Partida Rol por web

Boff volvió a atacar al lince con su daga 

El mediano se lanza contra la bestia pero ésta se aparta fácilmente.

El semiorco, débil por el combate anterior, había dejado que sus compañeros luchasen pero no fue hasta ese momento en que se decidió atacar. El lince estaba débil pero había visto como sus amigos estaban a punto de caer por lo que no sintió ninguna lástima al lanzar su Ahlspiess contra el dorsal de la bestia.

El Ahlspiess atravesó al animal, dando un largo alarido antes de sucumbir.

-Maldita sea. ¿Estáis todos bien?

El explorador, que se había mantenido en el extremo oscuro de la cueva, parecía interesado en la mercancía así que rápidamente se agacha y comienza a desollar al animal y a arrancarle los dos colmillos.

-Hay que sacar beneficio de esto. Lo vendemos y repartimos beneficios, ¿qué os parece?

Los demás se le quedaron mirando extrañados. No solo no había participado en la batalla si no que ahora había sido el primero en lanzarse a por los despojos del lince.

Una vez desollado en animal, ayudáis a Hardem a incorporarse. Todos habéis sobrevivido a este segundo encuentro aunque algunos han salido pero parados que otros. Descansáis unos minutos y cuando decidís salir, como por arte de magia, os encontráis con cinco orcos del bosque apuntándoos con los arcos. Con el ruido de la batalla ni la sombra se había dado cuenta que estos seres se habían acercado a la cueva.

Vuestra primera reacción es coger las armas pero veis que se ponen aún más nervioso. Entonces uno de ellos grita algo en orco, algo que solo Therk ha podido entender. Podríais también enfrentaros a ellos puesto que parecen jóvenes sin demasiada experiencia, simples batidores de la ciudad de los orcos del bosque.

- No demasiado le contestó Hardem a Therk mientras se agarraba la herida. Por suerte el peligro había pasado y se dejó caer al suelo un tanto aturdido. Asintió ante las palabras de Durden y su cara se quedó helada al ver a 4 orcos apuntandoles con sus arcos, por fin los habían encontrado pero no como habían esperado.

- Venimos en son de paz, un gran peligro acecha la región. les trató de decir mirando a Therk para que le tradujera si estos no le entendían.

Therk tradujo las palabras del mago como pudo, intentado utilizar el lenguaje orco que durante tanto tiempo no había usado. Por las respuestas que daba el líder de los arqueros pudisteis ver qué la situación se destensaba. Therk se iba animando, nunca pensasteis que él, callado y tímido, se metería en semejante conversación dada la situación.

En un momento dado, los arqueros destensaron sus cuerdas y el semiorco se giró para miraros.

-Mi abuelo era del clan. Él y yo somos parientes lejanos. Somos bienvenidos.

Los aventureros y la sombra siguieron a los arqueros orcos a través de la espesura del bosque hasta llegar a la ciudad orca. Situada en las partes bajas de los enormes árboles de las profundidades del bosque, las casas rebosaban vida. Los niños se os acercaron: jamás habían visto medianos. Muchos pensaron que eran cachorros humanos. Cuando apareció la sombra, los niños huyeron despavoridos. Los centinelas cogieron sus armas pero viendo la actitud pasiva de ésta y las palabras apaciguadoras del batidos éstos volvieron a sus quehaceres.

-Bienvenidos a Urkut, la ciudad de los Orcos del Bosque Frío. -tradujo Therk.

Os sorprende la paz que reina en el lugar. Los orcos, considerados despiadados y salvajes. La imagen que teníais de los orcos como cazadores de humanos y elfos se os rompió al ver como vivían en absoluta tranquilidad. Como los niños orcos jugaban tranquilamente mientras que los demás habitantes continuaban con sus rutinarias vidas distrayéndose solo un momento para miraros. Un orco de gran tamaño se os acercó. Era muy musculoso y portaba una hacha enorme. Parecía ser el líder del poblado o, por lo menos, un guerrero de alto rango. En un básico con un fuerte acento norteño, seguramente debido a su único contacto con los humanos salvajes, se dirigió a vosotros.

-Esa cosa no es bienvenida en la aldea -señaló a la sombra. -¿Qué buscáis en Urkut?

