Partida Rol por web

D&D 5e: El trueno del Rey de la Tormenta

Introducción: Una gran conmoción

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02/01/2020, 19:25
Brummbär FassBier

La retirada de los orcos le pilló por sorpresa... en otras ocasiones en que había cruzado aceros con ellos, éstos habían luchado hasta el fín, obstinadamente... Lo mismo se estaban volviendo inteligentes, idea que le resultó aterradora al enano...

Ver que se retiraban, y que Darnys, a su lado, no hacía nada por impedírselo, hizo que se relajase por fóin, y bajase la maza; le dolía el pecho horrores, allí donde el acero mordió su carne; por fortuna, la herida, gracias al Poder invocado por Edirian y Nott, dejaba de sangrar, y los huesos y órganos internos, volvían a estar como debían, aunque otra nueva cicatriz se unía a la colección particular que surtaba el cuerpo del clérigo.

Se volvió hacia quienes le habían salvado la vida con sus poderes, y, sonriendo, les dió las gracias más sinceras...

-Gracias! Si no es por vosotros, estaría rindiendo cuentas de mis actos ante Tempus. Estoy en deuda con ambos.

... y no era poca cosa ello, pues las deudas de honor, para un enano, valen más que su vida

Volvió su atención hacia los orcos...

-No creo que vuelvan... su partida está destrozada; bastante tendrán con buscar donde esconderse, si como parece hay gigantes de las nubes por la zona... los orcos no son rival para ellos.

... mas permitir por su parte que huyesen, no implicaba que fuese a mover un músculo si algún otro decidía impedírselo...

Notas de juego

En este turno, creo que no debería realizar acción ninguna, pues considero que estaría dando gracias por seguir vivo, tras los daños recibidos...

... como mucho, iría a cambiarse los gayumbos...

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03/01/2020, 10:44
Karag

El orco tuerto dijo algo, que para Karag tenía que ver con su hombría u como olía. Podía aceptar que dijeran que olía mal, después de todo era verdad… ¡Pero nadie se metía con su hombría! Con un rugido gutural saltó sobre el desprotegido clérigo, el orco grande, descargando su hacha a la altura del hombro, descendiendo varios centímetros dentro de la carne.

-Agharaaaaaak Imaaak- gritó en su inteligible idioma, desprendiendo el hacha sin saber si había acabado con él o no, luego se giró, cubierto de sangre de la cabeza a los pies, con la mirada febril, observando a sus compañeros. Era difícil adivinar si les estaba viendo realmente o solo calculaba su siguiente ataque.

- Tiradas (2)
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04/01/2020, 11:08
Nótt

Una victoria no era pisar la cabeza del rival vencido, sino más bien sobrevivir a un duro encuentro en el que podía haber muerto aunque ambas partes quedaran sin heridas. Ya tenía la impresión por las pintas que traían los orcos de que huían de algo, buscando un refugio donde cobijarse y encontrándose con ellos, una manda de supervivientes que habían tenido que pasarlas canutas por otros motivos. Le hubiera gustado en realidad saber de qué huían para conocer así una amenaza que puede fuera en común.

Por eso cuando decidieron huir, buscando posiblemente otro lugar donde refugiarse, la sacerdotisa se mantuvo estática en el sitio tras el enano bonachón, observando únicamente cómo corrían en dirección contraria… y tras ellos Karag.

Seguía sin gustarle su presencia, más bien la molestaba al no comprenderla del todo teniendo en cuenta cómo había sido su entrada. Aceptan justamente de lo que se quejan.- Bajó la mirada a Brummbar, quien parecía acorde a sus pensamientos de dejarlos marcharse.

A los supervivientes del alcázar les gustará saber que pueden salir de su escondite.- Se giró para ver la pequeña alcázar, intentando vislumbrar cualquier persona en la ventana o en lo más alto. Ni siquiera sabía qué habían hecho durante la batalla.

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04/01/2020, 12:40
Reshi Cassalanter

Todavía sin decidirse a cruzar el puente, Reshi agitó los brazos en saludo, y con unos pocos gestos más hizo aparecer sobre su cabeza un destello de luz azulada* que desapareció instantes después. Sus gestos amplios dejaban claro que el mago no había sufrido daño, sin embargo, no parecía dispuesto a cruzar el agua. En su lugar, decidió ponerse a revisar buscando otro tablón que pudiera hacer de pasarela.

