Partida Rol por web

El golpe descargado en la mano de Adams hizo que este soltara su arma, rebotando a unos metros de distancia, el dolor se extendía sobre cada uno de los capilares de su piel y hacía que el detective mantuviera la mano rígida, ya que con cualquier movimiento el dolor se extendía. Aunque no era en la primera pelea que se metía, sin prestar demasiada atención al dolor, resistido por la adrenalina, Frank esquivó un ataque más importante, que iba directo a su cabeza.

Eran dos enemigos a los que tenía que enfrentarse, pero había estado en peores situaciones. El detective pensó rápido, fue a por el matón de su izquierda, agarró el brazo que sujetaba el arma, y dando un paso hacia su izquierda y girando sobre sí mismo colocó el brazo de su adversario en una posición imposible, el matón solo tenía dos opciones, dejarse caer de espaldas, lo que requería actuar rápido, o, sufrir un dolor agudo en el codo debido a la rotura de sus huesos. Al detective eso le daba igual, no tenía tiempo de entretenerse asegurándose del destino de aquel matón, había otro del que tenía que ocuparse.

Soltando a su adversario sin conocer bien si había caido al suelo por el impulso o por el dolor, el detective se giróy cogió rápidamente una de las armas de los matones que yacían en el suelo, resultó ser una llave inglesa bastante pesada, el detective se lanzó contra el rival que quedaba en pie y asestó un golpe en la cabeza de su enemigo con todas las fuerzas que le quedaban...

Adams es consciente de que no debe bajar la guardia hasta haber acabado con todas las amenazas, cualquier despiste significa la muerte entre esta calaña. Detiene magistralmente el golpe de uno de los oponentes y aprovecha para retorcer su brazo, haciendo que grite de dolor y caiga de espaldas. Ahora la pesada llave inglesa está en sus manos. El siguiente oponente va a correr peor suerte.

Pero algo más va a suceder...

Una silueta sale de la penumbra. Una figura con un llamativo traje hace acto de presencia. Casi impávido, observa la escena como si fuera testigo a diario de violencia. Su mente va sugiriendo palabras:

Todo comienza a ser demasiado sencillo y repetitivo para un criminal... No! para un artista como yo. Los detectives no hacen mas que caer una y otra vez en sus trampas. La ciudad cada vez es mas débil ya que ante su sorpresa se esta doblegando mas rápidamente de que el esperaba. Y lo que mas me irrita: Batman sigue sin aparecer. Pero pronto se manifestará. El plan va viento en popa.

Que demonios, yo también tengo derecho a algo de diversión.

Sin pensármelo dos de veces me lanzo en busca de algo de fiesta.

Uno de los detectives, Parece el mas apropiado para "entretenerme" y por si fuera poco el interés que esta desatando en mis esta librándose de mis hombres con una facilidad pasmosa.

La figura del Joker sale de la penumbra...

Adams no se detiene a observar mucho al nuevo invitado a la fiesta. Con un poderoso golpe, hace saltar varias piezas dentales del matón, perdiendo el conocimiento. El falso policía exposado trata de salir corriendo, pero el Joker desenfunda una curiosa pistola y de un tiro en la espalda acaba con él. - Rata! Nadie abandona mi barco sin mi permiso... -

Comienzo a reír escandalosamente:

-AHAHHAHHAH HAHHAHJAJAJAJJAJAHAHAHAJAJJAJAJAAJAJA

Mi risa resuena por toda la estancia y eso me gusta.

-Vaya vaya...¿Pero que tenemos aquí? ¿Listo para divertirte de verdad?

De su americana, extrae un tubo. Introduce algo en él. Se lleva el tubo a la boca. El matón caído agarra desde el suelo a Adams por una pierna. El Herido de bala en el abdomen también se acerca titubeando con el mismo fin.

