Partida Rol por web

La bomba de Medea estalla contra una de las criaturas que deja de moverse desprendiendo un olor a carne chamuscada. Dante, viendo su paso libre se dirige a por la otra y la abre en canal con su espadón.

Adriel ve caer al segundo engendro, sin embargo han causado un buen revuelo, así que entona unas palabras arcanas - geam romar - haciendo que el aire vibre a su alrededor. Después se acerca a sus compañeros atento por si el combate a atraido a más de estos seres.

- ¿Durzo, Dante, os encuentrais bien? - dice con voz preocupada echando ojeadas a los callejones. Mientras, trata de recordar alguna cosa util que haya leido de estos seres.

Al ver caer a la segunda bicha, me apoyo sobre la pared. Con cuidado, retiro una mano de las heridas sufridas y, tanteando mi mochila, logro sacar una poción y llevármela a los labios con manos temblorosas. Cuando el líquido recorre mis venas, la sangre comienza a coagularse y las heridas dejar de sangrar, aunque todavía estoy muy malherido.

Respirando entrecortadamente, miro a Adriel alzando las cejas y con una sonrisa Pues no mucho, la verdad digo bajando la cabeza y mirando mis heridas

- Cuidado Medea, esa sombra... -grita Jarl mientras golpea la pared con su arma.

Moviéndose rápidamente, Jarl se dirige hacia la pared y su espada atraviesa inofensiva a la criatura que introduce su mano en el brazo del valeroso guerrero. Allí donde la criatura lo toca, Jarl siente un frío terrible y nota como si de repente la armadura le pesara más de la cuenta...

A pesar de haber visto a la sombra acechar a Jarl, no conseguí reaccionar a tiempo. No por las dudas, no por mi falta de fe, sino por lo inesperado de la situación. Pero aquello cambiaría. Yo me encargaría de eso.

Envaino el arma sabiendo que aquello serái poco útil contra ese enemigo. Pocas cosas físicas, de nuestro mundo le afectaría, incluso la magia tenía poco poder sobre ella. Pero había algo que yo podía hacer por mis compañeros, algo que solo mi fe podría blandir. Mi Diosa está conmigo. Soy su instrumento a través del cual canalizar sus ordenes divinas.

Extraigo mi símbolo sagrado de debajo de la armadura, mostrándoselo a la sombra. Lo elevo con contundencia, determinación y fe. Pues había una cosa que aquellas criaturas odiaban y era mi aura.

¡Maldita seas, alma de la oscuridad! ¡Regresa al inframundo, de donde no deberías haber emergido! ¡Descansa ya en paz y libera al alma atormentada que arrastras contigo! ¡Yo te lo ordeno, pues mia es la justicia de la luz!

Una onda de energía divina surge de mi, casi invisible, casi intangible, menos para el incorpóreo ser.

Estupefacto el guerrero ve como el ataque del caballero atraviesa a la criatura, Adriel ayúdame a matar a eso, el guerrero adelanta el espadón hacia la elfa.

- Detrás de mi Dante, cuida de Durzo - con este oponente parece que será necesaria su magia - Jarl, sal de ahí las armas normales no son efectivas contra estos seres - su mano traza un pequeño triangulo con la facilidad que da la práctica - gamic sisimle - tras las palabras arcanas el simbolo se convierte en una pequeña punta de flecha que vuela certera a su objetivo.

Tras conjurar se acerca al ser tratando de atraer su atención.

- Adriel, ni no soy útil para dañarle, entonces estoy bien donde estoy - comenta con voz tranquila Jarl - Los peones deben proteger a las reinas.

La frustación en la cara de Dante es evidente, sin embargo sigue las intrucciones de Adriel y permanece al lado del pícaro, mierda no puedo dejar que Jarl contenga sólo a esa criatura, pero y si salen más y atacan a Durzo... 

Mierda  el hombretón no quiere quedarse sin hacer nada y tras hurgar en su mochila saca una poción y se la mete en la boca a Durzo con poca delicadeza.

Al reconocer el grave peligro que entraña la nueva criatura, la joven del tatuaje saca uno de sus extractos y se lo bebe a todo correr. Luego Medea se aleja de la primera línea de combate sintiéndose completamente inútil mientras maldice a los cuatro vientos.

La criatura incorpórea no parece sentir el despliegue energético de Seltius, pero sí que parece notar el golpe por parte de Adriel y silenciosamente para mirarla...

Agradeciendo el gesto del guerrero, me bebo la poción que me ofrece mientras miro a la criatura con ojos temerosos Esta criatura está fuera de nuestro alcance. No se qué podemos hacer.