Partida Rol por web

Nada sirve de nada, todos acabaremos igual que aquel soldado o aquellos indios, perdón, nativos americanos. Me siento en el suelo con las piernas cruzadas mirando como momo juguetea con una piedra que luego resulta ser un excremento de murciélago.

- Dejádmelo a mi - sacando músculo me arrimé para echar una mano con el bote - venga, Momo, demostremos lo fuertes que somos.

Tras darle muchos abrazos y besos a Momo, a quien había echado de menos, ambos nos pusimos a la tarea de sacar el bote a mar abierto. Pero por alguna razón mi aportación no tuvo mucho efecto sobre la embarcación.

De los escombros de las naves chamuscadas, salió una criatura nunca antes vista por ninguno de los presentes; este ser no solo parecía molesto por la explosión, sino que además no se asemejaba en nada a los enemigos que el grupo se había encontrado. Por suerte para ellos, aún estaba lejos, y pese a que se acercaba trotando apoyándose en sus puños delanteros, aún tenían tiempo para escapar sin luchar.

Me corrijo, no "todos acabaremos igual que aquel soldado" acabaremos peor. Unas cuantas lágrimas cayeron por mis mejillas.

Bien, este es el plan, me quedaré detrás intentando ayudaros y curando a quien lo necesite; Rayla, atrae su atención y pégale con todo lo que puedas apartándolo de los demás; Momo, Yousucki, atacad con todo, pero sólo cuando Alicia tenga su atención, no queremos que os ataque a vosotros. Tu, chica nueva, quédate conmigo y ayúdame a que no nos maten. Las lágrimas seguían cayendo pero quizás fuera por el humo del incendio en la cueva, nadie sabría decir por qué exactamente lloraba el ayudante de sombrerero, quizás, llorar significaba otra cosa en el país de las maravillas

- No otra vez - murmuré desalentada al ver la criatura.

Era diferente de los que habíamos visto en el anterior mundo, pero también era raro, por lo que tal vez era como ellos. Los barcos en llamas parecían ser cosa suya.

- Vale - dije asintiendo a las palabras de Aleksis y me preparé para atacar a la criatura.

¿De donde sale ese bicho? De acuerdo yo me encargo, encargare de la retaguardia.  

Me lance para atacar a la criatura antes de que atacará al resto, solo esperaba que no saliera igual que la otra vez.

​​

Mientras aquella especie de Gorila monstruoso se acercaba con tal de embestir a Rayla, algo extraño ocurrió. De la nada un portal de oscuridad se abrió en el techo de la cueva; de donde cayó una criatura con apariencia aún más temible, un soldado forzudo con poderosos brazos, pero que claramente se había saltado el día de piernas en el gimnasio, con un enorme escudo con la cabeza de un perro negro con tres ojos amarillos.

Aplastando al Gorila, este sería el enemigo al que aquel grupo se enfrentaría.

Este bloqueó el ataque de Rayla con facilidad, al menos el primero, pues el segundo le dio de lleno en el casco; por desgracia, esto no pareció compensar a Rayla, pues el escudo abrió las fauces y mordió el torso de la joven antes de zarandearla y lanzarla a una esquina. Momento en el que aprovechó para escupir bolas de fuego que dieron a Aleksis.

Preparada para luchar contra el gorila que se acercaba, me preparé para darle una lección. Lo que me tomó por sorpresa fue el segundo bicho que apareció. Y llevaba un escudo con un perrito.. mis ojos brillaron entusiasmada, hasta que mordió a Rayla. 

- Perro malo -  dije señalando el escudo.

Consciente de mi poca defensa, me alejé del luchador y curé a Rayla.

Yusuki ponte lejos de mi, así si hace un ataque que pueda dañarnos a varios no podrá hacerlo, eso si, quédate a alcance de nuestros hechizos. No sabía que esperar de aquella bestia, pero si había hecho tanto daño a Alicia con un simple mordisco de su escudo... No podíamos esperar un combate fácil.

¡Yusuki no cures, eso es lo mío! Si tu curas yo no puedo hacer nada. Tu ataca desde lejos a esa mala bestia, necesitamos hacerle el máximo daño y cuanto antes.

Tras la cura de yusuki me senti mucho mejor.

Muchas gracias.

Decidido aprovechar las energías renovadas para colocarme detrás del que tiene el escudo de perro y atacandolo por la espalda, algo me dice que erea su punto débil.

Con unos cuantos saltitos me alejé de Aleksis y le hice un gesto de levantar el pulgar.

- De acuerdo, te dejo las curaciones, voy a darle duro al perrito.

Rayla recuperó su vitalidad gracias a Yusuki, este nuevo aire de fuerzas, le permitió correr y flanquear a aquella criatura, golpeándola de forma severa a la espalda del monstruo antes de que este pudiera hacer nada para evitarlo. Por desgracia, el bicho, aún permanecía en pie, y con un rápido movimiento de piernas, extendiendo sus largos brazos, golpeó con el escudo a Rayla, a Yusuki y a Aleksis.

Terminando frente a la rubia, con el escudo alzado, dispuesto a dispararle sendas bolas de fuego que, por fortuna para ella, pudo defenderse, quemándose ligeramente, sin sufrir heridas mayores.

Con dificultad a pesar de la cura, vuelvo a saltar a su espada para atacarle.

Dejamos en paz ya monstruo, Yusuki quizá un gravedad sea útil.

- De acuerdo, Rayla, marchando una de gravedad - dije con un gracioso pose mientras invocaba un hechizo de gravedad.

Creé una bola de color púrpura oscuro y se lo lancé a la criatura. Esperaba que no volviera a pasar igual que la última vez y fuera inmune a mi genial habilidad.