Partida Rol por web

No se si era una acosadora pero desde luego fue todo un sobresalto encontrarla. Añado ante la frase de mi compañero.

Como fuese, estamos todos bien y hemos hecho todo lo posible para dejar el buen nombre de nuestra diosa en alto. ¡Incluso salvamos a una aventurera de unos goblins! digo emocionado a modo de microinforme para que nuestro superior, orgulloso, pueda elogiar nuestro valor y arrojo. 

La mujer escucho tus replicas aun de brazos cruzados. Notaste que parecía estar comprendiendo la situación pero cuando mencionaste el nombre de tu diosa viste como arrugo el ceño durante un momento.

—Curiosidad ¿eh? Sabes lo que dicen de la curiosidad ¿no?—Pregunto mientras extendía los brazos y hacía una seña al guardia que te había traído hasta aquí. — Gracias por traerla aquí Thue. —Era evidente que estaba despidiéndole.

El encapuchado por otro lado ya había empezado a hacerlo antes de que se lo indicaran, pues ahora que te percatabas ya estaba en el camino que conducía afuera. La mujer se quedó un momento como el guardia emprendía una pequeña carrera para alcanzar a su compañero y cuando vio que estaban ya lejos se volvió hacia ti.

—Así que Eris.—una breve pausa se dio mientras se sentaba encima de la barandilla de mármol que había tras la subida de las escaleras..—Chica, pareces sincera así que hablare sin tapujos. Ten cuidado. La mayoría no lo recuerda, pero esa diosa ya estuvo en esta ciudad hace una década y la cosa no acabo bien.

—De todas formas, ¿Que querías averiguar persiguiéndome por media ciudad?

Los ojos de Eris se entrecerraron cuando mencionaste no perder a nadie.

—Tan solo… cuidaos y manteneros juntos ¿Vale?.—Dijo dándole bastante énfasis en mantenerse juntos.

Según ibas contándole como había ido la expedición y avanzabas te diste cuenta de algo. ¿Cómo sabía lo que había dicho King en aquel momento? Aun no le habías contado nada de la exploración y tus compañeros tampoco debían haber tenido tiempo y cuando habías entrado en la casa habías visto como los ronquidos de King seguían resonando desde el sillón, el no había sido.

Mientras seguías hablando contando la historia, con aun dudas acechando en tu cabeza, Eris se limitaba a escuchar. Cuando llegasteis a la sala te invito a sentarte en el mismo diván del día anterior y simplemente coloco una triste sonrisa cuando hablaste de tus cosquillas.

—Vivienne, no tienes por qué omitir datos. La piedra que Gerda lleva al cuello me deja ver lo que ocurre a su alrededor, y estaba demasiado preocupada para no mirar.—Por la manera que lo decía, parecía que incluso estaba pidiendo disculpas por hacerlo.— Aunque eso es algo atípico, así que no lo mencionéis a otras personas.

Cuando le diste la espalda la mujer dio un pequeño golpecito con su dedo índice en medio de tu espalda. Durante un momento no pasó nada hasta que finalmente escuchaste el sonido de papeles y como uno se depositaba en tu espalda. Era suave, más parecido a una tela que al propio papel.

Cuando finalmente acabo dio un pequeño golpecito en tu hombro. Cuando te giraste la viste mirando la hoja con el ceño fruncido hasta que finalmente dio un suspiro.

—Como me temía. Por lo habitual para subir de nivel tenéis que bajar varias veces al calabozo y derrotar a algo realmente fuerte. Y nunca había escuchado de un goblin tan grande como el que enfrentasteis.— Dice mientras le da la vuelta a la hoja para que la veas.

Puedes ver como las estadísticas que tenías ahora eran más bajas que el día anterior. En tu magia ya no había una magnifica S, sino una mediocre C y en el resto de los atributos estaban en D y E.

Aquello te habría preocupado de no ser por el nivel que había más arriba, ya no era un uno, si no que un pulcro dos estaba allí apuntado.

—Esperaba que algo como esto ocurriera, pero no tan pronto.—Dijo la diosa mientras soltaba un nuevo suspiro.— Dará demasiado por hablar.

La mujer se cruzó de brazos.

—Por el momento no digas nada sobre esto. Tengo que hablar con Aranis.

Cuando explicaste que no había problema con el resto el rostro de Aranis se relajó, aunque cuando Lance hablo de la fama de la familia su ceño se arrugo levemente.

