Partida Rol por web

El combate parecía que se decantaba para la tripulación de la Serenity mientras Mike hacía uso de sus habilidades para posicionar la nave para abordar la nave de los corsarios  Los movimientos del piloto fueron tan bruscos como efectivos pues Thomas estuvo apunto de echar la papilla cuando vió la luz que indicaba que el anclaje estaba asegurado.

Buen trabajo Mike, manten la posición y vigila las marcas de calor.  Intentaré llegar a su nave antes que ellos.

El enemigo se estaba replegando y pronto volverían al interior de su nave, era ahora o nunca Thomas tenía que conseguir hackear la exclusa de acceso para llegar al interior de la nave para después bloquear la exclusa de acceso por donde los corsarios debían regresar a su propia nave.

Sin duda era un movimiento arriesgado que podría acabar antes de incluso acabar de imaginarlo si Thomas no conseguía realizar un hackeo a la exclusa de entrada.

Todavía algo mareado Thomas se dirigió a la puerta comprobando que llevaba su arma consigo, desde luego forzar aquella puerta no era una de sus principales habilidades por lo que su mente ya preparaba un nuevo plan B si ese panel de control se acababa resistiendo.

Pan comido suspiró Mike relajando la tensión del momento, y dejando que todo el aliento que había contenido se escapara por fin de sus pulmones.

MIentras Thomas se apresuraba a salir al exterior de la Serenity, el piloto se dedicó a colocar señales de alarma para el momento en que los escáneres de calor detectaran la aproximación de cualquiera a través de la Orunn II, para dar a su capitán tiempo suficiente para hacer lo que hubiera que hacer.

Sin embargo, las habilidades de hackeo de Thomas no eran su punto fuerte, y Mike lo sabía. De modo que en cuanto hubo colocado las alarmas, el piloto dicidió su atención entre mantener estable la nave y echar una mano a su capitán.

Jefe, dígame qué clase de cerradura es, a ver si puedo romper su código desde aquí...

A veces uno piensa que ser parte de la tripulación de la nave, y ser el capitán conlleva ciertos lujos y ciertas ventajas, pero a menudo hay que tomar decisiones dificiles que suelen perseguirte durante al menos, unos cuantos ciclos. En el peor de los casos durante toda la vida. Una decisión de la que se arrepiente THomas es la de no haberse interesado más, o antes, por la encriptación de algoritmos que algún día podría haberle salvado la vida. Por suerte para él, no esta solo, y es que al igual que un ejército es tan fuerte como su miembro más débil, una tripulación tiene tanta suerte como su miembro menos afortunado. Curiosamente Mike es la excepción que confirma esa regla. Y es que esos dados de los que tan orgulloso está, y que tantas bromas han dado por el hecho de recurrir a ellos en casos de emergencia, o por el simple hecho de ser "retro", parece que realmente funcionan, independientemente de lo que sugiera Nadwa cada vez que los ve. ( AUnque sí es es cierto que un lavado de vez en cuándo les vendría bien). Pero MIke se niega ya que perderían su "encanto":

Con un giro de silla drástico Mike deja en standby el movimiento estático de la nave y se pone en la consola de datos a hacer algo de magia. Thomas no daba crédito a lo que staba viendo. Antes de que pudiera siquiera llevar la mano para acceder al terminar, la luz naranja de bloqueo cambió a verde con una pequeña animación de una carita de gato de anime bostezando. ( Alguno de los programadores de estos corsarios ha tenido mucho tiempo libre).

Aquel panel tenía más controles de los que Thomas quisiera haber encontrado, todavía estaba pensando como demonios hackear aquella puerta cuando apreció Mike, los dedos del piloto se movieron tan rápido que Thomas no pudo seguirlos hasta darse cuenta que el panel de la puerta se había puesto verde.

Te debo una Mike, preparate para desacoplar si algo va mal.

Sin tiempo para más Thomas accedió a la nave corsaria, contaba con poco tiempo pero con la esperanza de tener el suficiente para hacer un bloqueo de seguridad a la esclusa conectada a la nave principal.  El capitán se dio tanta prisa como pudo, atravesando la nave corsaria en busca de los controles, cada segundo era vital en aquel preciso momento y Thomas no estaba dispuesto a perder ninguno.

