Partida Rol por web

Escuchó la disertación de Keira, siempre había que escuchar, el problema de la mayoría de la gente es que solía disparar o atacar antes que escuchar. Entendía que las cosas eran difíciles, que era un mundo duro en el que vivían, pero que si seguían comportándose con desconfianza, estaban condenados, no ellos, sino toda la especie.

Por eso elegía confiar. Su instinto era su mejor arma.

Esos ojos…

Asintió con la cabeza, pero las palabras murieron en sus labios cuando Ania actuó, y le tocó revaluar la situación… Ania… no es necesario… vamos a ayudar a los de dentro… seguramente Zack y Keira querían algo del refugio, pero ya cruzaría ese puente. Las comunicaciones seguían activas y primero la luz, y luego el sonido, precedieron a la apertura de la puerta.

Nueva revaluación…

No han sido ellos contestó a Azra, la chica estaba inmovilizada y Zack se había alejado de un panel que nadie había tocado ¿habéis abierto vosotros la puerta? Preguntó a los de dentro. Marlen seguro que no, pero alguien de allí posiblemente si vamos a ir a buscaros, pero tenéis que darnos todas las indicaciones posibles de como llegar hasta vuestra posición pidió a la joven del otro lado.

Azra indicó un lateral de la puerta, si alguien salía por allí no le haría gracia encontrarse con la amazona vamos a buscar cobertura no quería alejarse demasiado del comunicador a ver si viene alguien buscó con la mirada a Ania vamos a confiar en ellos… dijo en referencia a Zack y Keira, habían tenido oportunidades suficientes para hacerles daño. Preparó su arma y mientras esperaba la respuesta de la chica se afanó por ver a través de la puerta que comenzaba a abrirse.

El asentimiento del médico hizo que suspirara aliviada.

No tienes ni idea de quién soy...

Aquel pensamiento la entristeció. Keira se le había quedado mirando más tiempo de lo normal, gestionando aquella enorme frustración que sentía por no verse capaz de encontrar el momento adecuado para proceder con él. Claro que la peligrosidad de la situación no ayudaba en absoluto y actuar de la manera que ella deseaba podía complicar notablemente las cosas...

¿...Pero y si le ocurría algo malo allí dentro y perdía su oportunidad para siempre?

- ...Erik - Se había relamido los labios con inquietud antes de volver a tomar la palabra cuando notó de pronto una mano que no debía de estar ahí. Ania había sido sutil y grácil como un felino, pero eso no evitó que la más joven del grupo reaccionara ante la amenaza que representaba derrepente, pegada como estaba a su cuerpo - ¡¿Q-Qué coñ...?! - Fue a soltar un codazo hacia atrás, pero la cazadora quedaba demasiado cerca, lo cual la enfureció aún más.

ME CAGOEN DIOS HOY OSTIA.

Alarmada ante la imposibilidad de poder verla desde su posición, y consciente de que ésta iba armada, Keira la agarró del brazo que la apresaba por la cintura y encañonó con decisión su muslo con la mano diestra.

- Suéltame - Justo en aquel momento Erik la llamó al orden. Y su voz redujo el nivel de adrenalina de manera inmediata, aunque no consiguió que la muchacha bajase el arma: no hasta que ella reculara...

Lo que sí la hizo desviar su atención al frente fue escuchar trabajar a aquella maquinaria imposible. Como si de un mal augurio se tratara, aquel sonido mecánico erizó su piel y la hizo abrir los ojos de par en par, preguntándose si habían tomado o no la decisión acertada.

Sintió el cañón del arma contra su piernas pero el cuerpo de Ania no reaccionó de ninguna forma salvo porque sus labios se aproximaron un poco más al oido de la chica - ¿Crees que me da miedo un disparo en la pierna? - su voz destilaba desdén... no, más bien hastio, mientras acortaba distancias un poco más para susurrarle algo al oido.

Sintió los ojos de Erik sobre ella y suspiró - Está bien.. - aflojó la mano de la cintura de Keira y abrió el espacio entre ellas sin perder de vista a la chica incluso cuando aquella puerta de hierro se movió con estruendo. Eso si, un leve respingo sacudió sus hombros, pues no se acostumbraba a esa "magia" que habria puertas.

Ahora si que desenfundó su katana a la expectativa de lo que podrían encontrarse en aquel lugar, porque tal y como habia prometido, entraria si ellos lo hacian.