—Esperábamos algún tipo de investigación por parte de Uranos, eso lo dejo claro Perseus cuando os aceptamos en la familia. Pero… ¿Acosadora?—Pregunto en relación a lo dicho por el enano.—¿También mandaron alguien a seguiros a vosotros? Aunque supongo que es comprensible

Cuando Gerda empieza a hablar una sonrisa aparece en el rostro del joven.

— Eso es bueno. Hacer compañeros ahí abajo es parte de la experiencia. Quien sabe, Quizá la próxima vez esa aventurera acabe salvándoos a vosotros.

Era muy consciente de que la curiosidad podía matar al gato e incluso a ella misma, si es que de entrada había asumido los riesgos que implicaba el estar allí metiéndose en dónde no le llaman. No obstante se quedó mirando a la mujer con cierto aire lleno de interés y se preguntó Marianne así misma si podía descubrir algo más sobre aquella mujer, su familia y tras haber mencionado a Eris, porqué no de la suya. 

—Lo sé señora, aún así estoy aquí—dijo sin miedo y tras quedar las dos solas, escuchó sobre lo de Eris—. Ahora entiendo el motivo por el cual no podemos decir que pertenecemos allí. ¿Podría contarme que pasó? ¿Que me puede esperar estando allí?

Quería saber sobre ello, enterarse el motivo por el cual estaba siendo un tabú pertenecer a una familia como esa. Ya cuando la pregunta fue directamente hacia las intenciones de la misma peliverde, se quedó unos minutos pensativa y luego rompió el silencio nuevamente. 

—Quería conocerla, conocer su familia. No quiero quedarme con una sola imagen, busco oportunidades, soy nueva y mi interés está puesto en conocer a la gente que vive aquí. 

—A...a...
Me quedo boquiabierta, sin saber qué decir. Olvidé ese detalle, lo pasé por alto completamente, pero ahora que explica lo de la piedra y que puede ver todo, me parece hasta sensato lo que hizo. Quiero creer que ha sido para cuidarnos y no porque no confiara en nosotros.
—Em... entonces, ¿viste lo que ocurrió con la chica perro que se nos apareció? —digo titubeando, muy nerviosa—. Lo... las cosas que dicen de ti, mi desconfianza...
Bajo la cabeza, mi cara queda tapada por el sombrero, por eso me lo quito.
—Lo siento mucho. De verdad fui mala contigo y pensé mal de ti, pero luego de ver todo lo que has hecho por mi, todo lo que me has dado, ¡y a Vilfain también!
La miro a los ojos ahora, los míos están humedecidos y los limpio con el dorso de la mano.
—Por favor, perdóname por lo que dije, de verdad ya no pienso eso ahora y quiero creer en ti. Todos esos rumores serán sólo eso, cosas que dice la gente sin saber del todo qué es lo que pasa realmente, unos meros malos entendidos que no llegan a nada. Perdón por pensar mal, perdón por sospechar cosas raras.

—Prometo que esta conversación no saldrá de aquí y no le contaré a nadie, ni siquiera al resto de mis compañeros.
Le dedico una mirada seria a Vilfain, inclinándome para quedar a su altura:
—No repitas nada de esto, tesoro, ¿sí? Esta conversación es muy privada. Haz de cuenta que no has oído, por favor. —Y le aparto el flequillo para dejarle un beso en la frente—. Eres un buen chico.

Asiento a Eris antes de ponernos manos a la obra con la falna. Al terminar, me quedo perpleja por el nuevo valor de mis... eh... cosas.
—¿Cómo es eso? —pregunto, llevándome las manos a la boca—. ¿Ha bajado? Pero si... me siento hasta más fuerte que antes de bajar allí, no entiendo.

Asiento repetidas veces, apretando los labios.
—Nada nada, no diré nada.

Y ya voy levantándome de la cama.
—Em... ¿acabamos ya? Quiero darme un buen baño antes de irnos a la cama con el pequeño. Mañana será un lindo día en el que pasearemos mucho, ¿verdad, bonito?
Mi sonrisa radiante regresa cuando me dirijo a mi bebé.
—Vamos a ver si te compro algo de ropa, cosas ricas, ¿quién sabe? Quizás hasta algún regalito lindo.

La verdad es que esa aventurera también se veía algo sorprendida al escuchar de nuestra casa... digo mirando también hacia Lance como si mi expresión le dijera un "¿Verdad?, no fue solo impresión mi ¿no? para luego añadir directamente en tono casi despreocupado, como bromeando: ¿Hay algo que debamos saber sobre la relación de nuestra casa hacia alguna casa en concreto o todas reaccionaran así y solo debemos ignorarlas?