- Voy a hacer un hueco en mi agenda para tí, amigo mío... Dulces sueños - Un sonido del aire cruzando el interior del tubo hace patente el ataque el payaso. Los dos matones impiden que puedas esquivar bien y un pequeño objeto punzante se clava en tu cuerpo. Te sacudes violentamente haciendo que tus captores te liberen. Tu vista se nubla. Cominezas a andar para atacar al Joker, pero tus piernas comienzan a no responder y tus brazos te pesan como si fueran de hierro. Llegas a la altura del criminal pero tan sólo para poder apoyarte en él y no caer. - Demasiado cerca amigo. Vas a pedirme un baile? - Con los ojos casi cerrados y a punto de caer rendido, Adams balbucea: - A... Acabaré... Contigo - - Uhmm, si eres de los que pisan los pies bailando, no lo pongo en duda... -

En el callejón, incluso a distancia, puede oirse una risa malévola que hiela la sangre incluso a los animales de la zona.

La cobertura es inexistente en esta cueva de cemento y metal. Llega la hora de cruzar de azotea. Esta vez, el mal estado de los paneles os sugiere un salto más propio de un trapecista que de hombres de la ley. El primero en lanzarse es el agente, que apoyándose ligeramente en los paneles consigue alcanzar el otro lado del abismo, pero un crujido hace inevitable que el paso entre edificios se derrumbe en pedazos. Taylor regresa junto a Threev después de haber puesto las cosas más difíciles a sus perseguidores. Mira al ayudante del fiscal y observa en él ciertas dudas sobre la idea de saltar. Sin perder un segundo y quizá para mostrar ejemplo se lanza sin pensarlo dos veces. El cuerpo de Taylor cruza la distancia y consigue pasar terminando rodando en el suelo para después incorporarse. Sacudiéndose el polvo de su ropa, se gira para contemplar a Threev al otro lado. Bien Dany, es tu momento...

Corriendo la distancia hasta el borde, las piernas de Dany acumulan la energía para propulsarse. Pero algo sucede en el último momento. Un resto de la obra acometida, que Threev no ha visto, es pisado haciendo que su pie pierda adherencia y resbale accidentalmente. El cuerpo de Threev se precipita al vacío irremediablemente. Con los ojos desorbitados, el agente y Taylor ven la terrible escena con incredulidad. Su compañero ha caído de la cima del edificio. El grito desgarrado de Dany rompe el silencio reinante. Un golpe os hace temer lo peor. No sabéis qué hacer, pero la aparición de los matones en la azotea del primer edificio os espolea a continuar. El agente se asegura de la huída. Descubre que un antiguo cable del conducto eléctrico podría usarse como tirolina para salir de allí. Uno de los postes fue semiderribado haciendo ideal el tramo para un descenso. Al final del trayecto, una pesada puerta de metal hace de entrada al conducto del alcantarillado.

Taylor se asoma al borde para buscar el cuerpo probablemente sin vida de su compañero. No ve nada en la calle. Es entonces cuando descubre con gran alegría que Dany está tumbado en una balconada del mismo edificio, eso sí, con muy mala postura. Probablemente tenga alguna o varias costillas rotas. Le grita. Threev tarda en reaccionar, pero le hace un gesto con la mano. - Está vivo, este maldito chupapleitos ha tenido su día de suerte -

Threev, mareado, no sabe aún cómo ha sucedido todo. Sus manos trataban de agarrase a cualquier cosa que tocasen. Un viejo toldo frenó su caída agujereándose hasta estamparse contra la balconada del primer piso. Podría bajar a la calle y reunirse con sus dos compañeros en la entrada a las cloacas.

Magullado y dolorido, Threev avanza dando tumbos para reunirse con sus compañeros al otro lado del cableado. El golpe de la caida le duele, pero ahora, en caliente, aun no sabe como de graves son sus heridas. Lo peor será cuando paren esta carrera sin fin para evitar ser capturados o asesinados por los secuaces del Joker.

- Esto me lo vas a pagar, payaso, me lo vas a pagar... - farfulla entre toses y lagrimas el letrado mientras llega a la posición en la que se encuentran el agente de policia y el detective Taylor. - Siento el retraso chicos... uff... esto duele... ¿no tendreís algún analgesico, verdad? Con este dolor y la peste de esas cloacas - dice señalando la oscura boca de entrada del sistema de alcantarillado - creo que me desmayaré si no tomo algo... -

Las pulsaciones del detective no dejaban de aumentar, su golpe impactó en la cara del matón restante, salpicando con sus dientes y sangre el callejón.

