Partida Rol por web

A pesar de estar las dos buscando activamente, no pareceis ver nada que os llame la atención.

Me decido por la Sección A ... por nada en particular, a decir verdad, sólo por no pensar; demasiadas opciones en mi sesera, prefiero las cosas sencillitas, y lo sencillito es ver como los demás se están dando cerita entre ellos, aunque a lo lejos me parece ver que el primero se está destacando demasiado.

-Vamos a ver si esta mierda corre más!!

... y piso el acelerador, intentando que los caballos rujan y me den un empujoncito hacia adelante...

Desde la torreta, Mini-Yo cree que ya le ha metido bastante candela a Gladiadora, así que centra su atención en lo que haya delante; sigue indicando al gordo lo que ve, mediante un preciso y sutil lenguaje codificado en base a patadas a la lorza que le cubre el pescuezo al Gordo

La mirada del chiquitín, recorre los rincones del camino que ha tomado el vehículo, dispuesto a ver trampas... o mejor,... oportunidades, que les puedan servir para tomar cualquier tipo de ventaja sobre sus contendientes.

Y con el golpe, alguien más tomó el control... Hermann.

Nacido en la pampa argentina y exportado ilegalmente a Estados Unidos cuando sus padres, de ascendencia alemana, decidieron que el país del capitalismo era lo mejor para el porvenir de la criatura. Hermann era un veinteañero votante de Trump y poco querido por la mayoría de nosotros, sobre todo por su prepotencia, pedantería y creerse dueño de la verdad absoluta, todo ello una máscara de dureza debido a su baja autoestima debido a su estatura. Por algún motivo estaba obsesionado con los hombretones nórdicos y no dejaba de mencionar que estos poseían "miembros alargados". Todos esperábamos que se refiriera a las extremidades y no a otra cosa. Para más inri, era misógino por su casi nula vida sentimental, pese a considerarse un galán, lo que lo hacía una mezcla explosiva.

-Es hora de usar... ¡los Dados de Carisma! -sentenció Hermann, revolviendo en el interior del coche hasta encontrar unos viejos dados rojos que decidió colgar junto a él a modo de adorno.

Acto seguido, el joven argentino accionó su arpón para dispararlo contra Delilah. Él no tenía motivos para atacar a la doctora y nunca había estado muy de acuerdo con seguir lo que hacíamos los demás, únicamente para sentirse especial, pero por algún motivo Hermann también parecía odiar fuertemente a los profesionales de la sanidad. ¿O quizá tenía otras intenciones ocultas? Asomándose ligeramente por la ventanilla, decidió gritarle a Delilah:

-¡¡Te dejaré de atacar si me enseñas las tetas!!

Al final no fue difícil el coger carrerilla para recuperar el primer puesto, ya que pese a las intenciones de la frígida de turno, Alice pudo más gracias a su pericia al conducir. Ella tenía sus motivaciones, sabía que "Pastelito" la estaba mirando, así que no dudará en ofrecer lo mejor para él que sienta orgulloso de su obrar. - POR TIIIII MI AMOR, POR TIIII... - afirma al pisar el acelerador mientras sonríe de forma maliciosa, dando algún que otro saltito en el lugar cuando sus coletas de dos colores danzan al compás. 

- A las brujas frígidas, yo le voy a dar... Una coleada fuerte que las hará mear... yeah yeah...- Harley comienza a cantar. -  Pastelito es mi amor, siempre tan perverso mi corazón, cuando su mirada me atrapa y me llena de pasión... Yeah, así...- agrega bailando. -  Venga este rap, que para la tv les voy a dar... Con Alice y su coche, a la recta final llegará de noche, mientras las luces caigan y todos aplaudan. Mi victoria, nuestra victoria, yeah yeah. - termina por cantar, haciendo esos clásicos sonidos de los cantantes. 

Quería festejar su avance, darle una vuelta de tuerca a todo esto y mientras pisa el acelerador, sigue firme por la sección aquella que se veía bastante bien. Las curvas le agradan, pero más esa adrenalina que le golpea el rostro cuando sabe que el peligro la acecha. 

