Partida Rol por web

Os movisteis, de vuelta por el camino recorrido, con las miradas de las personas que habias dejado atras siguiendoos mientras cambiabas de estrategia y os moviais hasta lentamente llegar al otro pasillo y de alli a una gran explanada.

Vuestro pasillo daba a uno mas amplio, a tu izquierda una pared donde habia dos puertas, con unos numeros en la parte superior. Al frente un pasillo similar al que recorrias pero que tenia una puerta a medio camino con un numero arriba 3-04. A tu derecha es donde la acciones se llevaba a cabo.

El pasillo se ampliaba para convertirse en uno mas amplio que daba cabida a las dos puertas con numeros en su parte superior, a tu derecha se ampliaba aun mas dando lugar a una explanada. Justo al otro extremo de la misma podias ver a tres personas moviendose, disparando en direccion al pasillo central, del cual tu te acababas de largar hace nada. Aun asi no podias saber con exactitud que decian o estaban haciendo, aparte de estar en medio de un combate.

Un ligero gruñido, mientras colocaba mi rodilla en el suelo para apuntar mejor.

Si tuviera que apostar, diria que los de las doce no son de los comehombres... - Te miro de reojo, pues por el pasillo que habiais dejado, se veia a un saqueador con un rifle de asalto bastante potente y dos cuerpos destrozados por lo que parecia una granada.

No lo hacen nada mal...

Erik se movio, acercandose a la puerta tras la que debia esconderse el tipo de la escopeta. Apenas estuvo alli, la puerta comenzo a cerrarse, pero tras llegar casi hasta el suelo las partes destrozadas de uno de los muebles hicieron de tope, obligando a la puerta a volver a levantarse emitiendo ese ruido tan caracteristico suyo.

La mirada del tipo de la escopeta se fijo por un segundo en la puerta y luego mientras gritaba algo al de fuera, comenzo a rebuscar en la zona destrozada hasta dar con algo que te resulto conocido. Uno de los zurrones de Zack.

Gruño con mala baba y apunto con el arma hacia la puerta mientras se asomaba, observando como su compañero disparaba pequeñas rafagas para evitar que nadie saliera por alli.

El movimiento hizo que asomaran varios saquitos y botecitos del mismo, cayendose uno de ellos al suelo. El bote rodo levemente, mientras una anotacion con buena caligrafia permitia leer "Manzano. Modificacion B. Apto Yermo"

La palabra manzano te trajo a la memoria las imagenes de fauna que habias ido recopilando a lo largo de los años. Sabias que no existian a dia de hoy... y sin embargo, lo del botecito parecian semillas.

El tipo parecia enfadado, como si aquello no tuviera valor. Viste como levantaba la bota para reventar el frasco.

Gruñi porque lo de ir saltando por ahi, aunque estuviera acostumbrado, no queria decir que no tuviera su coste. Entonces tras tu pregunta te mire a los ojos, con cara de me estas tomando el pelo, antes de suspirar y negar levemente. Se me notaba cansado.

No, no tengo mas de esas... esa ni siquiera era mia... - Dejando claro que alguien habia perdido algo mas que su vida.

Me movi levemente pero una corta rafaga dejo claro que no estaban buscando cortar el paso. Frunci el ceño. - Si este se dedica a eso... vendran por donde...

En ese momento Erik se puso en marcha y tu fuiste tras el para cubrirlo. Deje escapar un leve bufido por un momento, cuando algo llamo mi atencion.

Cogi mejor mi arma y me cubri, por si alguien asomaba. - Entiendo que os habeis dejado a las salvajes abajo... entonces ¿quienes son esas?

Si miraste, verias que justo al otro extremo de la gran sala, habia dos mujeres. Una morena que parecia ir en cabeza desarmada, y otra rubia con un rifle que la seguia.

La salvaje amazona no pudo sino dar un ligero suspiro de hastío cuando él dijo que quería verla una última vez, aunque en su mirada podía verse el reflejo de alguien que entendía aquel pensamiento así que miró a Ania y asintió con la cabeza.

- Trae el stim, con eso podremos subirlo y tendremos un poco más de posibilidades de que sobreviva... Así es una carga pero seguramente nos beneficie que siga con vida... 

Escuchó como intentaba hablar y gruñó.

- Tshhh... Cállate o terminarás palmándola y, si es cierto que tienes esa información, ya nos la darás cuando podamos entenderte en condiciones.

