Partida Rol por web

No habia que ser un genio para notar la tension de los presentes, lo que reafirmaba en el hecho de que no sabian nada del Refugio... ni de lo que aqui se hacia. No sabia si eso era bueno o malo.... o como podia acabar, asi que solo quedaba avanzar y descubrirlo. El hecho de que casi todos tuvieran al menos un arma de cuerpo a cuerpo era algo que sin duda agradecia.

Mi mirada acabo en Azra, de los presentes era la mas instintiva, la mas animal en cierta forma... aunque otros se atreverian a llamarla feral.

Ante sus palabras, iba a responderle cuando lo hizo Erik en cierta forma para luego mirarme. - No deberia haber problema en abrirla desde este lado. Lo dificil no deberia ser salir, sino entrar. - Despues de esto, se suponia que esa era la funcion de los Refugios, aunque cada uno se lo tomara a su manera, o tuviera otros planes.

La puerta no necesito mucho. Apenas un movimiento cercano al trasto que habia a su lado y con un ligero silbido de aire liberado, la puerta se elevo provocando sin duda mas de un susto en alguno de vosotros, porque era la primera vez que veiais algo asi. Una puerta sin pomo y que se abria apenas rozando un panel en un lateral. La cosa se volvia cada vez mas rara se mirase como se mirase.

Si alguno se fijo, Zack aun dentro de la tension del momento y de tener el cuchillo en una posicion de combate obvia, parecia tener una ligera sonrisa de diversion en los labios.

La puerta daba directamente a las escaleras. Las paredes al igual que las anteriores que habiis visto eran bicolor, solo que ahora eso era mas obvio. La parte baja se alzaba unicamente unos quince centimetros con un color amarillo, mientras que el resto era azul. La esquina entre el techo y la pared estaba perfilada por una banda metalica, igual que ocurria con el suelo. El suelo era laminado, en tonos grisaceoazulados. Habia un minimo de distancia antes de que comenzara la escalera para que nadie tuviera un tropiezo y acabase directamente cayendo por alli. Cerradas, asi que solo podia verse como un tunel que se dentraba aun mas en la tierra, como una madriguera de algun tipo de bestia extraña.

Bajasteis, uno detras del otro, porque no daba para mas.

Subnivel 3. Eso habia dicho Marlen. En que subnivel estabais? No lo sabiais.

Dos tramos de escaleras por piso. La pregunta que anteriormente quizas os habiais planteado quedo respondida cuando aunque a vuestra derecha quedaba otro tramo de escaleras, la puerta de delante, identica a la de arriba, venia marcada con un uno enorme.

Asi que este era el subnivel uno. Eso significaba que quedaban uno mas y el siguiente... era vuestro objetivo.  El silencio se volvio mas opresivo, mientras ahora eras conscientes de estar en una estancia mucho mas pequeña y donde por ende, cualquier ruido que haciais os alcanzaba con bastante fuerza. Un suspiro, la mala posicion de un pie sobre el metal, el choque contra una de las paredes o la barandilla que acompañaba a las escaleras.

Lentamente fuisteis bajando hasta el siguiente nivel... y fue entonces cuando las cosas comenzaron a verse peor. Lo primero que se veria nada mas alcanzar el siguiente subnivel seria sangre. La pared estaba llena de ella, la suficiente como minimo para dar lugar a un cadaver, seguramente quizas dos. Mas al seguir el rastro hacia el subnivel tres, podiais ver lo que parecia una palma de mano marcada en la pared.

En el suelo, algo oscuro que sin duda parecia un arma. Un arma larga. Un rifle o escopeta, tirado y por lo que parecia en la distancia, roto, como si le hubieran arrancado algo.

El leve parpadeo de la luz, le dio al asunto un punto aun mas tetrico mientras la tension de cada uno de vosotros parecia aplicarse al que tenia mas cerca y asi al siguiente. Las respiraciones se hacian mas aceleradas en el caso de la mayoria, el sudor ya hacia presencia, puesto que el ambiente parecia cargado con ese punto que hablaba de un cazador o de algun tipo de bestia que parecia haber hecho del subnivel 3 al menos de inicio... su guarida.

Zack se movio con cuidado, mas se detuvo antes de alcanzar a Azra y Kora. Lo que menos queria es que alguna de ellas le atacase. Cuando fue consciente de que os habiais percatado de su presencia, señalo el arma y cuando Azra asintio y Kora tambien, se movio hacia delante para llegar a la misma. No llego a tocarla, simplemente la observo y luego se giro y miro. Una negativa clara, donde dejaba claro que no era funcional.

