Partida Rol por web

El ataque combinado del oso garra de runa y el letal disparo del pícaro arquero acabaron con otro de aquellos cadáveres andantes provocando que el estómago del, bandido en vida, explotará esparciendo sesos y sangre alrededor de todos,como si hubiesen gases acumulados en su cuerpo.

La escena era absolutamente desagradable, pues aquellos zombies putrefactos parecían realmente hambrientos de carne viva. Otro de los zombies mordió al guerrero de la cadena en la pierna inflingiendole gran dolor.

El combate se estaba encarnizando salvajemente. Después de recibir un mordisco furibundo en una de sus pierna, Jalles hizo volar de nuevo la cadena de arriba hacia abajo, aprovechando que el monstruo estaba ocupado con sus extremidades inferiores...

Algo le hizo pensar que aquella vez sus esfuerzos no se iban a ver recompensados.

El druida semiorco no podía permitirse el lujo de volver a fallar un ataque. Aquellas criaturas no-muertas parecían no desfallecer ni presentar miedo ante los embates del grupo. Eran zombis. Carcasas de carne putrefacta desprovistos de emociones más allá de un ansia por la carne de los vivos. 

Bronco vio como el enemigo parecía mirar a Zak'ya como un lobo a una liebre, y sin pensarlo, alzó su pierna para propinarle un empellón con su planta. Eso le permitió ganar el suficiente espacio como para realizar una maniobra perfecta con su brazo y asestarle un profundo corte con la hoz.

Paul desechó el frasco sin ningún miramiento, una vez cumplido su cometido, haciéndose añicos contra una pared. Alzó el arco luminoso para que alumbrase de la mejor manera posible la contienda, y con la mano libre, imploró la guía del Viejo Tuerto, descargándola en el compañero del druida.

El cuervo revoloteó lanzando picotazos al aire por toda la estancia. Parecía muy agresivo, más incluso de lo que era, pero sus ataques no parecían surtir ningún efecto

La hechicera se movió para alejarse del lugar de combate y disponer de más sitio seguro para lanzar un hechizo al no muerto que tenía cerca. La mujer se movió con agilidad entre los presentes y levantando las manos apuntó al zombie que estaba junto al bocazas de Jalles. Notó el cosquilleó entre los dedos previo a que su ataque saliese, pero entonces el no muerto que estaba a su lado hizo un terrible ruido chasqueando las mandíbulas que hizo pegar un salto a la hechicera, provocando que el hechizo fallase.

Maldita sea, concéntrate.

Otro terrible cadenazo acabó con el penúltimo zombie que acechaba el grupo mientras el semiorco entraba en combate personal con su hoz con el zombie que se arrastraba enmarañado por la cuerda que había animado mágicamente la hechicera.

Por fin parecía que las cosas se calmaban y la hechicera con ello. Desde su posición, movió los dedos como si les tuviese dormidos. El hechizo fallido le había dejado un hormigueo desagradable, como si toda la energía se hubiera quedado atascada allí. Alzando de nuevo el brazo, apuntó contra el no muerto y esta vez sí. Un proyectil azulado y brillante brotó de sus dedos, clavandose en el putrefacto ser.

El osezno se alzó sobre sus poderosas patas traseras. Con apenas poco más de tres pies de altura, resultaba una criatura terriblemente amenazadora. Haggar lanzó una nueva dentellada contra el tambaleante no muerto. En esta ocasión, sí que consiguió enganchar alguna estructura ósea con los colmillos de su mordida, trabando al zombi e impidiendo que avanzara. Acto seguido, descargó sus garras de uñas largas como cuchillas, destrozando al no muerto en un espectáculo de sangre y carne mortecina...

- ¡¡BRRRRRRAAAAAAAAGGGRRRHH!!

Aquel espectáculo de sangre y carne mortecina acabó con el feroz ataque de Haggar. Por fin habían conseguido abatir a aquellos zombies, probablemente saqueadores en vida a juzgar por sus atuendos, y liberar aquella catacumba de los heroes fallecidos de Kassen de su ignomiosa presencia.

Mientras el cuervo volvía a posarse en su hombro, la hechicera miró con asco su ropaje. No la bastaba estar cubierta de polvo, ahora también tenía trazas y sangre de aquellos asquerosos zombies. Sin embargo todo parecía tranquilo de nuevo. ¿Estáis todos bien? Me diste un susto, grandullón. La hechicera volvía a parecer despreocupada y alegre, aunque en realidad no había parecido preocupada a excepción de cuando el semiorco había estado en apuros.

Mientras Haggar despiezaba los que quedaba de podrido como si jugara con un pelele, Bronco se acercó hasta el lugar donde había dejado su enorme hacha. Se sintió verdaderamente reconfortado de haberlo recuperado. Para el semiorco leñador, su hacha era tan útil y vital como el bastón para un anciano cojo. Sonrió entre dientes cuando notó el tacto de madera en sus manos...