Notas de juego

*Prestidigitación.

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07/01/2020, 07:40
Edirian

Huían. Detenido entre el clérigo de Tempus y aquella bestia inmensa de un solo ojo, el bardo sujetaba su estoque con fuerza, sabedor de que en un combate uno contra uno con uno de los sacerdotes de Grummsh poco tendría que hacer, pero aquella bestia había reconocido su muerte en medio del caos y huía con el rabo entre las piernas.

Por un momento, dudó. Sus instintos le decían que aquel desgraciado debía morir. "Mátale, y ahorrarás al mundo un horror futuro". Pero, ¿quién era él para decidir? ¿Y si aquel desgraciado, por improbable que pareciese, no estaba libre de redimirse? ¿Y si en algún lugar una de aquellas bestias acababa siendo decisiva para que algún inocente viviese, y no muriese?

No. Bajó el arma y observó a los orcos huir, con aire cansado, secándose el sudor con el dorso de la manga. Un vistazo le dejó claro que su camisa se había roto, a saber porqué, así que conjuró su magia para remedarla, como había hecho tantas veces ya. Cuando por fin hubo terminado, se dio cuenta de que estaba solo entre los restos de la batalla, así que con cierto aire melancólico y alicaído volvió hacia la fortaleza.

La batalla siempre destruía su ánimo. 

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07/01/2020, 09:29
Director

Con la muerte del sacerdote orco a manos de Karag el resto de orcos huyen despavoridos sin un lider al que seguir. La batalla parece haber terminado por fin y la noche todavía es joven, aunque quizá a algunos os cueste dormir despues de la carnicería que se ha organizado... o quizá no. Una luz azulada ondea en el alcázar señalando que todo está bien y os dirigis sombríos y taciturnos hacia el refugio, excepto Karag, que parece estar en su salsa cubierto de sangre y visceras de orco.

Los soldados del alcázar os reciben con vítores y os dan las gracias muy efusivamente ─ Estamos en deuda con vostros... no sé que habría sido de nosotros si no llegáis a estar aquí. Vamos, no tenemos mucho pero debemos celebrar la victoria! ─ Os invitan a pasar una vez más dentro de la fortaleza y sus ánimos parecen estár un poco mejor ahora que las amenacas parecen haber menguado. ─ Ahora solo falta rescatar a la gente de Piedra Nocturna, esta noche acabaremos el mapa que os prometimos y podréis partir. Nos avergüenza pediros tanto, pero nos aseguraremos que vuestras azañas lleguen a los oídos pertinentes en Aguasprofundas para que quede constancia de vuestra heroicidad! ─ 

Una vez que habéis comido, os ofrecen una habitación para cada uno en los pisos superiores, las camas son grandes y cómodas y descansáis como no lo habíais echo en muchos días.

Por la mañana os despertáis con las primeras luces y la guardia hace ya mucho que está deambulando por la fortaleza reparando pequeños desperfectos y atendiendo a los prisioneros, que se niegan a comer. Tal y como os prometieron os entregan un pergamino con un mapa y indicaciones para cruzar el bosque hasta llegar a las cuevas donde tienen prisioneros a los habitantes del asentamiento. Después de desayunar los guardias se despiden de vosotros así como Darnys que manifestó la noche anterior su deseo de permanecer en Piedra Nocturna y Lúminos quien va a partir hacia Aguasprofundas como emisario de la difunta Lady Nandar para comunicar a sus allegados su triste fallecimiento y los hechos acontecidos en el asentamiento.

Con el cielo despejado y una agradable brisa iniciais el camino hacia el norte buscando las cuevas con energías renovadas.

Notas de juego

 

¡¡¡Subimos a nivel 3!!!

 

Podéis actualizar vuestras fichas en Dungeon20 y como siempre podéis elegir entre tirar un dado para los PG o elegir una cantidad fija (dependiendo de cada clase) y cualquier duda, propuesta, nivel de otra clase para hacer el PJ multiclase comunicádmelo por offtopic o por la forja!

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07/01/2020, 13:21
Karag

 Por alguna razón, todos estaban desanimados. Karag, quien lentamente empezaba a lavar esa mirada salvaje de su rostro, observaba enarcando una ceja chorreante de sangre como se marchaban con rostros serios. Barba partida estaba vivo, casi no había heridos, sobrevivían por sobre esos cara cerdo. Obviamente, jamás habían vivido. Por eso Karag, aspiró aire con fuerza, alzando su rostro a la noche estrellada y lanzando un rugido de victoria tan fuerte que pareció retumbar en la lejanía.

