Partida Rol por web

A Aki los científicos siempre le habían inspirado confianza, porque representaban la clase de gente a la que él mismo, un día, quería pertenecer. Por supuesto, fundar la confianza en impresiones tan fugitivas que prejuicios de clase de inteligencia era bastante estúpida, y a Aki no le faltaba la conciencia de esto. Sin embargo, en este momento no tenía ninguna otra basen en que fundarse; de todas formas, al menos el hombre este le era mucho más simpático que el coronel. Sin embargo, este hombre también parecía afligido de una falta de atención hasta increíble, del mismo grado que el coronel.

“Por favor, compréndeme, pero yo no entiendo porque tengo siempre que repetir todo varias veces aquí. Ya he explicado al coronel con detalle todo lo que hemos hallado en la base, todo sin excepción, y también le he dicho que he podido manejar el león amarillo gracias al traje. Como ya le dije antes a la policía.”

Aki no comprendía porque, aunque ya disponían de todos los datos, se empeñaban en renovar sin cesar los mismos interrogativos.

Asiento ante la idea de Dominique y añado:

- Venga, movámonos. No tengo claro que los militares sean enemigos, en verdad, pero aquí sentados no descubriremos nada. -indico, dirigiéndome ya rumbo a la salida- ¿Y por qué demonios fueron tan lejos ese par? Deberían haber esperado. -concluyo, algo molesto, pensando que me tocaba cuidar de una pandilla de adolescentes más parecidos a la media de lo que había pensado al principio.

La chica torció el gesto cuando vio a los militares llevándose al vehículo de Erika, y para Wynn lo que más le preocupaba e inquietaba era que no tenía su nave, y hasta donde sabía, perfectamente podría estar en manos de los militares o de los extraterrestres y ninguno de los dos tenía la llave para abrirlo, si es que solo podían ser abiertos con los brazaletes. La chica, quien tenía el brazalete incompleto que habían encontrado se puso de pie, y miró a los militares alejarse.

— no iban a esperar, ninguno espera a nadie si han caído — ahora podría ser increíblemente egoísta y no ir a rescatarlos, además, estaba aun adolorida pero al girarse, se encontró con el rostro de Hans — ¿qué? si es verdad, ellos se lo buscaron, además, los militares deberían saber de esta base, todo aquí huele a milicos y a operaciones secretas — rodó los ojos — en el mejor de los casos, les borraran las memorias y los mandaran a casa — o los harían desaparecer por saber demasiado, pero en ese punto Wynn realmente se planteaba el dejarlos ahí, solos, a su suerte, pero no era una persona así, no necesariamente por lo menos. Así que luego de un breve silencio refunfuñó.

— vale, vamos, pfff que carga son, los odio — arrugó el ceño y les hizo un movimiento para que emprendieran la vuelta al primer hangar, en donde deberían moverse con sigilo si querían evitar ser capturados por los militares.

"Chicos, esto..."

"Esto no está BIEN. Esta mujer, Jessica Jones, tenia un uniforme militar. Pero la base no parece un entorno realmente militar, al menos, no como lo pintan en las películas"

Dominique busca entre su uniforme de combate, por si tiene acceso a su Gothic-Movil (Un telefono movil con un par de calaveritas con corazoncitos, y unos colgantes de esos que estaban de moda en Japón en Dos mil dieci-nunca) Y busca si tiene los teléfonos de los compañeros, para llamarlos.

Si es así...

"¡Hey! ¿León? ¿Delfín?"
"Aquí Triceratops Negro. Hemos visto a un helicóptero llevandose al Delfín ¿Que es lo que pasa?"

Os empiezan a vibrar los brazaletes. El hombre que lo nota, os dice:

Creo que os estan llamando. Deben ser vuestros compañeros. Contestad si quereis, pero no levantar la voz.

La respuesta del hombre hace que Erika baje la cabeza perdiendo la esperanza, sin embargo, no deja de escuchar lo que dice y la respuesta de Aki, realmente todo era sobre lo mismo, sin embargo, no se le escapo el detalle que parecía que este hombre sabía algo mas ya que era el primero que nombraba a aquel murciélago gigante, sus ojos se abrieron como platos al escuchar aquello, Erika le mira, se disponía a decir algo cuando nota como el brazalete vibra y escucha lo que dice aquel científico japonés:

¿Cómo… como sabe de ese murciélago gigante?

Aquella información le había captado toda la atención, incluso mas que la vibración de los brazaletes, quizás aquel hombre podría saber algo de aquella criatura que le había hecho eso a sus padres

Aki, confuso, tratando sin mucho éxito, o sin tener éxito de todo, de comprender la situación, alza el brazalete, activándolo, para recibir la comunicación: “Hola, soy Aki”, murmura en voz baja.

