Partida Rol por web

- Me parece correcta una votación. Yo ya dejé clara mi postura. Traer una criatura seria mejor para su estudio. Heris nos rechaza ahora de su superficie, si bajasemos todos podriamos quedar muy debiles- La diosa seguia en su trono, sentada y meditativa. Los Ithazi caidos venian de un futuro arrasado. Al llegar aqui el tiempo se habia retorcido sobre si mismo y aquello habia dejado aturdida a la diosa, de tal manera que ni ella misma lo esperaba.

Kotk-am-Toatl apareció en su trono de nuevo, tras haber vagado por Heris mostrando el culto a los muertos a la mayoría de las razas que poblaban ese lugar- Tus palabras son sabias, hermana, ahora siento como me consumo cada vez que aparezco en Heris -dijo sentándose de nuevo en su trono un momento, pues ahora su atención estaba dividida entre la sala en la que estaba la réplica de Heris y la Sala de los Juicios- Eon, mi postura es la misma. Mientras no hagan nada que vaya contra nuestras creaciones no voy a hacer nada, pues sería una injusticia tratarlos de forma diferente solo por no haber sido creados por nosotros directamente, ¿podría ser un efecto secundario de nuestra presencia y modificaciones en Heris?

- Sharashiel propone traer a uno de esos seres a una de las salas de Ruth-adum - dijo, señalando con un leve gesto al Dios de la Muerte - Kotk-am-Toatl propone dejarlos en paz. ¿Cuál es la opinión del resto de nuestros hermanos?

La Rata Cornuda lo meditó un instante.

- A mi me parecen unas criaturitas encantadoras, jejeje. Pienso que deberíamos dejarlos en paz, por lo menos hasta que hagan algo que nos afecte.

El dios de luz hizo danzar un pequeño haz de electrones entre sus dedos mientras escuchaba a sus hermanos y regresaba el tema de las criaturas sombrías.

-Como os dije, mi opinión es que deberíamos estudiarlos en un lugar aislado del lienzo como puede ser uno de los satélites de Heris. Ciertamente su presencia resulta inocua, pero no sabemos a ciencia cierta ni que son, ni que potencial tienen para afectarnos a nosotros o al lienzo, y debemos de estar preparados para contrarrestar su influencia en el Orden del cosmos, en el caso de haberla.

Al igual que Nith-Ra, pienso que si se estudian debería ser en un lugar apartado de Heris y de Ruth-Adum, ya que han demostrado adaptarse a las habilidades de lo que rodean, y no me gustaría que se adaptara a la forma de las divinidades, a fin de cuentas podría tratarse de pura entropía intentando formar parte del mundo. Ziltath calló durante unos minutos en los cuales los códigos que se deslizaban a tavés del pergamino que conformaba su trono comenzaron a discurrir más rápido hasta crear la ilusión óptica de ser solo líneas irregulares, cuando la diosa rompió su meditación aquella cascada de letras y números volvió a la normalidad atravesando lentamente el papiro. Como ya os dije no tengo reparos en que Zenitar sea su hogar mientras los estudiamos siempre y cuando no se altere lo más mínimo, aunque he de confesar que me parecen inofensivos y que incluso pueden tratarse de la creación de uno de nuestros hermanos.

- Bien, Kotk-am-Toatl y la Rata Cornuda propusieron dejarlos en paz, mientras que el resto propuso estudiarlos, incluido yo mismo  - dijo, dejando que un leve fulgor surgiera de las esferas que eran sus ojos - El problema de hacerlo fuera de Ruth-adum, es que sentiremos la misma debilidad, ya sea en Zenitar, Candrana, o Heris. Así que si debemos hacerlo, debe ser aquí. ¿Objeciones?

- Bien... la procedencia de estos seres es desconocida, pero eso no es algo nuevo para nosotros, aunque lo hayamos pasado por algo ¿O a caso alguno de nosotros creo Heris? Sólo le dimos forma, pero... ya estaba allí. ¿Y si estas criaturas estaban en Heris antes, y si las despertamos, quizá estuvieran ocultas. No sabemos qué hacen, aunque no se han mostrado hostiles, ni siquiera sabemos de dónde proceden, aunque realmente ni siquiera sabemos de dónde procede Heris, posiblemente la fuente sea la misma. Estoy a favor de estudiarlas, pero que dado que no sabemos cómo son o qué sienten, no acepto ser cruel con ellas. Podríamos traerlas a una sala de Ruth-Adum, a una o a un reducido grupo, pero recreando un ambiente similar al de Heris - Así contesté a mis hermanos, cansado después de ayudar a los míos a encontrar su camino.

