Partida Rol por web

Mire por unos largos segundos a Ania, pero tras estar a punto de decir algo preferi callarme.

Estaba claro que no habia mucho que ganar y pasaba de gastar saliva inutilmente con la pareja de lobas. Lo necesario ya se habia dicho... lo demas era cosa de ellas. Yo ya habia conseguido lo que venia a buscar... o al menos la mayoria de ello... y con suerte tardarian en recuperarse de esto.

Cargue mejor con el cuerpo de mi "hermano" y sin decir palabras comence a moverme en direccion a la escalera.

Bufee al escuchar las palabras de la loba mas sanguinaria. Mi mirada se clavo en la mas sanguinaria de ambas, con colera y rabia, pero tambien hastio. - Lo dices como si unicamente tu Clan hubiera sido masacrado, un solo Clan y te crees con la fuerza para rebatir nada. He visto mas de media docena de Clanes destruidos, liderados por gente con mas cerebro que tu... tu vendetta no te da potestad para nada. Y si eres una depredadora, de eso no hay duda, pero no entiendes de manadas... eso esta bien claro... solo la sed de sangre te guia...

Los pasos os dejaron claro que me iba, sin importarme que saliera de vuestras acciones.

Sean gruño levemente cuando Ania le coloco la mano sobre las heridas, buscando detener la hemorragia. El dolor cruzo su rostro, pero consiguio asomar una leve sonrisa de agradecimiento. Su respiracion estaba acelerada, su piel humeda por el shock de las heridas. Estaba claro que no era un combatiente.

Notasteis los parpados cerrarse, la consciencia apagandose por un segundo antes de volver rapidamente ante las palabras de Azra. Se giro para mirarla o lo intento, estaba claro que le costaba lo suyo. Una media sonrisa rota, manchada de sangre, una corta risa que acabo con una tos carmesi. - Me quieres dar... de comer... a una de esas criaturas... y ahora... me dices que me salvaras... - Tosio mas sangre. - Realmente... sois los monstruos que nos contaban que erais... canibales... y asesinos... quizas ella... tuviera razon... - Habia tristeza en la voz, algo de amargura.

Se giro hacia Ania. - Vere a... Kari... en el... Paraiso... - Sus manos buscaron apartar las de Ania, pero no tenia excesiva fuerza para ello.

Te asomaste tras la respuesta afirmativa de Ivy. Pudiste observar como comprobaba el arma que estaba en sus manos, cargador primero, conteo de balas y tras colocarlo en su sitio, arma amartillada. Se la coloco al hombro, hizo una comprobacion sin apuntar a nadie para no asustar a la gente y luego te asintio con la cabeza de que estaba lista.

El pasillo a tu derecha tenia varias puertas antes de llegar a un pasillo mas amplio que se dirijia a tu izquierda, a la derecha del mismo podias comprobar que habia mas espacio pero determinaste que mejor no asomarte en cuento viste movimiento de saqueadores.

A tu espalda, el pasillo no tardaba en formar una curva que iba en direccion a la derecha*. De nuevo mas puertas a posiciones mas o menos similares.

Al volver a mirar en direccion al pasillo mas amplio, un trio de sombras cruzaron rapidamente. Armas en manos, rifle y un par de pistolas. De fondo acababas de escuchar varios gritos, acompañados de un par de escopetazos minimo y un trio o cuarteto de disparos de pistola, que resonaban con eco por toda la zona.

Los sonidos te permitian saber que debian haber mas, pero no cuantos mas. Parecian estar haciendo algo, por los sonidos mecanicos, pero no sabias que exactamente. ¿Cortar metal?

Te asomaste a la ventanilla. Un pequeño reguero de sangre llevaba mas o menos a la puerta, lo que sin duda era el rastro de Sean. Alli dentro habia sombras, pero estabas segura de poder ver una silueta tumbada, con la espalda pegada a una pared y cubierta parcialmente por algun tipo de mobiliario. No parecia moverse o al menos, no lo hizo durante los segundos que tu estuviste mirando.