Su mirada fue al tramo de escaleras que bajaba... todos pudisteis ver como sus dedos se movian sobre la empuñadura en un acto que buscaba destensar los mismos y hacer el agarre mas adecuado y tranquilo por si habia que defenderse.

La apertura de aquella ¿puerta? logró que su pie más adelantado rertrocediera mucho más que el contrario mientras que a la vez, su brazo alzado en posición decombate descendiera para que ocupara lugar a su espalda, lista para usar su filo. Apretó los dientes molesta por no saber como narices sucedia aquello

_{- ¿Es que usan magia en este maldito lugar? -} murmuró muy bajo sin poder evitarlo. Ver aquellas descender más aún le generó un sudor frío en la base de la nuca. Aquello sin duda era una prisión, una ratonera sin salida. ¿Quién carajos querría vivir en un callejón sin salida? Y cada vez descendia más...

Evocó las veces que estuvo encerrada y a oscuras cuando aún ni siquiera tenia edad para sangrar. Cuando por más que gritara nadie acudia salvo para molerla a palos para que se callara. Pero ahora no estaba sola y ya no era esa niña. Podría soportar aquella acuciante sensación de falta de aire.

Se quedó cerca de Erik, tal como habian acordado, y siguieron descendiendo. Deslizó dos dedos de su mano libre por la pared, pasando de un color a otro, y si alcanzaba, tocar la unión entre pared y techo. Quería entender la forma de vivir de aquellas personas..

Llegaron al punto donde encontraron la sangre de los cadáveres. Le habria dado lástima si no fuera porque en esos momentos pensaba de nuevo en la estupidez de vivir en una jaula de metal. Permaneció alerta, esperando alguna indicación de seguir avanzando

Su piel estaba completamente erizada, sus músculos tensos y su cuello comenzaba a doler por la rigidez de estos mientras su mano se enrojecía por la presión causada al apretar con fuerza su arma.

Aquel sonido, cada ruido metálico provocaban que la guerrera se tensara cada vez más. Sus dientes se mostraban a través de sus labios, tal y como lo harían los de un fiero animal.

Con cada nuevo paso, con cada nueva bajada Azra se tensaba más y más. La presencia de la sangre no pareció afectarle y el hecho de que se pusieran a rebuscar entre los restos de ésta le resultaba innecesario, no eran saqueadores, eran mejor que esa chusma del yermo... Mientras algunos se dedicaban a ello Azra permanecía vigilante, buscando cualquier posible peligro e incluso el lugar al que se suponía que debían ir para ayudar o sacar a quienes les habían hecho meterse allí. Después de todo se habían adentrado en la boca d e a bestia, o al menos así lo parecía...

Era como estar en una guarida, como si al volver una esquina una criatura les acechara pero ella era una cazadora y como tal cazaría a la presa... 

No es que fuera la más adecuada para emitir un juicio sobre "tecnología avanzada", pero Keira no entendía qué funcionalidad podía tener una puerta que se abría en vertical: ¿y si esa plancha decía de bajar sola mientras cruzabas el marco?

¡¡Joder!! ¡Mierda! ¿Por qué...? No entiendo esto.

Como un cachorro confundido, la joven había ladeado la cabeza mirando al techo, nada convencida, asegurándose de un vistazo de que aquella puerta les permitía el paso a todos después de atravesarla. Las tonalidades coloridas de las paredes llamaron su atención por alguna razón. Todo estaba estructurado de una manera ordenada, práctica y minimalista, evitando accesorios innecesarios. Aún así la tensión que parecía agudizarse con cada escalón por el que descendían pronto la obligó a ignorar aquellos detalles sin importancia: su prioridad ahora era asegurarse de que el frente estuviera despejado. O de que la cazadora y ella lo despejaran.

La visión de la sangre la hizo tragar saliva y apretar los dientes con fuerza, mientras una gota de sudor frío se perdía bajo la tela que le cubría el cuello. Ya no hablaba. En algún momento durante el descenso de aquellas tripas de hormigón decidió ahorrar sus energías y enfocarse únicamente en agudizar su visión y sus oídos, esforzándose porque sus botas hicieran el menor ruido posible. No daba la impresión de ser una experta en el arte del combate como lo eran las mujeres que les acompañaban, a quienes les sacaba unos centímetros de altura a pesar de su edad, pero sí sabía manejarse con el arma que sostenía su mano diestra.

