Partida Rol por web

Nanako y Shishio llegaron al velero en el que aquel extraño había llegado. Pese a que este se encontraba en buen estado, el hecho de estar tan metido en la playa haría imposible su navegación, eso era algo que bien sabría el Ultimate Sailor, y basicamente cualquiera con dos dedos de frente y que mirase su situación...aunque quizás hubiera alguna forma de usarlo para escapar en un futuro...

El camarote del capitán se encontraba "accesible" desde la cubierta superior, tan solo bloqueada por una puerta y pese a que dicha puerta era de madera y no parecía ser demasiado resistente, había marcas de que alguien había tratado de forzarla, aunque pese a ello, no parecía que el "incursor" lo hubiera logrado.

Empecé a cotillear por todas partes y a sacar fotos encantada. Había estado en algún que otro crucero, pero nunca en un velero, por lo que estaba entusiasmada mirando todo. 

- Qué buenas vistas hay aquí ¡selfie! - con una radiante sonrisa, me saqué una selfie con la playa de fondo - Shi-kun, ven, vamos a hacernos una selfie juntos - dije tomando al chico por los hombros y sacando otra foto.

Entonces, una puerta llamó mi atención.

¡Shi-kun, Shi-kun, mira! - dije señalando la puerta y corriendo hacia ella - ¿crees que habrá algún tesoro dentro? ¿Tal vez la chica que vino con el grandote musculoso? Parece que alguien quería entrar, a ver si podemos abrirla, ¿crees que podrías hacer un ariete con tus leggos? - pregunté intentando abrir la puerta, aunque fuera a tirones o una super patada de karate (arte en el que no era precisamente una maestra).

Sus medios fueron insuficientes, la puerta no se abría.

- Maldita puerta... ábrete... - empujé, tiré y hasta traté de derribarlo con expertos golpes, pero lo único que conseguí fue que me doliera el hombro. La puerta ni se inmutó - ¡Mil rallos partan a las puertas bien construidas! - grité llevándome las manos a la cabeza - ah, podría usar esto - saqué una horquilla del pelo y, como en las películas, traté de abrir la cerradura, con el único resultado que la horquilla se rompió.

Me puse a buscar por todo el lugar a ver si encontraba algo con lo que romper la cerradura o la puerta, lo que mejor fuera.

-¡Ah!- El tirón de Nanako nada más llegar Shishio a la habitación le había sorprendido. Reluctantemente apareció en la foto, con una expresión más de sorpresa que de felicidad. La verdad es que la chica le ponía algo nervioso. Algo sobre su actitud no era del todo natural. Estaba demasiado alegre todo el tiempo. Era raro, teniendo en cuenta todo lo que había pasado hasta ahora.

Era un poco decepcionante el estado de ese velero. Creía que al menos vería a la otra chica que llegó con él, pero no había nadie. ¿Se había escondido? ¿O se había marchado ya?

Shishio observó los esfuerzos de Nanako por abrir la puerta. Esta parecía diferente de las del aeropuerto, de alguna manera. Esta parecía que se pudiera abrir.

Escuchó la propuesta de Kanai.

-...Ah, ¿creo que no funcionaría, el ariete?... Aunque, por otra parte, puede que sí... estos bloques de plástico son más sólidos de lo que uno piensa...-

El enano no se puso a trabajar de inmediato, sin embargo. Antes quería inspeccionar la puerta.

-...¿A lo mejor si atacamos los dos a la vez?... _{Pero no es como si yo tuviera mucha fuerza}-

Se dió la vuelta y miró hacia la playa y hacia el hotel. Hacia la playa otra vez. Hacia el cuerpo. Y, aunque no se veía muy bien desde ahí, hacia la ametralladora.

-...Supongo que en algún lugar de la isla habrá, em, herramientas para abrir la puerta... Y creo que se me ocurre algo cercano que podemos usar...-

En aquella puerta no parecía haber cerradura. De todas formas algo dentro de Shishio le decía que no iban a ser capaces de abrir la puerta aún. Sea como fuere, echando un vistazo a los alrededores, notó que la metralleta vieja había sido destrozada, igual que el cuerpo del atacante.