La mente de Nith-Rah toco nuevamente la del dios de la justicia y le hablo.

-Hermano, tengo intención de dar unos mandamientos a mis primogénitos para mantener mi orden entre ellos. Más me gustaría que estos mandamientos también les fueran útiles para superar tu juicio en la muerte.

-Dado que tu don es la justicia, dime hermano, que te parecen estos mandamientos y si los consideras dignos meritos para superar tu juicio, y no una carga que los conduzca a desaparecer.

…

“-Honraras y seguirás los dictados de tu creador, aun respetando a otras deidades.

-Mostraras tu fe llevando el Orden y la Luz al mundo, y nunca por actos malvados.

-No hables con malicia en su nombre, pues solo los que ven en la luz conocen sus verdaderas palabras.

-Festeja la vida sin olvidar tus obligaciones.

-Honraras a tu familia, clan y raza.

-No mataras sin motivo, ni asesinaras a tus semejantes.

-No cometerás adulterio ni actos impuros.

-No codiciaras ni robaras los bienes ajenos.

-No darás falsos testimonios.

-Respetaras el Orden y sus leyes allí a donde vayas.”

…

Obviamente algunas de estas leyes las he creado según los dones que les he concedido, y mi objetivo de que lleven la luz y el orden al mundo.

Así pues hermano ¿Qué opinas? ¿Son leyes dignas de ayudarles a superar tu justicia?

-Yo objeto, pues como digo no han hecho otra cosa sino existir, por su cuenta como Loof o el mundo, o Ruth-adum -contestó el Juez Supremo- Es una gran injusticia y no voy a aportar nada ni ayudaros en nada de eso, al menos por el momento. El acceso por Sabal-adum y la sala de juicios, así como mi criterio sobre la justicia no se pondrán al servicio de semejante injusticia.

-En vista de que eres de los que más se ha interesado te voy a explicar lo que busco para saber si alguien es merecedor o no de trascender -contestó el Señor de los Muertos- puede que no lo entiendas, pues hay muchos matices que no puedo explicar, solo se pueden comprender, pero lo voy a intentar.

Un momento de silencio se impuso- lo principal es buscar si son dignos de que hayan sido creados y del don de la vida y la divinidad que llevan en su interior es su fe. Si ellos estan agradecidos, ya tienen la mayoría del camino hecho -dice- lo demás es una mezcla de sus actos, como se enfrentan a las consecuencias de éstos y más cosas.

-Si les pones unas leyes y ellas las siguen, serán otro factor que tendré en cuenta para el juicio -dijo tranquilamente- las leyes que tu les pongas las tendré en cuenta, ¿me entiendes?

Calma hermano, solo están hablando de estudiarlos, al igual que tú estudias cada caso para juzgar a los mortales, no se está cometiendo ninguna injusticia, incluso quieren cobijarlos en un lugar seguro, ¿o acaso temes que se descubra algo? Ziltath no se molestó en esconder la sonrisa que lanzaba socarronamente al dios de los muertos, como si sus palabras ocultaran segundas intenciones.

De todas formas esos seres no me preocupan, aunque sí lo hacen los hijos de Rata Cornuda, que están tomando un camino peligroso e incierto, tal vez deberías frenar sus... impulsos más básicos. Aunque era fácil despistarse y dejar pasar el Inframundo, Ziltath lo tenía muy presente, y la desmesurada expansión y avance de los skaven era cuanto menos inestable. Aunque mientras mantengan las formas y no causen destrozos en nuestro lienzo, por mí puedes ignorar mis palabras.

-Ya veo, tu justicia se basa por así decirlo, en cómo han vivido sus vidas y si han cumplido los objetivos que les han sido asignados, así como la humildad que muestran ante el don que se les ha dado.

-Imaginaba que me darías una respuesta semejante, pero quería estar seguro. Te agradezco tu explicación hermano.

-Los secretos son tu ámbito, no el mío, hermana -contestó a Ziltath- y tu necesidad de que yo tenga algo que ocultar no hace más que me pregunte si viene porque simplemente lo crees o porque tú estás ocultando algo -se encogió de hombros- eres libre de pensar lo que quieras, pero si sigues por ese camino la única revelación que encontrarás es que estás equivocada -uso precisamente el título de su hermana, de las revelaciones, en su frase.