- Me han hecho cosas mucho peores -

Una voz que no entendia que ocurria pero que habia escuchado todo. - No, nosotros no hemos sido. No tenemos acceso a esas funciones desde aqui. - Se la notaba asustada, su respiracion ligeramente mas acelerada.

Subnivel 3. Cerca del laboratorio hay una puerta de seguridad. Estamos ahi. Tal y como entreis en el Refugio hay una entrada con dos puertas a vuestra izquierda y una a vuestra derecha. Olvidad las de la izquierda, llevan a los ascensores y ahora mismo estan inservibles. La de la derecha lleva a un corredor que lleva al atrium. Es una gran sala con dos niveles. Al fondo hay un gran umbral. Mas alla la seguda puerta a la izquierda... - Se notaba que buscaba recordar como moverse, por un sitio que conocia pero no encesitaba pensarlo. Un segundo de silencio. - No, no la segunda, la tercera. Ahi estan las escaleras que os llevaran hasta el tercer nivel.

La entrada del Refugio presentaba una pasarela que llegaba hasta la entrada propiamente dicha. A la izquierda podia verse un sistema similar al que habias usado para las comunicaciones y para "abrir" la puerta del refugio. Mas alla un gran mostrador donde una figura humanoide metalica permanecia de pie y "mirando" en vuestra direccion. Sus "manos" estaban apuntando en vuestra direccion, mas no parecia haber movimiento ninguno por su parte. No habiais visto nunca nada similar, asi que resultaba cuanto menos extraño y amenazante, puesto que la luz que permanecia encendida era la de emergencia y provocaba que todo estuviera en una especie de penumbra.

Habia varios muebles y cajones. Algunos archivadores, de donde uno de ellos permanecia abierto con varios papeles tirados en el suelo.

Las puertas mencionadas por Marlen estaban alli. El olor era cerrado, pero aun asi parecia estar bien aparte de eso. Un ligero aroma de sangre estaba en el aire, aunque por el momento no veiais nada.

Os movisteis en la direccion mencionada hasta llegar al Atrium.

Delante vuestra una escalera metalica. Bueno, todo era de metal y plastico y ademas tenia un acabado bonito y sin filos o puntas. La realidad de los que vivian ahi abajo, era absurdamente diferente en todos los niveles de lo que vosotros habias visto o vivido anteriomente.

Visteis una escalera con anchura suficiente para dos adultos, que bajaba un nivel y estaba justo enfrente de vosotros. Aun asi ese era un nivel inferior. En el que estabais, al fondo se podia ver el umbral del que habia hablado Marlen. La derecha estaba plagada de ventanas interiores y algunos pasillos que permanecian a oscuras, a la izquierda lo que bien parecia una cantina o similar solo que a un nivel diferente del que podrias entender de inicio. Varios humanoides metalicos estaban alli, tambien parecian estar apagados.

Fue justamente en las escaleras donde pudisteis observar las primeras manchas de sangre. La misma que parecia haber caido de escalon a escalorn debido a la pendiente y una vez abajo, alguien o algo parecia haber arrastrado un cuerpo fuera de vuestro campo de vision. La penumbra no permitia ver mas, pero habia algo de luz abajo, asi que bajando podrias ver mas de cerca el rastro si lo deseabais.

Nada más entrar Azra se quedó quieta, paralizada durante unos segundos mientras su nariz se movía olfateando el aire, mirando extrañada de uno a otro lado. Su expresión era de desconcierto y quizás, algo de esperanza. 

- Qué cojones... ¿Cómo?...

Susurró más para ella misma que para que otros la oyeran. Tras negar un poco con la cabeza volvió a centrarse para fijarse bien en los detalles de aquella zona, analizando las manchas de sangre, las marcas... Fijándose en cualquier rastro, aroma o señal que pudiera darle información sobre lo que allí había acontecido, del tiempo pasado, etc.

- Ir con mucho cuidado... Esto no me gusta nada... Huele a trampa... 

Miraba con extremado recelo aquellas cosas metálicas, incluso llegó a gruñirles en alguna ocasión. Todo su cuerpo y su mente estaban en alerta, pendientes de cualquier pequeña o ligera variación, de cualquier movimiento... De cualquier cosa que la pusiera en alerta. 