No fue hasta que el lince cayó muerto tras el sensacional golpe del semiorco con su Ahlspiess, que Tume se permitió relajarse. Cuando vio como Durdem se interesaba más por sacar algo de provecho del animal que por los compañeros heridos, el elfo sintió como la furia empezaba a abrirse paso por sus pensamientos. Pero no le duró demasiado. En el momento en que iba a decirle algo apareció un grupo de orcos armados, posiblemente cazadores, con aspecto de pocos amigos y Tume temió que el lince no hubiera sido mas que un aperitivo y ahora viniera el plato fuerte. Más las intervenciones de Hardem y, sobre todo, de Therk consiguieron relajar algo el ambiente y los orcos decidieron guiarles hasta su aldea.

Era la primera vez que el elfo veía un campamento orco y, mientras caminaban entre las cabañas, observaba curioso todo lo que le rodeaba. Por fin les salió al paso el que parecía un orco influyente y dejo claro que no le gustaba ver a un ser como la sombra en su aldea. Tume, queriendo evitar problemas, se dirigió a esta.

– Gracias por tu ayuda, pero ahora necesitamos estar solos. No te preocupes por nosotros y espéranos a las afueras del poblado. Iremos a recogerte en cuanto terminemos aquí.

La sombra obedece y se queda en el la línea del bosques, desapareciendo entre la oscuridad y los claroscuros de los árboles

Le parecía extraño aquello, pero no era cosa suya el decidirlo. De todas maneras, siempre era mejor tener más aliados que menos. Incluso ella había sido herida en las dos últimas peleas, y comenzar una lucha en ese estado, era contraproducente. Incluso estúpido.

Se dejó guiar, ya que entre el frio y el dolor, prefería adecuarse un poco. Mantuvo el silencio y esperaba que aquellos seres fueran "adecuados" a lo que ellos esperaban. Incluso parecian seres cabales y no meros asesinos y bandoleros de los bosques.

Por suerte Therk consiguió convencer a los orcos de que no eran hostiles para ellos y que venían en son de paz. Caminó entre el frío helador y el dolor que le provocaban las heridas infringidas por el lince. Sin embargo, estaba contento habían dado el primer paso para enfrentarse al gran desafio que había asolado a Laderafría.

Le sorprendió gratamente la forma de vida de los orcos. Lo poco que pudieron ver se asemejaba en mucho a como había leído en cuentos que vivían los elfos. Aquello le maravilló y le pareció muy interesante, nunca había leído nada así sobre los orcos, sino todo lo contrario e hizo dudar de si debía de fiarse de todo aquello que había leído hasta ahora. Tendría que salir y ver el mundo por sus propios ojos para comprobar que todos aquellos cuentos y aventuras leídas y descritas tenían algo de cierto o no.

Un gran orco se aproximó a ellos e intimidó levemente a Hardem, no sabía ni como empezar a tratar con aquel grandullón ni si le tomaría por loco. Lo primero que pidió fue que la sombra se alejara. Aquella sombra que hasta ahora les había protegido y guiado debía quedarse aparte del juego, lo entendía y por ello asintió ante las palabras de Tume. 

- Ho... Hola se recompuso Hardem y tomó impulso. - Un gran peligro acecha la región y hemos venido a avisaros primero y segundo a pediros ayuda, el Pastor de Calabazas ha vuelto y por el momento Laderafría es su primer objetivo, sólo nosotros hemos escapado del sueño profundo que afecta a sus habitantes y si no me equivoco, la sombra es uno de los ciudadanos de Laderafría que hasta ahora nos ha protegido y guiado lo mejor que ha podido. Le explicó todos los detalles que conocía sobre la historia del pastor de calabazas incluyendo en qué modo afectaría a su pueblo y rogó por su ayuda, además le contó lo sucedido en la taberna y sus alrededores con las calabazas gigantes que les habían atacado*. - Por ello rogamos que proteja a su pueblo y ayude al nuestro realizando una alianza entre elfos, las tribus Uthgard y vosotros para acabar con el antes de que se repita la masacre, unidos podremos luchar contra ellos. Sois el primer pueblo al que hemos acudido y espero que Laderafría cuente con vuestra ayuda. Le miró con ilusión esperando que fuera receptivo ante las noticias que traían y que reconocieran la historia del pastor de calabazas.

Cuando mencionaste el "pastor de calabazas" las crías del poblado soltaron un chillido. Para ellos, deducistéis, ese nombre es el monstruo asustaniños. El gran orco hizo una mueca de sorpresa pero rápidamente mantuvo su actitud hierática. De pronto, un anciano salió de una casa y con una voz ronca se dirigió a vosotros:

-Ese nombre está maldito. Él... él... hizo mucho daño a los orcos del bosque. El Círculo del Bosque Frío, mi abuelo lo derrotó. 