Hey! ¿León? ¿Delfín?"
"Aquí Triceratops Negro. Hemos visto a un helicóptero llevandose al Delfín ¿Que es lo que pasa?"La

 comunicación se establece entre los dos grupos y Aki recibe las palabras de Dominique por ellas.

Si las autoridades son infiltradas de los jimmers, confiarme a ellas ha sido tal vez la mayor tontería de mi vida. Puede que yo haya puesto en peligro a todos.

Por primera vez Aki formuló este pensamiento sombrío en toda su gravedad ante sí mismo. Aunque esperaba de todo su corazón que no fuera vero, el comportamiento extraño del coronel aquí le hacía pensar en lo peor.

No sabía si podía confiar en el científico, pero de todas formas las autoridades ya sabían todo, de su propia boca, así que no había más secretos que revelar. Habló en el brazalete: “Estamos en una base militar. No puedo dar las coordinadas exactas. Sí, se han llevado el delfín y el león amarillo. He contado todo a la policía, luego a los del militar. Todo. Sin excepción. Cada detalle.” Sintió un leve mareo. Dudó unos instantes, pero luego prosiguió, mirando al científico en los ojos: “El comportamiento de los militares es bastante sospechoso. Temo haber cometido un grave error. Quedaos donde estáis y no os confiéis a nadie.”

Wynonna, puedes burlarte todo lo que quieras de mi fe ciega de yerno perfecto en las autoridades...

- Lo mato. -se escucha de fondo gracias al comunicador de Dominique.

Tras un poco de trasteo, mi propio comunicador se une a la llamada y digo:

- No se te ocurrió esperar diez minutos antes de tomar decisiones por tu cuenta, ¿no, Einstein? -le increpo- Vaya, no actuar como un niño de 7 años al que le han dado un juguete grande en vez de un vehículo peligroso. -suelto un fuerte suspiro y, aunque tenga un casco por medio, me llevo ambas manos a la cara pensando "¿Y ahora qué puñetas hago con este marrón?".

Había pensado que Wyn estaba un poco loca de más por su enfado con todos, pero ahora va a resultar que tiene razón y le deberé una cerveza para compensar.

#amosnomejodas

Ninguno de los dos estaba equivocado, Wynnona, quien estaba sin casco, comenzó a ponerse muy roja, demasiado roja, y levantó su brazalete, estaba teniendo un ataque de furia de aquellos y sus dos compañeros ya lo estaban pensando. Roja, y lamentando que el homicidio fuese ilegal, soltó la bilis que había generado la decisión estupida de Goro y Erika.

— imbeciles, idiotas ... ¡¿de que les sirve tener buenas notas si son tan idiotas!? — les gritó, — no, debían ser niñitos buenos e ir con los adultos ¿pero como tan inocentes? Idiotas ¿no pensaron en las consecuencias? A lo sumo, los matarán, nos matarán... ¿acaso crees que Armas así las quieren en manos de unos adolescentes como nosotros? Claro... pensaron Que les darían dos palmas y a la casa con la promesa de no revelar lo que de seguro sin secretos de estado... ah! Idotas... tienen mierda en la cabeza, ¡cobardes!— les volvió a gritar — iremos por ustedes... — termina diciendo con los ojos ligeramente llorosos — y me pudre, porque cuando estaba en peligro me dejaron sola, les importo una mierda que me lastimaran o que me enfrentara al boss para ayudarlos, se fueron directo a sus naves, las que se las entregaron ahora a los militares, pero aún así no puedo dejar que los maten sin hacer nada... — cortó la comunicación, no quería escucharlos ni un poco más.

Wynn dio unos pasos, alejándose de sus dos compañeros, dándoles la espalda e intentando calmarse, pensaba en su padre, temia que le hubieran hecho algo y saca el móvil intentando ver si tenía señal, necesitaba saber que estaba bien. 

Gracias a Dios que existen las llamadas a distancia...

Aki había esperado una reacción similar, sin embargo, se sintió bastante conmovido por la violencia de la reacción actual. Sintió incluso la injusticia de las acusaciones de las dos chicas. “Sé que no fue una decisión avisada de mi parte, pero no pecó de la ausencia de buena voluntad. Pensáoslo. Somos estudiantes de colegio, no superhéroes. Y acabamos de caer sobre una base militar con armas de los que desconocemos el uso, y con enemigos potentes que quieren matarnos. ¿En tales condiciones, es tan improbable y estúpido que considero adecuado confiar lo que claramente nos sobrepasa a las autoridades de este país? ¿O pensáis que nosotros cinco somos en grado de combatir sólo una armada de alienígenas o sean lo que sean? Dejad de fantasmear, por favor. Un poco de realismo en lugar de delirios de grandeza nos haría mucho bien a todos.”