No llegó a darle ninguna respuesta a la mujer de la katana cuando se apartó de ella. Únicamente se dedicó a acomodarse la cazadora y a "retirarse el polvo" de una de sus mangas mientras le dedicaba una mirada afilada, preguntándose si sería igual de brava con una bala atravesándole la arteria femoral.

Déjalo estar... No merece la pena ahora - Volvió a enfocarse en la puerta, ahora abierta, con expresión grave - Ahora sí que van a saber que estamos aquí...

Se había adentrado posicionada por delante de Erik, controlando por el rabillo del ojo la situación del médico en todo momento.

Pero una vez en el interior resultaba complicado no desviar su atención a todo lo que los rodeaba. Las luces de emergencia y la penumbra la mantenían innevitablemente en alerta, a pesar de que la forma en la que la estancia estaba diseñada daba a entender que la comunidad del refugio convivía en aparente armonía. Algo difícil de creer viniendo de donde venía...

Se mostró visiblemente sorprendida cuando reparó en el humanoide. En un primer vistazo creyó que se trataba de una indumentaria pero por su morfología entendió que no lo era - ¿...Qué es eso? - Se aproximó a él con sigilo y sin dejar de mantener una distancia prudencial, escudriñándolo con unos ojos que centelleaban con el brillo de la fascinación... ¿Quién había diseñado una cosa semejante? ¿Cómo funcionaría? - Wow... ¿Cómo lo han hecho? ¿Para qué...? - No entendía la forma de las “manos”, pero por alguna razón le parecían intimidatorias, así que evitó colocarse en frente. Fuera lo que fuese aquel individuo inerte, le parecía la cosa más alucinante que había visto en su vida.

El avance del grupo la obligó a dejar aquello para más tarde. De tanto en tanto analizaba la expresión de Zack, quien como siempre se mostraba imperturbable. ¿Es que nada le sorprendía a aquel tipo? Le daba la impresión de estar familiarizado con todo aquello, por lo que quiso tomarse su impasibilidad como una buena señal: al menos uno de ellos parecía saber por dónde pisaban.

Ya en la zona del comedor, o lo que debía de ser un comedor, comprobó que no había nada extraño al otro lado de las ventanillas internas. Y al igual que hicieron los demás, sus pasos se detuvieron al llegar a los escalones que daban al piso inferior, donde las cosas se complicaban notablemente...

Mierda... Han arrastrado a alguien...

Se relamió los labios, ceñuda, intentando pensar con claridad, pues la escena había conseguido acelerarle el pulso. Tanto Ania como Azra eran sigilosas y quizás las más idóneas para adelantarse, pero si se encontraban con un arma de fuego esperándoles al final de las escaleras... Bueno... Piedra gana a Tijera.

- ...Azra - Susurró en dirección a la cazadora que no la había sorprendido por la espalda, mostrándole la pistola que portaba - Puedo bajar contigo y cubrirte a distancia - Le propuso, incluyendo después a Ania en la conversación con los ojos - O cubrírosla a las dos si decidís ir por delante - Aparte de ella, Erik parecía ser el único que portaba un arma de fuego, por lo que eran los únicos que podían defenderse y atacar desde lejos.

A no ser que al resto les diera por lanzar cuchillos y machetes contra sus enemigos... Que tampoco era la mejor opción.

La idea de aquella desconocida no era tan mala, porque además de permitirle tenerla vigilada podría intentar discernir qué había sucedido con aquel cadáver.

Asintió a las palabras de ésta.

- Ania, detrás con Erik y alerta... Iremos de avanzadilla... 

Volvió a mirar a la joven y asintió, esperando a que ésta se pusiera también en marcha o a que alguien dijera algo. 

Alguien había abierto, o algo, tal vez un sistema automatizado de apertura que abriera la puerta bajo determinadas condiciones, no tenía mucho conocimiento sobre los refugios, historias que había ido escuchando y recopilando aquí y allá durante sus viajes, así que se estaba aventurando en un territorio prácticamente desconocido.

Al pasar por el archivo recogió alguno de esos papeles, no serían de mucha utilidad, pero así los guardó para leerlos más adelante, antes de centrar su atención en aquella figura… había visto algunos como ese, o parecidos, en uno de los mercados de chatarra, pero nada que ver, este estaba impecable esto solo ya debe valer una fortuna, solo espero que no empiece a funcionar ahora, parece una especie de vigilante…

No sé si debemos bajar a investigar eso ahora… dijo a Azra y Keira deberíamos centrarnos en intentar encontrar a los chicos que están aislados en la habitación señaló el umbral que estaba al final de lo que llamaban Atrium se supone que debemos ir por allí para llegar al nivel del laboratorio el tiempo le parecía importante, y si habían entrado, estaba claro que había habido lucha y muertos….