Cabreado. Realmente cabreado.
Cada vez que intento algo, la suerte parece aliarse en mi contra y ahora, resuena un chasquido metálico en las entrañas de mi bestia, seguido de una maldición a la salud de dios, el que sea, y cualquiera de sus putos hijos si es que tuvo alguno.
Y gruñendo, no cedo ni un ápice. Para mi, esto esta siendo una autentica porquería de carrera y ya es hora de acabar de un modo u otro.
Reduzco marcha, el motor se revoluciona, vuelvo a pisar el embrague con algo de potencia recuperada y sigo a lo mio con lo que pueda quedar dentro de las entrañas de mi maquina.
Hasta los cojones ya de tanta tontería.
Y gruñendo de nuevo, vuelvo a pisar el acelerador
Enfilo la curva que se acerca a todo velocidad por el exterior teniendo la vista fija en mi inmediato oponente.
Una de dos, o le adelanto o le paso por encima si hace falta. Se acabaron las gilipolleces si.

... oido selectivo, ... tengo oido selectivo...

Por encima del rugir de los motores, de los ruidos de los choques metal contra metal, de las flatulencias que es cuando en cuanto (vaaaale, contínuamente) se me escapan... he oido... algo sobre "enseñar las tetas"!!

-EHHH! , MINI YOOO!! cuidado que no se quien, o quiere que le enseñes las domingas, o está convenciendo a alguien para que lo haga!!, tú al loro, y avisa si ves algo!!! ... algo en forma de tetas, digo!!!!

... porque espero que no se refieran a mí, que las tengo caídas...

Puto loco de mierda, joder. Te voy a destrozar, y luego usaré lo que quede de ti para fabricar un puto dummie de pruebas para mi coche pienso mientras veo como el cabrón ese sigue detrás mio.

Pero llega una zona que me gusta, y no lo dudo: voy directa a la zona C. Conducir por tierra me gusta.

Mierda, el cabrón de Brian sigue detrás mío.

Come on, baby. Do you see something useful?

Sorry, darling. I continious loocking, but i don't see something.

Tras decir eso continuo mirando. Mierda, tiene que haber algo...

- Hija de la gran chingada!!! Parece que la impulsa el mismísimo diablo y que le ha prometido parte de su alma porque se libra de todas.

Pote parecía nervioso, esta situación desde el principio no le había gustado, pero empezaba a ser mucho estrés para él. A lo largo de los años había descubierto que por obligación y su agradecimiento infinitamente leal a Selene podía hacer todo lo que hiciera falta, y que para ello lo mejor era concentrarse en una obligación. Por ello, sin esperar a que nadie dijera nada, se quitó el cinturón y se movió por el interior del coche para preparar la recarga del arpón delantero. 

- Aaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhgggggggg!

El grito desgarrador que emitió Selene desde lo más profundo de la garganta no tenía nada que ver con las clases de canto que se habían empeñado en que tomase cuando era niña, más bien era un sonido gutural venido de la ultratumba.

Sus ojos echaban chispas de la ira acumulada, ¿cómo podía estar teniendo tan mala suerte?

- Maldita zorra. Yo me voy a encargar de borrarte esa sonrisa de payasa que llevas ridículamente pintada en la cara.

Esto ya no era por diversión, ya no era por escalar posiciones en esta ridícula carrera en la que la habían obligado a participar. Esto ya era personal, una cuestión de orgullo, vaya.

Apretó el volante fuertemente con sus manos hasta que los nudillos se le comenzaron a poner blancos y notó como el taconazo de sus divinos Manolo’s se clavaba en la alfombrilla al pisar a fondo el acelerador.

Sonrió ligeramente mientras que soltaba una de las manos blancuzcas y medio amoratadas por la circulación para accionar uno de los botones sorpresa. Se escuchó como la maquinaria del coche actuaba y pudo sentir la vibración de los dientes acerados saliendo del parachoques delantero de su juguetito.

Tiradas de iniciativa