Mmhm.—La mujer se llevó la mano al mentón durante un momento.— En aquel entonces aun no tenía ningún cargo en mi familia, así que no tengo todos los datos, pero básicamente Eris perdió el control de su familia.

—Más de la mitad de su familia se había integrado con el Evilus y mucha gente perdió amigos peleando contra ellos. —La mujer se cruzó de brazos una vez más. —Algunos se quedaron con tu diosa e intentaron pelear contra los que se habían rebelado, pero eran pocos. No digo que Eris sea “mala”, pero parece que atrae el conflicto.

Cuando explicaste los motivos de seguirla la mujer exhibió una sonrisa afilada. Antes de mover un brazo como si señalar a todo lo que había a su alrededor.

—Pues aquí tienes todas las imágenes que quieras. La familia Ganesha no es precisamente de las que se oculta al público. Y su Vice-Capitana no es un caso diferente —La joven se señalo en el pecho cuando decía el rango. De un pequeño salto se bajó de la barandilla donde estaba sentada. —Aunque si hubieras llegado antes lo habrías entendido mejor. Después de todo en el festival es donde más se puede apreciar nuestra familia… aparte de vigilar la ciudad intentamos hacer algo que el resto de las familias ni piensa intentar. Domar a los monstruos del calabozo.

Cuando dice eso recuerdas algo de la primera comida con la familia, Aranis había mencionado algo sobre la familia Ganesha como “domadores” y ahora que empiezas a relacionar conceptos comprendes uno de los comentarios de tu diosa cuando vio a Nieve, había mencionado que la familia Ganesha celebraba un espectáculo durante la cosecha que podía resultarte “inspirador” quizá fuera algo relacionado con la doma de los monstruos.

—Por desgracia hoy ya es tarde y…—La mujer eleva la mirada del balcón del que ha caído.—Tengo otros asuntos que resolver. En nuestra última expedición uno de nuestros compañeros no tuvo suerte y su hermana no lo está pasando bien.—Posiblemente se refería a la elfa de pelo morado que había en la posada.—Vuelve si quieres mañana, no me importaría calmar tu curiosidad si a cambio me avisas, si ocurre, de algún suceso sospechoso en tu familia.

Una triste sonrisa se muestra en la cara de tu diosa cuando empiezas a disculparte. Finalmente alza una mano para interrumpirte.

—Por desgracia los rumores no son infundados.—El tono con el que habla es triste, lo suficiente como para que te des cuenta que, aun siendo una diosa, es un tema delicado para ella.—La discordia a veces es buena, competir es bueno para mejorar, ver como tus hijos intentan mejorar para ser los mejores te llena de orgullo pero…—La diosa mira a Vilfain.—Otras veces puede ser una maldición.

—Como madre seguro que puedes comprenderlo. Ver a tus hijos mejorar y esforzarse para ser algo mas es maravilloso pero… —Eris dudo un momento antes de volver a hablar.—Imagina que tienes dos hijos, dos pequeños Vilfains, estas orgullosa de ambos y como se esfuerzan, pero uno intenta empezar a mejorar por los caminos incorrectos.

El tono de la diosa había ido bajando cuanto más hablaba, como si se estuviera sumergiendo en sus propios pensamientos.

—Quizá sea más radical que el otro y se porte mal pero… sigue siendo tu hijo. —La diosa dio un pequeño suspiro.—Lo único que quieres hacer es salvarlo… y conseguí justo lo contrario. Pensé que quizá mandar al hermano con pensamientos menos radicales a hablar podría convencer al otro de sus errores y hacerlo volver a casa. Me equivoque.

Sin decir nada más la Diosa trazo la falna y te la entrego, provocando tu pregunta.

—Imagina unas escaleras con diversos descansillos, tu capacidad es todo lo que has subido por esas escaleras, pero las letras de cada nivel representan en el escalón del tramo de escaleras que estas.

—Es decir, ahora mismo estas en los primeros escalones del segundo tramo de escaleras… pero eso no quiere decir que no estés más alto.—Explico la diosa, quizá no era una comparación fácil pero no parecía saber cómo explicarlo.—Funciona de forma independiente para cada atributo, si cuando subiste de nivel tu estadística era baja, aunque tú “descanso” haya llegado, tus puntos también serán bajos.

La mujer medito durante un momento para ver si estabas comprendiendo.

