Partida Rol por web

—¿Pervertido quién? —grita Jud inmediatamente en respuesta—. ¡Yo no soy el que se ha quitado la ropa en un lugar público!

Da un suspiro, negando con la cabeza. Finalmente encuentra el medicamento que buscaba y se dispone a regresar por las escaleras.
—Ya vístete, que te vas a resfriar.
Y se aleja, dándote la espalda.

—¡Estaba sola! ¡Y no contaba conque ningún mago bajara!— me quedé pensativa un breve instante. —¡¡Y ni siquiera eres mago!!— exclamé mientras lo señalaba con dedo acusador.

Antes de poder seguir gritándole y echándole cosas en cara, me dio la espalda mientras mantenía una expresión enfurruñada: con las mejillas infladas, el ceño fruncido y colorada por la vergüenza.

En cuanto me vi sola me vestí con rapidez, no fuese a aparecer nadie más.

No me apetecía continuar con la magia por hoy, por lo que recogí los bártulos y volví al gremio en busca de esos dos cabezahuecas para asegurarme de que no se olvidaban de nada para el magnífico día en la playa que nos esperaba.