Partida Rol por web

Die Glocke

Un mundo nuevo (Capítulo I)

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19/02/2017, 18:41
Director

Der Reise, 2 de Febrero de 1945

El ataque soviético sobre la frontera checa había comenzado. Las montañas Búho formaban la línea del frente, y el bombardeo de artillería sacudía el techo del gigantesco complejo. Der Reise, la joya del Reich, era una ciudad bajo la montaña, una gigantesca bóveda donde edificios de más de treinta metros de altura se cobijaban bajo gruesos pilares y contrafuertes de hormigón.

El corazón de la colonia Sigfrido, surcado por los cables que partían desde el reactor principal, desde "La Campana", que aguardaba su viaje hacia otro mundo. La sirena había dejado de sonar, y todo el personal, bajo la luz de inmensos focos, se reunió en el edificio del volkshalle, una elegante cúpula neoclásica inspirada en el diseño de Albert Speer para el Berlín del Reich de los Mil Años.

Los soldados aguardaban, armados, en el centro del hemiciclo, mientras los trabajadores y colonos se situaban detrás de ellos, de pie o en las gradas de cemento enlucidas por mármol de Carrara (regalo del mismísimo Mussolini). La tensión se podía palpar en el ambiente. Los científicos y los militares sabían que quedaba poco tiempo. El viaje debía ser ahora, o no sería nunca. Antes mandarían al infierno toda la instalación que dársela a los soviéticos. ¡Solo Dios sabía lo que aquellos malditos comunistas podían hacer con toda aquella ciencia!

Finalmente, el general llegó hasta el edificio y todos los brazos se alzaron, casi al unísono, componiendo el saludo romano. El saludo nazi. Kammler respondió flexionando el brazo hacia atrás.

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19/02/2017, 18:55
Hans Kammler

-¡Heil Hitler! -bramó la colonia.

El general sonrió, mirándoles con una expresión nostálgica. El discurso del führer, que habían escuchado hasta hacía unos minutos, se había cortado debido a la alarma del bombardeo. A lo lejos, podían sentir el retumbar de las explosiones y el tableteo de las ametralladoras. El grupo de ejércitos centro luchaba encarnizadamente para frenar, en lo posible, el imparable avance ruso.

No era momento para discursos ni formulismos. El general lo sabía. Y sin embargo, debía despedirse de todos aquellos hombres y mujeres que iban a volver realidad el sueño nazi en un nuevo mundo. No podía evitar admirarles, envidiarles. A decir verdad, él no se sentía digno de estar entre ellos. La guerra, el trabajo esclavo, los sacrificios en nombre del Reich, habían contaminado su alma. La colonia necesitaba sangre nueva, una esperanza para el futuro, y no viejas glorias marcadas por una guerra larga y cruel. Ese era su sueño, al márgen de las órdenes de Hitler. Sabía que aquello era mucho más grande que todos ellos, incluso que el mismo führer. Estaban plantando las semillas de un triunfante futuro.

-¡Soldados y colonos! -dijo, con voz firme- El führer os desea lo mejor en éste vuestro histórico viaje. Yo os deseo lo mejor. Entre vosotros, está la semilla de lo mejor de Alemania, de lo mejor de nuestra raza, de lo mejor de la Humanidad. A vosotros corresponde plantarla, hacer que germine, engrandecerla y multiplicarla. Muchas cosas dependen de éste día. La salvación del Reich, el futuro de la Humanidad, lejos de la decadencia de la democracia occidental y la barbarie comunista que azota nuestra frontera.

Parpadeó, respirando hondo, hinchándose el pecho con orgullo.

-Sois el futuro. Los hijos predilectos de la raza aria... -Bernstein parpadeó cuando se pronunciaron éstas palabras- Y yo estoy orgulloso de vosotros, como un padre que admira en lo que se ha convertido su hijo.

Asintió, despacio.

-Poblad Himmel. Multiplicaos, prosperad, hallad el camino de vuelta a casa y llevad el triunfo a la bandera la esvástica. La historia os contempla, y yo os saludo como a héroes.

Volvió a levantar el brazo, ésta vez como ellos habían hecho antes. Se repitió tres veces: "¡Sieg... Heil!", y luego el general bajó la mano. Se acercó entonces al coronel Jürgens, saludándole al estilo militar antes de estrechar su mano.

-Cuide de ellos, coronel. Recuerde que el tiempo no será importante una vez que estén allí. Pero nunca deje de lado el objetivo, ni deje que nuestro credo se olvide.

