Partida Rol por web

-La diferencia, hermanos, es que yo no veo la muerte de nuestra hermana como algo malo. Se la avisó, se la perdonó en cuanto mostró debilidad por cortesía, pero ya sabéis mis motivaciones, siempre las dije; pero vosotros o no me escuchásteis o no quisisteis entenderlas, eso no es mi problema.

Situándose ante la puerta, Sevoriam habló a Meseth- tranquilo hermano, yo la cruzaré y me enfrentaré a lo que haya, sea un castigo, una bendición o cualquier otra cosa. Yo no oculto mis actos, yo no pido a otros que paguen por mis errores -y mientras decía esto, miró a Urdamesh y Zavara, aquellos que prometieron proteger a alguien y no lo consiguieron, un error que les pesaba en el alma y no les dejaba pensar ni ver con claridad.

Respecto a las sombras, no dijo nada. Sevoriam las veía como una prueba, si sus hijos caían ante ellas, pues no serían los más fuertes y deberían de ser purgados, como él explicó en varias ocasiones.

-Meseth tiene razón. Esas sombras no son una herramienta más o una bendición. Son una cadena, un cepo que habéis permitido que vuestros hijos usen. Puede que por miedo a lo que podría pasar si se enfrentaran a lo que fuera que ocurría, puede que por ignorancia, suponiéndolas una especie de bendición... Pero no lo son. No tiene sentido hablar de bien o mal, no es lógico y ello carece totalmente de interés para mí. Pero quizás sí habría que hablar de libertad y de coraje.

Sentenció Gargoltar, sabiendo que aquellas palabras bien podrían sentar mal a más de uno de sus hermanos, puede que a todos menos a Meseth.

-Lo que ocurrió con mis propios hijos y con los Grigori, como se nos intentaron imponer esas sombras por la fuerza... Lo que ha ocurrido con la inmensa mayoría de los hijos caídos de Mirari... Es una prueba de que esas sombras solo quieren dominar. Y los fuertes Volinams demostraron su debilidad al confiar en esa aberración de Darknita para protegerse en vez de usar sus propios brazos. Y los bravos Úrions demostraron su cobardía al confiar en la Darknita, del mismo modo que los sabios Ilictianos demostraron su necedad al lanzarse de cabeza a usar algo en lo que ninguno de nosotros deberíamos confiar. Y las Shelan, capaces de modelar el mundo con su canto, renegaron de esto en favor de esa cúpula de sombras. 

El dios forjador negó levemente.

-Podéis decirme que vuestros hijos son libres si queréis... Pero todos nosotros, hermanos, sabemos como somos nosotros los que influimos en ellos y los hacemos progresar. Tenemos el poder de impulsarles para que hagan o no hagan. Y, simplemente, les dejasteis confiar en algo que no venía de ninguno de nosotros. Y os aseguro que tampoco de Padre. 

Sargolax examino el artefacto en los salones de Apocrifa, estudiando la curiosa melodía... ¿Realmente se trataría de un arma? Quizás no fuera más que un cebo, pero debía usarlo en los próximos acontecimientos... esas sombras que habían aparecido en el mundo eran una aberración, un insulto para el autoproclamado señor de la oscuridad y el conocimiento.

El Guardián de los secretos observo el otro cristal que había extraído de los dominios de Miari, sus hermanos no se habían preocupado por ello, y él desde luego no pensaba soltarlo después de todo lo ocurrido. Aun estaba por aclarar quién era la extraña fuente de la Darknita, las sombras y los mensajes crípticos.

-Bibliotecario -llamo la deidad a su siervo que se movía tras él como un perro. -Tengo una tarea para ti... llevaras el conocimiento al mundo y comprobaras si este... poder... es capaz de dañar la Darknita o cualquiera de mis creaciones.-Dicho esto el Guardian concedió a su siervo el poder de usar la extraña canción de Dakha, aunque al no tener bocas los ilictianos tendrían que usar ese poder a trabes de su mente y la escritura psíquica -Informa a la Executrix de que vuestra Horda ira al sur a enfrentarse a las sombras que anidan en el continente...

