Partida Rol por web

Necesitaban a Erik y el puñetero devenir de la vida solo le mostró a Zack y a una completa desconocida que tampoco parecia servir para sacarlos de allí. Viendo que les apuntaban, se parapetó de nuevo tras la pared que enmarcaba la puerta, tirando en el proceso de Azra para alejarla del campo de visión de aquel tio. Desde luego estaba en clarisima desventaja.

- ¡¡ERIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIK!! - fue un grito alto, contundente, cargado de determinación y un punto de auxilio. No se atrevia a decir más para no dar pistas a los tios aquellos, pero esperaba haber calado bien al médico. Estaba segura al 95% que si la había escuchado, acudiria a ayudarla.

- Azra, ¿la única salida al exterior es por donde hemos venido? - sus ojos fueron a la escalera que habían utilizado todos para bajar, pero la sala donde habia visto a Zack tenia tantos pasillos, que ya dudaba de que hubiera solo una vía de escape. 

- Si no contesta Erik tendremos que empezar a movernos de nuevo porque en breve se nos echaran encima... -

Un grito alto y fuerte, con un toque femenino en el se extendio por toda la zona. El deje parecia el de Ania y provenia de las puertas de acceso.

¡¡ERIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIK!!

La rubia inspeccionó la sala con el corazón bombeándole con arrebato bajo la cazadora. - Me cagoen la puta, ¡¡aquí no hay nada!! ¡¿¿Qué cojones es esto??! - El sigilo no era su fuerte, pero se esforzaba en hacer el menor ruido posible, pues vigilaba los que llegaban desde fuera.

No conseguía terminar de identificar el chirriar que poco a poco acortaba la distancia con ellos, lo cual sólo ayudaba a agitarla más de lo que ya estaba.

Tranquila... Todo lo que se mueve se puede matar.

Una puerta y una ventana. Iba a necesitar de algo que hiciera de barricada de tener visita en aquel cuartucho, por lo que sus botas se aproximaron hacia la cama para volcarla hacia un lado con estudiado cuidado; todo el que pudiera tener aquel nervio de ojos felinos. Lo cierto es que no le preocupaba del todo ser muy ruidosa - allí afuera tampoco es que hubiera un mar en calma -, ni tampoco representar el papel de anzuelo: su padre quedaba en la habitación de al lado, y si esos cabronazos debían de escoger una primera puerta prefería que fuera la de ella...

Adelantó un poco lo que identificó como una cómoda, separándola de la pared para dejar otro hueco desde el que poder cubrirse. A veces hasta venía bien no ser muy voluminosa.

Fue entonces cuando escuchó la voz de aquella alimaña, y los ojos de Kora repartieron su atención entre la ventana y la entrada a su guarida provisional, apuntando a ambas direcciones con las dos pistolas.

Voy a morir... Voy a morir, voy a morir, no conozco este sit-JODER, ¡¡NO!! ¡¡CÁLLATE!!

El calor era insoportable. Sus manos se agitaban ligeramente, pero no aflojaban las armas.

- Tranquila... - Susurraba para sí misma, buscando centrarse únicamente en aquellos dos puntos de mira... Según Kenny era mucho mejor intentar dejar la mente en blanco y reducir la atención a lo esencial: posición, sonidos y... - ¿...Qué cojones?

¿Acababan de llamar a su padre a gritos?

Kiabi se paró en seco cuando comprobó que habían personas en aquella puerta, su idea era permanecer el tiempo justo y necesario para averiguar de qué bando eran los escandalosos que salían. Era una información importante si era la salida y si tenían que llevar hasta allí a los rehenes.

Permaneció resguardada y con el cuerpo a buen recaudo, alternando la mirada entre la puerta y el joven de la cresta, para comprobar si se saludaban con palabrotas o con balas. En aquel mundo ya no habían muchas formas más de relacionarse. Por desgracia.

Tenía que pensar rápido, aquel lugar era una ratonera, y los sonidos al otro lado de la puerta no auguraban nada bueno, si le disparaban allí dentro con algún tipo de arma pesada, no tendría escapatoria. Cogió una de las mesas, sujetándola delante de su cuerpo, parapetándose tras ella, dispuesto a embestir por sorpresa a lo que hubiera en el pasillo antes de que pudiera abrir fuego…

!Ania! La voz sólo ayudó a espolear su idea… espero que me haga caso… !Corre Kora! !Ahora! Y abrió la puerta para seguir su plan… uno que quizás no era el mejor, pero tampoco es que tuviera muchas opciones, no era tan bueno disparando como para dañar lo que parecía portar el tipo que los buscaba.