Se acercó luego al jefe de ingenieros, el señor Krieg, y estrechó su mano con fuerza.

-Eduque bien a sus sucesores. Haga que la ciencia prospere, multiplique nuestra fuerza, y asegúrese de que nuestros sucesores regresan a casa para reclamar su legítimo lugar como amos de éste mundo.

Sus pasos le encaminaron luego al profesor Bernstein, cuya mano estrechó. Sospechaba algo sobre él, pero no era relevante. Necesitaban a aquel hombre y a sus científicos.

-Lleve la ciencia a las más altas cotas, her doctor. No esperamos menos de usted y los suyos.

Finalmente, se acercó al grupo de mujeres y colonos, encabezados por la lideresa del colectivo femenino, Frau Blucher. Detrás de ella, Hagall le miraba con cierta impaciencia. Quería acabar con aquel trámite, salir de aquel maldito planeta cuanto antes.

-Ciudadanos y trabajadores de la Colonia Sigfrido. Vosotros sois los que tomaréis posesión de un nuevo mundo. Vuestros hijos y nietos serán los dueños de dos planetas. Serán aquellos que regresarán para cumplir con ésta nuestra profecía. Nuestro objetivo. Trajabad con diligencia y nunca olvidéis que el lebensraum que el führer os prometió, os fue dado como recompensa a vuestros esfuerzos y sacrificios.

Dicho ésto, se retiró junto a sus oficiales, llegando de nuevo a la altura del coronel. Les miró de nuevo, a modo de despedida.

-Nada me placería más que viajar con vosotros. Pero no merezco tal honor. Sobre mis hombros pesa todavía la responsabilidad de una guerra. Regresad, pues os estaré esperando.

Se giró a Jürgens y Krieg.

-Caballeros. Enciendan la campana. Ejecuten el proyecto Himmel, y buen viaje.

Ellos le saludaron otra vez, y él respondió. Finalmente, el general Kammler, al que habían visto durante tantos años, desapareció por los pasillos del complejo.

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19/02/2017, 19:23
Kiefer Jürgens

El coronel se giró y dió la órden.

-¡Cada uno a sus puestos! Señor Krieg, encienda la máquina y sáquenos de aquí.

Los militares corrieron hacia el cuartel, aunque otros se cercioraron de cada grupo abordaba el edificio desde el que serían "transportados". Mientras, los científicos e ingenieros pusieron en marcha la maquinaria. Afuera, las compuertas de la gran presa se abrieron para suministrar a la rugientes turbinas la electricidad extra para que el ingenio pasara de la "fase 1" a la "fase 2", para lo que se requería grandes cantidades de energía extra.

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19/02/2017, 19:27
Director

Vestidos con sus trajes de protección contra la radiación, los científicos que estaban en la sala de control de "La Campana" ajustaron los mandos e introdujeron el programa de la primitiva computadora para introducir la "frecuencia de vibración entrópica" necesaria para la generación del vórtice. Krieg supervisaba la maniobra, muy enfadado por el tema de la artillería rusa, que hacía temblar la bóveda. La maquinaria era muy sensible, y aquellas vibraciones externas no le sentaban nada bien.

Las puertas de los edificios se cerraron con aquel bloqueo magnético diseñado para que la fuerza de succión del vórtice no les arrastrara a todos hacia el abismo. Dentro de los edificios, sentados contra la pared, aguardaban el momento, deseando que los rusos no llegaran antes y les mataran a todos. Afuera, los primeros pelotones de infantería soviética estaban llegando a las trincheras del perímetro de la base, disparando ráfagas de subfusil mientras los tanques T-34 les seguían de cerca. Un disparo de cañón impactó sobre el coche del general Kammler, y él, que todavía no se había montado, salió despedido unos metros hacia atrás, cayendo al suelo.

-Entramos en Fase 2, repito, entramos en Fase 2 -anunció la megafonía.

El vórtice espacio-tiempo se abría en la sala de la Campana, que rugía con una luz verdeazulada, girando sus discos a una velocidad que desafiaba a toda comprensión humana. Los niños cogen las manos de las mujeres de la sección femenina del partido, que les sonríen para apartar el miedo a lo desconocido. Los militares se mantienen firmes, mientras que su oficial sigue atento al desarrollo de la maniobra. La energía recorre el enorme complejo subterráneo, atravesando los superconductores diseminados por las instalaciones. Ya pueden sentir el cosquilleo, la náusea que precede al viaje. La música no deja de sonar por los altavoces, para mantener alta la moral, para tapar los gritos, las bombas y los disparos.

