Partida Rol por web

El ronin acaricia el kama que sobresale de su furoshiki hasta que la Suzume habla, no cambia su expresión fría en ningún momento pero levanta los hombros accediendo a la demanda.

- Le sigo mi señora, si invitan a una última copa a este viejo marinero.

Os sigue hacia la posada mientras el gentío se dispersa tras el final de los fuegos artificiales.

Parece que el hombre tiene interes en seguirnos, ojala todo se pudiera resolver con una botella de sake, todo sería mucho mas sencillo.

-Jamás podría negarle una copa a ningun hombre- me coloco el arco en la espada y echo un ojo alrededor- Creo que hemos perdido a Hime-sama, pero con esta gente dudo que podamos encontrarla rapidamente.

Buenas noches, Hideki-san. Mi nombre es Toushiro. Me gustaría tomar una par de tazas de sake, pero hemos perdido a una amiga.... 

Miro interrogativamente a Suzume y Kô, esperando que ellos la hayan visto.

¿Os parece que vaya a buscarla?, no puede estar muy lejos... de todos modos Hochiu me ayudará, espero llegar antes de que os acabeis todo el sake ... hohoho.

Hago una reverencia al grupo y llamo a Hochiu para que me acompañe. Luego me meto entre el gentío.

Estaba buscando al ronin, así que en las zonas donde miraba no debería estar la Kitsune... iré hacia aquel lado.

Una jovencita un poco confusa se encuentra entre una marea de gente, buscando algún rostro conocido. Un grupo de ronin empieza comentar entre si sobre la hermosa muchacha, y uno de ellos se comienza a acercar a ella hasta que Yoritomo Toushiro le coge del hombro.

unos minutos más tarde os sentais todos en una posada. Está llena por ser el festival, pero el cansancio se empieza a percibir y la gente (excepto algunas pequeños grupos) ya no quiere bailar, beber o montar jaleo, solo disfrutar de un té caliente en una posada caliente.

El ronin se sienta en vuestra mesa y hace una inclinación ante las damas, sin embargo mira desafiante a Toushiro.

-Ustedes dirán. 

Buenas tardes Hideki-san espero que esteis disfrutando del festival. No voy a andarme con rodeos porque el asunto que nos ocupa es muy grave.

Hago una parada para intensificar la gravedad.

Esta mañana loshijos del gobernador han desaparecido mientras navegaban. Sabemos que usted los solía acompañar, podría acompañarnos a buscarlos??? Sabe que les ha podido ocurrir??

El ronin se sirve una taza de sake y os mira curioso mientras escucha a la samurai Suzume. Cuando menciona la desaparición de los jóvenes su mirada se detiene en la samurai y deja la taza en la mesa nervioso...

- ¿que? ¿Cuando? Eso no es posible... Yo les enseñé bien, conocen los arrecifes, y no habido vientos o mareas peligrosos desde hace dos semanas... ¿Están seguros? Por todos los kami... Eso es horrible.

El marinero golpea frustrado la mesa y la taza de sake se voltea.

Esos chicos eran buenos, antes de salir deben haber hablado con alguien sobre a donde se dirigían. Solian tener varios rincones favoritos.

-Sabemos que debe ser una situación dura para vos, ya que habéis sido su tutor durante tanto tiempo, pero ¿podríais recordar algunos de esos sitios que frecuentaban, o quizás algún amigo al que le hayan podido comunicar sus planes?

No comparto la estrategia de la Suzume para sonsacar información al ronin, pues yo no le habría hablado de la desaparición de los jóvenes esperando que él mismo se pusiera en evidencia. Pero ahora ya no se puede hacer nada, y decido seguir la investigación por una vía más clásica: la búsqueda.

Miro cada gesto de su cuerpo, su expresión, como arquea las cejas cuando escucha la noticia como mueve el labio mientras su gesto muestra sorpresa. Estoy acostumbrado a tratar con estas personas, si sabe algo, lo averiguaré.

Lo mejor será que hagamos el recorrido que ellos hubieran hecho para seguir sus pasos

El hombre se sorprende al escuchar la historia de la desaparición de los chicos. Sin duda no sabía nada de la desaparición, o es mejor actor que marinero.

