluso entusiasmada. Un cúmulo de fuertes sentimientos.

-Te ayudaré a rescatarlos si vosotros me ayudáis a explorar el mar, al menos hasta encontrar a Maui. ¿Trato?.