Pero lo de que vayáis delante me parece bien se fiaba de la amazona para la detección de peligros, y además parecía haber aceptado la compañía de la joven, así que un problema menos. Se giró hacia Ania colocándose cerca de ella para formar un segundo grupo e hizo un gesto a Zack para que los adelantara, no quería tenerlo detrás.

Dejó escapar el aire lentamente por la nariz al ver que la joven no buscaba enfrentamiento. Era sensata. Y lista. Realmente era valiosa en aquellos momentos, aunque eso no significaba que se fiara de ella ni del otro tipo.

Entraron al refugio. Sentía presión en la base de su nuca y como ese malestar se irradiaba espalda abajo. Nunca habia estado en un sitio asi. Aquello era una verdadera jaula metálica sin ventanas. Sus ojos intentaban retener todo lo que veían pero aquella penumbra lo hacia algo más difícil. En varias ocasiones echó la vista atrás como si hubiera algo agazapado esperando atacarlos por detrás.

Lo único bueno era que si alguien se aproximaba se oiría. Lo malo es que a ellos también. Recurrió a su entrenamiento para ralentizar levemente los latidos de su corazón y acompasarlos a su suave respiración. Solo de esa forma podría alejar el temor que aquel lugar le generaba. Comenzó a sentir su cuerpo más liviano, como si pesara menos, aunque en realidad simplemente equilibraba cada fibra de sus músculos para moverse sigilosa.

Asintió a la advertencia de Azra antes de aproximarse a aquellos papeles. No los quería para nada, pero recordó aquellos ojitos brillantes cuando él le fabricó aquel "juguete" para uno de sus cumpleaños. El papel era valioso para su gente, pero había hecho la excepción por él.. Erik se le adelantó y no se atrevió a pedirle uno por aquella tonteria sentimental pero se acercó a aquel mobiliario metálico para husmear dentro con cautela, por si hubiera más.

En ese momento las palabras de Keira le hicieron pensar en que necesitarían algo de protección. ¿Serviría aquel material para detener las balas o las quemaduras que había visto en los cadáveres del exterior? No lo sabía pero por intentarlo... Sondeó en busca de alguna plancha o puertecita  de metal. Romper los cajones del archivador haría demasiado ruido, pero los tanteó despacio por si acaso tenían alguna pieza suelta. Si no encontrara nada y el cajón no fuera muy grande....

Tanto si había conseguido su objetivo como no, llegaron a las escaleras y luego descubrieron aquellas cosas metálicas. Sus ojos abiertos por la sorpresa saltaron de uno a otro pero se clavaron un poco más en Zack de forma interrogativa. ¿Que mierda era aquello? ¿Estatuas? ¿Porque parecía que se iban a mover de un momento a otro?

Las órdenes llegaron claras y se deslizó para estar cerca del médico, aunque él ya había iniciado el mismo movimiento

- Si. No podemos perder tiempo... - su atención se centró en el camino a recorrer hacia ese atrium, pero echaba repetidas ojeadas a aquellas moles humanoides con las que se había asegurado de mantener cierta distancia. Solo por si las moscas...

¿Cuando era la ultima vez que habiais estado en silencio? En silencio de verdad. Incluso en medio de la noche, en medio de ninguna parte habia algun sonido, algun animal, la misma arena o alguna piedra rompiendose por la diferencia de temperaturas, pero aqui era diferente. Este no era vuestro mundo y eso era algo que entraba en vuestros cuerpos de muchas mas formas que solo la vista que teniais delante. Aqui no habia caos, habia orden y quizas eso era lo peor... porque ese orden lo habia destrozado el caos en el que vosotros viviais.

Podiais sentir el silencio a vuestro alrededor, como una presencia oscura que os acechaba, pendiente de vosotros y moviendose a vuestro alrededor como una sombra que se escapaba en el instante que mirabais en su direccion. Una figura oculta sin forma pero que presionaba vuestros cuerpos sin que fuerais conscientes. El orden molesto miraba al caos exterior que habia entrado en su refugio para romper lo que funcionaba como una maquina perfecta... o eso pensabais, porque despues de todo ¿Que sabiais de los Refugios? La realidad es que nada, rumores a lo sumo... pisabais el lugar que pocos que no hubieran nacido en su interior pisaban.