De repente, un disparo, y una risa maniática resuenan detras de él, un escalofrío recorre su espalda, ahora sabe que era ese borrón de colores chillosos que percibió mientras luchaba por su vida. Adams se giró lentamente, sin hacer movimientos bruscos, por fín estaba cara a cara con el Joker, esta vez no se escaparía.

- ¡Si juegas conmigo no saldrás vivo puto payaso!- Dijo el detective con furia mientras se disponía a cargar a su enemigo y aplastarle la cara con la llave inglesa, pero en ese momento los brazos de uno de los matones agarró su pierna, Adams le miró sorprendido ¿Pero que cojones?...

Otro de los cuales no había muerto repitió la operación con la pierna derecha de Frank, El payaso habló, ¿Dulces sueños?, no, no le dejaré, Adams, que se imaginaba lo que el payaso iba a hacer al ver el tubo entre sus manos, levantó la llave inglesa para arrojársela al psicópata, pero fue demasiado lento, el dardo atravesó el aire rápidamente y con un sonido sordo se clavó en el cuerpo de Adams.

El detective sabía que tendría un tiempo para reaccionar, aunque fuera corto, por eso, cuando todavía tenía fuerzas, se agitó violentamente y se libró de sus captores, que estaban doloridos y no oponían seria resistencia, Adams fue hacia el Joker, la zona del impacto le había picado al principio, pero ahora estaba dormida, notaba como sus brazos y piernas le pesaban más de lo habitual, y su respiración se volvía más pesada, tenía la sensación de no avanzar tanto como debería, y la visión se le fue nublando.

El Joker hablaba, pero Frank no entendía lo que decía, solo consiguió contestarle cortadamente, entre bocanadas de aire

- Acabaré....Contigo...-Es lo que consiguió decir Adams...

El sueño, o pesadilla que tuvo el detective rondaría por su cabeza horas después de despertar, si es que despertaba. Andaba perdido, por un laberinto de callejones, no sabía donde estaba y, tomaba una dirección u otra solo por instinto, las calles estaban oscuras, iluminadas por luces de emergencia en forma de nariz de payaso, el detective avanzaba con el revólver en la mano.

Al cruzar una esquina llegó a un callejón sin salida, en él había una caja depositada en el suelo, con una sonrrisa dibujada, Adams la cogió y accionó una manivela, el movimiento fue acompañado de un sonidito infantil, la caja se abrió y de ella salió el Joker, Adams fué a dispararle, pero de su revólver salió una banderita con las letras "¡BOOM!" escritas. El detective comenzó a correr hacia el lado contrario ¡No corras, vuelve!, Lo que él quería era luchar con el Joker, pero sus piernas iban solas, ya no estaba en los callejones, si no en un pasillo blanco, como el de un manicomio, no parecía tener fin...

El mundo tal y como lo conoces se distorsiona. Como un vórtice absorviendo todo lo material, se produce un cono retorcido que consigue llevarse edificios, y parte del suelo, creándose un cielo arremolinado. Tus oídos parecen escuchar graves sonidos que podrían ser voces humanas también distorsionadas. pero no ves a nadie que las emita. Aún así, les prestas algo de atención.

- Ya ha caído... Es nuestro.... Sí, Llévatelo maldito idiota... (Ruidos de arrastre) No, no sé si volverá a recuperar sus facultades... Aun así átalo -

Tras unos instantes que consideras una pesadilla con el Joker y el arma con la típica broma del cartel con el boom escrito, decides que lo mejor es salir de ahí. Te pones en marcha pensando que tal distorsión debe ser fruto de alguna destructiva arma que el psicópata haya lanzado contra la ciudad. Avanzas calle abajo tomando precaución de no caer al vacío en los numerosos agujeros que se suceden en el suelo. El pavimento se fragmenta creando pequeños islotes sobre los que tienes que ir saltando. Al final del irregular trayecto, la ciudad se ha convertido en un descomunal cementerio. Las lápidas tienen nombres conocidos: Gordon, Taylor, Threev, McCoist... No puede ser, han caído abatidos. Cuándo? Cómo? La apatía trata de dominarte. Continuas avanzando sin saber muy bien hacia dónde debes ir o qué hacer. Todo está tan distinto.