Kurush se postro servicial y regreso al plano mortal a informar a su pueblo, mientras Sargolax escrutaba la esfera y la depositaba a un pedestal. De momento mantendría confinado ese poder hasta estar seguro de su utilidad, solo se lo concedería al bibliotecario y al Preservador de la Horda que iría a luchar contra las sombras... de este modo solo expondría sus capacidades en las situaciones que realmente le interesaban y no se expondría a que sus hermanos intentaran robar este conocimiento.

Sargolax volvió a materializarse por completo tras realizar sus estudios. Su voz resultaba algo rasposa, y parecía algo excitada, como si fuera un niño a punto de abrir un regalo.

-Muchas palabras, muchas suposiciones, pero pocas certezas... aun desconocemos exactamente el cómo o el porqué han ocurrido muchas cosas en el mundo... la aparición de las sombras, la oscuridad de Ilkane, la darknita... Parece que estas sombras planean arrebatarnos el control y el hecho de que interfieran en mi dominio de la oscuridad me resulta irritante... sin embargo debemos seguir estudiando estos eventos, comprenderlos, o de otro modo no podremos evitarlos y estaremos a merced de ellos hasta el fin de nuestro tiempo.

Volvió su mascara impertérrita a Meseth y a Gargoltar.

-Ahora que aun tenemos algo de control hay que experimentar, comprobar si las "bendiciones" que han afectado a nuestros hijos pueden afectar a las sombras, o si nos serán un impedimento que las alimente. Por mi parte, en estos momentos mis hijos avanzan a enfrentarse a esta aberración que nos amenaza, y aun si son derrotados conseguiremos conocimiento y certeza que nos ayudaran a comprender todo este asunto y comprobar hasta qué punto nos perjudican la darknita y las otras "bendiciones".

El Guardián de los secretos avanzó a la sala envuelta en oscuridad junto con Sevoriam. La sensación le resultaba molesta, pero después de todo la deidad era pura curiosidad.

-Ahora veamos esta extraña puerta... Puede que no me deje pasar... o puede que sí, ya que todos tenemos las manos manchadas de un modo u otro.

Tan solo Sevoriam llego hasta la puerta, tan solo el consiguió entrar. Se pudo ver como era el unico dos que parecia no retorcerse y sentir aquel dolor al avanzar por el oscuro pasillo. Al cruzar la puerta fue como si la propia oscuridad se lo tragara. Pues al abrirla, no habia luz en el otro lado, no habia nada que se pudiese apreciar. Tan solo un dios desapareciendo en el dolor y la oscuridad.

La habitación era aun mas austera que aquel pasillo. Las habitaciones de los dioses no son como las de los mortales, no, cada habitación es un plano, y en este solo habia oscuridad. O nada, vacio. Tan solo la ausencia de todo menos de un ser. Algo que no llegaba a existir del todo, algo que miraba al dios de la naturaleza con curiosidad y melancolia.

- Al fin nos conocemos- Sono una voz por toda la estancia, si es que todabia seguia siendo una estancia donde se encontraba ahora Sevoriam- ¿quieres respuestas a los conflictos que asolan tu panteon?- aquella esencia debilitada parecia cobrar mas fuerza a medida que pasaba el tiempo en aquel lugar- yo conozco el por que de vuestra existencia, el origen de padre, de las estrellas... de tu mundo-

El ente se movio rapido, apareciendo tras Sevoriam- se como volverte el uno, el unico, el superviviente- los ojos nebulosos de aquel ser se pararon frente a los de el dios de la guerra- Ya has obtenido algunos de mis regalos, como el golem de Darknita... solo necesitas activarlo para descubrir su potencial-

-Quiero respuestas a saber qué son esos seres sombríos y qué es la darknita -dijo Sevoriam a esa voz- no quiero que me vuelvas el único superviviente, no quiero la aniquilación; pero los que no sean suficientemente fuertes serán purgados. Quiero saber qué es ese material, qué poderes tiene y, sobre todo, quién eres tú y de donde vienes. ¿Dices que sabes el origen de Padre? Me gustaría saber tu teoría, tus bases para asegurar que es así y, sobretodo, el motivo de toda nuestra existencia.

