Partida Rol por web

Desapareces de la reunion de "amigotes" de Oscar y vuelves sobre tus pasos, la ciudad es una puta mierda en la mayoria de los barrios menos aqui en la Zona Roja. El lugar hasta se puede decir que esta mas o menos aseado, eso quiere decir que no hay mendigos ni yonkis tirados directamente en la calle. Una serie de patrullas se encargan justamente de eso, sino tienes pasta no tienes tu lugar en este sitio y se encargan de que la gente lo sepa a base de golpes.

Justo en el momento en el que "entras" en el barrio ves a un par de gigantones portando un cadaver que tiran sin mucha ceremonia un par de metros mas alla. Alli les espera un hombre de extraña indumentaria negra que se dedica a valorar el cuerpo y parece que en ultima instancia asiente y paga algo por llevarse el cadaver. Gente rara hay en todos sitios... en Parody lo extraño es encontrar a alguien normal. Atraviesas un par de callejuelas hasta llegar al portal de West, la puerta esta cerrada y eso solo puede significar dos cosas, o esta ocupada o no esta.

Una rubia con demasiado maquillaje se te acerca y te mira de arriba a abajo. Te mira con una sonrisa lasciva. - Tu eres el que solo se tira a la Pecosa ¿verdad? - El tono tiene un deje de sarcasmo y tambien de envidia por ello. La vida no es facil y tener clientes habituales, un chollo. - Ella no esta, pero si buscas... - Ni siquiera ha terminado la frase cuando se abre un par de botones de su corse raido de color rojo, enseñando una cantidad mas que generosa de busto. Te sonrie mientras se pasa la lengua por los labios provocadoramente.

La muñequita dijo que me estaría esperando. West era puta, pero no de las mentirosas. Un buen asunto debería haberle salido o estaría comprando algo.

-Tú misma te has dado mi respuesta, encanto. Estás muy buena -la animé a que soltara información-, pero la cosa es así.

Puse, una tras otra, cinco chapas dentro de su corsé.

-¿Dónde puedo encontrar a West?

No me gustaba que se fuera con clientes miemtras yo estaba en la ciudad, pero cierto era que últimamente casi nunca me cobraba, yo le hacía regalos en forma de abalorios y pulseras que traía de mis viajes o cierta csntidad de chapss, pero la chica tenía que comer, claro.

Sonreí amable a la rubia, aguardando su contestación.

La mujer te mira mientras depositas las cinco chapas y levanta una ceja, casi complaciente. Sonrie y las coge guardandolas rapidamente en algun sitio que no llegas a ver. - Tu te lo pierdes. - Se hace ligeramente la ofendida pero tus palabras no lo han sido, asi que simplemente te das cuenta de que es una pose para intentar sacarte un polvo y de paso las chapas... pero tu mirada dura deja las cosas claras.

- Al rato de irte, vino un tipo. Entro y salio en menos de un "rapido"... al cabo de un rato salio Pecosa. - Señala detras de ti, a un cartel de Neon donde se lee claramente "Moxxy". Con un suspiro te das la vuelta y ella pone su mano en tu brazo. - Es raro que la haya llamado... debe ser importante, asi que asegurate de tener un buen motivo para molestar a la "jefa".

-Gracias -le di otras cinco chapas. El tipo del sombrero sería un malnacido pero sabía agradecer las cosas y caer bien. El comentario de la rubia confirmaba que Moxxy no sería fácil de acceder.

-¿Qué me puedes decir de Moxxy, quė clase de mujer es?

Me cago en la puta, pensé. El sexto sentido con el que había nacido en el yermo me señalaba que si había llamado a una de sus mejores chicas era porque la necesitaba para algún cliente en particular, alguien con pasta que quería lo mejor.

Yo buscaba a West para pasar un rato con ella y que me preparase una entrevista con Moxxy. El proceso se estaba acelerando. Y siempre digo que lo que tengas que hacer, hazlo ya. Así que encaminé mis pasos hacia el antro de Moxxy.

Desde luego, tenía motivos importantes para hablar con ella. Importantes para mí, al menos, y esto era suficiente. Me detuve un momento y comprobé mi revólver. Cargado y ajustado.

