Partida Rol por web

Tras su explicación, recuerdas haber visto a Cassie en televisión o en prensa. Sin maquillaje y con la cara empapada de lágrimas pierde un poco, pero sigue siendo muy muy atractiva.

Claro, ahora lo recordaba. La había visto en la tele alguna vez, aunque la situación no ameritaba hacer escándalo, o mostrarse nervioso por su presencia. Además, los nervios de la chica no ayudaban en nada, y por lo que decía, puede que reunirse con los otros tampoco fuese muy buena idea. 

- Si ninguno de ellos tiene un calmante... además de que haya una matona con ellos... entonces quizá no es la mejor idea que nos reunamos... Hay... hay que moverse.- Mencionó, sujetandose el brazo con cuidado, para poder ponerse de píe. Le costaba trabajo, se tambaleaba por el dolor. Sentía que el brazo le palpitaba, y eso no podía ser una buena señal. Sin embargo, para moverse y subir por las escaleras, necesitaba tener libre uno de sus brazos, y así no podía. 

- Cassandra... - Mencionó apretando los ojos.- Cassie... revisa si tengo un destornillador en el bolsillo... siempre lo llevo conmigo, puedo sentirlo en mi bolsillo... cógelo, es retractíl, y tiene unas puntas intercambiables... trata de ayudarte con ello para romper mi camiseta... y luego, por favor... amarrame el brazo... no puedo estar sujetando mi brazo roto todo el tiempo si queremos movernos... por favor, ayúdame.... - 

Además del destornillador, Cassie podría encontrar un mechero zippo en sus bolsillos, si es que buscaba. 

Levanto la cabeza cuando pide que mire en sus bolsillos. Me suena a la frase clave de todo pervertido. Si no fuera porque tiene el brazo roto, rehusaría a ello. Me incorporo un poco, quedando de rodillas, me limpio las lágrimas con el dorso de la mano y analizo su brazo unos segundos. 

Espero no hacerle daño... No soportaría oírle gritar... Ya es suficientemente horrible este sitio de mierda.

Deslizo con cuidado mis dedos en sus bolsillos y saco su contenido. Intento no moverle mucho en el proceso, como una suave caricia.

Sonrío débilmente, comprendiendo que puede ser incomodo para ella.- Ahora... trata de romper mi camisa... y amarra mi brazo al cuerpo... por favor...- Comento con los ojos cerrados, en esta situación, lo único que deseo es poder dormir y despertar de esta pesadilla.

Cuando tengo el destornillador, vuelvo a mirarle con una ceja alzada por su petición.

¿En serio?

-Pensaba que eso lo ibas a hacer tú...- le miro y luego miro el destornillador sin entender cómo espera que lo rompa. Y además, cómo voy a romperle la camisa sin moverle.- No... ¿No puedes hacerlo tú?- mi tono de voz es casi de súplica, aunque sigo mirando cómo intentar proceder.

Oh dios mío, ¿por qué estoy aquí? Ojalá sea todo una pesadilla... Desde la morena psicópata hasta los gritos de dolor de este hombre...

Abro los ojos, cansado. Me cuesta trabajo lidiar con el dolor del brazo roto, y con la incapacidad para reaccionar de Cassandra. Respiro hondo antes de hablar, teniendo que tomar una decisión.- Bien... dame el destornillador... - Respondo con un tono de voz cansado, y algo molesto.- Ya... ya veré como me las arreglo.- Suelto mi brazo roto, soltando un agudo quejido por el esfuerzo. No me queda paciencia en este estado como para intentar hacerle ver que tengo un brazo roto, y soy incapaz de hacer algo por mi mismo.- Será mejor que te muevas... si el resto nos sigue, quizá te haga ahora esa matona... -

Le doy el destornillador como pide, aliviada en el fondo. Cuando se queja al soltarse el brazo, cierro y aprieto los ojos. Toda la situación me estaba sobrepasando, pero lo que no esperaba, lo que dice... Me hace abrir los ojos de nuevo de par en par.

¿He bajado a esta puta habitación arriesgando mi vida y ahora me echa? ¿Qué se piensa? ¿Qué soy estúpida? Amenazándome con la jodida morena matona...

Me levanto cabreada.- Como quieras...- voy a una de las compuertas, de las que están más alejadas de donde vimos a Cliff y la abro. Subo con cuidado y me asomo dentro de lo que haya al otro lado. Estoy demasiado cabreada como siquiera para insultar a este tipo. 

¡Qué se las arregle sólo! ¡O mejor, que venga la zorra de Alexia y le intente dar una paliza, como intentó conmigo!

La situación te supera. Parece que el mundo se te viene encima. Empiezas a tener pensamientos negativos hacia los demás y hacia ti. El pesimismo y la desesperación se apoderan de ti. Abandonar a este hombre, y creer que nadie va a ayudarte en este maldito lugar, hacen que entres en crisis. Una crisis nerviosa que puede llegar a provocarte paranoia.

El dolor del brazo y comprobar con desesperación que esta persona te abandona se te hace difícil. Tienes que aferrarte a tu voluntad para mantener la calma.

Abres la compuerta del cubo 154, que es blanco. Percibes cierta humedad y frescor en el aire. Notas que las paredes y el suelo están un poco mojadas.

Phillip, ves a Cassie alejarse de ti y abrir una compuerta.

Huelo el ambiente y noto humedad. Miro alrededor y frunzo el ceño.

¿Agua? ¿Por qué debería haber agua aquí? No quiero mojarme... Estar en este sitio de mierda y mojada sin una muda limpia, ¿había algo peor? Sí, si que lo hay, el pelo encrespado.

Cierro la puerta y decido por abrir la de al lado. Sigo mascando mi mal humor y aprieto la mandíbula. Deseaba llorar y gritar, pero no lo haría delante de este idiota que encima me echaba de su lado.

Si no fuera por mí seguiría solo y llorando, hecho una bola quejica en el suelo... ¡que se joda! ¡Que se jodan todos!

Apoyo la mano en la puerta de al lado y me asomo al interior.

Te diriges a la puerta de tu derecha. Está bloqueada, no se abre. Esto te irrita más aún.

No consigues mantener la calma. Te enervas y tienes que hacer algo, algo para disipar esa tensión.

Aquello fue la gota que colmó el vaso. 

¿¡La puta puerta no se abre!?

-¿LA PUERTA NO SE ABRE? QUÉ COÑO PASA AQUÍ, ¡QUIERO SALIR!- golpeo la compuerta con rabia, con ambos puños, perdiendo el control por completo. Viendo que es inútil, comienzo a patalear de la frustración y grito. Chillo hasta desahogarme, enervada completamente.