!Ania!

Gritó en cuanto estuvo fuera de su habitación.

Te moviste tras dar las indicaciones al hombre de la cresta. 

Giraste la esquina y no tardaste nada en llegar a donde estaba Ivy. El rifle de as alto en alto y apuntando en direccion a la puerta por la que ambas habiais salido hacia no mucho. 

Habia un reguero de sangre que se adentraba en la misma y la propia puerta estaba aun abierta. 

La voz de la joven te llego en forma de susurro tras comprobar que eras tu con un vistazo. – Uno abatido, el otro ha conseguido entrar.  

Dio un suave golpe en el arma. En el cargador.– Una bala... creo que el esta igual o sin municion ya… pero era grande. -  No habia miedo en el tono, solo era una clarificacion sobre a que se enfrentaban. 

De repente un cuerpo salio volando por la puerta, estrellandose de cabeza contra la pared y cayendo al suelo ya muerto. 

Soltad arma… rendios… o matare a uno de los pequeños... – De fondo se oia un lloro bajo y asustado de un niño. 

Saliste con algo de fuerza de la habitacion, la mesa en posicion y junto con ella fuiste directo a por aquello que estaba en medio del pasillo. El golpe fue... como golpear una maldita pared. Desvencijada, parcialmente rota y llena de oxido pero una pared. Se sintio casi como si apenas la movieras del sitio aunque pudiste ver como el brazo del arma se apartaba de tu movimiento evitando por el momento ser incinerado. 

Cuando el impulse cayo, lo viste ahi, tras los trozos de metal. Ahora que lo veias de frente y no atraves de las Ventana pudiste percibir que aunque acorazado, la estructura de metal tenia multitude de agujeros, incluso el rostro solo estaba parcialmente cubierto. No seria facil, pero una cosa estaba clara, esa cosa no estaba sellada por completo ante ataques del exterior, tanto el torso como la cabeza eran hasta cierto punto vulnerables. 

Aun asi tras esos segundos de lucidez, un fuerte movimiento por parte del hombre escondido en metal te indico que iba a atacar… y solo quedaba correr. 

Te giraste, siendo consciente de que Kora no habia hecho caso de tus palabras. Te giraste para correr por tu vida. Metro a metro, respiracion a respiracion, sentiste como el aire era succionado por el arma a tu espalda y no tardaste en notar el ardiente calor y quemazon en tu espalda. 

Pequeñas quemaduras en las zonas no cubiertas, de las que dejarian marca sin ninguna duda pues no parecian superficiales, pero la espalda se llevo el impacto mas directo. Con la ropa en llamas, eras consciente de que el fuego habia llegado a la carne, aunque el dolor no te dejaba saber como de jodido era, sin duda quemaba y dolia. 

Aun asi conseguiste llegar hasta donde estaba Zack, que te agarro en el acto y tiro de ti a cubierto… mientras escuchabas el avanzar de aquella cosa en vuestra direccion. 

Al menos Kora… parecia haber pasado desapercibida. 

Escuchaste una puerta abrirse y entonces a traves de la ventana, como una mesa se estrellaba contra la figura de metal, provocando que el arma que llevaba se apartase a un lado por un momento pero mas alla de eso, no ocurrio nada. 

El grito previo que te decia correr, pero que tu no hiciste caso, despues de todo, las opciones por escasas que fueran no te decian que salir al pasillo fuera lo mejor, la bestia enfundada en metal no parecia poder entrar por su tamaño… o eso esperabas. Las paredes eran solidas, estabas segura de que no podria atravesarlas. 

Con eso dicho, escuchaste a tu padre salir corriendo y escasos segundos despues, el ruido del lanzallamas. No podias verlo, pero estabas segura de que no podria haber escapado ileso de ello. 

Ahora te quedabas sola… y la criatura de metal comenzo a moverse en direccion a tu padre, y a donde estaba Zack, dejandote sin lugar a dudas atras, claramente no parecia saber que estabas alli. 

A los pocos segundos ya habia pasado de largo de tu puerta, dandote la espalda por completo. 