Taylor sonríe al reunirse de nuevo con el ayudante del fiscal. Cuando le pregunta por algún analgésico saca la petaca de su bolsillo interior.

- Receta casera, mejor que cualquier mierda que te vendan en una farmacia... aunque prefiero que este completamente lúcido. Ahora hay que ponerse en marcha y salir de aquí.

Se encuentran justo en la puerta que da al alcantarillado.

- Lo que me faltaba... - comenta gruñiendo entre dientes, a sabiendas de que es poco amigo de los espacios tan cerrados y sobre todo de las jodidas ratas.

Threev arrebata al detective Taylo su petaca de licor y echa un trago en su garganta. Parte del líquido escurre por las comisurass de sus labios, pero parece que el dolorido ayudante del fiscal ya está de vuelta de todo, y no le importa su apariencia tanto como antes. Lo único que le importa ahora es sobrevivir para poder machacar al Joker.

- Gracias por el trago, Taylor. Y tranquilo, mi mente está completamente lúcida y concentrada en nuestro objetivo - comenta Threev mientras le devuelve la petaca a Taylor y se limpia el rostro con la raida manga de su chaqueta. - ¡En marcha!

La escena había cambiado completamente, de las blancas luces a una negra oscuridad que rodeaba todo, haciendo dificil orientarse hacia cualquier parte, Adams avanzaba lentamente, palpando con las manos el aire, cual mimo en una de sus funciones callejeras...

Una luz deslumbró al detective, esta se cortó acompañada del ruido de cristales rotos, ya no estaba en una habitación, si no de nuevo al exterior, la luz de la luna hacía visible el contorno de un foco roto. En el armazón de este podía distinguirse un murciélago de acero negro. El famoso foco que pedía auxilio a Batman, ahora estaba roto...entre los cristales rotos podía apreciarse una de las cuchillas arrojadizas del murciélago.

Adams lo comprendió, el justiciero seguía en las sombras, dándole la espalda...

- ¿¡Como puedes permitir que ese psicópata ande suelto mientras tú no apareces!?...¡Al fin y al cabo solo eres otro loco disfrazado!...- Frank miró iracundo a la figura que seguía inmovil, dándole la espalda, fue hacia él, colocó su mano en el hombro del murciélago y tiró hacia así...

- ¡Mirame cuando te hablo desgraciado!- La figura se giró, era un maniquí...el detective sonrió...le estaba pidiendo ayuda a un muñeco...le pareció tan absurdo...se dió cuenta de que si quería salir de esta tendría que ser por sus propias fuerzas, comenzó a buscar una salida y dislumbró un ancho pasillo que terminaba en una puerta, agarró el pomo y lo giró...

Los tres os personificáis frente a la puerta metálica. El emblema Wayne Enterprises queda grabada en ella como patente de la financiación de la poderosa empresa en la obra de soterramiento. Abrís la puerta y ésta emite un sonido casi lastimero. El primer impacto del olor os frena por unos instantes. Hacéis uso de vuestros pañuelos para evitar en la medida posible el nauseabundo olor. La puerta vuelve a sellaros. El lugar es un corredor de ladrillos en la que una esporádica lámpara va iluminando tímidamente la estancia. Comenzáis a recorrer el pasillo lleno de telarañas hasta llegar a una intersección. Hacia la izquierda, el camino termina a pocos metros junto a una caja polvorienta de fusibles. Hacia la derecha, el camino continua en un ligero descenso hasta donde os permite la vista.