Aun asi, no podias declarar a ciencia cierta mucho, aparte de que estaba alli dentro.

Miró al anciano con frialdad.

- Al único que conocí pues después nunca nadie me buscó ni me dijo que quedaban más de los nuestros, así pues que te jodan. Si tanto te importara realmente nuestra gente nos hubieras buscado.

Dejó que se fueran mientras miraba a Ania atender a aquel muchacho y suspiró algo cansada y hastiada, ella no debía estar allí, la necesitaban en otro lugar, ella necesitaba estar en otro lugar.

- ¿Monstruos? ¿Acaso hemos sido nosotros quienes han estado experimentando con seres vivos? ¿Acaso hemos sido nosotros quienes hemos creado esas aberraciones? ¿Acaso hemos sido nosotros quienes hemos jugado a ser dioses? ¿Acaso hemos sido nosotros quienes hemos dado caza y asesinado a diversas familias? Y sobre todo, ¿acaso hemos sido nosotras las que te han hecho eso? - Volvió a suspirar - Mira chaval, no tengo tiempo para esto... Si quieres vivir intentaremos salvarte pero si lo que quieres es morir te daré una muerte rápida e indolora. 

Contempló lo que hacia Ania y negó con la cabeza.

- Anda, déjame... 

La amazona comenzó a mirar la herida rasgando cualquier trozo de tela limpio que encontrase para ir limpiando las heridas y asegurarse de que no había ningún objeto incrustado en ellas para después posicionar sus piernas de forma que sus rodillas estuvieran flexionadas mientras ella presionaba la zona contra el hueso para después mirar a Ania.

- Necesito que presiones aquí - Le indico entre el cuello y el hombro del muchacho - Así contendremos el sangrado pero sin algo con lo que suturar o cauterizar la herida se desangrará...

Aunque eran conocimientos muy rudimentarios parecía que algo sabía sobre intentar mantener a alguien con vida o cerrar heridas. 

¿Y si me largo y le dan por culo a todo?

Kiabi estaba enfadada, no le apetecía nada lo que le tocaba hacer. Por muy profesional que hubiera sido Ivy al prepararse para cubrirla, que un poco de tranquilidad ofrecía, cierto es. Pero es que a ver, ahora mismo no había forma de saber a quién iba a hablarle, secuestradores o asaltantes, y según lo que dijera, podía cagarla más. Y mira que era difícil estar en una situación peor.

Todo sería muchísimo más sencillo si no tuviera a sus espaldas las vidas de la habitación de la que acababa de salir.

En serio, ¿por qué mierdas me he cargado en la espalda a todas estas personas que no conozco de nada y que no harían esto por mí? - No quería saber la verdad, no quería aceptar el motivo, porque demostraba lo imbécil que era…. Alargarle a esa gente lo que ella había perdido apenas medio año antes, aun a riesgo de poder morir.

Menuda idiotez.

Cogió aire y tras darle un par de vueltas en la cabeza a lo que había visto se armó de valor con la bocanada de aire, la expulsó con fuerza y se fue hacia la zona más amplia, en dirección a la zona donde se estaban produciendo los enfrentamientos, a intentar dialogar con quienes se encontraran. Aunque primero giró el rostro hacia su compañera, indicándole con la cabeza la dirección que había decidido. No se quedó mirándola para esperar su reacción.

Su intención era hablarles antes de tenerlos cerca, de estar expuestas a sus armas. Con un poquito de suerte llegaba cuando ya hubieran forzado la puerta de metal que parecía que estaban intentando abrir y se largaban contentos y felices. Eso sería lo más.

Tu imbecilidad no tiene límite si de verdad crees en los milagros.

Su arma apuntó a la cristalera que se acababa de romper, o más bien a la figura que entró por ella de manera acrobática, probablemente sino lo hubiera hecho así, el disparo le habría dado de lleno. Pero no había tiempo que perder, sino se daban prisa acabarían rodeados, en medio de fuego cruzado y siendo atacados, aunque el médico no tenía muy claro que era lo que estaba pasando, podía imaginarlo, ojalá alguien le hiciera caso de vez en cuando.