Posicionada cerca de Zack, sus ojos azules examinaron el rifle desde su posición, frunciendo el ceño con frustración cuando éste negó con la cabeza. Aquella chatarra inservible no pertenecía a los asaltadores, y eso significaba que la sangre que teñía las paredes sólo podía pertenecer a la gente de Helmtown...

No está del todo seca. Y no son marcas de disparos... - Pensó tras volverse hacia las señales carmesí - Son de pelea. ¿Los han matado a golpes?

Tragó saliva de nuevo, enfocando las escaleras del fondo. Odiaba aquella luz parpadeante. Era como si la propia estancia siguiera aterrorizada por lo que acababa de presenciar... Como si intentara lanzarles una advertencia para no continuar... Como si el recuerdo de aquella brutal paliza no fuera de por sí suficiente - Mierda... ¿Por qué coño está todo en silencio? - Se arrepentía de haberlo dejado internarse en aquella prisión de metal. Pero lo conocía demasiado bien como para saber que no era nada fácil hacerle cambiar de opinión al hombre que quedaba a sus espaldas... Mucho menos cuando su moralidad estaba de por medio. Además, no tenían muchas opciones quedándose al margen. No tenían forma de abandonar la ciudad. Y dadas las circunstancias, los únicos posibles aliados con los que podían contar se refugiaban en el interior de ese maldito Vault. Eso si aquel escuadrón de la muerte no había arrasado con todo a su paso.

Con un gesto suave de la cabeza, y una mirada que sólo él podía entender, Keira le pidió a Zack que volviera a colocarse entre ella y Erik, volviendo a situarse junto a la amazona antes de continuar.

No podemos descartar que alguna de esas criaturas controladas por los tipos raros del norte se haya instalado por aquí, siguiendo o no sus instrucciones… aquello no parecía hecho por humanos las personas no suelen llevarse los cuerpos y estaba claro que allí no estaban o tal vez se trate de alguna cosa que no hayamos visto antes, como lo que sucedió durante el viaje… mejor estar preparados para cualquier cosa, no dejarnos sorprender.

A pesar de las circunstancias, aquel sitio era cada vez más fascinante, disponía de una tecnología que la gente del yermo no alcanzaba ni a soñar, pero no podía distraerse con cada maravilla que descubría, la prioridad ahora era salvar a esos críos y regresar.

Tenemos que continuar, y estemos atentos al techo, al suelo o a las paredes, tiene que haber conductos que transporte el aire por todo el refugio, no descartemos que lo que fuera que hizo esto se mueva por ellos.

Aprovecho para intentar fijarse en algún tipo de rejilla o similar, por si acaso.

Una sonrisa que se ensancho cuando se hablo de magia, un leve suspiro y un escueto susurro por parte de Zack. - Se llama tecnologia. No magia. - Estaba claro que estaba estaba disfrutando en cierta medida de veros avanzar por ese lugar, asi como de vuestras reacciones frente a las diferentes situaciones que obviamente solo podian darse en un Refugio.

Mas todo rastro de humor se desvanecio con la sangre, con la apreciacion de como habian roto un arma con simple fuerza bruta.

Las palabras de Erik le hicieron mirar al hombre. La mirada se quedo quieta en la de el mientras escuchaba la opcion de que una de las criaturas de arriba se hubiera colado en el interior del Refugio. Era una posibilidad... pero... los registros, los registros que habian encontrado bien podian dejar claro que era otra cosa. Mierda.

Ante los gestos de Keira, simplemente me movi para colocarme en la misma posicion que antes, mientras enfilabamos el siguiente tramo de escaleras que nos llevaria al subnivel 3.

El arma bien cogida, mientras los respiraderos se volvian tambien un objetivo de mi mirada, aun asi de primeras que vierais todos, eran demasiado pequeños para que nada de lo que habiais visto se colase por ellos. Quizas un niño si, pero ninguna de esas criaturas.

Paso a paso. Siendo las primeras en avanzar Azra y Keira. Espada y pistola. Una ferocidad que escapaba de ambas por diferentes motivos, mientras los nervio estaban a flor de piel.

