Partida Rol por web

Los golpes de Valyëvan fueron del todo infructuosos. Sin duda el trasgo que tenía delante era bastante más competente que los que la bárbara había enfrentado hasta la fecha.

El conjuro de Tarkhan no consiguió derribar al otro, aunque todavía tenía trabajo por delante si quería salir indemne de la zona impregnada con la grasa.

Por otro lado los trasgos que seguían en el interior de la telaraña, seguían luchando de forma inútil por abandonarla. Mientras Yoon- Shun haciendo caso a su maestro, se alejó del combate. Combate que seguía decanato  hacia el lado de los invasores.

Me daba alegria que Yoon retrocediera, ahora podia exponerme y avance hacia Valy para ayudarle, al parecer estos que acaban de escapar serian mucho mas dificiles que los anteriores.

Entonces vi el disparo de Yoon y la grasa bajo aquel cerdo enemigo. La grasa podia arder, era inflamable, solo hacia falta algo de fuego. Estaba orgullosa de aquella niña.

- Vaaalyyyy!!!!

Queria flanquear a aquella criatura pero no tenia espacio por donde meterme y al parecer mis flechas no eran tan acertivas en esta oportunidad.

La flecha de Aenifer se clavó en la dura piel del ogro. No obstante, para él fue como un rasguño y casi ni se enteró del picotazo.

Mientras tanto los trasgos que seguían en el área de la telaraña, trataban de salir de la misma sin ningún éxito.

Si una cosa tenía clara la enana era que debían terminar con aquellas criaturas. El jefe de los Goblins o su campeón, según deducía Belbara, había logrado salir de la telaraña. También un espantoso ogro, el cual sería difícil de derribar. ¿Qué hacer? Sería mejor terminar con los trasgos que seguían atrapados antes de que lograsen liberarse?¿o tal vez había que poner todo el esfuerzo en el otro? El número de enemigos le parecía un factor importante á tener en cuenta, así que decidió hacer algo contra los trasgos enmarañado, que al estar enganchados a las hebras de las telarañas tampoco podrían defenderse demasiado bien.

Clavó sus ojos refulgentes en el objetivo y con voz profunda solicitó el favor de su dios.

-En los momentos de aciaga batalla lucha junto a nosotros, pues juntos derrotaremos a los enemigos de nuestra raza-

Y al poco el aire pareció comprimirse en un punto muy concreto, a condensarse y a brillar. Y al fin se hizo visible un arma que, sin necesidad de guia carnal, luchaba a vuestro lado.

El trago portaba un arma muy similar a la que la propia Valyëvan esgrimía. La bárbara sabía por tanto, de lo que era capaz. El primer hachazo voló directo al torso de la pelirroja, pero logró esquivarlo sin muchos problemas. Un segundo ataque, no obstante, se incrustó entre sus costillas causando un agudo dolor y un abundante sangrado.

- ¡Jajajajaja! - Soltó una risotada aquel asqueroso trasgo. Algo que si entendieron todos. Disfrutaba con aquello.

- ¡Naghi ukt ûka zâr up stunlz! - El ogro movió las manos mientras recitaba unas extrañas palabras y su cuerpo se iluminó con una extraña luminaria violacea.

Entonces, con sumo cuidado salió de la zona de la grasa. A punto estuvo de resbalar y acabar por los suelos, pero finalmente se situó junto a Valyëvan, listo para atacarle en cuanto tuviera ocasión.

- ¡Tenemos que acabar con esa cosa! - Gritó la niña asustada. - ¡Quiere rodear a Valyëvan!

Se agachó, cargó una flecha en su ballesta y disparó contra el ogro. Falló por bastante el impacto.

Mientras todo aquello pasaba, el resto de trasgos seguía enfrascado en la ardua labor de escapar de aquella molesta y pegajosa telaraña. La mayoría de ellos estaban del todo inmovilizados, pero entonces, uno de ellos logró escapar. Iba armado con una espada tosca y su rostro de satisfacción lo decía todo.