- Sin duda es muy desafortunado. Esos chicos son unas auténticas promesas, obedientes, habilidosos, y aprendieron todo cuanto se de navegación.

Sin embargo no sé como puedo ayudarles. Hay mil lugares donde ir en estas islas entre calas, reservas, e islas pequeñas. Desconozco donde pueden haber ido. Sin duda lo que yo les recomiendo es preguntar en el puerto, les diré donde atraca su barca, los marineros cercanos los verán zarpar todos los días, es posible si las fortunas son bondadosas que hablasen con alguno de esos marineros antes de zarpar y les pueda orientar respecto a donde pudieron ir los chicos.

Solamente el experto Tsuruchi pudo apreciar por sus gestos que aunque ciertamente era sincero en su sorpresa y en su aprecio por los jóvenes (lo cual lo descarta en principio como sospechoso), el ronin parece meditar los posibles destinos de los chicos y sin duda se guarda su opinión.

Debeis acompañarnos entonces, pronto se hará de noche y esos jovenes no deben estar fuera por la noche.

Miro con premura a mis compañeros poniendome de pie. El pobre ronin parece sorprendido ante mis noticias asi que es seguro que no ha colaborado en la desaparicion de los chicos.

El ronin observa a la Suzume con una ceja alzada.

Me temo mi señora, que ya es demasiado tarde. El sol ya se ha puesto, en lo que tardamos en fletar una barca el mar ya será un pozo negro donde no podremos ver absolutamente nada. - Cierra los ojos y niega con la cabeza - Si somos sinceros solo hay pocas posibilidades:

Si los chicos todavía están vivos y han naufragado en una isla, sabrán apañárselas para aguantar la noche. Son hábiles y muy valientes. Si la nave de los chicos se ha hundido, ahora mismo será imposible ver nada.

Lo mejor es descubrir a donde querían ir y salir a primera hora a buscarlos.

Me levanto al tiempo que habla Hideki.
-Entonces debemos averiguarlo lo antes posible. Salgamos de inmediato. Si la barca ha naufragado, quizá la corriente haya traído los restos a la costa y podamos saber hacia dónde han ido.

Hideki os observa con cierta mirada de incredulidad y se enciende una pipa con bastante calma. Mira a las damas que parecen ser las únicas que hablan y entrecruza las manos.

- Mucho me temo que a estas horas pueden hacer más bien poco. De noche es muy diicil poder ver nada, y sin duda el gobernador habrá puesto a todos sus hombres a buscar restos de la barca por la orilla de toda la isla.
Si ellos no han encontrado nada...¿que esperáis encontrar vosotros a estas horas de la noche?

Traga el humo de la pipa mientras medita las siguientes palabras, como si le costase encontrar la manera de decirlo.

- Si fuese un secuestro los secuestradores hubiesen dado alguna señal, alguna oferta...

Hay otras posibilidades... lugares donde ellos querían ir pero su padre nunca les dejaba...
Y luego está los avistamientos de ese extraño navío grande con velas gigantescas que algunos marineros han visto al ocaso...
 

No me conocéis Hideki-san pero no me rendiré tan rápidamente seguro que hay algo que podemos hacer todavía.

Vuelvo a mirar al avispa y al mantis. Seguramente ellos ya hayan oído hablar de ese navío.

Necesito que me diga a donde cree usted que irían los chicos. ¿Cuales son esos lugares prohibidos? Y dígame que es eso del navío misterioso? Es peligroso?

Tal vez el ronin de la posada sepa algo si Hideki-san me dice donde buscar. No descansaré hasta encontrarlo.

Hideki inhala el humo de su pipa y tras unos segundos exhala lentamente mientras te mira.

- Desde luego no parecéis el tipo de mujer que se rinde fácilmente. Yo no sé a donde decidieron ir, mi señora... pero se lo que gustaba a esos jóvenes. - Hace un gesto como quien deduce una obviedad - lo mismo que a todos los jóvenes... "lo prohibido".

Sonríe mientras bebe un poco de sake y vuelve a disfrutar de su pipa.