La puerta de embarque de la nave corsaria se había abierto y el interior mostraba una nave bastante mal cuidada. Cables por todos lados que seguramente servían de parcheo para otros apaños. Remaches mal soldados. BLindaje seccionado y reaprovechado seguramente para asegurar el exterior contra alguna fuga, que das por hecho no han terminado de solucionar. Lo único que parece bien mantenido y cuidado es la consola de mandos ( y menos mal ). La nave no es excesivamente grand epor lo que encuentras fácilmente la puerta de embarque por la que han debido de salir todos. Si dedicas un minuto a buscar entre todos los chacharros que han ido dejando por en medio de la nave, seguramente puedas encontrar algo con lo que hacer algo de presión en los hidráulicos de la puerta de embarque y hacer así que los corsarios no puedan entrar.

La puerta de la sala de mandos estaba entreabierta. La luz rojiza de los leds ilumina lúgubremente la estancia. La oscuridad es absoluta salvo por la pequeña zona ilumianada por la radiacion y la luz que emite la estrella cercana. Contra la mampara que permite la visión exterior podeis ver una figura con las manos entrecruzadas por la espalda.Viste con un traje militar rojo que contrasta con la luz blanquecina de la estrella. Cerca podéis ver una consola de mandos con dos asientos, uno de ellos ocupado por una persona que parece no moverse. El otro está vació. La consola de mandos emite cada cierto tiempo un leve BIP BIP. Probablemente sea un contador para algo, aunque no sabéis qué podría ser. Un fuerte olor a huevos podridos llena la habitación. El hombre parece no haberse percatado de vuestra presencia, y si lo ha hecho, parece que no le importa. Al otro lado de la mampara varios asteróides colisionan entre sí creando explosiónes de roca estelar que se unen de alguna forma a la cadencia del extraño baile que realizan al son de la atracción del campo gravitacional de la estrella blanca. Una sacudida os sorprende cuándo uno de esos asteroides, de tamaño desconocido impacta con la Orunn II. Los cracks y los sonidos de metal doblandose os recuerdan que la nave puede no llegar a sobrevivir a muchos más impactos, y que el tiempo se os acaba.

En cuanto entró a aquella sala los pocos cabellos que no tenía erizados lo hicieron. Ya no sólo que aquel olor le diera arcadas, y eso que había estado en varios campos de batalla con muchos muertos, es que la situación era de lo más siniestra.

-Si ya antes me quería marchar de aquí...

No obstante Vanth apuntó con la carabina a la figura en pie mientras buscaba un lugar en el que poder ponerse a cubierto en caso de que tuviera que empezar a disparar.

Dirijo una significativa mirada a nuestro contratante antes de ponerme en posición por si ha de empezar otra vez la violencia.

Aunque no parece que vaya a pasar.

Muy satisfecho de su actuación, Mike se apresuró a regresar al sillón de mando de la Serenity, presto para desacoplar la nave al más mínimo indicio de peligro para sus compañeros. A mayores, siguió escaneando tanto la nave enemiga como la Orun II, por si alguna sorpresa se les había escapado inicialmente...

La nave estaba hecha una mierda con suciedad y cacharros por todas partes, no era demasiado grande por lo que Thomas no tuvo problemas en encontrar la escotilla que separaba las 2 naves.  Los mercenarios se estaban replegando y debía bloquear aquella puerta rápidamente si no quería tener problemas y graves.

Aquello sin duda no le daba buenas vibraciones a Damaris, el oxigeno debería haber matado a este hombre hace pocos minutos, o al menos haberlo postrado en el suelo inconsciente, y aquel pitido era como mínimo un aviso... Huelga decir que cuando estas en el espacio y tu nave te esta enviado un aviso tan repetidamente no es algo bueno tampoco, y desatenderlo es ¿suicida?

No puede ser.

Tras una rápida mirada hacia Nadwa y ver que esta dirigía la suya hacia Kembouri, Damaris se dirige rápidamente a la pantalla que parpadea de la sala de control.

Shoun entró en la sala de mandos sin perder de vista el cruce donde había tenido lugar la refriega. Tras comprobar que nadie les había seguido, echó un vistazo a la sala, para asegurarse de cuál iba a ser la mejor posición que podía tomar.

Se movió hasta una posición desde la que podía ver la puerta por la que habían entrado y también al ser ese, que hacía las veces de capitán; un capitán no humano, claro.

Mira, ya sabemos quién era el que hacía los ruiditos. El mamón. Lo mismo también es el del fuego de antes -mascuyó Shoun entre dientes mientras se agachaba detrás de una consola que le permitiese cubrirse y controlar ambos objetivos.