No contaba con fallar mis ataques ni tener que soportar las risas de aquella desagradable criatura, pero eso fue lo que sucedió, además de ver, de reojo, como el peor de todos ellos, el más grande y despreciable, se acercaba a mí por la espalda. Sabía que no podía hacerlo todo y una sensación de que aquella lucha podía ser mi final, me recorrió la espalda de arriba a abajo.

Así que hice lo único que podía hacer.

Concentré todo lo que tenía, mi odio, mis esperanzas, mis deseos de salir con vida y de morir con honor, de ver a mi amiga feliz, sana y salva, y de regresar triunfante ante mi pueblo, y dejé que todo ello alimentase mis brazos... y el hacha que sostenía entre mis manos.

-Ríe.... por última vez, criatura inmunda.

Tras lanzar mi ataque contra él, continué el giro y con un grito, descargué mi hacha sobre la otra criatura, sabiendo antes de terminar el movimiento, que iba a fallarlo, pero esperando que al menos, sirviese para mantenerlo lejos y darme tiempo a contraatacar.

Valyëvan estaba sola en el frente y empezaba a estar rodeada de enemigos. Por suerte, Tarkhan aún tenía mas mangas llenas de hechizos poderosos para equilibrar las tornas. El anzano comenzó a tejer un conjuro complicadísimo: sus manos se deslizaban en complicados bailes gestuales por el aire, sus pies trazaban los símbolos del encantamiento en el suelo y él desgranaba las palabras de poder, que se convertían en nubecillas de vapor cuando salían de su boca. 

Tarkhan está lanzando Convocar Monstruo III; la invocación saldrá al comienzo de mi próximo turno.

Mientras Tarkhan realizaba una convocación, Valyëvan comenzó a golpear con su hacha sobre el trasgo que tenía delante. Uno de sus golpes impactó sobre el muslo de éste causando una herida abierta, sin embargo, nada que le impidiera seguir en la pelea. Lo cierto era que ahora, la bárbara, estaba en un aprieto, rodeada y frente a dos poderosos enemigos.

Uno de los trasgos comenzó a avanzar poco a poco a través de la telaraña. Sus pasos eran lentos y requería un gran esfuerzo para lograr quitarse de encima aquellas molestas y pegajosas hebras, lentamente iba viendo la salida, aunque su esfuerzo no le dio para alcanzar una zona libre de magia.

Era frustrante que mis flechas no sirvieran de mucho y para colmo ver a Valy sola en el frente me hizao correr hacia ella, pero ahora tenia ese trasgo enorme entre nosotras y sabia que no podia dejar que entre ambos la atacaran o no conseguiriamos los restos de mi amiga.

Corri hacia el gigante y llegando por detras le ataque con mi daga flanqueandolo completamente, aunque parecia que no serviria de nada tampoco.

El ataque de Aenifer fue un completo fracaso. Sin embargo, que hubiera acudido al combate cuerpo a cuerpo le daba alguna oportunidad a Valyëvan de sobrevivir, pues rodeaba como estaba por dos temibles adversarios, estaba más que sentenciada si nadie acudía en su ayuda.

Mientras tanto, los trasgos de la telaraña, poco a poco empezaban a avanzar posiciones. Sin lograr abandonar aquellas pegajosas hebras, si que se estaban acercando a la salida, no obstante y de momento, seguían estando controlados la mayor parte de ellos en el interior el área del hechizo.

La impetuosidad de Valyëvan podía salirles muy cara. La semielfa se había lanzado a la lucha cuerpo a cuerpo y con ello debían renunciar a la ventaja que les podía dar el efecto embudo del lugar en el que se habían colocado. Ahora la pelirroja se veía rodeada, algo que de haber mantenido la posición hubiese sido casi imposible.

Habia que sacarla de allí y volver a donde pudiesen tener una posibilidad, pues los enemigos solo podrían enfrentarse a ellos de dos en dos, o uno si se tratase del enorme ogro.

-Brook, que mi brazo sea tu brazo. Ayúdame a vencer a nuestros enemigos!- imploró la enana a su dios mientras el coraje digno de su raza empezaba a calentar sus venas. Después acudiría en ayuda de la semielfa, que luchaba muy bien, pero su impetuosidad había nublado su juicio, aunque no por ello merecía la muerte.