Escalon a escalon. Todos ellos manchados de sangre. Un simple giro de 180 grados para tomar el siguiente tramo y alli estampado contra las escaleras, la primera victima de lo que fuera que habia ocurrido. Roto, abierto en canal, un protectron aparecia despedazado contra el tramo final de las escaleras. La carcasa superior partida y abierta, uno de los brazos desaparecido y el torso lleno de lo que solo podia ser algo similar a garras. Cuatro macas diferenciadas y separadas lo suficiente como para dar fe de que lo que fuera tenia un tamaño humanoide, algo que Azra comprenderia rapidamente al verlas.

Paso a paso, alcanzasteis el rellano, yendo mas alla del protectron. El numero 3 marcado sobre una puerta manchada de sangre. El subnivel 3, alli donde estaban esa pareja de chicos ocultos. Mas cualquier minimo jubilo por llegar aqui se olvido al ver la escena.

En el mismo rellano habia varios cuerpos, la mayoria llevaban una especie de mono azul con algunos bordes ribeteados en amarillo. Uno de ellos por contra habia llevado en algun momento una especie de bata de laboratorio. Por la disposicion estaba claro que los de azul habian estado buscando proteger al de la bata azul, pero este habia sido literalmente machacado contra el suelo hasta que la cabeza le habia reventado, aunque tenia unos mordiscos profundos en el cuello. La materia gris sobresalia de entre las junturas del cerebro como si de algun tipo de extraño batido se tratase.

Los demas mostraban profundos garrazos y estaba claro que lo que fuera habia sido mas rapido y fuerte que ellos. Visteis un par de pistolas en el suelo que estaban en buen estado, una escopeta de perdigones pero que parecia rota y un machete largo que estaba manchado de sangre.

La escena era dantesca de por si, pero era cuanto mas os fijabais en los detalles, que la cosa se recrudecia mas y mas. Para aquellos acostumbrados a los necrofagos o "ghouls" del Yermo era algo similar, pero por lo que sabiais sus garras no atravesaban el metal, ni eran tan selectivos con donde morder. Los zombis eran animales salvajes instintivos.

Los cuerpos estaban medio tirados, pero tambien mostraban las marcas de arrastre hasta un lateral. Si se habian alimentado de ellos, no lo veiais en ese momento.

Por primera vez desde que habiais entrado en el Refugio, pudisteis notar la tension de Zack. Ahora ya no se estaba divirtiendo y estaba claro que habia dejado atras bastante su "mascara" de refugiado del Yermo para mostrar una determinacion clara en su mirada. Fuera lo que fuera, no dejaria que lo matase.

La sangre es sangre. Una vez conoces la sangre de tu enemigo puedes rastrearla, eso te habia permitido saber siempre que tipo de criatura estabas cazando y por eso, el olor de la sangre del machete te era tan conocida... aunque distinta.

Si te acercaste, si buscaste entender el olor, no tardaria en llegarte la realidad. Una dura y brutal. Olia... como tu. No igual, pero parecido, habia sutiles diferencias mas alla de ser diferentes individuos pero tenias claro que eso, eso era sangre salvaje en mayor o menor medida.

Mas alla del espectaculo dantesco, habia algo mas que no hacia mas que clavarse en tu mente, como si los recuerdos estuvieran alli. Ocultos y escondidos en lo profundo. Un olor capaz de traerlo de vuelta o por lo menos, de incentivar tu mente. Habia algo en el ambiente, no sabias el que pero habia algo... que te llamaba, o al menos llamaba a una parte de ti. Muy sutil, pero estaba ahi, de fondo.

A lo largo de tus viajes habias escuchado muchas cosas, habias recorrido el Yermo de un lado a otros, donde las historias se creaban y se difundian.

Los Refugios casi siempre eran lugares increibles, donde encontrar lo que se habia dejado atras, pero habia otras historias que no se contaban a la luz del dia, sino solo se hacia en la oscuridad y lejos de los oidos de la mayoria. Historias que hablaban de la locura del hombre de antes, de que no todo lo que se habia escondido en esos Refugios era... bueno, o bonito... que a veces, la locura de los hombres habia ido mas alla de todo, creando lugares donde poder hacer y deshacer a su gusto.

No sabias por que, pero ese recuerdo vino ahora a tu mente.

Una historia para no dormir. Una historia que habias escuchado en una fogata de noche al lado de aquellas que te cuidaban. No la recordabas entera, solo partes de la misma y lo suficiente para que tu mente jugase contigo.

