Partida Rol por web

¿quiere esto decir que me has sacado de mi jarrón, para arrojarme a una torre llena de enemigos?, pero muchacho, ¿quien te has creido que eres? mejor dicho, ¿quien eres y que haces con mi jarrón?

La criatura mira a su alrededor, preparado por los posibles enemigos, pero sin quitarle de encima la vista a la criatura que tuvo la mala fortuna de despertarle de su sueño

Apretó los dientes ante las preguntas de aquella extraña criatura.

¡Eh! ¡Eh!, tranquilízate. No es mi culpa que tengas un misero jarrón como casa. Hay que ser idiota. Cualquiera puede moverlo y llevarte a cualquier sitio, como parece que lo ha hecho el dueño de esta maldita torre.

Y ahora responde tú. ¿Puedes hacer algo útil a parte de gritar?. Si no es así, métete de nuevo en el jarrón y déjame en paz.

No iba a permitir que aquella cosa encima le increpase. Ya se le pasaba por la cabeza darle un patadón al jarrón y hacerlo trizas.

Bastantes más cosas aparte de gritar, pero eso es de lo que mejor se me dá - digo mirando con resignación el jarrón y esbozando una sonrisa más tranquilo - No serviría de nada volverme a meter en el jarrón, ahora es sólo eso, un jarrón. De manera que bien me vendria salir de aquí y buscar un nuevo hogar, y hasta puede que me seas util para ello. ¿que conoces de este lugar?Aparte de lo que me has contado, supongo que tu tambien querrás salir...

El efecto de la música deja a prácticamente todos embelesados. El único que reacciona es Aramil que logra cerrar la puerta antes de que la criatura haga de las suyas.

Sus tres compañeros aún continúan bajo los efectos de aquella extraña magia cuando podéis ver como el picaporte de la puerta se gira para abrirse.

Aquella criatura pretendía salir de la habitación y solo Aramil estaba en un estado suficientemente bien como para enfrentarse a ella.

Quizá lo mejor sería huir con la esperanza de que sus tres compañeros le siguiesen.

Poco conozco más. Que tiene muchas puertas y muchos laberintos. En mala hora me metí aquí. - dijo bufando levemente.

Ya he dejado atrás a un par de aventureros, bien muertos por las trampas y criaturas de este lugar. Avisado estás, si caes no esperes que mire atrás.

Y lo que quiero es salir o encontrar un buen tesoro, o ambas cosas. Pero basta de cháchara, si vamos a ir juntos, pongámonos en marcha. - se encamino a la puerta de la derecha y la abrió. Ya había pasado demasiado tiempo gastando saliva con aquel extraño tipejo salido de un jarrón.

Cerrar la puerta solo le ha dado unos segundos de ventaja, dado que sus compañeros siguen sometidos al influjo de la música. Aramil debe pensar rápido, y sabe que no tiene demasiadas opciones. Finalmente decide poner en práctica una idea desesperada: sabe que muchos conjuros de entre los que dejan a sus objetivos fascinados terminan ante el dolor, por lo que se dirige maquinalmente hacia Falcon, que parece ser el más capaz de enfrentamiento directo, y le golpea con la palma de la mano, intentando despejar el hechizo de la mente de éste. Después se aleja de la puerta todo lo que puede. Si su táctica no tiene éxito, pocas opciones quedan salvo escapar.

Aramil parecía nervioso, corria y golpeaba a Falcon, cerraba la puerta impidiendonos oir esa maravillosa melodía. ¿Que le pasaba? ¿Por qué no se relajaba y nos acompañaba a escuchar aquella música? Era tan bonita...la mente se ponía en blanco, dejabas de sentir dolor, solo sentías fascinación

Tres cadáveres anteriormente revividos estaban muertos de nuevo en aquella sala. Desde luego que había claros signos de que alguien había pasado por allí. De hecho Garra Negra había pasado por allí, pero por otra de las puertas. Aquella sala era la de la encrucijada, se había decidido por ir por una de las puertas y había aparecido por otra. Sin duda, si quería avanzar debía ir por la puerta que tenía justo enfrente. La otra opción era tomar la puerta secreta que había en esa sala, la puerta por donde había llegado hasta allí.

Parece ser que el bofetón de Aramil no sirve absolutamente de nada, pero por suerte el canto de aquella criatura había dejado de escucharse, aunque quizá si volvían a abrir la puerta volvería a cautivarles.

Fuera lo que fuera ahora eran capaces de actuar por voluntad propia, pero quedarse allí no les garantizaba no caer de nuevo bajo los efectos de la criatura ya que ésta sin duda se disponía a salir de la habitación.

¡Mierda! ¿Otra vez aquí? - exclamó con cara de pasmo.

Pasé por la puerta de la derecha, luego cruce por izquierda, y luego he aparecido por esta. ¡Esto es un maldito laberinto! - gruñó.

Solo queda la de enfrente entonces. - Se encamino hacia la puerta, dando un puntapié a uno de los cadáveres y la abrió.

Al detectar que el resto del grupo parece reaccionar nuevamente, como despertando de la hipnosis, Aramil rebusca unos momentos en la bolsa que lleva al cinto, en la que guarda también sus componentes, y saca un pequeño cristal que lanza a Falcon.

-¡Falcon!, colócalo en tu espada.- Le dice sin más explicaciones. Después retrocede lo que puede, protegiéndose por si sus compañeros vuelven a caer en el influjo de la música.

Falcon agarra el cristal en el vuelo y lo coloca en su espada substituyendo al que tenia, presto para lo que pueda ocurrir.

La musica fue desapareciendo poco a poco.- ¿Que? ¿Que ha pasado?- pregunto Arther, que viendo como se preparan para el combate desenvaina sus armas a la espera de una señal.

Sin tener ninguna duda sales por la puerta por la que aún no habías pasado con Seleuricos detrás de ti. Desgraciadamente cuando sales de allí te das cuenta de que de nuevo se te plantea una nueva encrucijada que podría hacerte volver a perder el tiempo y a dar más vueltas en ese laberinto de la torre. 

Podías tomar el pasillo que llevaba hacia la derecha de la puerta, o bien seguir de frente con la esperanza de encontrar algo más allá.

De todas maneras una canción atrayente sonaba por el pasillo que había frente a vosotros. Algo había hacia allá que os hacía sentir atraídos, una canción tan bella que daban ganas de ir tras ella.

Falcon aprovecha ese instante para colocar el cristal en la parte trasera de su armadura que se engancha fácilmente. La sensación que siente es similar a la que dice Aramil. Instantes después la puerta vuelve a abrirse y tras ella aparece de nuevo la criatura que se os queda mirando y comienza de nuevo su cántico.

¿Música? Debe ser una trampa seguro. ¡Pero que demonios! - Se dirigió a la puerta de enfrente y la abrió.

El semiorco no era de los que se asustaban fácilmente, y en el fondo estaba esperando que la canción saliese de una bella dama, y que además, tuviese comida.

Vaya, parece que tiene redaños el orco, creo que puede ser divertido - pienso entrando tras él a la habitación, pero aunque mi actitud pueda parecer despreocupada, estoy consciente de todo cuanto me rodea, preparado para reaccionar cuando sea necesario

Falcon resiste el cantico gracias a la gema, sin detenerse se lanza contra la criatura con su espadón.