He modificado un poco mi turno, Isaías aprovecha para preguntarle a la rubia sobre Moxxy.

La rubia te mira, puedes ver la avaricia en sus ojos pero parece ser que por esta vez se controla, mira alrededor para ver si hay algun cliente, al fin y al cabo le saldran mas rentables que estar hablando contigo... pero parece ser que nadie parece estar buscandola a ella por buena que este. Tu presencia no pasa justamente desapercibida.

- ¿Moxxy? - Lo dice como increudla de que no la conozcas. Niega lentamente con la cabeza. - Es la dueña del local con su nombre. Es guapa, mucho mas que la mayoria y legal... si es que eso significa algo en un lugar como este. - Se muerde el labio como planteandose que mas decir o no decir... nadie habla mal de la "jefa". - Simplemente no le toqueis los ovarios... y no lo digo por los seguratas. Se ha abierto camino en Parody por si misma... - Se calla como dandose cuenta de que se esta yendo de la lengua. No se sabe mucho sobre Moxxy, pero por lo que dice y no dice... es una mujer que ha sabido como encontrar su lugar aqui y eso quiere decir que de una u otra manera, sabe dar caña.

Comprendí lo que quería decir. No era mucho más de lo que ya sabía de ella. Dudé si presionar un poco más a la chica, no había posibles clientes a la vista y su mejor opción era yo. Noté el brillo de la avaricia en sus bonitos ojos, va corta de chapas. Las chapas son un poderoso aliciente para soltar la lengua. Me acerqué a ella, como si yo fuese un cliente. Le mostré otras diez chapas y se las puse en la palma de la mano. Nuestros alientos se cruzaban.

-¿Qué más me puedes decir de la jefa? ¿Qué intereses tiene? Pareces una chica lista, de recursos, podrías presentarme a Moxxy, es posible que West le haya hablado de mí. Tu comisión será el doble de lo que ya te has llevado.

Nota como te acercas, parece entender lo que intentas y ella sonrie y te pone la mano en el pecho para seguir con la pantomima en caso de que alguien este mirando. Coge tus chapas y pasa sus dedos por ellas, ves el tono rosa de sus uñas antes de que se las guarde. Tu aliento y el suyo se cruzan y ves como separa ligeramente los labios, como esperando algo mas que simplemente chapas... como queriendo algo mas pero todo queda en eso cuando hablas. - No tengo contacto con ella... solo Pecosa y algunas mas tienen ese tipo de trato. - Notas envidia pura y dura recorrer cada palabra que suelta.

Baja lentamente la cabeza. - He hablado demasiado y quiero seguir entera... si quieres saber ese tipo de cosas tendras que preguntarle a Moxxy directamente... yo no se nada mas. - Te das cuenta de que es verdad, aunque sus ojos no dejan de mirar alli de donde has sacado las chapas, sabe que mentirte es buscarse problemas. Moxxy es la jefa por aqui, y las putas son buenas sacando secretos... indagar demasiado podria ser poco beneficioso para ella y tambien dejarte a ti expuesto a que ella, Moxxy, sepa que la buscas.

Durante tu paseo hasta Moxxy ves a cierta distancia tanto a Oscar como a Isaias, algo mas adelantados que tu. mas tu atencion esta en la Zona Roja, el lugar de entretenimiento de Parody... el cual esta bajo control de Moxxy, aunque muy pocos a parte de los jefes de las bandas sepan eso. La zona es segura, en su mayoria, se permiten peleas hasta cierto punto pero nada de guerra o tiroteos descontrolados... quien no cumple la norma se enfrenta a la ley de Moxxy y de su fiel Hark. Hark, ese hombre es duro como el jodido acero y lleva al lado de Moxxy desde que los conoces... nadie sabe exactamente la relacion que hay entre ellos pero es mas que simplemente profesional. Has visto a Hark moler a golpes a hombres que parecian irrompibles solamente por un mal comentario hacia Moxxy, y a ella disfrutar viendo como lo machacaba.