Por allí… señaló a Kora el pasillo donde se encontraba el cadáver. La otra opción era regresar por donde habían venido, pero no había muchas salidas en ese lugar, por lo que arriesgarse un poco podía obtener una buena recompensa, y con suerte los que venían por el pasillo se se darían de bruces con el tipo de la escopeta.

Somos nosotros Zack… llamó la atención del hombre por si acaso no los había visto y señaló con el mentón su objetivo, comenzando a desplazarse hacia el mismo sin terminar de incorporarse del todo y acompasándose al ritmo de Kora, esperaba que los siguiera, pues su hija probablemente no querría dejarlo allí.

No rebatió las palabras del muchacho ¿para qué? Ella seguía esforzandose por evitar que sangrara mientras las palabras ácidas del anciano reverberaban contra el metal. Él hablaba de manada pero también las abandonaba. Solo por no estar de acuerdo. Por pensar diferente. ¿Desde cuando se dejaba tirada a la familia aunque no te gustase algo? Pero bueno, realmente él no era nadie, solo un desconocido que decia ser de los "suyos"

- Vere a... Kari... en el... Paraiso... -

- No creo que ella opine lo mismo - su voz suave contrastó con el fuerte apretón que ejerció contra la herida para que el dolor lo espabilara un poco - Dime donde está. Quizás podamos hacer algo, pero para eso primero tenemos que salir de a... -  giró el rostro sorprendida ante la cercania de Azra y ante sus palabras. Tuvo que morderse el labio inferior porque sentía que le temblaba ligeramente emocionada. Había apostado por su hermana y no se había equivocado.

- Si - se apresuró a responder mientras le hacia hueco. Siguió sus instrucciones mientras se centraba en el chico - ¿quemarla servirá? - no habia entendido lo de suturar ni lo de cauterizar pero le sonaba a que algo de eso hacia referencia a su pregunta. Si la boca de la pistola estaba caliente aún quizás serviria... si no pensaría si habia visto algo que pudiera servir en la sala del árbol...

El estallido de las balas contra el cristal provocó un despunte de adrenalina que obligó a que Kora apuntara en la misma dirección. Eran disparos de Beretta - que no de escopeta -, y fue probablemente aquel detalle el que la contuvo a la hora de disparar a Zack.

¡¡¡OSTIA PUTA!!!

La que se podría haber liado...

Su cuerpo se había encorvado inconscientemente, protegiéndose de los cristales y de la nueva descarga de balas que no tenían otro objetivo que el de impactar contra su compañero. Fue en ese momento cuando alcanzó a escuchar las pisadas aproximándose a su posición, y la joven sintió el pánico recorrerle las venas... Los acorralarían si no se daban prisa.

Eso sí que le dió miedo.

- ¡Zack! - Le susurró en voz alta, al igual que había hecho Erik: no quería que se disparasen por error. Si consiguió cruzar la mirada con el chico le indicaría con gestos que se acercaban por el pasillo central, incitándole a salir de allí por patas al igual que estaban haciendo ellos.

Sus pasos y sus formas acompasaban a las de su padre, llendo lo más rápido posible para evitar que el tipo de la escopeta - el que Zack había dejado atrás - los tuviera a ninguno de ellos a tiro.

El chico gruño levemente cuando Azra indico como se debia apretar y aunque fuera por un momento parecia que su vida se quedaba en un corto stand by. Miro a la salvaje rubia sin entenderlo, pero sin tampoco demasiadas fuerzas para intentar replicar de forma alguna.

Una simple negacion de Azra fue suficiente para que Ania supiera que no era suficiente*

En el segundo piso... los tenian alli... a la mayoria... - Un par de toses manchando carmesi a su alrededor.

Una rapida mirada a vuestro alrededor os traeria una verdad simple. No sabiais para que servian la mayoria de los objetos que habia alli, menos aun si uno de ellos serviria para algo asi... y aun de saberlo, si sabriais como hacerlo funcionar.