Zack se asomo a gran velocidad y consiguio meter un balazo mas que acabo con la vida del enemigo herido. Aun asi dos enemigos mas llegaban por el pasillo central y se unian a la refriega, tomando posiciones de enfrentamiento. El primero, con un rifle de asalto, disparo un par de rondas sobre la puerta que se habia abierto, tras la cual Ania y Azra se mantenian por el momento en tensa espera. 

Las balas golpearon con fuerza el metal pero sin opcion ninguna de atravesar las gruesas paredes del refugio. Aun asi quedaba claro que el enemigo sabia que habia alguien en ese lado, despues de todo las puertas no se abrian sin ningun motivo. 

En medio de esa situacion, el segundo avanzo con su arma en direccion a Zack, usando sus coberturas y asegurandose de ir disparando para evitar que el hombre de la cresta pudiera hacer mucho. 

Por si eso no fuera suficiente entonces se escucho el nombre de Ania resonando por el pasillo de la izquierda, dejando claro que la posicion de Erik estaba en la misma que direccion que Zack, pero mas alla de este. 

A los pocos segundos Erik aparecia por alli junto con una enorme lengua de fuego que le perseguia. Parte de las prendas del hombre, sobretodo la chaqueta estaba en llamas, dando fe de que habia como minimo un lanzallamas en medio de todo esto. 

No tardaron mucho en escucharse unos ruidos mecanicos que parecian acercarse hacia la posicion donde ahora Zack y Erik se cubrian.
 

El sonido era similar, profundamente similar y algo triggeo en tu mente. Un recuerdo pasado, de un edificio en Parody, una caida en medio de la emboscada de Garm. La criatura que el Maestro habia destrozado en la oscuridad del pozo. 

Allí, tras aquella puerta parecía haberse desatado el caos... Disparos, gritos, golpes y fuego... Sus ojos se giraron en dirección al fuego y ese sonido... Ese sonido metálico... A su mente llegaron aquellos recuerdos, los recuerdos de aquel edificio, la cosa que él destrozó por nosotros... El peligro al que le sometieron, las palabras, el sucio nombre de aquel a quien había desgarrado con sus propias armas... Estaban aquí... realmente estaban aquí y ahora... Ahora no se contendría... 

Azra apretó los puños hasta casi hacerse sangrar, su mirada estaba cargada de furia y rabia, una mirada aterradora... Su cuerpo estaba tenso, sus músculos preparados y entonces se alzó... 

Habían demasiados obstáculos, demasiados insectos en su camino... Tomó uno de los cuchillos que llevaba en su cinto y lo lanzó con furia hacia el tipo que dispara a Zack, era solo un obstáculo más... El cuchillo voló con fuerza hasta clavarse profundamente en el pecho del tipo. No moriría pero sería una molestia menor... 

La depredadora estaba ahí, los ojos ligeramente inyectados en sangre, la boca curvada en un gruñido casi animal mientras parecía dispuesta a caminar en dirección al tipo del cuchillo, solamente un obstáculo más... 

Si en algún momento había sentido alivio verdadero fue al escuchar su nombre devuelto entre las detonaciones de los disparos y los impactos metálicos que resonaban en el viciado ambiente. Su instinto no había fallado. Ese segundo que tardó su cerebro en procesar la información (de donde venia Erik, el fuego, los enemigos..) la distrajo lo suficiente como para  permitir a su diestra haber aflojado el agarre del brazo de Azra.

La amazona se asomó para lanzar un cuchillo y aunque era arriesgado, ella misma habia hecho lo mismo hacia poco. Pero captó algo en los ojos de su hermana, un destello en la postura de su cuerpo... Sus dedos volvieron a cerrarse alrededor del antebrazo de la mujer, muy cerca de la axila y tiró con suficiente fuerza como para apartarla del dintel de la puerta y posicionarse de forma que tenia que pasar por encima de ella si quería volver a intentar entrar en la sala.

- ¿Es que quieres un puto balazo entre ceja y ceja? - le dijo furiosa dispuesta a recibir el más que probable puñetazo o mordisco sin moverse del sitio. Sería como un muro imperturbable que no se menea por mucho que lo golpees, absorviendo el dolor todo lo que su cuerpo le permitiera. Su mente ya estaba preparada para ello.  Alzó de nuevo la voz sin apartar la vista de su rubio objetivo

- ERIK. SABEMOS COMO SALIR DE AQUÍ, PERO TE NECESITO -

Kiabi miró con espanto el cuerpo que acababa de llegar hasta sus pies. No había tenido suerte, o quizás si, si es que su vida era un asco, como la de la mayoria de la gente en aquel mundo de mierda. Sus ojos volvieron a la entrada, a resolver la siguiente que se le presentaba. La tensión acumulada ya hacía estragos: su cuero cabelludo sudaba y el corazón ya llevaba un tiempo acelerado.