- Hay dos lugares donde tenían terminantemente prohibido por su padre al que ir con su barca.
El primero es la Isla de las aguas esmeraldas, donde está la casa de geishas más cara y prohibitiva de las islas. Un lugar de placer lleno de mujeres hermosas, un lugar nada apropiado para unos jóvenes.
El segundo es la cueva maldita. Un lugar que se encuentra en el lado norte de la isla que se ha cobrado muchas vidas, y que a menudo los jóvenes marineros utilizan para probar su valor frente a otros jóvenes.

Ambos lugares son peligrosos y prohibidos para unos jovencitos...¿me equivoco?

Muchas gracias por compartir vuestra informacion Hideki-san. Como ultimo favor podriais acompañarme a donde atrca el barco de los jovenes samurais? Soy nueva en la isla y no deseo andar perdiendo el tiempo.

Me dirjo hacia la puerta

Lo primero es confirmar que hayan zarpado y a que hora, si es asi, mañan dividiremos fuerzas para buscarlos en las dos localizaciones que nos habeis comentado. No tenemos tiempo que perder!!

Las palabras del marinero parecen sinceras y las reticencias en su voz parecen ser sonsacadas por las habilidades de la joven suzume. Evidentemente lo que me dice es algo que yo ya había sopesado, que si hubiera sido un secuestro a estas horas ya habrian pedido algun tipo de rescate o habrían dado algun tio de información al respecto.

-El paso más inteligente en estos momentos es ir a ver el luegar donde los jovenes partieron, allí quizá encontremos una pista para seguir investigando. Si allí no encontramos nada-Sería complicado porque alguien dijo que habían hablado con ellos, por poco que podamos sacar es algo por lo que comenzar- Solo nos quedaría ir a buscar en esos dos sitios, demasiado suculentos para dos niños que pueden ir a cualquier sitio.

Se me antoja absurda la idea de que hayan ido a la casa de geishas, si vamos allí al menos podré sacar algo de información de Momo. Pero que alguien los haya incitado a ir a la cueva con una apuesta....Bueno, el primer objetivo es el puerto. 

-Lo prometido es deuda Hideki-san, aquí teneis un par de Bu para que bebais el resto de la noche- Dejo un par de bu encima de la mesa de madera- Ahora si pudierais indicarme donde amarra su barco...

Me guardo mis opiniones para mí, no quiero desmoralizar al grupo. Pero no creo que dieran por desaparecidos a unos chicos por ir a una simple casa de geishas, por muy prohibido que lo tuvieran, pues ese tipo de jóvenes no se quedan a vivir ahí...

Y respecto a la cueva... bueno, es posible que se hayan perdido dentro. Si es así quizá podamos encontrarles a tiempo, si no nos perdemos nosotros también. Pero pensar así es adelantarse a los acontecimientos, así que prefiero dejarme llevar por las investigaciones de mis compañeros y les sigo hacia la salida.

-¿Entonces mañana iremos a la cueva? -Pregunto, por concretar.

Hideki observa las monedas, duda unos segundo antes de expulsar el humo de la pipa y coger las monedas.

- Esos chicos... son buenos chavales... no se merecen... - suspira sin acabar la frase - No os precipitéis, poco más podéis hacer hoy. Es de noche, y los marineros cercanos que puedan saber algo se hayan dispersos por tabernas y en lecho de alguna prostituta. 

No os preocupeis. Yo me encargaré.
Iré a buscar alguno de esos marineros y una de las geishas de la isla Esmeralda. Ustedes llevan todo el día recorriendo la isla Atalaya de Hantei, necesitáis descansar.
Quedaremos mañana al alba en esta misma posada. Les diré lo que he averiguado.

Hace un gesto levantando la palma abierta cuando vais a replicar - No insistan, por favor. Si mañana han de buscar en el mar que rodea los archipiélagos necesitarán recuperar fuerzas.

- Confíen en mi... lo hubiese hecho de todas maneras aunque no me hubiesen pagado.

Se levanta, apura su taza de sake y se va hacia el puerto. Justo antes de salir, con la puerta abierta, se gira y dice:

- Respecto a la cueva, olvídense de explorarla. Está en el norte, las corrientes son una muerte segura, nadie consigue llegar sin estrellarse contra las rocas. Solo hay un hombre que haya entrado y sobrevivido, es un viejo cuentacuentos que responde al nombre de Kobo.