Partida Rol por web

Le había costado bastante adaptarse a aquella botas nuevas que Quellen le había recomendado. Más que por poseer una horma defectuosa, el problema seguramente radicase en el hecho de tratarse de un producto de manufactura elfa. El pobre Krutzbeck se sentía como más débil y delicado cada vez que se miraba a los pies, aunque pasarse la mano por su frondosa y descuidada barba le ayudaba a conjurar tales pensamientos.

Diametralmente opuesto era lo que le ocurría al empuñar su hacha de batalla. Más ligera que cualquier otra cosa que hubiera blandido en el pasado, ese cacho de acero le daba buenas vibraciones. Hasta el momento no había tenido oportunidad más que de enseñarse con unos cuantos pedruscos, pero le había gustado el resultado de esas bárbaras pruebas preliminares.

Saber que, una vez más, les tocaba a él y a sus compañeros sacarle las castañas del fuego a todo un regimiento hizo que le faltara tiempo para encontrar alguien o algo sobre cuyo cuerpo comprobar de verdad qué tal se comportaba su nueva mejor amiga. Cuando un gigantesco naga apareció bloqueando por completo el acceso al castillo no tuvo que emplear ni medio segundo en decidir qué habría de hacer. Y, así, mientras el resto del grupo se afanaba en preparar sus armas y trazar planes de acción, Krutzbeck ya había comenzado la batalla por su cuenta.

La curvatura descendente del hacha de batalla demostró ser más que eficiente a la hora de penetrar en las duras escamas de aquella abominación anfibia, por lo que el enano no tardó en convertir a aquel orgulloso ser en una serie de trocitos de foma irregular que quedaron salpicando grotescamente el camino. ¡Y todavía quedaban más!

-Será mejor que te pongas a cubierto, compadre -le aconsejó despreocupadamente al campesino que estaba acurrucado contra el muro, muerto de miedo. Si no quieres que esos bichos te hagan a ti lo mismo que yo le acabo de hacer a ése, más te vale que no te separes de mí. ¡Y de mi hacha! -proclamó triunfalmente mientras sus compañeros corrían a completar el trabajo.

Krutz había abierto paso a hachazos y Quellen iguió al enano presa de la emoción de ver caer a aquella enorme naga tan rápido. Pero  cuando lanzó las energías místicas que controlaba en contra de sus enemigos, solo consiguió levantar polvo, el rostro de Quellen se puso rojo de rabia con sus enemigos por no morirse.

Bastardos de sangre fría. Gritó a las criaturas que tenía ante él de pura rabia.

La vida de aquellos aldeanos estaba en serio peligro, y como sus compañeros, Andira puso en juego todas sus energías, dispuesta y decidida a que aquellas bestias, que no había visto nunca, corrieran pronto al encuentro de la muerte. Primero vertió su poder sobre el fuerte guerrero, otrogándole una vigorosa fuerza extra, pero el azar no estaba de su parte, y cuando corrió al encuentro de la primera criatura, y alzó su espada la primera vez, un desafortunado resbalón la hizo perder el equilibrio, logrando que el filo rajara el aire primero y golpeara apenas sin fuerza en su segunda arremetida, siendo repelida con facilidad por la dura piel de aquella enorme serpiente.

- Malditas criaturas del averno! - Como el elfo, la discípula liberó su rabia con palabras, pues el arte de la espada por el momento aun le era esquivo!

Abrieron las puertas y lo encontraron un cubil de mujeres serpientes. El enano hizo un gran trabajo, con dos hachazos partio una criatura en dos, los demas hicieron lo que pudieron. Era la hora de Buldar.

Pues a mi me recuerda a mi exmujer, ja, ja, ja.

El barbaro se avalanzo contra la criatura mas cercana y lanzo dos grandes barridos con su arma, pero solo consiguio dejar herida a la criatura.

Vaya, pues si son dura, ahora tambien me recueda a mi exsuegra, ja, ja.

¡¡Dragones!! El grito desgarrador de un aldeano os encogía el corazón tras enfrentaros a enormes nagas que os habían emboscado desde el río. Los inocentes aldeanos corrieron deprisa a buscar refugio antes de que fuera demasiado tarde, sin mirar atras, sin contar aún con la obligada súplica a sus salvadores.

ACTUALIZADO

Krutzbeck observó cómo la fémina y la discípula fracasaban en sus intentos de acabar con el resto de nagas, teniendo que cargar Buldar con la tarea de completar el trabajo que él y su nueva hacha habían comenzado. Por lo menos Andira nos mantiene vivos con sus artes divinas...

-¡Hazte a un lado, 'Alto Mago'! ¡Otro de esos bichos se acerca por detrás! Esta vez el choque con la bestia acuática fue breve y eficiente, consiguiendo que el hierro de su arma le cercenase la cabeza sin dificultad, cual pescadero de Arhynn limpiando sardinas. Lo peor de esas serpientes es, de lejos, el asqueroso olor que le dejan a uno encima.