Es una mujer dura pero justa, le gusta este mundo y se siente a gusto en el... casi tanto como tu misma. Llegas hasta el letrero de Neon que brilla en rojo y sonries, hace mucho que no estabas aqui... es casi como estar en casa, casi. El segurata te reconoce, un blanco escualido con un tatuaje en la cara... te deja pasar. Abras la puerta, la musica esta en un nivel optimo ni demasiado alta ni demasiado baja. El local esta lleno aun siendo la hora que es, pero claro Moxxy esta abierto casi veinticuatro horas al dia, y cuando no lo esta las broncas en la calle aumentan exponencialmente. Atraviesas el sitio, a veces sin golpear, otras empujando para que te abran paso y notas las miradas de varios de los hombres del lugar recorriendo tus curvas. Reconocen la diferencia entre una puta y una guerrera y eso probablemente los pone aun mas. Te acercas a la barra y una camarera se te acerca. Es nueva, no reconoces su cara cuando le preguntas por la jefa te mira raro hasta que le dices que añada un Andriel a su mensaje.

Pone cara de no entender pero asiente y desaparece. En ese momento notas como hay alguien detras de ti, no llega a tocarte y cuando mueves tu mano hacia tu arma oyes su voz. - No busco pelea, solo invitarte a una copa... no todos los dias tengo el placer de cruzarme con una belleza como tu. - Su tono no es ofensivo ni lascivo, solamente parece querer beber algo contigo y la verdad es que es bastante guapo, ademas de parecer mas duro que los que estan por aqui.

Sales de la Arena de Hannibal con tus pasos llevandote hasta la Zona Roja. Probablemente el mejor sitio a kilometro a la redonde donde poder gastarte tus chapas, drogas, alcohol y zorras... todo lo que un mercenario puede necesitar esta encerrado ahi dentro. Ves la inmundica que hay a vuestro alrededor, trozos de edificios derrumbados ahce años, mujeres tiradas en colchones a la espera de cualqueir cosa por un polvo... o al menos es asi hasta que llegas a la zona en si. Entonces las cosas cambian, ves a un grupo de guardias que no dejan pasar a cualquiera a esa zona, esta claro que o tienes chapas o no entras y auqneu tu de esas no es que tengas muchas, un mercenario es un mercenario. Te dejan pasar sin ni siquiera echarte una segunda mirada.

Una vez alli dentro avanzas presuroso hasta el local cuando notas que alguien se acerca por tu lado. Te detienes y le miras y le reconoces en el acto es Bob " El Rana" uno de los miembros de los Escorpiones Rojos y un par de sus chicos. No serian un problema sino fuera porque la ultima vez dejaste a uno de sus chicos apra el arrastre. - Vaya... vaya mira a quien tenemos aqui. ¿Como te va capullo? - Su tono es duro pero tambien te das cuenta de que ninguno lleva sus manos a las armas, las reglas son claras, romperlas... no es para nada sano. Moxxy tal vez sea un sitio donde gastar chapas pero no lo es para empezar peleas.Claro esta, que una vez fuera de sus"limites" eso ya es otro tema.

La entrada en Moxxy fue sencilla dado que aun había quien me recordaba, pero el moverse por el interior era otro cantar. Gente de la peor calaña se arracimaba haciendo que el antro tuviera un peculiar y familiar hedor a alcohol, tabaco y sudor lo que me hizo sonreír de medio lado antes de zambullirme en el gentío. Sentaba bien estar en casa... o todo lo bien que se puede estar en el lugar más parecido a un hogar que se ha tenido en años.

Llegar hasta la barra no es tarea sencilla mas con perserverancia, malas miradas y algún que otro codazo o empujón logro al fin llegar hasta donde una novata, pues no me suena lo más mínimo y es evidente que yo a ella tampoco, se convierte en una improvisada mensajera para poder charlar con Moxxy, si eso eso posible en un lugar así

Pero mi espera se ve interrumpida por alguien a mi espalda, que me hace llevar la mano a uno de los cuchillos con un gesto metódico y no carente de amenaza... aunque al final el moscón parece no ser más que un adulador que busca un par de tetas que sobar.

Estoy tentada de mandarlo a paseo, enviarlo a buscar una puta que le sosiegue la entrepierna o directamente ignorarlo... pero tipo tiene algo que me llama la atención, no solo su planta sino la apariencia de no ser un mojigato en una pelea, ni en la cama.