Un segundo antes de que se desmaterializaran, un gigantesco obús soviético impacta directamente sobre la cúpula, agitando toda la instalación. Un parpadeo más tarde, Der Reise desaparece de la faz de éste mundo. Las tropas que combatían en su perímetro, perecen cuando el terreno se desploma espectacularmente. La montaña se destruye, convirtiéndose en un alud de rocas que amenaza con aplastar a los soviéticos. Desde su puesto de mando avanzado, el mariscal Rokossovski observa lo sucedido sin dar crédito.

-Finaliza Fase 2, repito...

De repente, la campana se descontrola. Uno de los tanques de Xerum 525 estalla y su tóxico contenido arde. Dos de los científicos perecen entre alaridos de dolor, mientras Krieg activa el protocolo de emergencia, ajustando la vibración de la campana a Fase 1 para que, al menos, conserve el movimiento perpetuo y, con él, la producción de electricidad para la colonia.

Pero hay que apagar el fuego, así que suena la alarma contra incendios. Los científicos y militares, equipados con trajes de protección, acuden para sofocar las llamas con extintores químicos especialmente diseñados para aquella contingencia. Todo es un ir y venir de personas, corriendo de un lado a otro del complejo. Y sin embargo, el profesor Bernstein se ha alejado del edificio del reactor, hacia la campiña abierta y el lago que hay más allá.

Una ribera. Un paisaje melancólico, parecido a un ocaso, bajo un cielo de color amarillento. Una gigantesca luna orbíta el planeta, y un sol mucho más grande y caliente que se va escondiendo tras el horizonte. Una extraña forma de vida, parecida a un pez, nada cerca de la superficie, alrededor de una especie de colonia de estromatolitos. Cae en la cuenta de donde están, por que hasta las mismas plantas junto a la orilla son... alienígenas.

El doctor cae de rodillas, llorando de emoción. Lo ha conseguido. Lo han conseguido. La colonia Sigfrido ha llegado a un nuevo mundo.

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19/02/2017, 19:49
Director

Uno de los soldados que acude a extinguir el incendio ha recibido heridas a causa del fuego. Sin embargo, parece que la situación está bajo control. Todo está cubierto de humo, y costará sacarlo de allí para evaluar bien los daños. Sin embargo, Krieg sabe de sobra que si uno de los contenedores de Xerum se ha derramado, costará Dios y ayuda descontaminar el área. Además, si quieren regresar algún día a la tierra, tendrán que producir más, además de encontrar, o fabricar, una fuerte de energía externa lo suficientemente potente como para entrar en Fase 2.

Otros se preocupan más que él, pero por las personas. Nada se ha podido hacer por los dos ingenieros que han perecido fulminantemente a causa del fuego y el tóxico mercurio refinado. Sin embargo, Oldekamp no da a su compañero Hirscher por perdido, y lo lleva rápidamente hasta la enfermería.

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19/02/2017, 19:53
Kiefer Jürgens

Damien ha salido de la zona contaminada, quitándose la escafandra del traje y situándose bajo la ducha de descontaminación. No puede hacer otra cosa que esperar. Esperar a que atiendan a los heridos, a que las campanas de extracción evacuen el humo.

Al otro lado del cristal, más allá de la cámara estanca, unos dedos repiquetean en el cristal. El coronel activa el altavoz al otro lado.

-Sus hombres dicen que la campana está estable, o eso indican las lecturas. No se mortifique, señor Krieg. Eche un vistazo fuera, parece que lo hemos conseguido.

Sonrió, despacio.

-Quiero que evalúe los posibles daños en los edificios del complejo y el material, cuando tenga un rato... Hay un planeta ahí fuera esperando a ser colonizado. Felicidades.

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19/02/2017, 19:57
Rolf Kleiber

El primer herido llegó a la enfermería. Demonios, no habían tardado mucho. Apenas se habían levantado los doctores y enfermeras del suelo, y la puerta magnética se había desbloqueado. Fritz ayudaba a caminar a su compañero, que tenía unas horribles quemaduras en el rostro y las manos.

El doctor se acercó para ayudarle a tenderle sobre la camilla.

-Enfermera Dietrich, traiga gasa y pinzas. Quemaduras de tercer grado, hay que retirar la piel...

Miró su grupo sanguíneo en las chapas de identificación.