Una gruta oscura y humeda. Una puerta enorme que llevaba a otro mundo. En su interior se escondian tesoros para salvar a varias comunidades, mas por contra aquellos que habian entrado, habian encontrado la muerte a manos de monstruos que se escondian alli de la luz del mundo.

La moraleja es que no todo lo que parecia bonito, lo era y que a veces, era justamente aquello que mas llamaba, lo que escondia los mayores peligros.

Si la presencia de la sangre y los cuerpos descuartizados y abatidos impresionara a alguien no sería a la cazadora pues sin ningún tipo temor se acercó hasta los cuerpos, analizando las marcas de arañazos y mordiscos, oliendo la sangre y los alrededores, tal y como haría una depredadora.

No le importaba manchar sus manos y ropas de sangre, pues la acercaba hasta sus fosas nasales e incluso la saboreó con su lengua mientras no dejaba mirar de uno a otro lado.

No, no puede ser... Se parece demasiado a nosotras... ¿Bata blanca? ¿Sangre? No puede ser cierto, no puede ser de lo que él me hablaba... No pueden haberlo hecho... No... No quedaba nadie más... ¿No? ¿Lo han hecho? ¿De verdad lo han hecho? 

El rostro de Azra se había vuelto mucho más serio y firme, hasta el punto que parecía una mujer completamente diferente y por eso miró a quienes la acompañaban con una seriedad y seguridad que abrumaba. 

- Dudo que os hayáis enfrentado alguna vez a lo que hay aquí... Muy probablemente sea algún tipo criatura creada de forma rara o criada para ser una depredadora... Es de día, si cazó de noche podría estar durmiendo o quizás esperando por unas nuevas presas... Es una bestia, una salvaje que solamente conoce la caza y la sangre... Una depredadora y cazadora nata... No la subestiméis... Quizás no ha conocido más vida que ésta y quizás ni siquiera posea raciocinio... Y, si lo posee... Incluso así dudo que se pueda dialogar con ella... 

El pulso de Keira se aceleró con aquel nuevo escenario. Había presenciado escenas como aquella anteriormente, pero ni su estómago ni su psique terminaban nunca de asimilarlas. Y es por eso que la joven reaccionó cubriéndose la boca de manera casi instantánea, remitiendo una arcada frente aquella carnicería. Quizás dos...

- No piséis la sangre... - Fue lo único que acertó a decir mientras se recomponía, a pesar de que la visión de la cazadora saboreando sangre coagulada no ayudara demasiado precisamente - "Dialogar" no es precisamente lo que tenía en mente... - Aún así, aquello le permitió desviar su atención hacia el hueco de la escaleras que conducían al subnivel cuatro, además de los posibles conductos de ventilación, como bien había recomendado hacer el médico. El rastro de sangre llegaba hasta unos escalones que quedaban a pocos metros, pero sobretodo se bifurcaba hacia la puerta que habían venido a abrir...

Tenía que ser nuestra puerta... Me cagoen la puta... Que le follen... ¡¡¡Que le follen a este puto "refugio" de mierda!!!

Arrugó el entrecejo, agitada, obligándose a sí misma a enfocar aquella carnicería mientras se acercaba con cautela hacia las víctimas. No servía de mucho el pañuelo que le cubría la cara. Apestaba a muerte.

- Se ha cebado con él - Pensó en voz mucho más baja tras escuchar las palabras de Azra, señalando al cadáver sin cabeza con el mentón - Así que debe de ser racional... O racionales... - Podrían ser más de una... Las pistolas parecían estar en buen estado cuando se agachó a recogerlas. Pero no se incorporó al momento, sino que se detuvo en busca de algún detalle que pudiera servirles de algo - No los ha tocado... Quiero decir: hay mordidas, pero no bocados. Así que, o estaba llena o mata por placer - Aquellos cuerpos seguían de una sola pieza. Rotos, pero enteros. A excepción del de la bata, claro...

De nuevo en pie, alargó un brazo para pasarle una de las armas a Zack, sin desviar los ojos de la masacre. Cuanto más la contemplaba más incógnitas le surgían... ¿Por qué ensañarse con un individuo en apariencia más débil que el resto? ¿Y qué era eso de que habían creado a esa criatura? ¿O criaturas? ¿A qué clase de hijo de puta se le ocurriría criar algo así? ¿Estaba descontrolada o la controlaban al igual que hacían con aquellos escorpiones? ¿Cómo cojones se controlaba a una jodida quimera...?