Aun asi Ania se levanto y busco, mientras Azra mantenia las heridas taponadas. No tardo mucho en volver. No habia nada de esa indole y aunque podrian mirar de hacer una hoguera, no estaba claro que el chico durase tanto.

Seguiste avanzando, lentamente, paso a paso, tras que tu compañera asintiera a tus indicaciones y se moviese para poder cubrirte mejor. Notabas como iba medio agazapada, con el rifle apuntando alli donde iban sus ojos en la mayoria de casos. No le habias dicho mucho, solo lo justo, asi que simplemente te siguio sin saber cual era tu plan... o quizas con un plan propio en mente.

Tal y como te acercabas a la zona mas grande, podias notar un olor pesado a carne quemada. Asi como el olor que haria un matadero, pero en menor grado. Te asomaste lentamente para ver a un grupo de cuatro seguido por un lider que se matenia mirando una puerta en especial que parecia no abrirse como la que habias dejado atras.

Uno que portaba una pieza de maquinaria pesada, se aparto levemente. Sus musculos marcados, pero la puerta apenas si tenia un rasguño.

Jefe. Esto no se abre... - Un unico golpe, poderoso, del puño del " jefe" lo tumbo. - Ese cabron de abajo, nos dijo que podiamos quedarnos con la carne y con lo que encontrasemos. Ahi detras hay armas, asi que no me jodas, abrid esa puerta... y hacedlo ya... ya hemos perdido suficiente tiempo aqui.

Gruño y miro en direccion a donde se habian ido los demas que habias visto antes. Casi, casi te ve, pero te ocultaste a tiempo.

En un lateral habia lo que parecia una hoguera hecha con piezas de mobiliario del refugio y... varios cuerpos cortados. Estaba claro que tipo de carne estaban comiendo. No habia que ser un genio y ademas el olor, ese olor dulzon, comenzaba a meterse en tu cabeza por si acaso te daba por olvidarlo. No era la primera vez que lo olias.

Los otros tres eran dos tipos normalitos, con sus armas listas. Un par de pistolas en sus fundas y que hacian de guardias mientras una mujer estaba cocinando. Podia parecer algo tipico de esta epoca, pero rapidamente pudiste ver como movia el cuchillo en su mano, como lo deslizaba, y como tajaba la carne. Estaba claro que sabia lo que tenia que hacer con un cuchillo... lo sabia muy bien.

De repente una fuerte explosion del pasillo por donde se habia ido el trio. Gritos de dolor y agonia, asi como insultos.

De repente, sin saber como ni por que, escuchais un tremendo sonido apagado e incluso una suave vibracion del entorno. Una explosion o algo similar. Nada "poderoso", el refugio ni siquiera se habia inmutado realmente, pero estaba claro que era en el piso justo encima del vuestro.

Levante la cabeza ante las palabras que me llegaban, con la pistola siguiendo de cerca el movimiento para cazar a un posible enemigo. Vi primero a Erik, luego el sonido de mi nombre, me hizo girarme para ver a Kora, en cualquier caso el brazo armado se relajo sin llegar a apuntarles.

Observe las indicaciones de Erik y asenti, mientras dejaba rodar una granada en direccion al pasillo por el que se acercaban los pasos. Un par de disparos por encima de mi cobertura, sin llegar a asomarme, para evitar que el otro cabron se acercase y rapidamente me movi en direccion a los dos. Primero semiacuclillado, luego ya mas deprisa, justo para conseguir ponerme a resguardo cuando una explosion sacudio la zona.

Primero fue el estallido, despues los gemidos agonizantes los que captaron la atencion de todos.

Malnacido... hijo de puta... - La voz del tipo de la escopeta emergio dsde la cristalera. - No dejeis que pase. - No sabiais a quien hablaba, o si es que alguien seguia vivo tras aquello.

Os mire, con el arma en la mano, cambiando al que debia ser el ultimo cargador.  Una sonrisa a medias, algo de sangre manchando mi ropa, pero no quedaba claro si era mia o no, la mayoria estaba en el pecho.