- Puedo darte mucho mas que eso, puedo darte la capacidad para entender el propio cosmos, para que puedas juzgar que hermano merece sobrevivir y cual no. Pues yo soy la sombra primigenia. Yo soy el creador de la Darknita... soy el creador de tu lienzo, tu mundo, donde vivien tus hijos- La sombra se mantuvo frente a el dios de la guerra, sin retirar las orbitas que debian ser sus ojos de el.

- Yo soy la nube de sombras... consorte de Ashul- realizo una leve pausa- yo soy Dakha, hijo directo de Cosmos, y ahora dime Sevoriam, deseas ser el desencadenante de una nueva era, donde solo los fuertes sobreviviran? Quieres el conocimiento primigenio?

-Dakha, consorte de Ashul e hijo directo del Cosmos, accedo a tener la capacidad de entender el propio cosmos. Sí, quiero que solo los fuertes sobrevivan y este mundo sea digno de Padre -contestó el dios de la naturaleza.

Había sopesado en un instante muchísimas posibilidades, pero no veía motivos para negarse. Si era débil merecía ser purgado, y si era fuerte como creía podría controlar esos poderes y esas habilidades.

Podría acabar destruyendo el mundo, podría acabar destruyendo a sus hermanos, pero solo vivirían los seres fuertes. 

También debía de andarse con cuidado, pues seguro que muchos de sus hermanos se lanzarían contra él por la ignorancia que tenían de todo lo que ocurría. Como cuando se mantuvieron expectantes a todo lo que hacía su difunta hermana. 

No, ellos solo moverían un dedo por egoísmo puro y duro, aunque el único que lo reconocía era el mismo dios de la guerra y la naturaleza.

La sombra envolvió a la furia natural que era el cuerpo de Sevoriam. la mente del dios se vio corrompida por los recuerdos de Dakha. la luminosa imagen de Ashul, tan imponente, erguida sobre el balcon de Ruth-adum y a la vez tan detestable, tan dolorosa... Siempre tan triste. El infinito que se extendia ante el balcon era tan primitivo, no tenia nada, ni siquiera el vacio. Tan solo existia la morada de cosmos. La morada de Madre.

El propio Sevoriam estiró la mano hacia la nada, como esperando tocar la fina piel de la diosa de la luz y el orden- Ashul.. ¿por que estas tan triste?- pronunciaron ambos, Sevoriam y Dakha.

Todo se oscurecio, al volver algo de luz aparecio la nebulosa roja donde el dios de la guerra y la naturaleza tomo consciencia de su ser por primera vez. Pero en su lugar habia dos seres. La oscuridad los arropaba, pero brillaban con luz propia, rechazando el abrazo de el dios de la oscuridad.

El odio se encendió en la mente del dios, mientras bebia cada recuerdo. "Ahu, Lahi... el tres no es un equilibrio, por que tuviste que morir Ashul, tus hijos son imperfectos, tan solo tienen ojos el uno para el otro". Las puertas de Ruth-Adum se cerraron ante los ojos de el dios de la guerra, y parte de la morada se desprendio y disperso por el infinito- Exiliado, por unos seres inferiores, ahora ya tan solo hablaba Dakha, la voz de Sevoriam habia dejado de existir.

Los ultimos recuerdos que pudo apreciar Sevoriam fueron los de Ahu y Lahi dando forma al infinito, creando estrellas, luz, dando orden a cada rincon, mientras Dakha se encargaba de traer la oscuridad y el vacio allí donde los hijos de su amada y hermana no habian puesto una estrella... y despues matando a Lahi, desprendiendo gran parte de su esencia para poder matar a un dios de una generacion menor que el.

Entonces algo imposible de describir, toda realidad posible unida en un solo ente, un ente incapaz de contener en su forma nada y todo a la vez. Apareció sobre el debil Dakha- ¿como has podido? ¿como puedes destruir parte de ti, parte de mi don? no, esto no es lo correcto- Y como si de un edicto divino se tratase, como si un dios ordenara su voluntad sobre un mortal, Dakha desaparecio por obra y gracia de aquel todopoderoso ser.

O al menos asi debia ser.

Sevoriam sintió el frio abrazo de la oscuridad por completo, el vacio habia reclamado su cuerpo para traer de vuelta a su señor, el segundo hijo de cosmos, la oscuridad. Dakha, creador del infinito vacio.