Poco a poco, cubrís la distancia poniendo vuestros sentidos por si vuestros perseguidores hubieran seguido vuestro rastro hasta las cloacas. El camino por fin termina en una amplia calle que se cruza ante vosotros. En medio de ella, un canal la recorre portando un caudal de aguas residuales. De vez en cuando, un panel permite cruzar de lado entre las “aceras”. La linterna del agente ilumina unos carteles que rezan los nombres de las calles que están a varios metros por encima vuestro. Son nombres extraños, antiguos y no sabéis a ciencia cierta cuál seguir. Por el momento no tenéis la sensación de pérdida, así que Threev saca una moneda eligiendo cara para continuar a la izquierda. Y así sucede. Sin ninguna objeción, proseguís la marcha muchos metros más. La sensación de agobio por la falta de aire hace difícil la transpiración. Los detectives se aflojan el nudo de la corbata. La calle comienza a tener cruces por donde se bifurca el canal. Esas nuevas vías son más estrechas que la principal y deducís que portan los resíduos de otras zonas de la ciudad incorporándolos a la corriente. Os parece oír un sonido extraño, casi un susurro. Al poco rato el sonido es más notorio. El eco de la estancia os impide saber muy bien la procedencia. Quizá de alguno de los cruces. Es como un siseo, un reptil. No son pocas las historias de reptiles viviendo en las alcantarillas. Pero pocos reptiles pueden hablar... Ya que una voz cruel y gutural dice llevada por el eco: - Os puedo oleerr... Tengo hambre... –

El pánico pretende apoderarse de vuestro control. Vuestra mente quiere bloquearse por el miedo al pensar en el dueño de esa voz. Si se confirman vuestros temores, ya sabéis la poca efectividad del calibre de vuestras balas. Hay que salir de allí inmediatamente.

La carrera comienza con Taylor en cabeza, seguido de Threev que no deja de llevarse la mano a sus costillas con un gesto de dolor y el agente el último, quien enfoca su linterna hacia atrás como si pudiera detener a un atacante. La vía llega a una bifurcación donde parece haber también una puerta como la de entrada dando paso a otra sección. La puerta contiene un cierre a modo de “volante” que mueve los anclajes que la fijan al marco. Taylor intenta moverla pero está realmente dura. Va a necesitar la ayuda de sus compañeros para poder girarla. Una grotesca risa parece surgir de algún lugar cercano.

- Vamos todos a una! -

Pero el agente no puede con la presión de enfrentarse con una criatura  que parece descomunal y se queda paralizado orinándose en los pantalones mientras balbucea: - Vete! Vete de aquí! -

Threev agarra con fuerza el volante de la puerta acorazada, y mirando a Taylor fijamente, le grita: - ¡Vamos, Taylor! ¡A la de tres! Uno... Dos... ¡Y tres!... ¡Ahora! - Y el malherido fiscal usa todas las fuerzas que le quedan, junto con el miedo que le da encontrarse con el Cocodrilo, para intentar abrir la puerta...

-Vaya,vaya...pero si nuestro amigo por fin decide despertarse.

Le doy una fuerte bofetada en la cara. No como para hacerle demasiado daño pero si como para dejarlo aun mas desorientado.

-Vamos dormilón Tenemos tantas cosas por hacer!!!Ahahahhaha hahahaha

Mira a sus secuaces.

-¿Ha que estáis esperando? Traedme los juguetes! Vamos!!!

Luego me vuelvo a detective y continuo.

-¿Algun juego favorito? Ahahahah hahahahha.

Adams recupera la consciencia a pesar de encontrarse muy aturdido. La droga suministrada podría haber tumbado a un caballo. A pesar de poder abrir los ojos, todo da vueltas y las siluetas se difuminan. Cree estar en una especie de garaje. Desde luego se encuentra sentado en una silla atado con gruesas cadenas. Su cuello parece no poder sostener su cabeza y da cabezadas como si fuera a dormirse de un momento a otro. No consigue sentir sus extremidades plenamente. Entre ligeros momentos de racionalidad saca la conclusión de que la droga podría afectar seriamente a su capacidad psicomotriz. Ello le lleva a pensar que probablemente el Joker vaya a jugar con él hasta matarle. Hay al menos tres figuras humanas a su alrededor, aunque no lo sabría decir con seguridad. Pero es consciente de que Joker se acerca por su peculiar voz.