-¡¡AGRAAAAAAAAAAAAAAAAA!!- con una sonrisa, se agacho sobre el cadáver de los poderosos guerreros, apartando las armaduras para cortar con su hacha de mano hasta llegar al corazón de cada uno. Ya con los dos órganos sangrantes en sus manos, aun calientes, les da un bocado a ambas y ofrece luego el “manjar” a los que participaron en la cacería-. Pa los ganadoresh- sonreía, con la barba roja de sangre y aun masticando la fibrosa carne.

Luego de buscar entre los cuerpos, para conseguir todo el botín posible y luego repartirlo, el enano caminó hasta el rio, para limpiar su cuerpo desnudándose completamente sin preocuparse por cubrirse en lo más mínimo.  La verdad que no le importaba la sangre, pedazos de carne o lo que fuera, pero sabía bien que el olor atraería a las bestias y era mejor pasar desapercibido.

Luego se dedicó a comer como si no hubiera un mañana durante las celebraciones, probándolo todo como si nunca jamás en su vida lo hubiera hecho. Reía o gruñía su alguien se acercaba a la montaña de comida frente a él. Luego buscó un lugar acogedor, solo pues ninguna dama quiso acompañarle, para dormir acurrucado como una bestia en su cueva, esperando la luz del sol para volver a salir.

Notas de juego

ya me diras si encuentro algo, repartirá todo equitativamente.

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08/01/2020, 07:26
Edirian

Tras recibir con apatía las loas de los supervivientes, Edirian apenas se molestó en esbozar una sonrisa cansada y se apartó del resto, lanzando una mirada de reojo a Nött: no tenía claro si la sacerdotisa le seguía rehuyendo, pero sabía que no tenía el ánimo para una discusión más.

Así, el semielfo trepó por los escalones rotos del alcázar, hasta llegar a la cima semi-destruida del torreón. Allí extendió su capa sobre el suelo, sacando de sus bolsillos un par de viandas que había sustraído del festín. Y se tumbó, a contemplar las estrellas.

- Hay muchas cosas que no entiendo, Selûne... Pero gracias, de todos modos, por esta noche despejada - susurró al cielo, notando como el pequeño gato negro se acercaba a él, rozándose con su rostro el hombro-. A ti también te gusta, ¿eh, Neos?

El ronroneo del felino afiló la expresión divertida del bardo, que descolgó su laúd y comenzó a rasgar las cuerdas sin pensar demasiado. 

Y así, con la vista perdida en el cielo y el arrullo de la músico, Edirian disfrutó de la noche.


Al día siguiente, tras despedirse del paladín y la guerrera con amabilidad, Edirian esperó al resto del grupo para partir subido a los lomos de Morcillo, con el pequeño gato negro encaramado a su hombro derecho. Al ver llegar a sus compañeros, saludó con una media reverencia de lo más formal.

- Dama, caballeros, ¿partimos? Piedra Nocturna aún nos necesita.

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08/01/2020, 17:19
Brummbär FassBier

Tras una noche de merecido descanso, con las fuerzas ya repuestas y tras los rezos pertinentes, estaba listo de nuevo para lo que la vida les pudiese deparar. Esa noche había tenido tiempo para pensar entre sueño y sueño; era consciente, más que nunca, de sus debilidades; había visto la muerte muy de cerca, y se sentía, se sabía, en deuda con sus compañeros; de no ser por ellos, este viejo zoquete estaría ya criando malvas...

Pero ahora tocaba pensar en los demás habitantes de Piedra Nocturna... El grupo tendría dos bajas sensibles: Luminos y Darnys; eso haría que su trabajo fuese más difícil, pero alguien tenía que hacerlo, y el único "alguien" disponible por la zona, eran ellos, así que.... para qué pensar más.

Así, cuando Edirian propuso empezar la marcha, ya aprovisionados y bien recuperados todos ellos, el enano asintió con gesto grave; tenían una dura tarea por delante....

-Vayamos... Hay que salvar a esa gente.