Con un gesto de barbilla le indico que se sitúe a mi lado mientras lo recorro con la mirada de arriba a abajo, impunemente, dado que a buen seguro él ya me ha repasado a mi primero antes. Vuelvo a sus ojos entonces, satisfecha mi curiosidad por el momento

¿Y eres?

Sales al callejon y mientras te arreglas el paquete pensando en lo caliente que te ha puesto Sam llegas de nuevo al cllejon principal. Avanzas unos metros y un par de mastodontes con tatuajes tribales te miran por encima del hombro, vuestras mriadas se encuentran, ves como te evaluan y despues simplemente miran en otra direccion. Parece ser que has pasado la inspeccion de los guardias y eso es bueno, la Zona Roja es el mejor sitio de placer de todo Parody y tiene una regla muy simple, en sus limites solo Moxxy jode, y si intentas joderla a ella... bueno acabas como una puta hamburguesa. Muy pocas peleas se dan aqui dentro, al menos no tiroteos abiertos, las tipicas peleas de bar si estan permitidas pero si alguien se pasa de la raya, la ejecucion es clara directa y sin contemplaciones.

Avanzas hasta llegar a la puerta y entonces te das cuenta de que algo te es conocido. Al mirar atras ves a Rusty hablando con unos tipos muy raros, con los tipicos tatuajes y emblemas de la banda de los Escorpiones Rojos. Sin darle mas interes decides entrar dentro. El guardia al igual que hicieran los de antes te mira y asiente. Es un tipo larguirucho y esqueletico, asi que si esta ahi es porque tiene toda la pinta de ser alguien a quien no quieres conocer.

La musica te alcanza en cuanto abres la puerta, el nivel es mas que soportable pues Moxxy no le gusta que la musica entorpezca las conversaciones, las negociaciones y sobretodo el placer. El lugar esta atestado, te abras paso como puedes y de pronto te das cuenta de que no tienes ni puta idea de como conseguir contactar con Moxxy. En la barra crees haber visto a Andriel, pero no puede ser porque esta con un maromo enorme. Te mueves y entonces te das cuenta de que efectivamente es ella y que ademas le deja un hueco al cabron ese. Sigues mirando pero no ves a nadie mas alli dentro aun. Una camarera choca contigo sin poder evitarlo y la atrapas antes de que se caiga al suelo. - Gracias. - Sonrie con autoridad y se levanta sin mas, para seguir con su trabajo.

Podria decir que solo un capullo mas, pero estoy seguro de que ella ya lo piensa, o no tanto... visto que hasta me deja ponerme a su lado. En este lugar puedes encontrar de todo lo que un hombre podria desear, menos una tia como la que tengo delante, una cabrona capaz de partirte los piños mientras te patea los huevos... y es justamente el tipo de mujer que me suele interesar. Las demas no suelen aguantar el tipo.

- Por aqui me llaman Dante. - Hago un gesto a la camarera para que sirva un brebaje delante vuestras, directo de la botella a dos vasos limpios, dentro de lo que cabe. Me doy cuenta de tu examen y no digo nada, solo muestro una sonrisa cargado de humor, al darme cuenta de que haces lo mismo que he hecho yo cuando has entrado aqui dentro. Pongo uno de los vasos delante tuya y paro a la chica cuando intenta llevarse la botella. Levanto el mio y te lo pongo delante, a la distancia justa para que puedas coger el tuyo y chocarlo. Mis ojos son directos, claros y sin cortapisas, estan gritandote a la cara "eres diferente a toda la calaña que se mueve por aqui y eso es justamente lo que me atrae de ti" - ¿Y tu eres? - Levanto el vaso a la espera de si lo chocara conmigo o no, si tarda demasiado pues me lo bebere yo igualmente sin perder la sonrisa.

Andriel- digo lacónicamente antes de, tras pensármelo un segundo, brindar con el tal Dante y dejar caer el mejunge por mi gaznate - Y aparte de buscar con quien darte un revolcón ¿que pintas en Moxxy? No pareces el típico idiota que se deja llevar por la corriente, como esa panda de babosos de ahí- digo sin miramientos haciendo un leve gesto de cabeza hacia atrás. 