Más le preocupaban lo bramidos que escuchaba más allá de las puertas del castillo: algo grande se acercaba por el Oeste, y el enano quería ser el primero en recibir a tan interesantes invitados. A falta de chambelán, tendrían que conformarse con un brutal hachazo. Quizás no les gustasen los modales de Krutzbeck, pero así aprenderían de una vez por todas a no servir al amo equivocado.

-Buldar, ese arcón parece contener algo interesante. No lo dejes atrás. ¡Te lo has ganado!

El enano habia destrozado a la lagartija antes que pudiera sisear la pobre. Se movio hacia el cofre y la baliza. Se fijo que en la baliza habia un percutor con dos inscripciones en ambos lados de ella que ponia ON y OFF

Ja, ja pues si que hay que estudiar para esto, ja, ja.

El barbaro encendio la baliza y volvio cerca del enano para luego ir a donde hacia falta.

Sus compñaeros hicieron buena cuenta de los monstruos que los acechaban, así que el avanzó para despejar el camino, se adelanto a ellos para abrirles pasos, Por tanto se avalanzó sobre la puerta que los obstaculizaba e impedía avanzar.

Con la puerta abierta, la discípula siguió los pasos de sus compañeros, aunque no se detuvo donde ellos, sino que siguió avanzando, alcanzado la segunda de las baliza, donde ahora si se frenó para imitar a Buldar y prenderla. Con el luz alzándose hacia las alturas para poder dar aviso a la ciudad, Andira volvió su mirada hacia la puerta, donde sin duda pronto harían acto de presencia otras criaturas...

- Vamos, vamos, moveos. - les dijo a los guardas, abarcando la sala con su mano para que estos se repartieran por ella. Luego, acompasó su respiración a los latidos de su corazón, y por unos segundos, oró en silencio, preparándose para el siguiente combate...

¡Salvadnos! Vocearon asustados recorriendo la sala de un lado a otro. ¡Vamos a morir!

ACTUALIZADO

Viendo que todo estaba tranquilo en la sala en la que se estaban reuniendo los aldeanos, el enano no dudó en volver sobre sus pasos para tratar de frenar el avance de nagas sobre el castillo.

-¡No os preocupéis por esas endemoniadas serpientes! ¡Krutzbeck Matanagas se ocupará de ellas! -proclamó adelantándose para reclamar el título que quizás le cuadraría mejor a su compañero Buldar. Esperaba que se lo tomara con humor, como de costumbre.

Sin embargo, puede que por subestimar a su adversario o por no estar las cosas lo suficientemente tensas como para que un berserker como él se esforzara en rendir al máximo, la enorme naga pudo zafarse de su mortífera hacha con poco más que unos leves rasguños. Así, y a pesar de lo herido que se sentía en su orgullo, no tuvo más remedio, por el bien de los aldeanos, que alertar a sus compañeros acerca de su fracaso.

-¡Esta cosa es más dura que las demás! ¡Proteged a los aldeanos a toda costa!

Vio como la reina de las serpiente volvio a salir de su cubil y el enano avanzo hacia ella, pero sus acometidas no acabo con la vida de la bicha.

Voy a ayudar al pequeñin hormonado, ja, ja, ahora acudire a vuestro lado compañero.

El barbaro cargo contra la criatura, pero ni siquiera ese golpe logro traspasar las defensa de la criatura. Lanzo de nuevo su alabarda y logro acabar con la vida de la Naga.

La cosa parecía tranquila de momento, así que Quellen se fue preparando para lo que le quedaba por delante, tras el embite inicial comenzaba a recobrar sus fuerzas, aunque no hubiera sido muy efectivo había agotado su energía de forma considerable.

¿Esperamos a los demás antes de continuar? Pregunto a su compañera Andira ansioso de probarse a si mismo, pero al mismo tiempo nervioso por lo que pudieran encontrar mas adelante

Andira asintió en respuesta a la pregunta de Quellen, y preparada para la verdadera lucha, cruzar la puerta y enzarzarse con los dragones en una dificl batalla, se tomó unos segundos para serenarse y recuperarse.

- Vale, en cuanto abramos esa puerta toca correr, así que hemos de estar preparados.

Ya vienen... los he visto, son enormes... no por favor... ¿los oís? están ahí...  los lamentos del aldeano que consiguió escapar de los temibles dragones retumbaban por la habitación desde la esquina en la que se había recogido, encojido abranzando sus piernas con el pánico reflejado en su rostro.

Aquellos Naga seguían apareciendo, uno tras otro, en interminable sucesión. Y el hacha de Krutzbeck los golpeaba también sin descanso. En algún momento alguno de los dos frentes tendría que darse por vencido; y el enano sabía que no sería él quien hiciera tal cosa.

-Buldar, necesito que remates a ése. Pero después uno de los dos tendría que marcharse de aquí para apoyar a las chicas.

Medirse con los dragones de la sombra le resultaba tentador, pero quería contenerse y hacer lo que fuera mejor opara el grupo.