Ahora la descendencia de Ahu no podria escapar de su garra, tan solo el vacio existira. Si el no debe existir, nada puede.

Sevoriam habia muerto al cruzar la puerta. Todos los dioses pudieron sentir como su esencia desaparecia. Sus hijos seguian en el mundo de igual manera, como si nada hubiese ocurrido, pero algo en ellos les decia que nada mas iba a ser enviado por el gran dios. Estaban solos en aquel mundo salvaje, de los cuales se creian reyes.

la puerta y el pasillo oscuros desaparecieron, dando paso solo a una pequeña sala de oscuridad. En ese preciso instante todos los dioses notaron como si algo tirara fuertemente de ellos. Algo que no debia estar alli, estaba. Una extraña figura que tan solo con su presencia parecia beberse a los dioses.

- Saludos, mis pequeños anfitriones. hacia tanto tiempo que no pisaba Ruth-Adum- La morada parecia retorcerse con la presencia del dios, se volvia mucho mas oscura, y parecia fragmentarse y desintegrarse a cada paso que daba- Soy Dakha, y he venido a reclamar la morada de mi madre, espero que la violencia no forme parte de vuestro ser, rendios y os devolvere al origen del todo-

El Devorador esperó pacientemente mientras Sevoriam era devorado por las sombras de aquella sala que había exigido la presencia de uno de ellos. Su hermano Sargolax también intentó acceder, y comprobó cómo las ansias de conocimiento del señor de los Ilictianos le devolvía un dolor indescriptible. No fue hasta que el Dios de la Guerra fue devorado del todo que apareció su verdadero enemigo.

- Así que por fin muestras tu verdadera faz, criatura - se resistía a llamarla por su verdadero nombre - Durante siglos hemos esperado este momento. Desde que paladeamos por primera vez tu esencia en Umbra sabíamos que aparecerías, mas no sabíamos ni dónde ni cómo. Y por la agresividad con que ha realizado tu primer movimiento, es evidente que tienes prisa. Afortunadamente, los Grigori y los Forjados rechazaron tus regalos envenenados. Dinos, ¿acaso reclamar esta mirada implica que debemos desaparecer? Si es así, tenemos un inconveniente al respecto.

Sargolax se revolvió y retorció en su propia oscuridad, afectado por el dolor del rechazo, aunque en el había satisfacción por el conocimiento adquirido, mas aun cuanto la octava deidad izo su aparición.

-Ah... así que finalmente has aparecido "hermano". Después de todos mis esfuerzos por hacerte surgir decides este momento. ¿Por qué ahora? me pregunto... Pero antes de nada ¿que has hecho con nuestro otro hermano, Sevoriam?

Finalmente, todo se precipitó, del modo que Gargoltar temía que ocurriera. Había, efectivamente, una voluntad tras la darknita y los sucesos ocurridos en el mundo. Había alguien que había interferido con sus misiones, y por tanto con Padre. Y ahora lo tenían allí, ante ellos, y en el plano físico, las razas empezaban a pagar por haber confiado ciegamente en regalos ajenos a los dioses.

-Ahí tienes tus certezas, Sargolax. El dueño de la darknita os roba a vuestros hijos, y viene en persona a robarnos todo a todos, después de que Sevoriam abriera esa puerta... Probablemente, siendo devorado en el proceso. Meseth habla con razón. Sus hijos y los míos no fueron tan ciegos o tan crédulos como para confiar en tu extraño presente, ser oscuro. No creo ver progreso o futuro alguno en ti, no al menos por como reacciona Ruth-Adum a tu llegada. Sólo destrucción.

Apareció de ese oscuro pasillo una criatura oscura y claramente malévola, creadora de la Darknita y causa de la transformación de algunos individuos de las razas nacidas de las manos divinas. Zavara notaba cómo algunas Shelan sucumbían a las tinieblas que una vez las habían protegido de Abhan y su indignación crecía por momentos. Además, la esencia de Sevoriam había cesado de reverberar, indicando así su final o, quizá, su desaparición temporal. Estaba segura de que el ser que se hacía llamar Dakha tenía relación directa con este triste suceso, y lo peor fue darse cuenta de que muy probablemente había estado maquinando en las sombras, por lo que quizá estaba a cuatro pasos por delante de toda respuesta que pudieran dar Zavara o sus hermanos. Incapaz de no sentir nada por el Dios de la Naturaleza, pese a todo el odio que había guardado contra él por la muerte de Mirari, una lágrima se deslizó por la mejilla de la diosa, aunque su rostro permaneció impertérrito y gélido.

