Partida Rol por web

Meter una palanca en una rendija de una puerta era lo más condenadamente fácil del mundo. Debía ser que estaba cansada, el único respiro que tuve fue una ducha después de toda la caminata que nos dimos Shiro y yo. Decidí dejar esta condenadamente fácil tarea en apariencia para mañana, así tal vez podría dilucidar qué estaba pasando. Mi mayor apuesta es que me debía haberme vuelto estúpida, como mis congéneres en la isla.

El narrador le da la razón mientras esta abandona el velero para ir a descansar.

Bajo la tenue luz de la mañana, que poco a poco se iba haciendo más brillante a medida que el sol iba ascendiendo por el eje celestial; Tsumiko Komachi se iba dirigiendo a su vez desde el Cuarto de Katsumoto Obinata hasta aquella playa en donde se encontraba el velero ahí varado.

Una vez más, ahora que podía ver, intenté usar la palanca para abrir la puerta atrancada del velero.

Por mucho que Tsumiko Komachi golpeara la puerta, tratara de meter el filo entre las tablas, no era capaz de hacerlo, y esta vez no era por culpa de la oscuridad en donde aquella linterna no podía ayudar demasiada, sino que lo que pasaba allí era otra situación que impedía que la muchacha lograra echar la puerta abajo.

Cuando la punta de la palanca se colocaba a escasos milímetros del hueco entre las tablas, esta no avanzaba más; acercando la cabeza a los tablones, Tsumiko Komachi pudo ver como esta no llegaba a tocar en ningún momento la madera, en mitad del aire, como si hubiera una barrera invisible que le impedía llegar a más.

"¿Pero qué?..." esto definitivamente no pasaba en la vida real. Me di cuenta de que debía ser una especie de pared invisible como aquella de los videojuegos. Era claro entonces, no importaba qué intentase hacer, si no había sido programado no provocaría efecto alguno. Para llamarme 'Tsumiko Virus Komachi' de virus tenía bien poco, más bien, archivo inútil Komachi sería una manera mejor de definirme. La futilidad de mis intentos por salvar a estos archivos inútiles de una muerte virtual se hacía cada más más evidente, y más aún teniendo en cuenta que yo no escapaba de esa realidad. Ahora entendía perfectamente la absoluta desidia que tenían los otros alumnos, el por qué no les importaba una mierda palmarla. Si este era un mundo virtual, por definición entonces no era real. Si no era real, nada importaba. No tenía uso resistir, ni buscar una salida, ni tan siquiera molestarse en jugar.

Completamente derrotada, regresé a la playa donde había enterrado a Katsumoto Obinata.

Tsumiko "Archivo Inútil" Komachi abandonó el barco, al igual que una gran parte de sus esperanzas de salir del lugar consigo, con una actitud algo más bien derrotista, esta simplemente deambuló hacia la playa cercana en donde habían enterrado el cuerpo de su prometido... Por suerte no fue un viaje demasiado largo, a fin de cuentas era la misma playa en la que el barco se encontraba varado.

Bajo la luz de la mañana, que poco a poco se iba haciendo más brillante a medida que el sol iba ascendiendo por el eje celestial y volviéndose mediodía; Uma Yugana finalmente había logrado abordar aquel velero ahí varado en la playa en la que todos despertaron de cierto extraño letargo, aunque este había sido parcialmente actuado.

El barco era accesible para cualquiera que pudiera subir por la escalera de cuerda, y en la parte superior del mismo, todo era posible de ir, tocar y mover. Aunque claro; sería algo complicado teniendo en cuenta el hecho de que solo alguien con conocimientos en barcos o habilidad alguna con estos sería capaz de ponerlo a punto... y también estaba el hecho de que estaba encallado en la arena de la playa... y había una puerta de madera sin pomo.

 Uma sube al barco e inspecciona con la mirada todo a su alrededor. Realmente no sabía bien por dónde buscar lo que les habían indicado en aquella extraña lista, la helice, debido a que los conocimientos marítimos de la jinete eran tan escasos como profundos eran sus conocimientos equinos. No estaba en su elemento en aquel lugar. Pero eso no evitaría que se pusiera a investigar en búsqueda de pistas.

- Barreras invisibles... simulación virtual... ¡paparruchas! Esa virulenta chica ha perdido todos los tornillos...

 Decidida, la jinete va hasta la puerta de madera y comienza a empujarla con el lateral de su brazo, debido a la falta de picaporte.

Pese a la existencia de caballos de agua como "Caballitos de Mar" o incluso en algunos blasones como hipoglifos, el conocimiento de la Jinete acerca de los misterios del mar y la navegación era bastante escaso, algo que al parecer compartía con su compañera Suigin Shita... y con el despistado Joshua Josef... Pues no hay hélices en un velero...

Aquella única puerta de madera sin pomo, picaporte o manilla tampoco tenía forma alguna de saber dónde se encontraban las bisagras por lo que no se sabía del todo bien si esta abría hacia un lado o hacia otro, y el hecho de tener a Uma Yugana empujando hacia dentro sin que esta se moviera ni un milímitreto hacia el interior, probablemente significara que era una puerta de "tirar" y se movía hacia afuera...

 Un poco de pensamiento interno ayudó a Uma a llegar a la conclusión de que iba a tener bastantes problemas para conseguir una hélice en aquel lugar. Ya fuera por la falta de picaporte o por el hecho de que aquel vehículo era un velero los cuales usualmente no tienen hélice, la búsqueda parecía que iba a ser poco fructífera y los ánimos de la jinete se desinflaron alarmantemente rápido. Como quien no hubiese subido hasta aquella embarcación para buscar cosas, sino para probar equivocada a Tsumiko respecto a que había "barreras invisibles" que imposibilitaban el acceso al interior del velero.

- Pff, virus tonto... ¡no hay tal cosa como barreras invisibles! Simulación virtual, ¡bah! Esto fue una perdida de tiempo.

 Uma decide irse de aquel velero y volver con sus compañeros a la playa.

Después de comprobar por primera mano que en aquel barco no había hélices y esas "barreras invisibles" eran lo suficientemente invisibles ni siquiera para verlas allá arriba, pues incluso podía pasearse por todo el exterior de la embarcación sin chocar contra nada, Uma Yugana desembarcó.