Notas de juego

hecho update a lvl 3

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09/01/2020, 11:33
Nótt

La luz azulada del cielo ondeando como si fuera una bandera era un claro signo de que todo había acabado, por ahora. Habían superado una complicada prueba y salvado a los supervivientes, aunque la sacerdotisa sentía que sólo habían dado un paso tan minúsculo en el problema central que apenas se percibía, incluso le daba la sensación de que ella iba marcha atrás. Posiblemente esto se viera incrementado por la actuación del bárbaro quién, descartando todo rasgo de humanidad, terminaba de desgarrar la carne de los cadáveres para darse un festín con sus órganos.

Realmente lo consideraba una amenaza, una que habían aceptado con un pestañeo y había demostrado ser un peligro para todos, un ser completamente deshumanizado que no tenía nada que envidiar a esos orcos que ahora devoraba.

Acortó unos centímetros la distancia que la separaba de Karag sin saber muy bien qué iba a hacer. Ya lo he hecho antes.- Debía ser medianamente sencillo, al menos en su cabeza así era. Aprovechar que estaba distraído para acercarse por su espalda y clavarle un puñal, la misma estrategia que había intentado hace no demasiado y ahora suponía el principio de su tortura… la misma que ahora le lanzaba una mirada cansada y desanimada cuando pasaba por su lado, haciendo que Nótt se detuviera. ¿Acaso no soy igual?

Ese ínfimo contacto fue suficiente para que arrugara el entrecejo en una clara mueca de disgusto antes de girarse y caminar dirección contraria a Karag, alejándose de aquel sanguinario pensamiento y entrando una de las primeras en el alcázar para perderse en una de las varias habitaciones vacías. Tenía un nudo en el estómago que le quitaban las ganas de comer y necesitaba un momento de relativa soledad para rezar con su madre, buscarla entre todos esos cadáveres y seguir sus pasos de sangre por Piedra Nocturna hasta la verdad que buscaba. Por desgracia las respuestas que quería no podía dárselas Selune, o no quería escucharlas de sus propios labios temiendo la resolución.

No salió de su improvisado refugio hasta que pasaron varias horas y la mayoría de las voces habían cesado, imaginándose que el sueño había terminado por vencerlos. Caminó por lo que sería el gran salón del festín con cuidado de que sus pasos no los desvelaran, buscando con la mirada al bardo sin saber muy bien para qué. Seguía enfadada con él y su mera presencia la alteraba de una manera que no podía explicar, pero a veces su música era suficiente para hallar calma durante una melodía y despejar la mente.

Su orgullo luchaba contra su fe, cruzándose de brazos sin saber muy bien si debía despertarlo a intempestivas horas. ¿Por qué debería ir yo? He sido la difamada aquí, debería ser él quien viniera a pedirme disculpas.- Daba vueltas sobre sí misma, esquivando rocas y las piernas de algún guardia dormido que se pasaría con la bebida dejándole de importar que pudiera despertarlo mientras brumaba en susurros.- No es justo, estoy harta de obedecer siem…- No calculó una de sus vueltas, dándose con el dedo pequeño del pie contra la pata de una mesa y ahogando un grito de dolor mientras maldecía a los seres infernales.

Vio ese golpe como un aviso de Selune para que dejara de dar vueltas, alzando el rostro para ver sobre la mesa un plato con la comida sobrante y, entre ellos, un par de canutillos de nata.

Creyó que era una broma de mal gusto, incluso que allá donde aguardara la morada de su diosa madre estaría riéndose ante aquella indirecta tan directa, haciendo que la sacerdotisa mirara al cielo a través de una ventana resignada. Te odio, bardo.- Cogió un canutillo para dejarlo sobre un plato limpio y le buscó por el alcázar. No fue demasiado difícil, ambos se “sentían” mutuamente y sólo necesitaba calcular la distancia que les separaba que, por supuesto, nunca era mucha. Sin embargo al llegar al torreón se quedó pegada en la pared con el plato en la mano, escuchando sobre su cabeza el ronroneo del gato. Se imaginaba que él sabría que estaba ahí abajo, justo al principio de las escaleras, donde no pudiera verla, todavía teniendo esa lucha por querer subir los escalones. Era algo relativamente fácil, levantar las piernas de forma sincronizada y a los pocos escalones le tendría delante, pero había algo que la impedía avanzar.

Volvió a mirar al cielo creyendo ver una estrella tenue en el firmamento, observándola.

Hay muchas cosas que no entiendo, Selûne...