—Por ejemplo, piensa que cada letra es un escalón. Tu descanso en magia ha estado en la altura S+ habiendo subido 7 escalones, y tu fuerza estaba en C subiendo 3 escalones. Aunque hayas encontrado la primera parada, estas mucho más lejos del suelo en las escaleras de magia que en las de fuerza… Y eso se va acumulando nivel tras nivel. Por eso hay diferencias entre aventureros del mismo nivel con la misma calificación.

—En la práctica, cuando más alta este tu estadística más vas almacenando. Imagina dos aventureros de nivel 3 con una A en fuerza. Si uno subió de nivel cuando tenía una A en fuerza a nivel uno y dos, habrá avanzado 15 escalones. Mientras tanto el otro, subió de nivel teniendo una S+ en ambos niveles… 19 escalones. El segundo está mucho más alto.

—Aunque hay que tener en cuenta que a cada tramo de la escalera los escalones son más altos y lo que subes con ellos es diferente… ¿Creo que se comprende no?.—Pregunto la diosa dubitativa sin saber si se había explicado.—Lo siento, estas cosas se le dan mejor a Aranis.

Cuando pregunto si habíais acabado asintió con la cabeza dándote permiso de salir.

—Las personas que lleven más de diez años en la ciudad quizá reacción de alguna forma negativa… O aquellas que tuvieran familiares o amigos involucrados.—Aranis os mira durante un momento antes de hablar.— Digamos que hace diez años, en la familia Eris hubo unas manzanas podridas que hicieron mucho daño tanto a la ciudad como a Eris y la propia familia.

—Imaginaos que vosotros dos pensáis de formas muy contrarias y el otro opta por hacer algo que os resulta muy desagradable. Así que intentáis detenerlo. Sigue siendo vuestro compañero, pero finalmente acabáis peleando. Otra gente intenta ayudaros, pero a él también le ayudan.

—Cuando todo acaba… ¿A quién recuerda la ciudad? ¿A ti que has intentado detenerlo, o a quien se ha portado mal y ha hecho daño?—Aranis da un pequeño suspiro.— No os tenéis que avergonzar de la familia. Pero no sería de extrañar que para evitar que algo como eso ocurra de nuevo quieran tenernos un ojo encima.

Dio un pequeño momento para que asimilarais las palabras.

—Todos culpan a Eris por criar esas… manzanas podridas, pero creo que la verdadera víctima de aquello fue ella… Así que os pediría que no comentéis este tema con ella.— Durante un momento se quedó pensativo y antes de volver a hablar se volvió a acomodar la bolsa que llevaba.—Si realmente necesitáis saber sobre que ocurrió no tengo problema de contaros, pero quizá para evitar rememorar algo varias veces, preferiría que estuvierais todos presentes.

-Si pueden volver a empuñar un arma, tal vez tengan la oportunidad de ser salvadas otra vez- Un leve encogimiento de hombros con acompaño a la respuesta de las aventureras rescatadas, recordando que una de ellas probablemente tendría el brazo inutilizado por mucho tiempo si no permanentemente.

-Eso suena a historia que me gustaría escuchar entera- Dijo al escuchar el resumen de Aranis, para luego empezar la marcha de nuevo- Pero otro día, con una copa en la mano, de momento me quedo con que tendré más publico observando mi ascenso...Aunque una cosa importante, ¿la familia Apolo no será una de las que nos tenga mucha tirria no?

Atiendo asintiendo a las palabras de Aranis. Su historia me hace pensar en lo mucho que se espera de nosotros como nuevos integrantes de la familia Eris.

"Yo jamás me avergonzaría de la familia" pienso cuando durante la explicación.

"Ahora se espera que nosotros seamos un ejemplo a seguir del verdadero comportamiento que han de tener aquellos a quienes Eris toma bajo su mando" Sigo con mi pensamiento.

Sin embargo, cuando Lance hace la pregunta sobre la casa Apolo, quedo extrañado mirandole. No entiendo por qué esa casa. ¿La aventurera sería uno de ellos?, ¿Tendría Lance alguna relación previa con Apolo?, ¿Quizás la elfa?,...

Finalmente me vuelvo a Aranis para escuchar curioso su respuesta.

El enterarse un poco sobre la familia a la que pertenecía, hizo que sienta un pequeño nudo en el pecho. Más allá de que todo aquello no inclinó la balanza hacia un lugar, si era de mirar que la diosa fuera un foco de conflicto considerando que tenían sus secretos e incluso su ayudante ya no pertenecía a la familia. Por esa razón es que asintió con su cabeza un tanto pensativa y respondió algo. 