-Vaya,vaya...pero si nuestro amigo por fin decide despertarse –

Una bofetada resuena en la pequeña estancia. Curiosamente, la droga te ha insensibilizado y casi no la percibes.         

-Vamos dormilón Tenemos tantas cosas por hacer!!!Ahahahhaha hahahaha –    

Dirigiéndose a sus secuaces, el Joker solicita sus intrumentos favoritos: -¿A qué estáis esperando? Traedme los juguetes! Vamos!!! – Después, acercando su cara al rostro de Adams le susurra: -¿Algun juego favorito? Ahahahah hahahahha. –  La risa suena distorsionada en los oídos aún entumecidos del detective. De su boca, tratan de salir palabras, pero la lengua es como un trozo de carne que no ha conseguido tragar. Finos hilos de saliva caen a la camisa revelando su lamentable estado. – Pu... Púdrete –

- Me encanta este tipo! Voy a disfrutar contigo. Ahhahahhahaha -  Los secuaces traen una mesa portátil con ruedas de quirófano. Joker se ata una bata mal lavada que contiene restos de sangre seca. También se coloca una cofia con una cruz roja y una mascarilla que oculta los fuertes rasgos de su rostro. – Enfermera tenemos un caso grave muy urgente! El paciente solicita un cambio maxilofacial... Uhmmm, quedará arrebadatorr... – Los ojos de Adams se posan en la bandeja de la mesa y un temor creciente nace en él al ver los instrumentos quirúrjicos, más propios de una autopsia.

Un matón entra con prisa en la estancia: - Señor, Cocodrilo no ha esperado como ha ordenado y ha salido en busca de los detectives. También le recuerdo que la hora se acerca y debe grabar el vídeo para emitir esta noche. Tiene sólo 40 minutos según su plan. El Sombrerero dice que Gordon ya está listo. Tiene el coche esperando afuera, Señor –

La rabia se apodera del criminal que da una patada a la mesa arrojando todos los instrumentos por el suelo. – Ese maldito monstruo me las va a pagar. Le voy a convertir en un par de zapatos!!! -  El Joker mira de reojo a Adams sintiendo que ha perdido un entretenido pasatiempos. – Acabad con él muchachos -  Entre risas de los secuaces y el sonido de un vehículo alejándose, Adams presiente un funesto final. Los matones pasan un tiempo discutiendo quién tendrá el honor de descuartizar al detective. Finalmente, deciden que será entre los tres. Primero recibe un fuerte puñetazo que le hace sangrar profusamente de los labios. Después, otro le golpea en el estómago dejándole sin aliento. Pero cuando va a recibir el tercero, Un impacto derriba las puertas de madera del garaje. Unos potentes focos ciegan impidiendo ver quién o qué está ahí fuera. – Qué coño pasa? - - Joker?... -  Pregunta otro confundido. La siguiente escena resulta más que confusa para Adams, que entre las secuelas de la droga, los golpes y la penetrante luz, siente estar en otro mundo. Los matones han debido caer al suelo en muy poco tiempo. Ya no dicen nada. Una sombra se coloca detrás de él y con algún objeto ha cortado las cadenas como si fueran hilos de costura. Recoge el cuerpo casi desfallecido de Adams y lo introduce en un vehículo blindado. Después, la sombra se sienta en el puesto de conductor y cierra la cabina. De un compartimento extrae un inyector y le inocula un extraño compuesto. El vehículo se pone en marcha con un fuerte rugido del motor. La aceleración hace que Adams se incruste en el asiento. El compuesto inyectado debe ser algún relajante muscular y Adams vuelve al reino de Morfeo sin saber el camino que lleva el potente vehículo.

Taylor gruñe mientras intenta abrir la puerta al mismo tiempo que sus compañeros.

- No me apetece acabar aquí como parte del menú de ese cabrón - tensa sus músculos y da un fuerte tirón con el que casi se puede escuchar el crujir de sus huesos por la brusquedad con la que actúa - a la de tres!!!