-...Ah, pues puede que no. _{Olvida lo que he dicho...}-

Pues... ¿qué quedaba ahí? No estaba la chica, y el único sitio que quedaba por buscar estaba bloqueado por una puerta tan cutre como inamovible.

Aún así, a lo mejor había algo en alguna parte que pudiera abrirla.

-¿Se te ocurre algún sitio o alguien que pueda tener un martillo, o un hacha, o algo?-

...

-...-

...

-...¿Vas... vas a decir algo?

...

-Pues... ¿voy a ver si hay algo por la isla? Con lo que podamos abrir la puerta.-

Shishio Uke no apartó la mirada de la sonriente Nanako. Lentamente, y de espaldas, fue caminando hacia la borda del velero. Casi se cae, pero no quería darle la espalda a la chica. Realmente le ponía de los nervios.

Por su parte y de forma silenciosa, Shishio Uke se fue alejando lentamente de Nanako, la cual al parecer estaba asustando al pequeño compañero de aquella aventura o matanza mutua, sea cual sea el motivo, este bajó del barco sin dejar de apartar la vista de la siempre sonriente Nanako, ni siquiera cuando llegó a la playa, ni siquiera cuando salió de la playa y estaba en el camino, sus ojos seguían clavados en la joven. Tan solo a una distancia más que segura este se giró para correr.

Mientras Nanako Kanai se mantenía sonriente en el Velero varado, la muchacha se percató de algo, unas figuras emergían del pasillo hacia aquella playa, en concreto esta pudo ver a Yoshimatsu Arai, Akira Kimura y junto a estos dos compañeros, el rostro del segundo atacante que este había vuelto a ver, Tsumiko Komachi. Que qué hacían con ella no lo sabía, y al parecer debido a estar en el velero, ellos no sabían que los estaba viendo con una gran sonrisa.

Me reí divertida ante la actitud del pequeño Uke.

- Muahaha, qué gracioso es el pequeñín... ¡Oh! ¿Pero qué tenemos aquí?

Rápidamente me escondí y asomé justo los ojos para mirar hacia dónde iban.

- Así que la chica estaba por allí, ¿dónde irán? 

Llena de curiosidad, comencé a seguirlos en silencio, arrastrándome con estilo por toda la cubierta, imitando a la perfección a los espías de las películas.

.

Me quede mirando a Tsumiko preocupada esperando su reacción por si necesitaba apoyo.

No estoy segura de que  debas acercarte mas.

.

Debí hacer caso a esa chica, Akira. Debi hacerle caso, pero no la escuché, y me acerqué. Pensé que tenía que verlo con mis propios ojos. Que tenía que ir, que debía asegurarme. Después de haber visto tanta muerte, después de perder a prácticamente casi todos mis compañeros de clase... pensé que no iba a afectarme. Qué tonta e ilusa que fui, otra vez más. Con los cuerpos de los desconocidos no me pasó nada, pero con el de Katsumoto... fue igual de impactante que las primeras veces. No, no, peor. Fue igual que la última vez.

No me quedaban ya lágrimas que llorar, así que no lloré, pero eso solo empeoró las cosas. Acrecentó el dolor. Hizo que la negra desesperanza se acumulara en mi... como una niebla tóxica y punzante, absorbiendo mis energías rasgando un agujero negro en mi corazón. Doliendo, doliendo y doliendo con fuerza. Pensaba que estaría inmunizada frente a la muerte, pensaba que estaría ya inmunizada frente a la pérdida, frente al dolor de perder a un ser querido más.

Qué va. No podía haber estado más equivocada.

"Khh..." bajé la cabeza parar mirar el suelo, dejando el cabello tapara mi rostro. Unas pocas, únicas lágrimas, por fin descendieron por mis mejillas. "Dijiste... que sobreviviríamos juntos..." La pena se convertía en más dolor, el dolor se convertía en ira. "Dijiste que valdría la pena... que era lo que debía hacerse... que si no Tafuna-tan habría muerto en vano..."  apretaba mis dientes con fuerza. Me dejé caer sobre la arena, frente al cuerpo hecho trocitos de la persona que amaba.