Cada paso resonaba por leve que fuera. Vuestras respiraciones hacian que todo tuviera una sensacion como a mas tetrico. Las luces no ayudaban, la penumbra y las sombras que estas provocaban con vosotros como principales actores de su funcion.

El crujido del papel que habia cogido Erik y que luego se habia guardado de cualquier forma. El raspar contra las ropas del hombre, justo antes de avanzar.

Ania jugando con cuidado con el metal del archivador. Encontrando unas pocas hojas mas al fondo, tomandolas con cuidado y aun asi, incluso esos pequeños movimientos quedaban ahi con su correspondiente sonido, registrados en vuestro subconsciente.

Kora dio un paso hacia la escalera. Su peso, por minimo que fuera combo levemente el metal. Un sonido mas, unido a los que vosotros creabais porque el lugar parecia por completo muerto. Eso por si mismo quizas no fuera del todo malo, pero lentamente esos visores de los protectrones parecian volverse ominosos, como si no estuvieran muertos, sino simplemente esperando a un instante de duda para saltar sobre vosotros.

Dentro de todo eso, incluso vuestras voces parecian provocar un minimo de eco. Una cacofonia de fondo, que no sabias percibir cuanta profundidad tenia.

Hicisteis caso de las palabras de Erik. Kora se alejo de la escalera mientras Zack se movia para colocarse cerca de ella, puesto que Erik no lo queria detras de el. El hombre no dijo ni una palabra, acepto lo que decia el que ahora se erigia de nuevo como lider.

Azra y Kora. Zack. Erik y Ania.

Zack saco un cuchillo. Uno de combate. No tenia nada particular, aparte de estar perfectamente afilado. Lo sostenia con el filo hacia abajo y hacia atras. En la diestra y avanzando con la izquierda. Aquellos que sabian del manejo de armas de filo eran conscientes de que sabia utilizarlo, de que se movia como si el arma formase parte de el.

Apenas llegabais a la mitad del atrio cuando escuchasteis el mismo ronroneo de antes, solo que ahora estabais del lado del motor por lo que la fuerza era como diez veces mas potente. La puerta del refugio se cerraba. No estabais muy lejos pero la posibilidad de llegar a tiempo era minima.

El sonido fuerte de la misma al cerrarse no tardo en alcanzaros, dejandoos claro que la salida por el momento parecia estar cerrada.

Os mirasteis unos a otros y en ese momento, notasteis un nuevo cambio. El lento raspar de varias maquinas que se encendian a vuestro alrededor. Todas ellas tras rejillas y entonces un leve movimiento de aire proviniendo de las mismas.

Un susurro que os hizo giraros hacia Zack, pues el era el origen. - Son los sistemas de condicionamiento del Refugio, gracias a eso respiran cuando la puerta se cierra.

El hombre os miro a uno a uno y se encogio de hombros. Os movisteis hasta mas alla del umbral, la primera puerta no era, la segunda tampoco, la tercera si.

Una puerta de metal. Un aparato colocado a la altura de la mano a su lado. El ruido de repente intermitente de algo intentando cerrarse sin conseguirlo. Era automatico, con un punto de aire a presion o algo asi. Estaba detras vuestro, pero no directamente, sino seguramente detras de alguna de las puertas.

Absolutamente cada músculo de Azra estaba en tensión, todo su cuerpo estaba preparado para saltar al combate en cuanto el más mínimo signo de peligro apareciera. Su rostro mostraba una expresión fiera, con los labios algo arrugados como si gruñera y cuando aquel sonido se produjo toda su piel se erizó mientras sus pupilas se dilataban y sus ojos se movían rápidos mirando a uno y otro lago al tiempo que gruñía débilmente.

Cada pequeño sonido metálico tensaba aún más su cuerpo. Su pulso, por el contrario, se había reducido pues así había sido adiestrada para el combate pero la sensación de claustrofobia era cada vez mayor y eso la ponía en un estado de máxima alerta y agresividad. Claramente no le gustaba nada sentirse encerrada por lo que cuando Zack dijo que las puertas se cerraban lo miró con dureza y fiereza.

- ¿Cómo que la puerta se cierra? ¿Estamos atrapados aquí dentro?