Zak'ya se acercó preocupándose por su estado. Tenía alguna herida, pero nada más que rasguños. Llevaba todo el día recibiendo golpes, pero nada parecía mermar la decisión de avanzar del druida. Se necesitaba mucho más para tumbar a ese chaman hosco y cabezota...

- Sí... Sí... No es nada... ¡¡Estoy bien!!- exclamó mientras sus palabras salían entrecortadas. Bronco evitaba mirar a los ojos a la muchacha, pues eso parecía incomodarle. Los únicos contactos que había tenido con el sexo opuesto habían sido con su madre y con Olmira. En Kessen, las chicas solían evitar al enorme semiorco, pues todas eran conocedoras de que fue abandonado por dos veces en el bosque la misma noche y en ambas terminó frente a la puerta de Albert el leñador... Además. sus rasgos no eran atractivos, ya que su herencia orca se denotaba en rasgos como sus grandes colmillos.

- Has luchado bien. Sigue así.- fue lo único que surgió de la boca de Bronco. Era un nimio reconocimiento para la maga, pero viniendo de él -El Elegido de Erastil- parecía de mucho más valor.

Una vez finalizado el combate, Jalles enrolló la cadena alrededor de su cuerpo. Se sentía satisfecho por haber colaborado activamente en finalizar con la amenaza que suponían aquellos asquerosos bichos no-muertos. A pesar de que no simpatizaba con los saqueadores de tumbas, sintió un poco de lástima por el triste final de aquellos truhanes. La mujer desconocida se preocupó por el estado de salud de los peregrinos. Alzó un pulgar para indicar que estaba bien.

Debemos seguir..... Aún no tenemos señal alguna de la hermana de Roldare… -aunque en aquellos momentos tenía muy pocas esperanzas de que estuviera viva, viendo la fauna que había por aquellos parajes. Pero seguiría adelante hasta el final, no era de los que se amilanaba ante las adversidades.

Paul por fin respiró tranquilo. Los recursos sanadores se le acababan, aunque todavía guardaba recursos en la recámara. Pero la aventura estaba siendo muy larga y la preocupación de que se le acabasen y uno de los integrantes del grupo pudiese resultar herido de gravedad y no poder brindarle ayuda ....., sacudió la cabeza, y alejó estos funestos pensamientos. Habían tomado su decisión y la determinación de cumplirla, por el bien de su comunidad, tenía que ser inquebrantable.

Ante la pregunta de Zha'kya, contestó:

- Sí. Estoy bien. Pero estoy con Calles, debemos de continuar para intentar rescatar a la hermana de Roldare. Guardó esperanzas de que lleguemos a tiempo para poder ayudarla.

La hechicera dio un golpecito amistoso en el brazo del semiorco sin dar importancia a aquellas palabras. Bah, no es nada. aseguró. La hechicera no había combatido mucho a lo largo de su vida, se las había ingeniado siempre para burlar a los enemigos o para dejarlos en una mala situación, pero nunca de forma definitiva o demasiado agresiva. De hecho se sentía muy orgullosa de su forma de afrontar los problemas de la vida. Con un gesto de la mano hizo que la cuerda que había atado al zombie se elevase en el aire y volase hasta sus manos. Una vez en ellas se la echó al hombro, por si volvía a necesitarla con rapidez.

Espero que en ese pueblo haya una buena posada...Voy a necesitar un buen baño cuando saquemos a esa chica. Si es que existe claro. Aquel pensamiento la vino de pronto a la cabeza, como un latigazo, pero no tenía muy claro el porque. Pues claro que tenía que existir, que no la hubiesen visto nunca no significaba nada. O no debería.
-Vuestro pueblo tiene que ser muy grande si nunca habéis visto a esa chica, comentó finalmente sin perder la sonrisa.-pero bueno, visto lo visto, será probablemente la única no muerta del lugar.Será facil de reconocer

El combate había finalizado satisfactoriamente para el grupo, cuando el último de los no-muertos cayó derribado, Boris se relajó un poco. Le dolían los brazos por la tensión vivida.

- Bueno, si estamos todos bien, podemos continuar.
El joven acarició la madera surcada de irregularidades del arco y comentó: - Pues para haber estado no sé cuánto tiempo cogiendo polvo, no está nada mal este juguetito, no.

Pese a la nube de abatimiento que coronaba su cabeza, el muchacho era perfectamente consciente de que, si bien al principio no eran más que unos desconocidos, los compañeros habían aprendido a combinarse prácticamente a la perfección. Además, la nueva parecía encajar bien en la compañía.
Desde luego, las posibilidades de salir de aquel infierno con vida habían crecido en gran medida.

Por ahí he visto una puerta—Zha'kya señaló a la misma, que estaba algo tapada entre las tumbas por las que habían estado saltando alguno de aquellos extraños. Y no sería mala idea que llevaseis preparado algo de ese agua. Parece que les hace arder como matojos secos.