Bajó la mirada sintiendo de golpe ese cansancio sobre sus hombros, agachándose para dejar con cuidado de no hacer ruido el plato con el canutillo en el primer escalón. Yo tampoco.- Respondió sin formular palabra a las frases de Edirian mientras se retiraba del torreón escuchando las dulces cuerdas del laúd, buscando una habitación vacía en la que descansar.

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Nótt no durmió demasiado y no porque no estuviera cansada o la cama fuera incómoda, sino porque tenía miedo de volver a soñar.

Dedicó gran parte de la noche a asearse tranquilamente para quitarse los restos de sangre de su piel y lo máximo que pudiera del vestido gracias a un balde con agua que había cogido y un par de trapos limpios que terminaron teñidos, teniendo así la mente ocupada. El brazo ya no le dolía, incluso comprobó que la marca ya era completamente visible al ojo aunque supiera que había estado, grabándose en lo más hondo de su memoria.

Con los primeros rayos de sol se acicaló como pudo, ahogando un bostezo antes de cubrirse con su capa y yendo a desayunar, teniendo una arrolladora hambre por no haber probado bocado el día anterior, incluso guardándose un par de bocados en su bolsa de viaje por si le entraba un antojo en mitad del camino.

Se despidió de los guardias entre agradecimientos y sonrisas semi forzadas, bendiciendo el viaje de regreso en nombre de Selune a cada uno de ellos con unas breves palabras mientras su pulgar dibujaba una forma en su frente.

Con todo listo, se dispuso a iniciar el viaje con el resto de sus compañeros sin saber con qué nuevo problema se encontrarían delante.

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09/01/2020, 11:40
Karag
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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10/01/2020, 09:45
Director

Tras una noche de descanso para algunos y de reflexión para otros, partíis hacia vuestro destino. ─ Tomad, el mapa indica la localización aproximada de las cuevas que nos contasteis, no somos cartógrafos pero esperemos que os sirva de ayuda, debería haber un dia de camino a buen paso si no os perdéis.... Y vigilad con los Elfos, no deberían ser un problema, pero el bosque de Ardeep es su territorio y lo defienden con fiereza, el salvoconducto que lleváis debería ser suficiente para que respeten nuestra tregua, pero nunca está de más estar precavido. ─ Con estas palabras de despiden de vosotros y os dejan partir cerrando detrás de vosotros el puente levadizo que da acceso al asentamiento. Las huellas que visteis al entrar siguen ahí y se dirigen hacia el norte muy claramente y las podéis seguir durante un buen rato, hasta que se pierden y se confunden con un terreno rocoso.

Al cabo de unas cuantas horas llegáis al frondoso bosque de Ardeep, bosque que ya pudisteis ver en la lejanía en vuestra estáncia en el alcázar. Las montañas no están mucho más lejos, pero el plano que os han otorgado no da muchas pistas y la profundidad del bosque dificulta el avance de los caballos (los que hayáis tenido a bien de tomar uno) y hace que os perdáis en varias ocasiones, teniendo que desandar el camino y haciendoos perder un tiempo más que valioso para las pobres gentes de Piedra Nocturna. El día avanza rápido y sin ningún incidente remarcable, ni siquiera os habéis topado con los temidos Elfos de Ardeep (que desconocéis si os consideran amigos o enemigos) de los que os hablaron en Aguasprofundas antes de partir. Aunque como bien sabéis (o imagináis) eso no significa que los elfos no sepan ya de vuestra presencia en el bosque. 

La noche llega implacable con unos vientos helados del norte y aunque los arboles os proporcionan un buen refugio el frío se hace notar enseguida. Ha sido un dia largo y duro y el sentido común os dicta acampar y reponer fuerzas, partiendo con las primeras luces del alba pero, claro está, esta decisión está solamente en vuestras manos.

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10/01/2020, 13:25
Edirian
Sólo para el director
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10/01/2020, 13:39
Karag

Se despertó estirando todo su cuerpo, apoyando sus manos en el suelo y arqueando su espalda hacia adentro, haciendo sonar cada uno de sus huesos al tiempo que bostezaba ruidosamente. Luego, despejando su mente con agua helada en plena cara, se reunió con los demás. Llevaba a Cuartos agarrado de las riendas, sabedor que, si las cosas se ponían mal, tendrían que comer o con que huir. No dijo nada, solo comenzó a caminar hacia donde indicaban, disfrutando de volver a salir a los caminos.