—Eso no lo sabía, incluso cuando me uní no tenían a nadie. Somos cinco aventureros y uno más que va y viene, un tal Aranis. 

No dudó en mencionarlo, quizás porque tendría alguna información sobre ello. Después cuando le comentó sobre la familia Ganesha, sintió un profundo deseo por pertenecer allí ya que sería muy afín para la peliverde e incluso se notó un pequeño brillo en la mirada llena de intenciones. 

—Es muy interesante, incluso yo tengo un lobo que se crío conmigo—dijo un tanto orgullosa—. Lamento el no haber estado al tanto de este lugar, me hubiera encantado ser parte. 

No lo pudo evitar, si ellos se encargaban en domar monstruos era todo lo que necesitaba. Sólo que ya tenía un pacto con Eris y no podía renunciar. No obstante como ya era muy tarde, llegó la hora de despedirse y con una sonrisa, Marianne escuchó todo lo demás. 

—Mañana volveré, nos vemos. 

Sin más, decidió retirarse de allí con la clara intención de regresar al hogar donde estaban sus compañeros.

Con el labio tembloroso y los ojos humedecidos, voy y le doy otro abrazo, esta vez más fuerte, a Eris.
—Comprendo. Te comprendo, de verdad. Gracias por contarme esto.

—Sí, es un poco triste... de verdad me hubiera gustado tener media docena de pequeñines hermosos, ¡no, más! Pero... bueno, ya sabes lo que ocurrió.
Cuando la suelto, me acerco a Vilfain.
—Este niño es el centro de mi vida, es la razón por la que existo. Si me llegara a hacer algo como eso... yo no sabría si podría continuar, me partiría el corazón.
Lo miro a los ojos, con una mirada suplicante.
—No me harás nada así, ¿verdad? —pregunto, juntando sus manitos entre las mías—. Mami te ama con todas sus fuerzas. Todo lo que hace es para ti.

—Supongo que no podré prometer que algo así ocurra de nuevo, cada uno es libre, pero... lo que sí prometo es estar contigo siempre que me necesites, en las buenas y en las malas —acabo diciéndole a Eris—. Luego de todo lo que has hecho por nosotros, no puedo yo responder con menos. No puedo.

Tras la explicación sobre la falna quedo absorta, pero entiendo perfectamente lo que me dice. Es precisamente por eso que me sorprendo.
—Se comprende, se comprende. ...Vaya, así que debo ser una maga asombrosa —comento, con una risilla—. Es bueno saberlo, la verdad, ahora tengo muchas ganas de vajar allí de nuevo y comprobarlo, jeje.
Acto seguido recojo a Vilfain, que al ser ya grandecito está un poco pesadote, pero me cuesta menos cargarlo, quizás también me he vuelto más fuerte en otros aspectos, como ya me lo ha dicho Eris. ¡Genial!

—Estaremos dándonos un baño, por si me necesitas —le digo a la diosa—. Trataré de dormir temprano, así aprovecharemos al máximo el día. Em... ¿Cuánto tiempo podría estar él fuera antes de que empiece a recaer?

Aranis mirado durante un momento confundido por la pregunta de Lance sobre una familia en concreto.

—¿La familia Apolo? No, no debería haber roces con ellos. No hemos tenido relación con ellos, ni buena ni mala.—Respondió Aranis mientras caminabais.— Las que podrían tener algun resentimiento serían las familias de Loki, Ganesha y las Horas, Eunomia, Eirene y Diceá.—Enumero con sus dedos.—  Aunque creo que esta última ya no está en activo. Y luego están aquellas que pueden tener un ojo sobre nosotros pero realmente no tener problema con nosotros, como la de Hermes. La joven de pelo azul que estuvo cuando os seleccionamos era un alto cargo de la familia de Hermes y estaba precisamente ahí como aviso.

—Aun así, por el momento sería conveniente tener un perfil bajo. Si se declara una guerra de familias Eris estaría en una posición muy desfavorecida.—Dijo alertándoos una vez mas de no tener problemas con otros.—Si bien podría manejarme con muchos de los altos cargos de las familias más grandes, por un tema de impuestos técnicamente no “pertenezco a la familia Eris” en este momento y no podría ayudar… esa es la misma razón de por qué no os acompaño al calabozo.

Al ver como os preguntáis a que se refiere exactamente a no pertenecer a la familia empieza a explicar. Por la manera que hace las cosas, daba toda la sensación de en algún momento haber sido instructor o profesor.