Allí había algo que no me cuadraba. Aquel tipo no parecía un imbécil típico de Moxxy pero no sabía aun como clasificarlo... si como vividor, embaucador, un poco de todo o algo más... por el momento tenerlo al lado me evitaba a los moscones del lugar y eso, por lo pronto, ya me era útil. Veríamos si tenía algo más a lo que sacarle partido o solo era una cara bonita y con labia

Veo como levanta el vaso y se lo bebe sin contemplaciones. Le sigo el juego y relleno de nuevo los vasos. Sonrio abiertamente cuando menciona lo del revolcon y lo de los babosos tirados por el local. - La verdad es que lo del revolcon suena bien, pero no es lo unico que busco. - Sincero, absurdamente sincero como ha sido ella. A la chica le gusta ser directa y ademas de estar muy buena sabe lo que quiere, sin duda he encontrado a alguien interesante en este sitio de mierda que es Parody. - Estoy aqui porque necesito informacion y me han dicho que este era el sitio idoneo. - Por su manera de hablar de la ciudad, te das cuenta de que no es de Parody. O al menos no ha estado aqui ultimamente. - Y la verdad, pareces la unica persona con dos dedos de frente de por aqui, asi que aparte de alegrarme la vista he pensado que podrias ayudarme a encontrar a quienes tienen informacion. - Levanta de nuevo el vaso. - Y gracias por no equipararme al resto de escoria de este sitio. - Parece haber captado que viniendo de ti, eso podria hasta ser un piropo.

Dante, te mira a los ojos y por mucho que hable de darse un revolcon no lo ahce con la alscivia del resto de cabrones de por aqui. Ademas no parece haberte mentido, sus ojos no se han despegado de los tuyos ni siquiera para recorrer tu cuerpo cuando ha dicho lo del revolcon. Si, sin duda es diferente... la pregunta es si para bien o para mal.

Escucho lo que Dante explica dándole la credibilidad justa por el momento, pues aun no se realmente quien es ni que busca, solo da rodeos y evasivas bien medidas. Algo que denota que no es un cabeza hueca que dice lo que necesita a la mínima pregunta al respecto

¿Y porqué debería ayudarte, Dante?- le dije enarcando un ceja Una copa en Parody no compra mi ayuda, y dudo que de donde sea que vengas lo haga...- añadí dejando el vaso en la mesa boca abajo, dejando claro que con uno tenía suficiente. Allí había que mantenerse siempre atento

Esperé a ver que tenía que decirme, pacientemente, dado que aquel juego que se traía entre manos cada vez se parecía más a una transacción entre comerciantes que a un intento de seducción. Puede que aun pudiera sacar algo de todo aquello después de todo...

Su pregunta no me pilla desprevenido, es mas, yo no esperaba que lo hiciera por buena voluntad, eso hubiera sido... atipico en esta ciudad cuanto menos. Me encojo de hombros ligeramente antes de contestar y viendo que dejas el vaso bocaabajo simplemente dejo la botella sobre la mesa. - Dudaba mucho que una copa fuera a conseguir lo que necesito. En cuanto al precio, es sencillo... ¿Cuanto por tu ayuda? - Ahora que parecia que los formalismos habian pasado, parezco como mas relajado y me permito darte algun que otro vistazo por debajo de tu cuello. En una de esas veo tu mirada y sonrio sin complejos. - Lo siento, no puedo evitarlo. Demasiado guapa.

Me bebo el vaso de un golpe y vuelvo a mirarte. Esta vez mi mirada ha cambiado, mostrando deseo pero no hasta el punto de tirarme encima tuyo si no es lo que deseas. - ¿Y bien?

Asenti con un ligero cabeceo. Mirė de nuevo al letrero del local. Había estado allí un par de veces, tres tal vez. Era ideal si buscabas mujeres, diversión, bebida de calidad y no querías encontrarte con desechos, allí la gente tenīa pasta y formas de comportarse, correctas, decīan las chicas. Sin embargo yo preferīa otros lugares, más tranquilos, más alejados de toda esta maquinaria para robarte las chapas. Sitios donde la bebida era incluso de más calidad, y respetaban tu intimidad.

Aunque en ocasiones, cuando la oscuridad ensombrecía mi corazón y enturbiaba mi mirada, buscaba esos antros donde nunca deberías entrar.