Comenzó a hablar en voz lo suficientemente alta para que la oyera el que les acababa de increpar - ¿Estás de coña? ¿te crees que nos importa una mierda un niñato de ahí dentro? - Tragó saliva mirando hacia la puerta. Intentando pensar con claridad a toda velocidad. Algo que había ejercitado siendo esclava, que: o estabas lúcida y alerta, o palmabas. Todo el tiempo así.

No soy de esa comunidad, me da igual la que líes, aunque no sé como se lo tomarán los que están ahí dentro si haces alguna barbaridad quedándote poca munición… - No quiso dejarlo vendido del todo para que no aumentara el agobio en aquel cerebro cobarde de mierda. Pero quería que tuviera claro que sabían que no iba a poder enfrentarse a tanta gente. Ni siquiera a ellas, si al final mataba al pobre chico.

Todos queremos salir de aquí, es más: Yo voy a salir de aquí. - Parecía bastante segura de aquello – Sal y vete, - Mordió su labio inferior, sin permitirse dudar o que se notara debilidad en el tono - o únete a nosotras. Tus balas nos vendrán bien. Pero despídete de mantener los rehenes, esto está controlado por los otros. Solo puedes pensar en salvarte el culo.

Miro a Ivy, vocalizando en absoluto silencio la palabra: “Reviéntalo” mientras negaba mínimamente con la cabeza, para que le quedara claro que era un farol y que no pensaba ni por un momento dejarlo salir con vida de allí. Hacer limpieza de asesinos de niños nunca venía mal.

Apenas pudo dedicar un par de segundos en maldecir a Kora por no hacerle caso… corrió lo más rápido que pudo, insuficiente para salir ileso, suficiente para seguir vivo. Al conseguir cobertura gracias a Zack, se quitó la chaqueta arrojándola a un lado con gestos de dolor… gracias… dijo al hombre mientras comprobaba, entre aliviado y jodido, como el tipo de la armadura avanzaba en su dirección…

Dedicó un breve instante a hacerse una idea de la situación, algo a lo que ayudó el grito de Ania…

La armadura tiene huecos en el torso y en la cabeza indicó a Zack, quien probablemente fuera mejor que él disparando, eso sin contar con el dolor que sufría de las quemaduras Keira está en la habitación del fondo a la derecha por si tenía la idea de tirarle algo “demasiado” destructivo.

!Me lo dicen mucho! Gritó la estúpida broma sin poder evitarlo !Me alegra oírte Ania! Añadió ya sin rastro de sorna !hay uno con un lanzallamas y una armadura! Informó para que tuviera cuidado !nos largamos en cuanto nos deje! Nada le apetecía más que largarse, pero podía dejar allí a Kora.

La voz de Zack se alzó tras las palabras de Erik. El grito fue claro para que todos pudierais escucharlo.

Keira!!! Las juntas de los hombros al cuello, dispara ahí si ves cables, destrozalos... Y no te enfrentes cuerpo a cuerpo!!!

Escuchar la otra puerta abrirse heló la sangre de la joven.

Kora se quedó en blanco sin poder reaccionar a la voz de su padre, cuya iniciativa la había dejado desconcertada. El cuerpo de la armera tiró hacia adelante, pero sus pies no se despegaron del suelo: las puntas de éstos la impulsaron hacia atrás como un resorte, protegiéndola de lo que muy probablemente habría terminado por convertirse en una barbacoa humana...

¡¡MIERDA!! ¡¡MUÉVETE!!

Sus ojos se habían clavado en aquella monstruosa mole de metal que, lejos de sentirse intimidada ante el placaje, había contraatacado con un lanzallamas.

Un puto lanzallamas.

- Nononononono... - Sintió las pulsaciones en su pecho, en sus sienes y en su estómago... Las manos le temblaban cuando por fin recuperó el control de sí misma, precipitándose contra la puerta que la había protegido para presionar frenéticamente el interruptor que la abriría... - ¡¡¡ÁBRETE!!! ¡¡¡ÁBRETE!!! - ...asomándose al exterior para enfrentarse a la espalda de aquella quimera tecnológica.