"¡ME PROMETISTE QUE SOBREVIVIRÍAMOS JUNTOS!" golpeé el suelo arenoso con ambos puños de la frustración. Qué ilusa, qué tonta había sido... "...Nunca debí hacerte caso... nunca debí dejarte. Nunca deberíamos haber venido a salvar a nadie..."

...De vuelta a la casilla de inicio otra vez. No, peor que eso. Ya prácticamente ni siquiera quedaba tablero para mí.

Me acerco a Tsumico y le poso una mano en el hombro, no se muy bien que decirle ni que hacer. Noto como se me parte el corazón con cada grito que da. Me gustaría decir que todo estará bien, pero... ni yo misma lo creo.

Yoshimatsu también se acercó a Tsumiko, le dedicó una sonrisa.

A pesar de que acabas de decir que era mejor dejar que nos pudriéramos absolutamente todos los demás en esta isla, también tienes mis condolencias. - no podía evitar sonreír, estaba disfrutando mucho con el espectáculo que estaba dando la chica de pelo negro.

Ahora se puso un poco más serio, aquella chica había dicho algo interesante y muchas dudas le habían surgido. - Dices que habéis venido a rescartarnos... ¿Dónde estamos exactamente? ¿De dónde venís? Y lo más importante ¿debería llamar a Monokuma y preguntarle si participas tú también en el juego de matanza mutua? ¿O eres solo una espectadora más?

Contigo serían ya tres espectadores, dejaría de ser tan especial ser solo espectador.

Escuché en silencio la conmovedora escena sin decir nada y luego me escondí de nuevo. Me arrastré por la cubierta y me senté detrás del mástil, con una curiosa mueca en el rostro. Ladeé la cabeza antes de mirar en dirección a los tres recién llegados. Después, esperé a que se fueran sin revelar mi presencia.

Los dos me dejaron cierto tiempo para poder despedirme, cosa que agradecí. Me pasé la mano por los ojos para secar las pocas lágrimas derramadas. La chica me puso una mano al hombro en gesto de comprensión y ánimos, y el chico trató de distraerme con algo de sarcasmo, una sonrisa carismática y algunas preguntas. Cerré los ojos, suspiré. Nada me apetecía menos en aquel momento que conversar, que estar cerca de gente, pero me habían llevado hasta allí y les debía un mínimo de cortesía y sí, contestarles a las preguntas.

"Sí, para mi habría sido mejor. No soy una santa o algo así... una súperheroína capaz de sacrificarlo todo por un puñado de desconocidos..." negué con la cabeza, apreté los dientes con frustración. "Estoy segura de que tú pensarías y te sentirías igual. Pero esto es lo que nos ha tocado, y son las cartas con las que hay que jugar."

Preguntas sobre dónde estaban, de dónde venían ella y el muerto... Por desgracia, no iba a ser yo una fuente de información demasiado útil. "...No creo poder deciros nada que no sepais ya." avisé. "Estáis... estamos en el Océano Pacífico, en el Archipiélago de las Islas Jabberwock. Es un complejo turístico de cinco islas que rodean a una sexta isla central, veo que conectadas por puentes. El edificio de la Hope's Peak de la segunda isla no es el de la Academia principal. Como imagino ya sabéis, la Academia de la Hope's Peak se encuentra en el centro de Tokyo, Japón. De ahí es de donde vengo yo. Toda la ciudad está... ...igual de desierta que esas ruinas. "

"Monokuma ya sabe que estoy aquí. Me habrá visto con eso." señalé con la cabeza a las cámaras, dispuestas por toda la isla. "¿Espectadores?" ladeé la cabeza, confundida. "¿Quienes son esos... espectadores de los que hablas?" eso era interesante. En el primer juego no hubo nada de eso. ¿Y en este ya había... dos?

Um, Este es un anuncio del Viaje Escolar del Comité Ejecutivo de la "Hope's Peak Academy"

Ya es la hora, ha comenzado el Horario Nocturno.

¿¡Se puede saber qué estáis haciendo aquí!?

¡Mañana hay algo muy importante y no permitiré que no estéis al 100% de vuestras capacidades!

¡Cada uno a su habitación! ¡Es una orden!

Tras esto, Monokuma dio un salto al velero y comenzó a escalarlo para irse de aquel lugar.