Se dispuso a esperar, apuntando al «capitán».
 

La figura se gira y os mira brevemente. Su cara está oscurecida por la falta de luz ambiente, pero hay un brillo rojo intenso palpitante en donde deberían estar los ojos. Sus ropajes a veces parecen emitir una centellas más parecidas a la brasas incandescentes aunque a veces saltan al igual que salen del martillo cuando golpea a un yunke. El ser que habita este cuerpo parece reflejarse por momentos en el cristal de la mampara exterior dejando ver un atisbpo de su forma real.

El ser hombre, o lo que queda de el comienza a hablar con un cerrado acento que os parece haber oído en algún otro planeta.

—Durante eones he viajado por la oscuridad. Durante eones he iluminado mi propio camino. Ahora ese camino lleva a un final hacia una luz no conocida. Marchaos de aqui mientras aún tengáis tiempo.—

La consola sigue emitiendo un BIP BIP y la estrella blanca cada vez está más cerca. La consola muestra una serie de códigos cambiantes a una velocidad enorme. El encriptado se ha hecho a conciencia y llevará un buen rato poder pasar por los cierres electrónicos antes de poder maniobrar la nave. Los golpes de asteorides contra la Orun II cada vez son más frecuentes y violentos.

Kembouri tembloroso se adelanta con las manos mostrando las palmas hacia el hombre/Djinn para mostrar sus intenciones y que el ser no ataque.

—Haces bien en temerme, humano. Te dirigirás a mi como Kh´oudour mientras muestres reverencia. Puedes hablar.—

Kembouri hinca una rodilla en el suelo y crea el movimiento de una genuflexión.

—Oh gran Kh´oudour. Mi nombre es Azdem kembouri y vengo aquí con la misión de salvar a esta nave y lo que quede de su tripulación. Os ruego que en una muestra de sabiduría y vehemencia nos perdoneis la vida y nos permitáis proseguir sin conflicto con nuestra misión.—

El ser igneo se echa a reir a carcajadas.

—Humano, puedo ser vehemente, pero desconozco el idioma usado para manipular o bloquear el centro del mando de esta nave. No creo que sea posible que podáis redigiri esta nave a otro destino que no sea su destrucción. Aunque es posible que....—

Mike empieza a bloquear el sistema de cierre todo lo rápdio que puede. Thomas oye golpes desde el otro lado de la puerta, seguido de gritos e insultos. Alguien empieza a golpear la puerta desesperadamente, pero no tien eefecto alguno. Contra todo pronoóstico habéis conseguido dejar fuera de su nave a los corsarios, pero ahora vuestros compañeros seguramente necesiten ayuda. Los barridos de escaner de la Serenity muestran un incremento en el tamaño y cantidad de los meteoritos. Uno lo suficientemente grande podría eliminaros del espacio y eso os pone muy nerviosos.

Los meteoritos parecían empezar a tener demasiada actividad, el tiempo se acababa quizá ni siquiera pudieran apurar demasiado.  La puerta de la esclusa parecía firmenmente bloqueada, a través del pequeño ventanuco Thomas pudo ver a los mercenarios que se alolpaban contra ella tratando de abrirla.

Mike preparate para desacoplar voya para alla.

Thomas se dirigió a los mandos de la nave mercenaria e inició el desacople de la nave principal para que no pudieran volver por donde habían venido, quedando atrapados en la esclusa de su propia nave.

El comunicador deja pasar la voz de Thomas

El tiempo se nos acaba, la actividad de meteoritos se esta intensificando. ¿Algún herido?

Puede que tú desconozcas el lenguaje para pilotar esta nave, pero nosotros no - respondo sin acobardarme, aunque sí con respeto -. En esta nave existen vidas que no han elegido morir. Tienen tanto derecho como tú a esa elección. Si deseas cruzar ese umbral puedes hacerlo en una de las naves auxiliares y permitir que el resto continúe su vida.

Respiro un segundo.

¿No podemos llegar a una solución que no cueste la vida de inocentes?

De alguna forma la mente del Djinn susurra palabras en tus oidos. Notas en intenso calor que desprende su presencia, terrible e infernal, y aún así placentero. El Djinn no mueve la boca pero aún así emite sonidos que entran directamente en tu cabeza.

Has sido el elegido. Este cuerpo que habito se agota y tomaré el tuyo como huesped durante otros mil años.