-Nosh vemosh guapa- le dijo a Darnys con una media sonrisa que asomaba de su barba, antes de tirar de las riendas y comenzar a caminar. Del otro tipo, no sabía nada, solo que siempre estaba muy callado y eso podría significar muchas cosas. Por las dudas no acotó nada sobre su partida.

Luego de un largo camino, terminaron perdidos, teniendo que volver un par de veces y tomar rodeos o terminar irremediablemente en el mismo lugar. El enano canturreaba algo entre dientes, una mezcla entre un silbido y palabras, pues no sabía silbar y no recordaba bien la melodía. Creía haberla oído en sueños o era algo que oyó hace tiempo y ahora volvía a su mente. Solo quien hubiera apreciado la melancólica música del bardo esa noche, habría notado ciertas similitudes, aunque sin ser totalmente igual.

-De noche habrá mash peligrosh- dijo cuando el sol ya empezaba a caer y era obvio que no llegarían a destino a tiempo. En su experiencia, solo los cazadores salen de noche, los depredadores e incluso él sabe que es mejor buscar un cubil cálido donde descansar mientras afuera se comían los unos a los otros. Aparte, hacia un frio tremendo y en cuanto el sol terminara de caer, seria aun peor-. Puedo bushcar un luga pa domi- lo ideal sería una cueva, pero casi siempre estaban ocupadas. Así que lo mejor era buscar arbustos tupidos, meterse dentro y hacer una hoguera pequeña y sin humo. Poca luz, solo calor.

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10/01/2020, 15:05
Brummbär FassBier

El viaje se hizo largo... bien es cierto que, al menos, el paso del campo abierto al bosque fué una cambio bienvenido, pero también lo es que, al cabo de varias horas... demonios... todos los árboles se parecían.... no tener un elemento en la lejanía en que fijarse, hacía que, finalmente, marchasen entre charlas intranscendentes, silencios prolongados -algunos-,y miradas discretas alrededor por si hubiese "alguien más"

... Pues este era un territorio de elfos, y no convenía hacer nada que les contrariase en él, aunque... los ciudadanos de Piedra Nocturna también tuvieron que atravesarlo en su huída, probablemente, y un grupo tan nutrido, es probable que hubiese perturbado más que ellos la paz del bosque.

Con la puesta del sol, el bosque se volvió más sombrío; ya no era hora de vagar por él, so pena de perderse irreversiblemente, de modo que sería menester poner pie a tierra, y buscar un buen lugar para descansar; probablemente, llegarían al día siguiente, por los cálculos de Brummbar, por la mañana, a las cuevas que les señalaron... Y mejor estar con la cabeza despejada y el cuerpo descansado.

-Si, veamos si encontramos un lugar abrigado; que al menos los problemas puedan venir de una sola dirección, si no es pedir mucho -respondió a Karag-. Si hay unos árboles juntos, con buenas raíces que afloren del terreno, también nos serviría, que tampoco podemos exigir una posada.

No se a cuanta distancia estaremos realmente de la cueva, pero no convendría hacer un fuego visible y, además... no se como les sentaría a los elfos, aunque me gustaría hablar con ellos, por si saben algo...

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10/01/2020, 16:11
Reshi Cassalanter

Ante el sangriento espectáculo de Karag la cara de Reshi, habitualmente de tonalidades azules y lilas, se puso casi tan pálida como su cabello.

¿Por qué aquella bestia con forma de enano nos está siguiendo?  Dudo que tenga neuronas suficientes como para tratarse de un espía Zhentarim, pero espero ojalá que eso de cambiar de bando no sea habitual ¡Por Mystra! Realmente espero que no sea habitual.

El mago pasó la cena en silencio, enfrascado en su cabeza. No sentía arrepentimiento por haber actuado en legítima defensa. Era su derecho después de todo. Pero el bárbaro era realmente un exceso en el departamento de violencia. No solo nunca había visto algo así, sino que no recordaba ni siquiera haber leido sobre algo así ¿Ese sería el destino de todo lo que se cruzara en su camino? Porque una cosa era tener que combatir, pero saber que van a arrancarle el corazón a todo lo que se enfrenten... ¿Y la salubridad? ¡Beber sangre de esa forma no puede ser higiénico! ¡Y además es prácticamente un canibal!

