Partida Rol por web

Mis movimientos cansados y tullidos se abren paso a través de las rocas y la tierra que tan difícilmente nos reciben. Camino con una cojera aun más pronunciada debido a la terrible fatiga que me ataca, que hace que mis músculos duelan de calambres y mi aliento se ausente demasiado seguido, obligándome a bajar aun más la velocidad si cabe.

Miro hacía adelante y me seco el sudor de la frente cuando veo que una criatura aparece delante de nosotros con claras intenciones hostiles. Sin pensarlo y casi como un autómata, saqué mi revólver y disparé al monstruo sin más tiempo para apuntar que una fracción de segundo.

Mi bala recorrió el espacio que separaba mi cañón con las escamas del ser, incrustándose en ellas y viéndolo morir unos instantes después con un cañón aun humeante en mi mano derecha. Acerco el cañón y soplo su punta para disipar el humo en él antes de guardarlo y seguir mis pasos cansados de minusválido hasta llegar el centro del grupo.

La hermana miró ceñuda su pistola volviéndola a enfundar. Aquellos cacharros realmente a la hora de la verdad no servían para nada. Colocó su mano cerca de la empuñadura de su espadón y examinó la criatura muerta. Sí, el espadón no le fallaría.

Tomó buena nota mental de los reflejos y la agilidad de Tercio, su exhibición había sido impresionante. El sacerdote también había hecho gala de buena puntería impactando a la criatura... aunque Scythia dudaba que ésta siguiera viva tras los impactos que Tercio le había propinado.  Ostrogov en cambio falló, al igual que ella. Y Kurt y Renata se quedaron mirando la situación sin reaccionar.

La sororita esperó que en un combate más peligroso se comportaran de otra forma... o de lo contrario el equipo estaría vendido.

Con cierto desprecio, Scythia apuntó a la criatura muerta con el espadón y la movió un poco para poder examinar bien el cadáver...

- Este bicho es muy feo. - comentó sin más. 

No he tenido tiempo de nada. En un momento dado estábamos todos coronando la cima de la colina, yo con mis cosas y parte de las de Renata, y al siguiente un enorme borrón de movimiento era acribillado por los disparos de Tercio.

Me fijo en Tercio, con su arma humeante en las manos, un baqueteado rifle de asalto de proyectiles sólidos.

Ni siquiera le he visto armarse, y diría que antes tenía el rifle bien sujeto por correas a la espalda.

El monstruo a sus pies está acribillado, lleno de agujeros humeantes y sangrantes.

Miro a Renata significativamente y asiento.

No sé quién será este Pelofino. Parece sólo un gilipollas presuntuoso, pero yo no me hubiese podido mover así de rápido, ni con esa precisión. Ni aunque mi vida dependiera de ello...

- "Parece un ejemplar particularmente grande de hexálido... un tipo de depredador del Yermo. Creo... creo que hay algo extraño en él..." -

-Defina "extraño"-dijo el vostroyano al escuchar las palabras de su guía. Con paso cansado, se acercó a aquella cosa, agachándose para examinar su cuerpo. No era ningún experto, y dudaba muchísimo ser capaz de apreciar algo anormal. Pero, al menos, lo intentaría. Al fin y al cabo, había visto cosas que se salían claramente del término "normal", como aquellos malditos seres de gusanos...

- "Observe." - Dice el Hermano Lamark señalando: - "Está cubierto de heridas viejas y supurantes, en avanzado estado de descomposición por lo que se ve. Es lo que produce ese asqueroso olor. Y además tiene las cuencas de los ojos vacías..." -

Lamark se queda en silencio y mira con desconfianza a los acechantes cuervos de esquisto, que se mantienen a prudencial distancia, observando al grupo en silencio.

- "Supongo que el hexálido fue lo que causó las muertes de esos bandidos..." -

Ni en un millón de años me cogerán desprevenido, ni aunque esté echando los pulmones por la boca después de una subida como aquella, no escapé de los subirbios de Mordia para ser emboscado por un engendro mutante. Ese bicho creyó que era muy silencioso, pero algo de ese tamaño lo tiene difícil para esconderse. En cuanto mi ojo percibió sus movimientos, mis manos ya estaban cogiendo el rifle y apretando el gatillo. Un ligero toque y diez balas volaban atravesando el viento hasta alcanzar al desprevenido monstruo.