 La puerta no parece abrirse, pero aún queda un segundo para un último esfuerzo. Si no, más le vale a ese lagartijo de tres metros haber aprendido a mascar el plomo, porque Taylor tiene seis amiguitas, y todas corren mucho más que ese engendro verdoso.

Las fuerzas sumadas de los detectives parecen no ser suficientes. La rueda gira brevemente para después detenerse. El agente sigue paralizado de terror. Taylor insiste en la apertura y Threev no se queda atrás. Vuelven a intentarlo empleando todas sus fuerzas. Sudan copiosamente y Threev comienza a sentir punzadas de dolor en su torso. Del canal, surge una mole desplazando gran cantidad de agua. El grito de miedo del agente resalta la aparición. Vuestros miedos se confirman. El cruel ser apodado Cocodrilo hace su acto de presencia a menos de dos metros de distancia. – Ya sois míoss.... -  En el momento en que Taylor va a abandonar la tarea para desenfundar su arma la rueda cede y la puerta queda libre de sus cerrojos. Los detectives comienzan a abrir la puerta. Pero al girarse para avisar al agente observan cómo una enorme boca está encima de ellos. Una locomotora con docenas de afilados dientes de unos cinco centímetros cierra sus fauces sobre el agente y no se detiene tratando de embestirlos. Los cuerpos de los detectives cruzan el umbral y en el último segundo cierran la puerta. La llave giratoria se cierra por efecto de los muelles internos y un gran impacto deforma la puerta haciéndola inservible. Cocodrilo ruge al otro lado, pero a pesar de que la puerta “ahogue” el sonido resulta atemorizante. Las piernas os tiemblan. Todo ha sucedido muy deprisa. No podréis volver por ahí, pero al menos os alivia que esa cosa tampoco. O puede que sí? La bestia comienza a golpear enfurecida la puerta. Los goznes resisten por el momento, pero se empieza a llenar de abolladuras. Probablemente se deforme lo suficiente como para doblegarla. Con una mirada os trasmitis la información de salir imperiosamente de allí. Comienza la carrera, El suelo humedecido os juega más de una mala pasada y a punto estáis de caer. Vuestros pasos os llevan a una gran cámara, probablemente una depuradora que trata el agua antes de dejarla encauzar con el río. A ella llegan varios canales para reciclar. Sobre ella, unas pasarelas metálicas cruzan de un estremo a otro la sala. Comenzáis a cruzar una de ellas mientras oís que los golpes han cesado. Quizá la bestia ha desistido. No es así. Con un alarido propio de otro mundo, Cocodrilo recorre la distancia como una exhalación. Más que hambre, sus ansias de caza le convierten en incansable. A mitad de la pasarela, sabéis que correr no va a ser la solución. El horrendo ser se encuentra en la entrada de la sala y con precaución comienza a acortar distancias.

Dany esta a punto de desfallecer. Malherido, cansado, cubierto de mugre y humedad, no entiende como sus piernas aún le sostienen. - Debo ser más fuerte de lo que pensaba - piensa para sus adentros. Camina con dificultad detras del detective Taylor. Apenas puede fijarse en que dirección están tomando o hacia donde se dirigen. Ahora mismo, Threev se conformaría con llegar a algún sitio seguro y descansar... aunque también es consciente de este constante estado de alerta mantiene su cerebro trabajando al máximo. Piensa en como podrían detener al Cocodrilo. Obviamente las balas no le hacen efecto, su piel es muy dura, y su primitivo cerebro está cegado por el hambre y la agresividad, propia de cualquier lagarto...

Y entonces se le ocurre un plan. Dirige su mirada al techo y a las paredes de la cloaca. Y comprueba que sus sospechas son ciertas. Como otros muchos sistemas de alcantarillado, Gotham no sólo tiene en los subterraneos la circulación de aguas residuales. También hay diversos accesos, puntos de control, al sistema general de gas y electricidad. Baja su mirada hasta su arma de fuego, aun con munición, para un disparo afortunado. Agua, electricidad, gas, fuego... todos elementos que aplicados con suerte y tino podrían usarse para espantar a un reptil, incluso al mayor y más malvado de ellos...