Sus formas eran bruscas y poco amistosas pero podía verse que realmente lo hacía para mantenerlo con vida y aunque tuviera sus propios motivos si realmente fuera una sanguinaria lo hubiera matado ya con la excusa de que no sufriera. 

¿Cómo es posible? ¿Será cierto? Había visto un pequeño manzano con sus propios ojos no hacía demasiado ¿es lo que Zack ha venido a buscar? ¿sabía que estas cosas estaban aquí? Eso era más valioso que casi cualquier cosa del yermo, por mucho que zopencos como el de la escopeta fueran incapaz de verlo, no podía permitirse que lo destruyeran sin más.

Ni siquiera tuvo tiempo de avisar a Kora de sus intenciones, pero era una de las cosas por las que merecía la pena correr el riesgo, era una de esas cosas que podían cambiar las cosas en manos de las personas adecuadas…

Disparó a aquel idiota peligroso idiota, nunca le gustaba hacerlo, pero no seguiría con vida si no fuera capaz de hacerlo llegado el caso.

Kiabi agradeció enormemente dejar de ver aquello y poco a poco dejar de olerlo. No era capaz de procesarlo con sensatez, el trauma que suponía las cosas que había padecido como esclava estaba mucho más presente de lo que quería admitir, y a veces cobraba vida propia. Pero si quería precisamente seguir viva, tenía que conseguir volver a encerrarlo.

Más pronto que tarde.

Así que mientras se rearmaba, fue corriendo junto a la chica rubia, con expresión mortalmente seria y alerta, analizando su alrededor y comprobando que tenía demasiados pocos datos.

Cuando pararon, frunció el ceño extrañada ante el comentario de Ivy. ¿Por qué cree que lo hacen tan bien? Están disparando y esquivando balas. Lo normal en cualquier incursión.

Ah, no, también hay granadas... Joder.

¡Vosotros! - Su voz grave y ojos azules se enfocaron en los que por lo visto eran la hostia. Haciendo caso a su compañera que creía que eran de fuera – Hay una sala con familias de Helmtown secuestradas. ¿Os ayudamos y nos dejáis ir después?

Es un trato sencillo, conseguir aliados o enemigos. También algo muy frecuente del día a día.

El chico parecia que no sobreviviría y si ya el ambiente era lúgubre, aquella horrible sensación de impotencia manchaba su ánimo más aún. Aunque todo lado oscuro mostraba algo de luz, como el ying y el yang. Ver el lado bueno y compasivo de Azra generaba una extraña calma en la joven rubia.

Se levantó en cuanto supo donde estaba la solución pasando el envés de su muñeca por la barbilla. Un inútil intento de calmar el picor de su piel, producido por las manchas de sangre, el sudor y la suciedad acumulada en el camino. - No se que es un stim... - dijo para que su hermana se lo describiera mientras rodeaba el cristal. Si no se podía rodear, lo romperia con su bota, la única parte de su cuerpo que podía servir para aquello y que no estaba expuesta a posibles cortes.

La muchacha frunció el morrete en un - habitual - gesto de fastidio con la respuesta de Zack mientras se cubría. - Jo. - Sus ojos examinaron lo que tenían a su alcance, en concreto el fiambre que yacía merecidamente sobre el charco de su propia sangre. - Demasiado lejos... ¡¡¡Joder, qué rabia!!! ¡Podría haberse muerto un poquito más cerca...! - Bueno, seguro que le salían opciones para desvalijar a esos cabrones: no había nada mejor que vencer a tu enemigo con sus propias armas.

En serio: en qué maldito momento había perdido su equipo. Ya podía devolvérselo La Pecosa por daños y perjuicios.

Aquella cuestión tan rara que había dejado caer su compañero hizo que Kora se volviera hacia él con cara de "¿de qué hablas?". Pero todo cobró más sentido cuando se asomó con cautela para encontrarse con...

¿Pero qué coño...?