No deben quedar mas de media docena... hay al menos dos habitaciones en esta seccion llena de gente. - Señale el pasillo* - Una esta ahi, la otra al otro lado de esta seccion.

Amartille el arma. Habia una especie de sonrisa en los labios, como alguna broma solo para mi, aunque estaba claro que no me tomaba a broma el actual momento.

Miró lo que Ania le mostraba y negaba con la cabeza resignada pues aquello no servía.

- Ania, mantén la presión sobre la herida mientras busco algo con lo que poder cerrar la herida aunque no creo que sea muy factible... Si no lo llevamos ante alguien con mejor material y más conocimiento no sobrevivirá...

Antes siquiera de poder terminar de hablar sintió aquel temblor y miró seriamente a Ania.

- Creo que alguien está teniendo una pelea explosiva... No me cae bien Erik pero si quieres que este chaval sobreviva él es la única opción. Él o si hay gente decente aquí dentro...

Comenzó a buscar en su zurrón una aguja e hilo de suturar. Solía llevar para ella misma por lo que quizás podría quedar algo que utilizar con aquel desgraciado. 

La granada les iba a venir muy bien para evitar ser acorralados, aunque no entendía toda aquella violencia, seguramente se trataba de los mismos que habían atacado el pueblo, aunque teóricamente no quedaban muchos, no parecían personas que vivieran en el refugio… iba a tener que pelear, algo que siempre trataba de evitar… estoy cansado… desvió la mirada hacia Kora ¿cuánto habrá tenido que luchar? ¿qué habrá tenido que hacer? No había podido protegerla, intentaba cambiar las cosas para que nadie tuviera que vivir pensando solo en protegerse, pero era sólo un pequeño grano de arena en el desierto, pero no podía dejar de intentarlo, por ellas…

Intentaré rodearlo señaló el pasillo que giraba y las puertas a ambos lados del mismo, seis en total. En teoría, debía estar en la primera de la derecha vigila el pasillo dijo a Kora adelantándose y situándose sobre la puerta tras la cual debía estar el tipo de la escopeta, pistola en mano, agachado fuera de la línea de fuego lógica, pero buscando un punto desde el que observar, y llegado el caso, disparar…

La impotencia empapaba el alma de la joven rubia y a pesar de buscar con frenesí terminó por aceptar que no tenia ni puta idea que podía servir para mantener a aquel pobre diablo con vida. Sustituyó de nuevo las manos de su hermana para seguir ejerciendo presión mientras la dejaba buscar cuando percibió el temblor y también la dura mirada de Azra.

SI. Seguramente sería Erik. ¿o no? - ¿Crees que se habrá despertado ya? - sus ojos se desviaron levemente por donde había desaparecido el desconocido con la criatura aún bajo los efectos de lo que le dispararon. - Da igual. Tienes razón. Seguramente sea su única esperanza... - la última palabra sonó como un gruñido al intentar recolocar suavemente al chico bajo su brazo y evaluar como podían moverlo sin mucho riesgo y sin dejar de apretar la herida.

Entonces se percató de que Azra buscaba algo, así que permaneció expectante - ¿Que buscas? ¿Es algo para moverlo o tienes otra idea en mente? -

- No, buscaba esto... - Sacó un poco de hilo de sutura y una aguja de hueso para después sacar una botella de licor. - Esto debería servir... Tanto para limpiar los materiales como para intentar que no sienta tanto dolor... 

Miró al chico y luego de nuevo a Ania

- Dudo mucho que nosotras dos podamos llevarlo con seguridad para que sobreviva... - Suspiró - Su vida pende de un hilo y creo que esto es cada vez menos seguro... 

Tenía que reconocer que la chica sabía lo que se hacía. Y que se lo agradecía, porque la tranquilizaba. Pero como no era momento de una charla amigable con cumplidos de por medio – seguramente nunca lo sería – no se detuvo a esto. Las palmaditas en la espalda, ni darlas ni recibirlas, no iban con ella.