Frustrada, expulsó el aire por sus fosas nasales como lo haría un toro, volviéndose hacia Tanner para ofrecerle el arma restante por la empuñadura, suavizando su expresión al hacerlo.

- ...Es tuya si la necesitas - Entendía que el grupo debía de estar equilibrado. Aunque la razón de aquel ofrecimiento no tenía nada que ver con el "equilibrio", sino con sus prioridades - Cabe la posibilidad de que esté herida. O estén - Añadió en un intento por arrojar un poco de luz a la situación, o quizás por enmascarar su propio miedo, dirigiéndose al grupo en general - ¿Sabes cómo se mata a esa cosa, Azra? ¿O qué forma tiene? Esa zorra atraviesa el metal... - Debía de abrir la carne como mantequilla. Esperaba que no estuviera blindada... Ya no llevaba cócteles encima, y aunque los llevara no iba a darles uso en un entorno cerrado.

Somos cinco. Somos cinco y sabemos volver a la salida... No estamos tan lejos...

"Tecnologia" Paladeó aquellas palabras en su interior intentando memorizarla. No la comprendia y no iba a preguntar por ella en aquel momento. Ya tendria ocasión.

Siguieron descendiendo. Ella cerca de Erik a la retaguardia, bajando de semilado con cautela y sigilo. No quería desatender sus espaldas pues la sensación de que alguien o algo podía seguirles desde atrás no la abandonaba. Llegaron a la zona de la masacre y ya quedó bastante claro que aquello a lo que se enfrentaban no era humano. Ni siquiera a uno muy avanzado.

Mientras escuchaba a Azra y Kora ella alzó ligeramente el mentor, como si intentara percibir algo através de su nariz. Sentía un picor... un picor en su cerebro. Como si tuviera algo al alcance de la mano y no pudiera lograr rozarlo ni siquiera con la punta de sus dedos. Pero estaba ahí... Avanzó un poco más por la sala intentando seguir esa sensación, aislandose un poco más del resto, de los sonidos que generaban.

Su ceño fruncido mostraba su concentración, su confusión... Sabía que tenia que seguir cubriendo la retaguardia pero aquello era como el polen a las abejas

Intentó apartar la mirada de aquella escena, sabía que si le hubiera quedado algo de comida la habría echado. Había tratado heridas feas y había visto muchas cosas, pero no era el estado de los cuerpos lo que le afectaba realmente, lo que atacaba su cabeza era pensar en que se trataba de personas, gente que tenían una vida, unas ilusiones, unos sueños… nada podía hacer por ellos… y también que lo que los había atacado parecía haberlo hecho sin motivo aparente, y eso era lo peor, fuera lo que fuera, parecía tener inteligencia suficiente para tener maldad. 

Puedo intentar ayudar a los chicos… debo hacerlo… 

Puede que se trate de algo que crearan o modificaran los mismos que crearon el Refugio que no los que allí vivían Azra tiene razón, probablemente se trate de algo que nunca antes hayamos visto se quedó pensativo, mirando la puerta que tenían delante, no reaccionó hasta que le fue tendida el arma, negando con la cabeza ante el ofrecimiento Yo ya tengo una, quédatela tú contestó a Keila al tiempo que se abría ligeramente la chaqueta para mostrarle la pistola que portaba y que ya había tenido que usar en el día de hoy. 

Escuchad buscó la atención del resto esto ya no es parte de la misión, debéis regresar con la información sobre el refugio y lo que habéis visto aquí abajo por sus palabras quedaba claro que él no iba a marcharse sin averiguar lo que le había pasado a los críos, y su tono les invitaba a que se pusieran a salvo, lógicamente tenía miedo, pero poner en riesgo más vidas de las necesarias era algo que detestaba. Miró en primer lugar a Ania, tenía a la niña allá arriba, y lo mismo para Azra, poco sabía de los otros dos, pero sus vidas eran igual de importantes… 

Elevó una ceja mirando a Erik - ¿Ahora venía con esas? A Flinn no le dio la oportunidad de no hacer caso a sus desvaríos... Bueno, quizás haya aprendido de sus errores y su orgullo... - Tras unos segundos en donde solamente podía distinguirse una mirada decidida lo miró y sonrío - Una cazadora, una depredadora, jamás deja a su presa... 

Esperaba que con aquella respuesta se diera por respondido. 

Mire detenidament a Azra, la forma de mirarla fija y directa, bien podia llamar la atencion. Casi quince segundos de mirada, antes de desviar su atencion a Kora que se acercaba a mi.