Te acercas a Moxxy, al mejor tugurio de la ciudad y tambien el mas vigilado. A cada paso que das la luz de neon roja se refleja en tus gafas y te das cuenta de que por muy buen licor que tengan o muy guapas que sean las chicas sigues prefiriendo cualquier otro antro den lugar o mejor aun, simplemente el cuarto de Pecosa. El guardia te mira de arriba a abajo, un tipo delgado y con los huesos marcandose alli donde miras, no parece del tipo que te estampa, sino mas bien del que desliza el cuchillo sobre tu garganta antes de que te des cuenta. Te observa durante unos breves segundos antes de volver a hacer caso omiso de ti, con un encogimiento de hombros y suponiendo que eso te brinda la entrada, abres la puerta.

La musica esta a un nivel aceptable, nada de intentar romperte los timpanos y el local esta a reventar. La gente no tiene pinta de tener un amplio nivel de vida pero si al menos de tener chapas. Aqui dentro no entra cualquiera y eso es un hecho. Te abras camino como puedes entre la gente cuando ves a Andriel en la barra ahablando con un tipo bastante grande. Te quedas parado para ver si lo reconoces pero nada, al darte la vuelta te chocas con Oscar que tiene entre sus brazos a una de las camareras, que casi se cae al suelo. Oyes un timido gracias por parte de la chica y cuando Oscar se levanta vuestras miradas se cruzan.

Llegué a la zona del bar de Moxxy donde nuevamente tuve que ser “aceptado” por los matones del lugar. Era normal y valía la pena no liarla, pues aunque no era uno de mis antros preferidos, si que podías encontrar todo lo que pudieses necesitar. Y ahora mismo la verdad es que tenía un calentón que no había forma de sacármelo de la cabeza. Samantha había conseguido ofuscarme con su presencia.

Observé por unos instantes a Rusty hablando con un par de tipos que tenían toda la pint de ser de la banda de los Escorpiones Rojos. Era una banda con la que nnca había tenido tratos y la verdad es que no tenía ningunas ganas de empezar ahora, así que sin más preámbulos me acerqué a la puerte donde un tipo delgado pero con una mirada peligrosa observaba a todo aquel que entraba. Intenté no prestarle mucha atención aunque sabía por las historias que se contaban que era un tipo peligroso.

Tras entrar me vi rodeado por una muchedumbre de diferentes tipos. La música sonaba con fuerza pero sin llegar a molestar. El murmullo de decenas de voces y risas sonaban poo doquier. Comencé a caminar sin ningún objetivo. Solo buscaba una cara conocida o una cara bonita. Una se abrió paso entre varios cuerpos. Andriel, con su esbelta figura hablaba despreocupada con un enorme gigantón. Estuve tentado de decirle cuatro cosas pero conociéndola como la conocía, era muy probable que aquello acabase de forma poco agradable…para mi.

Un choque y antes de darme cuenta tengo entre mis brazos a una preciosa camarera que me mira sorprendida. La verdad es que es preciosa…

- De nada!!! Perdona cariño!!! Apenas me di cuenta de tu presencia… cosa que no debería de haber pasado. – le comenté sin darme cuenta que seguía sujetándola del brazo. Justo en ese momento la cara de Isaías aparece a mi lado. – En fin nena!!! Luego te busco ¿vale? – y tras eso intento darle un beso en la boca.

Tras aquello (independientemente de lo que pase), me giro a Isaías y vuelvo a estrecharle la mano.

- Maldito cabrón!!! Siempre apareces en el momento menos preciso!!! En fin vamos a la barra a ver si me tomo algo que me refresque… Y de paso puteamos un poco a Andriel, aunque vigla por que su lengua es tan rápida como sus manos. – le comenté mientras nos abríamos paso hasta ponernos a la espalda de esta. – Vaya, vaya Andriel!!! ¿Haciendo amigos eh? – Tras saludarla llamé al camarero para pedirle dos cervezas. – ¿Quieres algo rubia? – añadí hablando para Andriel. Luego añadí – Deberíamos sentarnos en algún lugar más recogido para ver que hacemos. ¿O vamos a seguir de fiesta toda la noche hasta que Hannibal nos venga a buscar?