Los demás empezaban a hacer preguntas o a oponerse verbalmente a las intenciones malvadas de Dakha, de modo que Zavara se quedó en silencio pero no inactiva. Empezó a hacer un leve y casi imperceptible gesto con su dedo índice, como si dibujara círculos en el aire, escondiendo discretamente la mano tras su vestido.

Las investigaciones parecian fructiferas y realmente la Darknita parecia tener propiedades especiales con las sombras, pero tras la aparicion de Dakha en Ruth-Adum todo dejo de tener sentido. La darknita perdio fuerzas contra las sombras hasta volverse positiva con ellas, reforzandolas.

Desde luego, mi aprecio por Sevorian después de que este causase la desaparición de Mirari no era precisamente alto… pero a pesar de ello, seguía siendo un hermano y no buscaba de ningún modo ni su desaparición ni su caída en el olvido. La muerte de una hermana ya había sido demasiado, no era algo deseable. Por ello, el sentir su desaparición, su muerte, en el momento en el que cruzó aquella puerta no produjo alegría alguna en mí, sino que provocó tristeza, compasión, dolor… e ira. Especialmente ira. Ira contra Sevorian por desoír nuestros consejos y abrir aquella puerta, pero sobre todo contra lo que quiera que estuviese tras aquellos sucesos. Ser que no tardó en mostrarse ante nosotros y su aparición solo parecía traer destrucción. Por su presencia, la propia Ruth-Adum parecía desmoronarse, y en la esfera, quienes habían confiado en los “regalos” de aquel ser sucumbían ahora ante su voluntad… y eso incluía a un gran número de úrions, lo que no hacía sino incrementar el dolor y la ira que sentía.

¿Qué nos rindamos? ¿Qué todo lo que conocemos te pertenece?- le dije a aquel ser, con la ira apenas contenida en mi voz -Hablas como si lo supieses todo, pero en tus palabras no hay verdad alguna, tan solo mentiras y cobardía. No eres hermano, no eres hijo de padre y tu presencia aquí no es más que un error. Actúas en las sombras, atacas a traición, robas lo que no es tuyo incapaz de crear te ves obligado a intentar usar nuestros hijos… y tus primeras palabras piden que nos rindamos para evitar enfrentarte a nosotros- le dije -Si realmente alguna vez esto fue tuyo entonces fuiste expulsado por Padre… aunque lo más probable es que ni siquiera te atrevieses a enfrentarte a él, escondiéndote en las sombras- le espeté -Sea como fuere, lo único que obtendrás de nosotros será el olvido- le dije, a la vez que puro fuego y pura luz se interponía entre las sombras de aquel ser y mis hermanos y yo.

La forma oscura de Sargolax se retorció soltando una risa psicotica y delirante desde las profundidades de su máscara.

-Maravilloso... Maravilloso... Nunca había esperado que semejante posibilidad se presentara ante nosotros. Es cierto... no comprendemos todo aquello que requiere de los eones de experiencia que dices haber atesorado en tu existencia... Tanto conocimiento, y está al alcance de mis manos, sea real o no. Puede que tengas un gran poder... el conocimiento "es" poder, y tú has atesorado mucho... pero toda idea y conocimiento brilla hasta cierto punto y nada es inmune a ser consumido... ni tan siquiera un parasito como tú, que requiere el cuerpo de uno de los nuestros para hacerse tangible.

La oscuridad de Sargolax se deslizo alrededor de Dakha, alzando sus zarcillos oscuros a su alrededor como deseando devorar su esencia, como un acto reflejo del deseo de la deidad.

-Yo tengo otra propuesta para ti "hermano" ... dame todos tus conocimientos, déjame devorar tu esencia y conservare en mi la idea de tu existencia hasta el fin de todo... Puedes resistirte si quieres... pero eso no evitara que entre todos te devoremos mas lenta y dolorosamente... después de todo te has atado por completo a esta realidad en el mismo momento en que tomaste a nuestro hermano.