...Joder. ¿Aquello era una mujer o un poste con peluca? La ostia... - ¿De dónde...? - No supo qué responder de primeras... - ¡¡¡...Papá!!! - ...porque el estruendo de aquella bala la hizo volverse con brusquedad hacia donde se había posicionado su padre, comprobando con alivio que el médico estaba ileso. - Joder, papá, qué maldito susto... - Mierda... - Devolvió la mitad de su atención a Zack. Bueno, más bien a las tipas que quedaban al otro lado, ya que podrían fácilmente suponer una amenaza... Si no fuera porque algo no le cuadraba. - No sé quién coño son... - Estaba repartiendo su atención entre Erik y aquel nuevo descubrimiento en forma de "pack de dos". - ¿Nos han visto y...? Espera, ¿de quién se están cubriendo? - ¿Cabía la posibilidad de que pertenecieran al grupo de los supervivientes? En un primer vistazo no le pareció que estuvieran en el bando de aquellos animales.

- ¿Todo bien, papá? - Le susurró a Tanner, manteniendo a raya sus nervios mientras se aseguraba de que nadie aparecía por el pasillo donde se encontraba su mayor prioridad.

El estimulante no fue difícil de encontrar, sobretodo tras haber visto a Erik usar uno con los dos que habíais dejado atrás.

El chute dejó al chico casi grogui pero pronto como mínimo su respiración pareció estabilizarse. No es que estuviera fuera de peligro pero al menos, por el momento parecía que sobreviviría un poco más.

Llegasteis el cuerpo con vosotras, sin escuchar nada de aquella que estaba más allá de la puerta.

Lentamente subisteis hasta el segundo subnivel. Los cadáveres seguían allí, aunque pusisteis notar que alguien se había detenido un rato por algunas de las marcas.

Nada mas abrir la puerta de acceso al subnivel lo primero que osnllego fue el sonido de un rifle de asalto. Disparos medianamente controlados, aún así era inconfundible.

La sala era relativamente grande, aunque más ancha que larga. Cuatro puertas, una a cada lado de la sala y dos delante. Dada su anchura una estaba en el lado derecho de la pared del fondo y la otra en el izquierdo. El sonido parecía llegar en igualdad de fuerza por ambas.

Sean seguía inconsciente, pero más estable. Ahora faltaba ver qué hacíais.

Las marcas más recientes, traen polvo y mierda del exterior. Si tuvieras que adivinar, los demas se fueron por la pared de delante, puerta de la izquierda.

El disparo fue preciso. La bala atravesó el cráneo haciéndolo estallar y regando la parte posterior de la habitación con masa cerebral y huesos rotos. El tipo no tuvo ni tiempo de pensar, su cuerpo simplemente se estremeció y acto seguido se desplomo como lo haría un árbol cortado por su base.

El zurrón cayó a su lado, mientras el cuerpo se desplomaba sobre las semillas del manzano.

Más allá de la ventana, los disparos del otro continuaban mientras gritaba algo.

Un instante, se asomó, te vio y volvió a cubrirse. Tus acciones no habían pasado del todo desapercibidas.

Nuevos gritos, como si estuviera dando información.

Llegaron unas palabras apagadas desde el lado de Kora, al estar dentro no la entendiste.

La mujer morena grito como pudo algo sobre unas familias atrapadas, los disparos y el eco de los mismos magnificados por el espacio cerrado asi como la distancia no permitian entender mucho de lo que se decia, pero fue sobretodo el hecho de que en cuanto se puso a hablar, las rafagas de balas ahora se dirijiesen contra ella lo que obligo a Leia a esconderse tras la proteccion de la cobertura de la esquina.

Ivy, la mujer que la acompañaba, buscaba su momento. Estaba claro que entendia de combate, porque mientras las balas volaban, ella solo se mantenia a la espera.

De repente durante un instante de tiempo en el que las balas dejaron de sonar y de impactar contra el metal de las paredes, un unico disparo se escucho. Diferente, mas bajo, menos potente. Luego las rafagas volvieron, cortas, algo mas imprecisas mientras la voz del hombre sonaba con mas histerismo, aunque no entendiais que decia.

Escuchaste el disparo que provenia de la habitacion donde se habia metido tu padre, pero nada mas por su parte. Ni una palabra.

Por su parte Zack, estaba de igual forma que la rubia del otro lado, a la expectativa de un cambio que le permitiese disparar a vuestro enemigo.

Esa morena no es muy lista la verdad, llamar asi la atencion... - Negue con la cabeza, antes de mirarte. - Creo que ha dicho algo sobre rehenes, es importante rescatarlos o a la mayoria a ser posible.

Un siseo bajo, enfadado y molesto por parte de tu compañera. - ¿Que tal si dejas de llamar la atencion sobre nosotras? Si quieres morir es cosa tuya, pero no me arrastres contigo...