-Plasma y una bolsa de sangre, A+. Hay que aislar el riego de la zona contaminada y reemplazar el fluído sanguíneo en lo posible.

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19/02/2017, 20:04
Director

El profesor no había sido el único en salir fuera, a asomarse por primera vez a aquel nuevo y fascinante mundo. A pesar de la alarma, Topf había estado destinado a la vigilancia del personal civil. Así que cuando parte del mismo caminó por la campiña, señalando a las extrañas flores bulbosas, cogiendo briznas de aquella hierba puntiaguda o señalando éste o aquel pequeño extraño insecto o animal, él les acompañaba.

Trataba de parecer profesional, pero la verdad es que ninguna academia militar te preparaba para cosas como aquella. Aquello no era siquiera comparable al primer viaje de Colón, pues él conocía la vegetación que se encontró en las Indias, así como algunos animales. Aquello era un planeta distinto, en la que las únicas cosas comunes con la Tierra eran el agua, la tierra que pisaban, el suave viento que revolvía sus cabellos y la calidez del sol. El resto era... extraño.

Lo primero que Hagall hizo fue... saltar. Y se dió cuenta de que allí la gravedad era unas décimas más baja que en la Tierra, por que saltó bastante más alto y cayó un poco más lento de lo habitual. Rió, como una niña entusiasmada. Era la primera vez en su vida que estaba manifiestamente feliz, que la vida, el mundo, la sorprendía con un nuevo universo de posibilidades e incógnitas.

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20/02/2017, 04:26
Damien Krieg
Sólo para el director

Visiblemente alterado y lo que parece un enfado, se quita el traje protector, al rato se acerca al cristal y enciende el altavoz.

 - La campana esta bien, pero sufrimos una importante fuga del Xerum, los soldados y personal estan terminando de apagar los focos de incendios.- ya relajandose un poco al tomar un control pausado de su respiración.

 - ¿ Lo conseguimos, estamos en el nuevo mundo ? - la confirmación con la cabeza de Kiefer, hace que Damien haga un gesto de victoria. Vuelve al altavoz..

 -En cuando salga de aqui, me pongo con los informes, tanto el de la evaluación de daños como los datos recogidos, antes y despues de la trasportación de la base - se aparta del altavoz, para disponerse en breve a salir, su rostro se vuelve serio.

- Ese ultimo obús, la vibración que ocasiono, debe haber afectado a la teletransportación, debo mirar los sensores de vibración - se dice mentalmente .

 - Lo conseguimos Margot, estamos en nuestra nueva casa - dice en un tono bajo Damien.

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20/02/2017, 13:13
Hans Topf

Eran los primeros en salir, y no dudó en sacar del suelo la primera ramita que se le cruzó por delante, y tras olisquearla, se la metió en la boca, como el que porta una pipa de adorno.

Tras la relajación, tocaba trabajar. No tenían que interrumpir demasiado a los exploradores que eran aquellos colonos y científicos que abordaban el exterior, pero la estructura y costumbres dictaban las formas de proceder. Pero en este caso, estaban actuando como si se tratase de un asalto. Con el sigilo que suelen requerir las tropas de operaciones especiales. Señalaba soldados, de dos en dos, y los repartía por un supuesto perímetro de aquellos que formaban ese primer núcleo inicial que "invadía" aquella nueva lebensraum. Su nueva tierra. Su nuevo hogar. Él mismo actuaba en el perímetro, acompañado de otro soldado. Buscaba con la vista su oficial, que no había abandonado la seguridad de las instalaciones. Tras ver la distancia, empezó a tomar referencias, con la que guiarse, con las que orientarse en futuras incursiones más profundas que aquello y empezó a pensar que tendría que mojarse en aquel "charco". - Puede ser divertido. Pensaba para si.

Los civiles, de cuando en cuando les miraban con desconfianza, y le hacía señas discretas a los soldados para que sonrieran. Tenían que vigilar, pero no dar miedo. Tenían que transmitir una sensación de confianza, de control, y si algo pasaba, ya actuarían. Era el responsable de esta parte de la misión, y por su lado, que no fuera.