Asustado por sus propias maquinaciones, Reshi pálido y nervioso se retiró rápido y se fue a dormir. Su sueño fue profundo, pero breve.
Soñó que nadaba en un cielo cubierto de estrellas. No, no nadaba. Flotaba, volaba. Se transformó en un cometa, caminó en la superficie de la luna, y de allí bajó a la tierra en forma de nube. Y al mirar al cielo vio que las estrellas tenían un patrón que no era azaroso. Runas ¡Runas arcanas! ¡Y podía leerlas! Su propia excitación lo despertó, y sin siquiera molestarse en prender una luz, se puso a tomar notas frenéticas de lo visto en su sueño. Para cuando despuntó la mañana, había comprendido los entresijos de las notas que su tutora le había dado, comprendiendo un nuevo conjuro, pero además había logrado escribir desde cero otro diferente. De repente, el espacio parecía más maleable.  Aprovechó las primeras horas para quitarse las tintas de las manos y perfumar su ropa con el jabón y el perfume que se había traido desde Waterdeep, pequeñas comodidades que tenían que por fuerza reconfortarle la dureza del viaje.

Reshi viajo la mayor parte del día también ensimismado, como para asegurarse que de verdad recordaba y entendía sus nuevos conjuros, o si solo había sido una inspiración momentanea. Ésto hizo que no se quejara tanto ni de sus pies doloridos, ni del frio horrendo que hacía. Los insectos, por otro lado, esos seguían dandole un asco muy poco adecuado para nadie que pretendiera viajar a campo traviesa.

Yo p-p-puedo encender e-e-el fuego...— dijo tratando de no castañear los dientes— pero d-d-díganme dónde, y consíganme algo q-q-que pueda prender.

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10/01/2020, 16:47
Nótt

No sabía si había algún caballo destinado para ella aunque prefirió ir andando. Se estaba acostumbrando a los largos paseos al ya no sentir esas agujetas en las piernas que le hacía moverse como un muñeco de madera, pero sabía que tras el fuerte atracón de dulces varios que se dio en el desayuno, su gran perdición alimenticia, perdiendo toda clase de feminidad que tuviera y pareciendo más un hámster de buche lleno al querer probar todo a la vez sin orden necesitaba quemar las calorías sobrantes.

Igualmente había guardados algunos para el viaje, metiendo la mano en la bolsa y pellizcando pequeños pedacitos de un panecillo de azúcar como premio cada tantos kilómetros mientras admiraba el bosque.

En realidad, sabiendo que eran peligrosos, la sacerdotisa tenía cierta curiosidad por ver a los elfos. Los buscaba entre los árboles como una niña queriendo encontrar el unicornio en el paisaje, ilusionada por poder entablar conversación con algunos de ellos. Y tampoco era algo raro, puesto que apenas había visto un par en toda su vida y sólo le quedaba el recuerdo de sonrosadas mejillas y una vergüenza poco propia ante tal belleza, agradeciendo a Selune las momentáneas vistas.

Desde entonces lo más parecido que había podido apreciar era al bardo, quien era semielfo y a sus ojos no podía compararse con la elegancia de un elfo completo. Semi, no entero. Es como si fuera semi-rubia, no tiene sentido.- Lo más seguro es que si dejara de lado la animadversión que sentía por él y dejara de verle como un problema con patas, se daría cuenta que no tendría nada que envidiarles pero, para ello, todavía quedaba mucho camino para recorrer.

Cuando quiso darse cuenta los rayos del sol dejaron de verse entre las copas de los árboles, entrando la noche con su incontrolable viento helado. Nótt se abrigó como pudo con su capa al notar un escalofrío, abrazándose poco después mientras buscaba un refugio a simple vista.

Un fuego nos ayudará a calentarnos, aunque sea uno pequeño.- Se imaginaba que hacer una hoguera en mitad de un paraíso de ramas y hojas no era la mejor de las ideas, sobre todo si tenían en cuenta que estaban en territorio “privado”. De todas formas se agachó para coger una pequeña rama que anteriormente habían pisado, comprobando si estaba húmeda al tacto antes de girarse hacia el clérigo de Tempus.- Brummbär, ¿me acompañarías a buscar ramas? Así Reshi podrá hacer una hoguera.- A pesar de tener también frío, el hecho de ver al mago castañeando los dientes como si fuera una orquesta sinfónica fue suficiente para que se quitara la gruesa capa que siempre llevaba consigo y se la tendiera.- Toma, te resguardará un poco.