Hace un momento hubiera tenido un disparo claro... ahora no solo ese esta advertido, sino que todos los que sigan vivos lo estaran en breve... -  Lo cual queria decir, que bien podian venir a apoyar a su amigo, como ir a usar a los rehenes a su placer.

Se coloco el arma en el hombro y se quedo a la espera, agazapada, esperando a que las balas dejasen de sonar.

Azra caminaba con cuidado pues llevaban a aquel desgraciado con ellas y aunque el estimulante parecía haberlo estabilizado la amazona no confiaba que pudiera aguantar mucho más, no sin ayuda profesional.

Al oír los disparos le hizo un gesto a Ania para que se detuvieran y comenzó a prestar atención.

- Un rifle de asalto... Hay disparos... 

Sus ojos se movieron por el lugar, mirando las marcas y analizando aquello que veían sus ojos.

- La puerta de la izquierda... Se fueron por ahí...

Justo después del disparo, el médico había entrado agachado a la habitación lo más rápido posible, centrado en no perder la cobertura. Recogió el bote del suelo, lo metió en el zurrón caído y lo cerró para cruzar la banda del mismo sobre su pecho y sacar lo que él creía que era un valioso contenido de aquel lugar.

Alguien tendría que dar explicaciones, pero ahora no era su prioridad, de momento estaba en el mismo bando.

Todo bien… respondió Erik con un susurro al tiempo que levantó el dedo pulgar, todo ello una vez se había apartado de la puerta para que ningún disparo procedente del ventanal fuera peligroso ha caído uno dentro, el otro está en el pasillo central que era por el que había venido ellos revisaré las otras puertas… no sabía si la información de Zack era correcta o no, pero no le quedaba más remedio que averiguarlo.

Se dispuso a seguir avanzando por el pasillo lo más agachado posible, dispuesto a revisar la siguiente puerta, pero no sin antes asegurarse de que Kora estaba bien y lo seguía cubriendo… Kora… estaba claro que todavía no había terminado de asimilarlo, no era capaz de asimilar que le llamaran papá… no sabía si estaba preparado.

Kiabi respiró profundamente cuando las balas cogieron su dirección, algo lógico de primeras, no iban a saludarla de otra manera hasta que las alianzas no estuvieran claras. Miró a su compañera, comprobando visualmente que tampoco se había llevado ningún disparo, lo que le transmitió un alivio inmediato. Aunque si iba a ponerse así de quejica y de coñazo, lo mismo hasta se merecía uno.

¿Te quieres quedar a vivir en esta esquina y no me has dicho nada? ¿O es que tienes telepatía para contactar con los que tienen que ayudarnos?

No sonó enfadada, ni borde, era que de verdad no tenía nada claro como iban a entablar contacto sin que se notara su presencia y supiera donde estaban. Encima, se quejaba tanto siendo ella la que estaba armada y tenía muchas más opciones - Hay que joderse -

Por otro lado, si quería hacer las cosas de otra manera, ¿por qué no lo había dicho? Que bonito está eso de delegar y luego quejarte de que no te gusta lo conseguido. Así tiene razón cualquiera. Esperaba sinceramente que no se pusiera igual de histérica que el hombre que sonaba de fondo. Porque no tenía a mano ninguna de sus píldoras de la alegría que tan famosas eran en el refugio.

Kiabi se volvió a asomar, sin tener claro si le habrían hecho caso, o si se lo plantearían. Su gesto estaba contraído, sopesando más opciones, pero estaba más que limitada para nada.

Aunque las que se quejaran fueran otras.

Cargar con un cuerpo medio incosciente y con la vida pendiendo de un hilo no era trabajo fácil. Saber que un mal movimiento podía empeorar la cosa tampoco ayudaba. Pero el caso es que Ania se sentía optimista. Cansada, pero confiada en que podían salir de allí.

Atenta al camino de regreso, de vez en cuando alzaba la mirada para mirar a su hermana, pero no decia nada. Necesitaba reservar las fuerzas para trasladar a Sean a un lugar seguro, pero en ese lugar no debería escucharse el silbido de las balas.

Asintió a la indicación de Azra pero frunció el ceño levemente - ¿Son ellos los que están en medio de una refriega? Porque ahora mismo vamos con mucha desventaja - Recorrió la sala con la vista para ver si algo podía servir a modo de "escudo"