—Digamos que a cada más gente con más nivel hay en una familia más dinero hay que tributar, pues se entiende que alguien de buen nivel puede bajar más profundo a conseguir mejores tesoros.—Explico la situación mientras llegabais ya a la calle donde residíais.— Pero los pisos profundos no es algo que pueda hacerse solo. Ergo si permanecía legalmente como parte de la familia Eris, únicamente sería una carga económica. Ahogaríamos todo el posible dinero que pudierais conseguir o acabaría muerto en los pisos profundos. Calculo que en algunos meses, cuando estéis a nivel 3 como mínimo, quizá podría empezar a acompañaros allí abajo si queréis.

Justo cuando llegabais a la puerta de casa visteis como Marianne llegaba también allí desde el otro extremo. Vuestro acompañante no tuvo problema en levantar el brazo saludando a la exploradora.

Tras la pequeña despedida finalmente decidiste volver hacia casa. Caminando por las arterias principales de la ciudad, esta parecía tranquila y segura, pero sabias que en calles secundarias y alejadas aquello no era del todo cierto.

Sumergida en tus pensamientos, cuando ya estabas llegando a la casa te encontraste con  Lance y Gerda llegando a la casa por el extremo opuesto de la calle. Junto a ellos, conversando, les acompañaba Aranis, quien portaba una bolsa de papel marrón sobre su brazo izquierdo apoyándola sobre su pecho. De la parte superior de la bolsa salía un rollo de papel así que probablemente llevaba o bien materiales o provisiones. Cuando te ve a la distancia levanta el brazo libre a modo de saludo.

—Pero bueno, para eso falta bastante tiempo así que no adelantemos acontecimientos.— Dijo finalizando la conversación que mantenía con Lance y Gerda.

—¿Mañana bajareis de nuevo o lo tomareis de descanso? Depende totalmente de vosotros. —Pregunto mientras terminabais de reuniros los tres y se dirigía hacia la puerta.—Los descansos son importantes, cuando empecéis a ir más abajo las expediciones pueden durar incluso semanas, así que hay que saber tomar los descansos apropiados en la superficie para no fatigaros mentalmente.

La llave se introdujo en la cerradura dándoos paso a la casa. Nada más abrir lo primero que escuchasteis fueron los ronquidos de King en el sofá, seguía totalmente dormido.

La diosa apoyo su mano en tu hombro como si comprendiera tus sentimientos.

—No te preocupes, las cosas del pasado no deberían afligiros y menos preocuparos, pero tenéis derecho a saber.

Ante la pregunta de cuánto tiempo podría aguantar Vilfain sin recaer se llevó la mano a la barbilla pensativa.

—Ha estado toda la tarde con ellas y pasara la noche también, supongo que mañana podría salir varias horas, peor no es algo común, y solo he visto a otra persona con dicha aflicción, así que no se si puede variar.— Dijo sin estar del todo segura si su estimación era correcta.

Tras haber dado aquel paseo por la noche, le sorprendió encontrar a sus compañeros regresando a estas horas a la casa y ante el saludo de Aranis, rápidamente se acercó a ellos con una sonrisa dibujada en su rostro. Acorde a lo que se había enterado en estas últimas horas, quedó muy pensativa pero intentó simular mientras caminaba junto a sus compañeros. 

—Por mi podemos bajar. ¿Qué opinan?—comentó ansiosa por más acción y luego miró la bolsa de Aranis—. ¿Qué llevas ahí?

Ya cuando se abrió finalmente la puerta de la casa, lo primero que hizo fue soltar un ligero silbido para atraer a su lobo. Al verlo no dudó en abalanzarse sobre él, todo para llenarlo de mimos y saber que estaba bien. No obstante miró a Lance durante un pequeño momento, tenía que hablar con él. 

—Bueno, no, pero sirven de experiencia importante para no volver a equivocarnos —respondo a Eris con una sonrisita de labios apretados.
Lo que me dice después hace que mis orejas se flexionen brevemente, me quedo mirándola, atónita, con la boca entreabierta.
—¿...Eh? —Parpadeo, confundida, llevándome una mano al corazón—. ¿Has dicho... qué? 
Tengo miedo de preguntar. Tengo miedo, porque la respuesta puede ser tanto alegre como triste y no quiero. No quiero no quiero. Pero tengo que saber...
—¿Quién es esa otra persona? ¿Se... se...? —Me muerdo el labio mientras dudo si hacer la pregunta de si consiguió curarse, de verdad me da miedo la posible respuesta.
Finalmente decido ir por otro camino:
—¿Fue hace mucho tiempo eso?