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11/01/2020, 20:43
Reshi Cassalanter

Reshi agradeció con una inclinación de cabeza y una sonrisa tiritante.

Gracias— dijo sin caer en la cuenta de que quizás lo adecuado habría sido devolver la capa. Son los gajes de nacer en cuna de oro, cuando uno es el centro del mundo, ni se le ocurre que otros puedan no girar en torno a él.

Tras barrer una pequeña porción del suelo con un giro de muñeca, el mago empezó a mirar el suelo en busca de piedras con las que contener el fuego.

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13/01/2020, 07:13
Edirian

Nada más vio llegar a la sacerdotisa, Edirian esbozó una sonrisa leve y alegre, y la saludó con un asentimiento. Los dos enanos venían tras ella, y el mago, que parecía poco a poco aclimatarse a su nueva posición como aventurero les acompañaba. 

La noche bajo las estrellas, la música y el pequeño regalo que se había encontrado para desayunar le habían dejado el ánimo alegre. Sabía que se aventuraban hacia el peligro, pero el bardo no parecía particularmente asustado. Además, Morcillo parecía responder a sus caricias con suaves relinchos inflando la moral del ya contento semielfo.

Durante el viaje, apenas pronunció palabra. Su vista vagaba entre los árboles, en un delicado equilibrio entre el despiste y la precaución. Distraído en sus pensamientos, en silbidos suaves y dulces, y en una tonada que había oído mucho tiempo atrás, procuraba apartar su atención de aquella bestia rabiosa que les acompañaba. La misma que había devorado el corazón de uno de sus enemigos... Prefería centrarse en la canción. 

No era una melodía que recordase con precisión. Al igual que Piedra Nocturna su hogar se asentaba en la linde de un bosque (y por ello mismo se llamaba Linde). Quizás por ello, el semielfo sentía especial atracción hacia los lugares salvajes como aquel. Se sentía cómodo entre los cantos de los pájaros, entre las sombras de los caminos, entre el viento ululando sobre las hojas. Y esa sensación, esa atracción, era de lo que hablaba aquella canción. Un suave canto a los árboles, a los silencios rotos por los ruidos en los arbustos. La letra, en elfo, procedía de un lejano reino de los elfos del bosque y se decía que era el regalo que una princesa del reino había dado a su esposo el día en que este había fallecido, luchando contra los orcos. 

Cuando finalmente llegaron a aquel claro, con la noche cerniéndose sobre ellos, tras dar vueltas y rodeos siguiendo un mapa al que Edirian no había prestado mucha atención, el bardo descendió de Morcillo de un salto. Aunque hubiesen ido despacio, hacerlo a caballo la mayor parte del camino lo había hecho descansado. Ató las riendas de su montura a uno de los árboles, mientras descolgaba sus macutos y observaba al resto de sus compañeros de reojo.

- No prendáis ningún fuego - pidió, hablando por vez primera en horas-. Somos invitados en este bosque, nada más. Los elfos de Ardeep no se alegrarán de esas llamas.

Acto seguido, preparó un lugar sobre el que echarse a descansar. Colocó su laúd sobre su regazo y comenzó a raspar las cuerdas, con la esperanza de que estas recordasen la melodía como él creía que la recordaba. 

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13/01/2020, 13:44
Karag

Para Karag, cualquier agujero en el suelo era un buen refugio, cualquier cosa que atrapara una buena comida y el sobrevivir un gran día. Peeero empezaba a nota que esta gente no compartía su visión de la vida. Ya había tenido cierta experiencia de esto en el poco tiempo que acompañó a barba partida, momento en el que aprendió mucho sobre sí mismo también.

-Shi tienen tanto frio y miedo a los elfosh, podemo calentarno entre toos- dijo como si fuera la cosa más normal del mundo…. Que para él lo era. Con sus hermanos siempre dormían unos arriba de los otros, sobre todo en invierno, para que el frio no les arrebate la vida. Ahora mismo consideraba que nadie morirían por el frio, pero quizás ellos sí, pues ninguno parecía ser muy fuerte que digamos. Al menos dentro de sus estándares de fuerza y resistencia-. Sheguro que los elfosh ya saben que etamo aquí. Todo el boshque lo sabe- aspiró una buena bocanada de aire, como si fuera totalmente evidente a que se refería, luego comenzó a buscar un refugio cercano, algún hueco donde meter a toda esa gente y pasar una incómoda noche uno arriba de otros.

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