El orco se acercó a vosotros. Era muy alto y corpulento, aunque estaba cubierto de arrugas y su pelo ya era gris. Llevaba símbolos tatuados que demostraban su pertenencia al Círculo de druidas. De hecho, los orcos del bosque eran de los pocos orcos que habían sustituido a sus guerreros más brutales o a sus chamanes como líderes tribales por los druidas, más pacíficos y tranquilos. Quizás por eso aquel pueblo no parecía una verdadera aldea orca.

-Jovencito ¿Quién eres tu para pedir una alianza con los silvanos y los Uthgart, algo que sólo ha ocurrido una vez en mil años? Hace lustros que los bárbaros del Norte se descarriaron del Círculo y talan árboles y se matan entre ellos. ¿Qué pruebas tenéis de la vuelta del Pastor?

El druida alzó la vista y vio como la sombra se escondía en la linde del bosque. Aquello lo sobresaltó.

-¿De dónde ha salido esa sombra? Esta criatura no es de este mundo... Mi nombre es Hargun, el tercero con ese nombre, y soy el druida de la tribu, líder de todos cuantos veis. Responded a mis preguntas y se os escuchará. Responded con franqueza y se os recompensará.

Therk iba a utilizar su orco macarrónico pero al ver que el druida hablaba básico decidió utilizarlo también. 

-Esa sombra es la sombra de un amigo nuestro, Ulrik, un posadero enano de Laderafría. Ignoramos con qué magia ha hecho esto pero desde que nos atacaron unas calabazas animadas su sombra nos ha ayudado.

-¡Necio! Joven, medio orco y necio. ¿No ves que si fuera una sombra de un enano sería la mitad de alta? Eso que anda con vosotros es... -el druida rió al ver las caras de los aventureros -¿No tenéis la menor idea de lo que viaja con vosotros verdad? Eso es una sombra de Gloomwrought, la Ciudad Sombría. Guardias, preparad mi cabaña y preparad un buen banquete. Esta gente se queda con nosotros.

No sabía quienes eran estos orcos, pero ni eran hostiles ni les trataban mal. Le caía bien esta gente. Una sonrisa apagaba levemente la mueca de dolor por el "viaje" que el "lindo gatito" le había dado en el costado. Esperaba que esto pudiera ser un descanso y reponerse, al menos, levemente.

Los orcos prepararon un banquete que os llenó los estómagos vacíos. Desde hacía dos noches que no habíais comido nada por lo que os sentó genial. Hargun, tras compartir la comida con vosotros, habló:

-El Pastor fue un druida, el más joven que jamás había llegado a ser miembro del Círculo. Pero un día se volvió loco. Los enanos enviaron una plaga que acabó con muchos árboles y las driades. Eso le volvió loco y le dió la espalda a los dioses del bosque para buscar poder para la venganza. Cuando lo consiguió cargó contra los enanos y luego se volvió contra nosotros. Mató a muchos. Pero al final la alianza entre el Círculo y los archimagos de Cormyr acabó con él. Los druidas tenemos prohibido segar una vida por lo que llegamos a un acuerdo con los archimagos. El Pastor sería encerrado para siempre en una prisión fuera de este mundo, en el Plano de las Sombras. ¿Os suena?

Cuando el orco anciano se acercó se sintió aún más intimidado, de aquel orco no le intimidaba su musculoso aunque anciano cuerpo sino su mirada. Mirada llena de sabiduría, sabiduría por encima de ellos. Y no tardó en sorprenderles primero con las inquisitivas preguntas con las que Hardem sólo pudo titubear para después mostrarles lo equivocados que estaban. Él también había pensado que era el enano quien les ayudaba sin embargo había sido muy tonto al no fijarse en que las estaturas no coincidían. Se quedó estupefacto al oír el nombre de la ciudad de las sombras. ¿Entonces porqué estaba allí? No les dió tiempo ni a contestar cuando les acabó ofreciendo cobijo, Hardem alcanzó a repetir que el tiempo que tenían pero cayó en saco roto y el hambre que tenía además de las gravés heridas le acuciaban a aceptar la hospitalidad de los orcos.

- Muchas gracias por los alimentos y esta cálida recibida. le dijo a Hargun después de alimentarse. - Esa sombra... dijo abobalicanado... - ¿Es el pastor? Oímos una voz que nos amenazó y esta sombra no ha sido capaz de transmitir palabra hasta ahora. dijo sorprendido. - Tenemos que hacer algo, nuestra familias corren peligro en Laderafría. dijo mirando al grupo y casi suplicando al anciano orco. - El resto de razas también corren peligro, aunque se hayan descarriado, sino le avisamos perecerán.