La voz del Juez Supremo reverberó ligeramente en la que él consideraba la primera de sus hermanos, pues es la primera que conoció y con la que mejor relación tenía.

-Hermana, tengo que hacerte una pregunta sobre la magia que dominas y que puedo usar de la Piedra de los Muertos -dijo la voz del Señor de los Muertos a su hermana, la Dueña de la Magia- de momento utilicé un poco de dicha magia para el Culto Funerario, pero me gustaría saber si me podrías explicar alguna forma de poder controlarla ligeramente, o que primeros pasos deberían dar mis hijos para utilizarla de forma provechosa.

-De nada, hermano, estoy encantado de poder ayudarte a comprender qué es lo que intento hacer. Si tienes alguna otra duda, ya sabes donde encontrarme.

La Rata Cornuda saltó sobre su trono desvencijado que rechinó y se tambaleó brevemente.

- ¿Mis hijos? Claro, señalen a los sucios, condenen a los feos . jejeje. Estudien a los diferentes. Yo tampoco prestaré ayuda para secuestrar a esas criaturillas. - Luego miró a Ziltath - Ya he visto que le has puesto el ojo a mis vástagos. Te lo advierto, señora de los chismes, te acusaré de cualquier cosa que pueda ocurrirles.

Cuando consiguió calmarse volvió a tomar asiento.

- Por cierto, Nith-Rah, no he agasajado a tus hijos como he hecho con los demás, aunque algunos ingratos ni siquiera me lo han agradecido, ni que hablar de devolver la gentileza con algo similar... jejeje. Los hijos del Orden no debieran caer en la confusión de la locura. Congraciaré a los avoral con el don de la inmunidad a las enfermedades de la mente. jejeje Espero que no tengas la soberbia de creer que tus hijos son demasiado buenos para recibir mi gracia.- Dijo mirando de reojo a Eon.

-Vaya, lo cierto era que no esperaba que concedieras un don a mis primogénitos. Te lo agradezco hermano.

-Aunque de tus hijos he de decir que me preocupan un tanto, los estás haciendo crecer en número muy rápido y se mueven como una plaga. Podría llegar el momento en que sobreexplotaran sus recursos y se vieran en una situación comprometida para su supervivencia. No voy a decirte como criar a tus hijos, pero estoy seguro de que, dado tu ámbito, ya sabes las posibilidades que tiene el ciclo en el que viven.

-Dado que has concedido un don a mis hijos, lo apropiado es que yo conceda uno a los tuyos. Así pues, tus hijos que viven en la oscuridad, donde el espectro visible de la luz no llega, les concederé el don de percibir los niveles más bajos de luz, aquella que es emitida por el calor del cuerpo. Así, tus hijos podrán usar sus ojos en la oscuridad, siguiendo rastros de calor.

Sharashiel estaba meditando con su mirada fija en Heris a trabes del mapa que podía representar el movimiento que ocurría en el mundo. Había algo que había llamado incluso mas la atención que aquellas sombras de las que nadie, conseguía ponerse en acuerdo sobre que hacer. Pero algo le hizo levantar la mirada. Observo a la rata sin nombre con una mirada entrecerrada cuando empezó con su palabrería vacía. Espero a que su hermano Nith-rah terminara el teatro de los modales que intentaba disimular su asco por aquello que pretendía ser hermano suyo.

- Debes saber- Dijo por fin sin dejar de mirar a la rata- que estas en el punto de mira. He visto lo que puede ocurrir y no voy a dejarte expandirte a tus anchas- Después miro a Nith- estas en lo cierto. Y cuando ello ocurra entonces buscaras un lugar donde refugiarte hermano. Mientras sus hijos lo devoran todo. Por suerte para los tuyos las alturas son un aliado y el viento una bendición- Volvió a mirar a la rata una vez mas- Deja de persuadir a tus hermanos con regalos. Los míos no necesitan tu don. Yo misma le he dado ese don. Te estoy observando... un paso mal dado y la ira de los guardianes caerá sobre ti-

Tras su amenaza volvió a mirar la costa sur del continente norte. Algo había sobrevivido al aterrizaje hace años. Alguien, que había pasado desapercibido.