Aunque las palabras, por su contenido, podían sonar así, Aki no les habló en voz de reprimenda, sino en una voz neutral; a su parecer, sólo estaba constatando hechos. Pero aún faltaba mencionar un hecho. “Y dejad en paz a Erika. Ella no dijo nada. Fui yo quien les contó todo.”

Me he equivocado, esto es cierto, pero ellos también han perdido el norte…

¿creen realmente que podemos lidiar solos, sin aliados, con lo que hemos descubierto?

No. Necesitamos aliados.

Durante un instante interrumpió la comunicación en el brazalete para dirigirse directamente al científico: “¿De qué lado es usted?”

Una corazonada. No más que una corazonada. Pero algo me dice que este hombre es… diferente. A ver si entiende mi pregunta, por muy inesperada que sea.

Ante la respuesta de Aki, solo me enfado aún más, puesto que no solo estaba actuando por su cuenta, potencialmente poniéndonos en peligro a todos, sino que además nos estaba tratando de idiotas a todos.

- Pero niño, ¿quién puñetas te crees que eres para saber lo que estaba pensando y lo que no? -replico, y ahora el cabreo es más evidente- A ver, mente maestra, ¿no es muchísimo más lógico ir a hablar con la doctora de la que tenemos el nombre que salir de paseo con un vehículo de 15 metros hacia donde te puedan ver? No se, así como opción casual. -la verdad es que ese era un camino de actuación bastante obvio- Igual el que debería dejar de "fantasmear" eres tú, tomando una decisión que podría matarnos a todos fácilmente si los del ejército están en nuestra contra, solo porque como adolescente tienes la idea de que cualquiera con un uniforme está siempre de tu lado o porque quieres parecer más patriota que el Tío Sam, ¡hostia ya! -concluyo, apagando el comunicador con un movimiento algo más impetuoso de lo conveniente, pero sin golpearlo tampoco.

Tras esa reprimenda"telefonica", reactivo la pulsera para quitarme el traje por completo y resoplo por la nariz, muy enfadado no solo por el acto de Aki, sino por su actitud inmadura y prepotente de intentar justificar su decisión sobre la base de que tenemos alguna clase de retraso mental.

- Niñato cojonero... -mascullo mientras avanzo hacia la salida, con cara de molestia notable ante la escena.

escucha parte de la conversación y tuvo una ganas irrefrenables de romperle la cara a Goro, el idiota no comprendía que una cosa era ir por los manos y otra era quedarse callado y no ponerse en manos de los militares que no dudarían en encerrarlos si sabían mucho, no podía esperar nada bueno de ellos. Se giró y le hizo un gesto a su compañera para que saliera, no seguirían discutiendo con el señorito perfección.

Siguieron a Hans por la trampilla, el asunto es que cada movimiento hacia doler el pecho a Wynn y una vez afuera, debió sacarse el traje y sentarse en la primera parte donde pudo, la camiseta que llevaba no estaba rota por el impacto que le dio el boss, pero el moretón se extendía por su pecho y le hacía difícil respirar, ahora evidenció el dolor que sentía, y quedó sentada en el suelo, con las manos en sus rodillas e inclinada hacia atrás. A Goro no le había importado lo que le dijo, ¿ por qué hacerlo? Entonces... ¿por qué iría por él?. Pensó en eso, mientras intentaba recuperar el aliento, mirando su móvil de nuevo, necesitaba hablar con su padre, pero si lo usaba, los localizarían fácilmente, ya los debían estar rastreando.

Yusuke escuchó la conversación de forma seria. Una vez le preguntó Goro sobre su posición, este puso momentáneamente las manos en la boca de Goro. La comunicación con sus compañeros se interrumpió y se cortó. En voz baja le dice: Eres tonto chaval? No podías hablar con voz más baja? Aquí mismo está un soldado. Me estáis complicando la forma de salvaros. La habéis liado bastante gorda. Aquí no podemos hablar. 

Tras las palabras libera a Goro. Entonces com un flash a la mente de este y Erika les viene el nombre de la persona que escribó aquel texto: Yusuke Asamiya, coincidía con el mismo nombre de este hombre. Les entra la duda de si serían la misma persona. Las voces alertaron al soldado qu abrió la puerta y entra apuntando con su arma:

Que han sido esas voces? Estáis hablando con alguien de fuera? Con quien?

Yusuke se gira y se interpone entre el soldado y los dos jóvenes:

Al parecer esos brazaletes son comunicadores y sus amigos les han intentado contactar. Hemos intentado averiguar su localización, pero se mantienen ocultos. Me voy a llevar a estos dos chicos a la armería para recoger las armas que obtuvieron y hacer unas pruebas de campo. No oses detenerme. Tengo autorización del general.

Le enseña un papel con un  escrito donde estaba la firma del general. El soldado deja de apuntar y se aparta dejando paso.