- Tercio 1, Herejes 0 - dije volviendo a guardar el rifle tan rápidamente cómo lo había sacado.

El monstruo se desplomó acribillado por mis balas y las del resto de mis compañeros, que habían reaccionado también con gran velocidad, aunque no la suficiente... Aún así me permití un momento para recuperar el aliento y conseguir que mi corazón dejase de latir tan rápido.

- A mi lo que me resulta extraño es que este bicho se haya atrevido a atacar a un grupo tan numeroso - dije yo, haciendo gala de mi tremenda perspicacia.- No es lo mismo zamparse un bandido que anda por ahi solo que un grupo entero, va en contra del instinto animal...

- ¿Qué es lo que le ha causado las heridas? - preguntó la hermana Scythia mientras seguía examinando con la espada el cuerpo del animal. - ¿Y cómo ha atacado a Tercio si no tenía ojos para verlo? -

Decididamente aquel animal era un enigma... él y su comportamiento. - ¿Se vieron heridas de mordiscos o garras en los bandidos muertos? - preguntó la sororita dudando bastante que el hexálido fuera el causante de las muertes.

- "Los cuervos son los principales carroñeros en este lugar. A todos les faltaban los ojos, arrancados a picotazos..." -

- Eso explica lo de los ojos... - contestó la sororita al hermano Lamark. - Pero si los bandidos que aparecieron muertos no tenían marcas de garras o dientes... este ser no pudo ser quien los matara. Es mejor que no hagamos deducciones precipitadas. -

La joven hermana miró alrededor en busca de otras posibles huellas o depredadores... algo no encajaba en todo eso...

- "Esto es una pérdida de tiempo..." -

Kurt escupe a un lado con hastío.

Me acerco al cadáver de la criatura y miro bien los ojos vacíos que tiene, así como las marcas de heridas anteriores a las hechas por nosotros. Sostengo mi mentón un momento antes de dar mi humilde opinión:

 - "Todo parece indicar que una ignominia que el Dios-Emperador me perdonará por mencionar ha ocurrido aquí. Creo que esta criatura estaba muerta antes de atacarnos. No sé por que medio se reanimó, pero el punto es que alguien la mató, los cuervos se la devoraron y luego nos atacó. Que el Emperador nos proteja."

Le doy una patada al cuerpo antes de mirar los alrededores por si algo se esconde.

- "No, muerta no." - El Hermano Lamark señala los orificios de bala todavía sangrantes.

- "Creo que esta desdichada criatura estaba viva, pero con viejas heridas infectadas que quizá la habían llevado a la locura." -

Vladymir escuchó hablar a unos y otros, mientras seguía arrodillado al lado de aquella cosa. Sin embargo, todo parecía indicar que aquello escapaba de sus conocimientos, y no podría hacer nada al respecto con esa cosa. 

-En fin, si nadie más tiene algo que decir respecto a ésta "sorpresa", supongo que debemos tomar nota de ello y seguir avanzando. ¿Cuanto queda para el lugar, hermano Lamark?

- "Es aquí. Aquí fue donde aparecieron las víctimas. Y diría que ya tenemos al culpable." - Dice señalando a la bestia muerta.

- ¿Aquí? - preguntó Scythia extrañada. Aquello tenía menos sentido todavía.

Aun aferrando el espadón, dio una vuelta alrededor de la zona, en círculo, separándose unos veinte metros de sus compañeros. Intentando rastrear de alguna manera, buscar algo fuera de lugar o ver si veía alguna huella que no fuera del extraño reptil.

- No tiene mucho sentido... - algo se les escapaba pero no sabía el qué.

Al acabar la vuelta se dirigió de nuevo al hermano Lamark. - ¿Y el siguiente incidente dónde fue? -

VLADYMIR:

- No ves nada fuera de lo normal. El calor te parece sofocante y te parece que estás tragando más polvo de lo normal.

HERMANA SCYTHIA:

- Si quieres, puedes hacer tiradas ocultas de Escrutinio, Indagar y Perspicacia +0.