Aun asi el susurro de Erik me hizo negar, como si no pudiera creer que hubiera alguien que pudiera ser tan inocente a ese respecto. Mas no dije nada. No era mi problema.

La pregunta estaba ahi. No es que no le faltara logica a Erik al mencionar la posibilidad de volver sobre vuestros pasos, ciertamente habiais ido mucho mas alla de lo necesario, pero claro eso implicaba volver sobre vuestros pasos. Dos niveles de escaleras. Un espacio abierto, un atrio de dos pisos que no habiais explorado hasta llegar al hall de entrada al Refugio y... obviamente saber como abrir la puerta.

Alargue la mano y tome el arma. Con una sencillez que denotaba experiencia, saque el cargador, comprobe el numero de balas, lo volvi a meter en el sitio y con cuidado para no hacer ruido, amartille el arma. Levante la mirada para mirar a Kora, asenti antes de pasar el cuchillo a mi siniestra, mientras la pistola ahora quedaba en mi diestra. El arma apuntaba al suelo por el momento.

Yo me quedo. - No sabia exactamente cual era su mision, pero... seguro que no era la mia, ni la de Kora. Asi que tecnicamente enviaba de vuelta a Ania... dudaba que fuera una opcion, pero era su grupo.

En ese momento de mas alla de la puerta 3 se escucho un chirrido metalico. Como si alguien moviera o empujase algo de metal contra metal, algo que costaba de mover pero aun asi, se movia. El chirrido continuo por unos cinco segundos y despues se detuvo. Ese ruido habia atraido vuestra atencion, porque por algun motivo sentiais que era algo mas, era como si el ambiente se hubiera cargado de tension en un instante. Luego comenzo a reducirse, pero muy lentamente.

Aun asi podias sentir ese silencio extraño, roto por pequeños detalles como el aire y el movimientos de las aspas de los ventiladores que daban aire. La luz parecio fijarse en vuestro piso, pero no es que diera mucho luminosidad en si.

Si aceptais un consejo... - Levante la pistola para que la vieran. - no os fieis mucho de que las pistolas sirvan... depues de todo ha roto ya dos armas largas, pero no ha hecho caso de las pistolas. Usadlas como distraccion, pero no os fieis de que vayais a derribarlo o derribarlos solo a base de dispararles... - El tono era tranquilo, aunque se notaba la tension en medio de esta situacion.

Tal y como habia llegado esa sensación se evaporó en aquel claustrofobico ambiente. Habia intentado seguir el hilo pero lo habia perdido irremediablemente. Se sintió tonta por dejarse llevarse por aquella... por lo que fuera aquello que habia percibido.

Suspiró antes de buscar los ojos de Erik. Dejó que Azra respondiera, al igual que el tio que acompañaba a la otra chica. Entendia los motivos de que quisiera salvar la información pero no pensaba dejar a aquellos chicos allí. Sus vidas valian más que la "información" que habian obtenido allí - No nos vamos a separar ahora. Sigamos -

Su cuerpo reaccionó rotando suavemente en dirección hacia el sonido que habia emergido de repente - Demonos prisa -

Los ojos de Azra le devolvieron la mirada a Zack, una mirada intensa y depredadora que no se dejaba achantar con facilidad y que no se desvió de sus ojos mientras él estuvo mirándola. No había agresión ni violencia en ellos pero si esos movimientos oculares que indicaban que estaba atenta a cuanto les rodeaba y al más mínimo gesto de agresión por parte de quienes allí habían. Claramente la tensión iba en aumento y su cuerpo mostraba unos músculos tensos, unas pupilas dilatas y las aletas de sus fosas nasales abriéndose ligeramente mientras intentaba percibir el más mínimo aroma del lugar.

- Ni se os ocurra disparar cuando estemos alguien en el cuerpo a cuerpo... No quiero llevarme un tiro por mala puntería de cualquiera de vosotros... 

Las armas a distancia siempre le habían parecido de cobardes, de gente que no se atrevía a enfrentar a la muerte cara a cara y además, esa gente tendía a ser poco cuidadosa y a disparar cuando sus aliadas estaban enzarzadas en el cuerpo a cuerpo. 

Sus músculos se movieron rápidos mientras sujetaba con fuerza el machete, dispuesta a defender sus vidas. Aunque... Aunque quizás, si era... Si era lo que creía que podía ser... Quizás, podría intentar llegar a ella...