Su desasosiego e incomodidad eran más que evidentes y su mano se aferraba con fuerza al mango de su cuchillo. Si no entraba pronto en acción era muy probable que saltara a la mínima de cambio. Además, aquella sensación al entrar... No, definitivamente aquello no le gusta y se notaba en cada poro de su piel...  

Debe tratarse de alguna especie de cierre automático dijo mirando a la guerrera antes de que se pusiera más nerviosa tiene sentido, y no te preocupes, tenemos las claves que nos permitirán abrir de nuevo para salir no estaba del todo seguro, pero era lo lógico, aún así intercambió una mirada con Zack para que le confirmara este hecho, sabía mucho de los refugios, más que ninguna otra persona que hubiera conocido.

Lo de los ventiladores… era algo increíble, pero obvio una vez se conocía, pues bajo tierra necesitaban alguna manera de reciclar el aire y que este siguiera siendo respirable ojalá pueda explorar esto con calma…

Vamos a la tercera puerta, Azra y Keira, atentas no sabía si había algún tipo de mecanismo electrónico de cierre, por eso se centró en observar al aparato que había junto a la puerta de metal, haciendo un gesto a Ania, aunque sabía que no era necesario pues la mujer sabía perfectamente lo que hacer, de que no perdiera ojo a su espalda mientras manipulaban el nuevo obstáculo.

Keira se apartó de las escaleras al escuchar la voz de Erik. No le resultaba del todo fácil orientarse en el subsuelo y con tan poca iluminación, además de que todas las zonas de aquel refugio le parecían muy similares entre sí...

Aquel maldito Vault la hacía sentirse pequeña, pesada y torpe. Para colmo de sus pesares, el inesperado rugido de la maquinaria en movimiento provocó que la joven se agazapara como un gato y agudizara sus sentidos, mirando a un lado y a otro con la piel erizada y el pulso a mil por hora. La salida quedaba bloqueada de nuevo. Aunque, como bien había dicho Tanner, el mismo código que la abría debía de servir para desbloquearla...

El hecho de que Zack estuviera presente para aclarar las dudas era de agradecer. La muchacha asió su arma con fuerza y se relamió los labios con inquietud al verlo armado, desviando sus ojos azules hacia Ania, quien cubría las espaldas de su líder. Este último pensamiento la tranquilizó un poco, pues aunque no habían llegado ni mucho menos a limar asperezas, confiaba en que la cazadora lo mantendría a salvo. 

Se giró brúscamente en busca de aquella puerta intentando cerrarse tras ellos, intentando encontrar el origen de aquel sonido que antes no estaba y que se repetía una y otra vez, peleando por ceder...

- ¿Qué mierda es eso? - Juró sin pensar, asintiendo al médico para volver a centrarse en la puerta que tenían en frente, no sin antes mirar de reojo a la mujer de la katana, que controlaba la retaguardia. Le ponía los nervios de punta aquel silencio sepulcral, aunque éste jugara en parte a su favor, pues fuera lo que fuera que se acercara a su posición se escucharía.

Lo malo es que eso también les afectaba a ellos...

Dedicó una mirada interrogante a su compañero cuando encararon el aparato que quedaba junto a la puerta.

Intentaba mantener la calma y la compostura. Le costaba. Cada vez más. Pero quizás percibir en ella aquel estado la ayudó bastante. Ahora que se habían encontrado y pese a todo lo sucedido tenian que ser el apoyo una de la otra. Buscó sus ojos. No con pena, ni miedo, ni ninguna mierda sentimentaloide de las que odiaba, si no con severidad y confianza. Solo para que recordara lo que habían hablado y lo que le había prometido.

Apenas fue unos segundos pues no podían despistarse. Allí el tiempo parecia haberse ralentizado envuelto en la mortaja del silencio, pero a la vez, las vibraciones de que todo podia precipitarse en un segundo eran palpables.

Cabeceó efimeramente a Erik. Tenia su arma preparada y su vista se iba acomodando poco a poco a la penumbra mientras intentaba abrir más sus otros sentidos, pues incluso el regusto amargo del aire parecia paladearse allí abajo. Percibir el aire le proporcionó la seguirdad de que no moriria asfixiada, pero el sonido a sus espaldas le intentó arrebatar esa misma sensación.

Adoptó una postura de preparación de combate oriental, con una pierna adelantada y ambas rodillas ligeramente flexionadas. Su cuerpo perfectamente alineado. Su mente... bueno, en esos momentos era bastante mejorable.