Partida Rol por web

Luis se sorprende con la rápida reacción del asiático.
-Habrá que quitarlo de enmedio lo más rápido posible.-Piensa. Luego actúa. Intenta golpear la cabeza de su enemigo con el bate, con la máxima fuerza posible. Aunque presta tanto empeño el la localización del golpe, que la fuerza no es suficiente para tumbarlo.

En un principio me quedé conmocionado. No sabía como reaccionar, momento que aprovecharon los japoneses, a saber de donde habían salido, para golpearno. Los demás comenzaron a defenderse, y !diablos¡ lo mejor era que yo también me pusiese a ello. No estaba muy convencido, pero al fin y al cabo, esa macabra voz en off nos había avisado de que aquí, estábamos jugándonos la vida. Instintinvamente, escucho y miro a los japoneses. Tenía un escaso conocimiento del idioma, mas no creo que fuese necesario: esos gritos eran de guerra y violencia . Lanzando un "ah" flojete, me lanzo hacia la chica japonesa e intento pegarle un puñetazo. Siempre había sido un fiel seguidor de la igualdad de sexos...eso conllevaba también que podían recibir las mismas ostias que nosotros.

-To....toma eso. Lanzo un puñetazo hacia su rostro.

Empieza el siguiente turno de pelea, se mantienen todas las iniciativas en el orden en que se hicieron en este turno que acaba.

Me gustaria tener este turno listo el miercoles.

Tras asestarle ese golpe directo a su mandiíbula, salta para lanzarle el siguiente golpe, un puñetazo letal con el poder de la gravedad, directo de nuevo al rostro del nipón, para tumbarlo definitivamente y quitárselo de encima.

-¡Prueba mi puño puto amarillo!- gritaba eufórico mientras incrustaba sus nudillos en las blandas carnes del gordito.

Lo mas parecido a que un destructor imperial choque de frente con tu cara es el puño que acabo de detener con mi nariz. Después de eso, sensación de caida y la negrura... perdida la consciencia hasta vete a saber cuando...

 Iara encaró a la japonesa.-¡Toma esto, perra!-gritó y lanzó un puñetazo a la cara de la japonesa. No obstante pegó bastante despacio.

Veo venir el golpe, estoy segura de poder evitarlo, pero el golpe en el estomago de antes me ha dejado un poco atontada, la occidental pega flojo, pero me alcanza en la base del craneo y me desvanezco en mitad de un suspiro bastante cómico.

Hum... el gordo parasito no ha hecho nada bueno, y la chica... a la chica la han tumbado a las primeras de cambio. Japón se hunde ¿que se podía esperar de esta generación? En fin, habrá que vencer con lo que nos queda.

 Agarro de la manga del jersey al chico del bate y le trabo con mis habilidades en judo... aun me queda fuerza en este viejo cuerpo.

¡Malditos niñatos inutiles! Menos mal que el abuelo tiene espíritu de lucha.

Esta vez le lanzo un directo a la cara a mi oponente, mientras está distraido con el abuelo.

[GRITO DE ALEGRIA JAPONES]

¡Maldita sea mi suerte! El forcejeo con el viejo no le retenia tanto como yo pensaba y apenas le golpeo en la frente.

Al notar el brazo por la espalda, Luis maldice por lo bajo. Tras recibir un golpe en la frente grita -¡CABRONES! ¡AYUDA!- e intenta deshacerse del brazo opresor con un fuerte tirón hacia delante. Pero no puede hacer nada más que agitarse entre los brazos de su atacante. En un último esfuerzo deja caer el bate hacia lo que creía que era la figura de Jack, que permanecía al lado de un obeso cuerpo inconsciente.

No hace falta Luis, el bate cae lo bastante cerca de Jack si lo dejas simplemente caer hacia atras.

Ese chico llamado Luis estaba en problemas, y quizá ahora podía ayudarle. La chica había caído con la ostia de Iara, y era él quien gritaba ayuda. No estaba yo siendo muy útil, así que era hora de intentar hacer...algo. Lo que fuese. Me acerco como puedo al viejo y le lanzo un puñetazo directo a la cabeza, lanzando un grito...¡¡Toma esto!! La adrenalina comenzaba a fluir por mis venas.

Al menos este golpe impactó en su objetivo.

Un puñetazo me alcanza cerca de la oreja, y me hace soltar mi presa. Mi edad no ayuda precisamente a aguantar castigo físico...

Luis, el viejo te ha soltado.

Deja K.O al gordito, observando como la barra de acero ruda hasta topar con la punta de sus pies, pero si era sincero, era más ágil y hábil con sus puños que con un objeto, así que reune el bate que le lanza Luis junto a la barra de acero por si hacía falta más adelante, y se dispone a nockear a los que quedaban en pie.Se dirige hacia el viejo aturdido por el reciente golpe de Daniel, y le lanza una potente derecha que va a parar a uno de sus costados, introduciéndose en las costillas del viejales.

-Humpf- suelta mientras daba el golpe.

 -Glup.-Iara tragó saliva. Se sorprendió con su golpe pero se encontraba en una situación difícil. No podría con esos japoneses gigantes. No obstante no se podía quedar parada sin hacer nada. Se abalanzó sobre el más joven de los japoneses con un agudo grito. Pero perdió el control y no lo alcanzó.

Después del primer golpe, y antes de tener tiempo de reaccionar, un descomunal puñetazo en mis costillas me manda volando un par de metros antes de caer al suelo y perder el sentido sumergido en un mundo de dolor.

Al ver al viejo salir despedido con fuerza, veo la figura de alguien acostumbrado a pelear. Su postura no deja lugar a dudas, seguramente un boxeador profesional, o peor, un guardaespaldas a sueldo... Por un momento medito que hacer, y entonces renuncio al chico de las gafas, este es mucho más peligroso, y por si fuera poco, estoy solo. Así que, lanzo mi mejor golpe y le sacudo con mi pie en el cuello.

Un golpe demoledor, tremendo, hubiera tumbado a casi cualquiera cuando aun luchaba, y sin embargo el tipo sigue en pie. Inaudito.

-¡Aprended del boxeo putos ojos rasgados!- grita sin redordimiento alguno, es más, cuanto más daño les hiciera mejor, mejor se sentiría.Ya había tumbado a dos y sólo quedaba el joven que ya iba bien servido.Agarra el bate y el tubo de acero del gordo, observando si sus compañeros lograrían tumbar al único que quedaba.De pronto observa como el tipo le le encara, pero Jack no se mueve, sino espera a recibir su golpe.Cuando lo recibe cae al suelo, pero no tarda en levantarse tras escupir algo de sangre.Se incorpora y se pasa la mano por su boca algo húmeda por la sangre y el sudor del momento.

-¿Eso es todo...?- dice disimulando el dolor, ya eran años y años de experiencia sobre esas situaciones.

 Iara se enfocó sobre el japonés que seguía en pie <Mierda. Que poca puntería tengo, pero ahora va a ver.> pensó. Con toda su furia y fuerza, lanzó un rodillazo a las partes nobles del enorme bastardo.-¡Toma esto hijo de perra!-gritó mientras le pegaba a la enorme bestia. Sin duda, su golpe fue demoledor.

Apenas saboreaba mi excelente golpe, una chica me devolvio a la realidad: a mi y a mis partes nobles.

Con un apagado quejido, apretando los dientes, caigo como un saco de patatas al suelo.