El gesto de Kiabi fue endureciéndose conforme el olor llegó a sus fosas nasales. Demasiados años, demasiadas muertes. Demasiada carne. Extremó el cuidado al asomarse, mientras millones de recuerdos desagradables se agolpaban en su mente. Así, solo por respirar.

Se refugió de nuevo. Con la espalda pegada a la pared. Intentando meter oxígeno en sus pulmones, pero eso la alteraba más todavía. Porque su memoria le estaba jugando una muy mala pasada.

Piensa, joder, piensa.

Por las palabras que había escuchado, poca negociación podía haber. Querían saquear todo lo posible y ella no tenía absolutamente nada con lo que negociar para que dejaran en paz a la gente del habitáculo. De hecho, es que era mejor que directamente no supieran de su existencia. Eso era lo más seguro.

Colocó su mano izquierda bajo su cuello, e hizo como que se lo cortaba de izquierda a derecha, mientras vocalizaba en silencio “abortar”, y decidió que tenían que regresar por donde habían venido, hacia los otros. Le señaló con la mano el camino para deshacer lo andado. Y comenzó a andar hacia el lugar.

Con un poco de suerte estaba alguno medio muerto y se podía ofrecer para salvarlo. Y a partir de ahí, improvisar lo máximo posible.

Cuando la granada explotó Kora ya se había atrincherado contra la pared, acuclillada entre los dos hombres.

¡¡¡Jod-der!!! ¡¡ODIO ESTE PUTO SITIO!! ¡¡¡Mecagoentodo!!!

Se descubrió para ser testigo de la escena - aunque sólo fueran alaridos -, aprovechando para reubicarse. Una primera ojeada a Zack la hizo deducir que estaba herido, pero la sonrisa en sus labios le dió a entender al momento que no era así. - ¿Por qué sonríe? - Asintió a las palabras de éste, girando la cabeza en dirección a la habitación que quedaba más cercana. - Tenemos que limpiar esto antes de abrirlas... - Tragó saliva, controlando su respiración agitada. - Qué bien...

No pasaba nada... ¡No pasaba nada! Sólo les duplicaban en número. Además, no hablaban ni medio bien: fijo que debían de ser estúpidos.

- Dime que tienes más de esas... - Le susurró al hombre de la cresta sin mirarle directamente. Ya empezaba a notar el desgaste que le estaba provocando permanecer en tensión durante tantas horas...

Nonononono Kora, ya queda poco... Ya queda menos.

Fue entonces cuando Erik se puso en marcha de nuevo. El movimiento del médico, por muy leve que fuera, mantenía a su hija en constante estado de alerta, forzándola a barrer con los ojos el espacio que recorrían a la mayor velocidad de la que su cerebro era capaz de llevar. Aún así la joven armera no daba la impresión de dudar en ningún momento; más bien parecía dejarse llevar por el impulso natural de quien ha estado en peligro muchas otras veces - lo cual no significaba que no estuviera acojonada. De hecho, estaba lo bastante agitada como para no cuestionarse el apretar el gatillo a la menor tontería.

Como no le dió tiempo a replicar, se adelantó rápidamente para vigilar el pasillo, apuntando hacia la derecha con Zack aún detrás de ella, confiando en que éste tomaría la decisión más acertada.

Sean sonrio levemente, dentro de lo malo algo de lo que dijisteis debio hacerle gracia. Desvio la mirada hacia Azra. - Sobrevivire... quiero verla... una ultima vez... por favor... - Por primera vez cuando sus ojos miraron directamente a los ojos de Azra, demostro no tener miedo, de aceptar lo ocurrido aunque le llevase hasta el final.

Miro entonces a Ania y con cuidado movio la mano y señalo uno de los enormes armarios metalicos que tenian cables, uno que estaba practicamente a vuestro lado, sino fuera por una pared de cristal. - Ahi... hay... stims... o deberia... con uno de esos, llegare hasta el siguiente piso...

Tosio algo mas, con leves esputos de sangre. - Yo... lo siento... - Y era sincero. - Hay... una forma... de destruir la investigacion... de borrarlo todo...

Nego levemente, notandose como hablar tanto no le hacia bien ninguno.