 

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20/02/2017, 17:26
Helmut Bernstein

Bernstein había tenido que enjuagarse la mano de sudor antes de estrechar la del general. Él se sabía fuera de lugar, pero no podía estar en otro lugar. Aquel era SU lugar. Pero todo se precipitaba. Había sentido un miedo atroz durante el bombardeo. Temía que no llegaran a tiempo y que los soviéticos irrumpieran en la base a sangre y fuego. Pero todo parecía ir bien. Hasta que estalló el tanque de Xerum. Por si solo ya era lo bastante tóxico como para condenar la vida de los que lo tocaran sin protección, pero en aquel estado de excitación los hombres ardieron como teas. La mente del científico se debatía entre el horror y la curiosidad. La falta de un entorno controlado hizo que ganara el terror, y no encontraba el momento de abandonar aquel lugar. Iba y venía gente con equipos especiales. Bernstein se aleja en cuanto la campana se estabiliza en su movimiento perpetuo. Necesita salir. Aún tiene en su cabeza los alaridos de sus hombres y ha de comprobar si ha funcionado.

¿Estaremos en otro lugar? En otro momento? Tiene que haber funcionado... Aunque no contábamos con ese elemento descalibrador de los obuses. La vibración debe de haber afectado a la propia entropía. Todo es vibración. Tod...

Al salir al exterior se queda maravillado. Es otro sitio. le tiemblan las piernas y cae al observar toda esa maravilla. Todo era cierto. Hay otros lugares. Y se puede ir sin desplazarse de forma mecánica tradicional. El espacio y el tiempo son una ilusión. Llora. Toma un puñado de tierra entre sus manos y llora.

La tarea que se les presenta es ingente.

Mira hacia atrás y ve a la srta. Wirth, jugando como una niña, y a uno de los soldados. Topf, cree que se llama. Frío. Tomando control del perímetro.

¡Lo hemos logrado! Somos los amos de un nuevo mundo. Uno de verdad. Donde jamás podrán llegar los enemigos del Movimiento a destruir nuestra obra. Aquí podremos hacer realidad el Sueño. Contemplad, ¡maldita sea! Contemplad NUESTRO mundo!

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20/02/2017, 20:42
Hagall Wirth

Abandonar la Tierra era la única salida que le quedaba.
El mundo que la había moldeado y en el que había aprendido a moverse como pez en el agua se desintegraba sin remedio y ella era una superviviente. No le daba pena ninguna, si acaso lamentaba que el planeta quedara en manos tan mediocres como las de los aliados y que no pudiera ver con sus propios ojos la muerte de aquellos a quienes había odiado tanto.
“Que le follen al Reich” pensaba mientras Kammler soltaba su discursito. Compartieron una última mirada antes de que ese bastardo se fuera para no volver “Vas directo al matadero cabrón. Espero que lo disfrutes”. Había sido uno de sus asiduos, un hijo de puta ambicioso al que le costó dominar, pero el esfuerzo mereció la pena, ya que gracias a eso partía hacia la nueva Atlántida, y él se quedaba desterrado del paraíso cual Moisés (eso también fue obra suya).

Dejaba un buen pastel tras de sí. Había una cuenta que no podía permitir que la saldaran otros y lo hizo de forma espectacular, como tantas y tantas veces había soñado. Su padre era el típico personaje patético que sabe humillarse, lamer culos y cambiarse de camisa, así que cabía la posibilidad de que, pese a la caída del nazismo, sobreviviera y se colocara en cualquier universidad aunque fuera en un despacho recóndito y polvoriento. Y eso no podía permitirlo, no… A modo de despedida lo convenció para realizar un último ritual. Herman Wirth acabó sus días desangrandose como un cerdo, castrado y asfixiado por su propia semilla. En esos momentos su cadáver debía estar calcinándose en el incendio que ella misma había provocado, nunca había sido tan feliz.

Cabía la posibilidad de que todos murieran en el viaje pero mejor eso que caer en manos de los comunistas y vivir en un mundo donde nadie reconocería ni valoraría su singularidad. El futuro pintaba gris en la tierra. Se acomodó y se mantuvo estoica e imperturbable, una figura regia en medio de aquella gente asustada, si quería mantener su estatus debía mantener el tipo”la imagen lo es todo”. Recitó una oración.
Duró mucho menos de lo esperado y casi se sintió decepcionada, esperaba algo más trascendental. La sorpresa vino cuando se abrió la puerta y vislumbraron la luz que irradiaba el paisaje. Había estado en lugares extrañísimos pero obviamente ninguno igualaba la sensación de un paisaje extraterrestre. La luna era enorme, sonrió por ello, entendiéndolo como un presagio del matriarcado, también pensó en como afectaría a los ciclos menstruales, pero eso ya se vería con el tiempo. Notó el cabello extraño, como si se moviera de forma similar a estar bajo el agua, así que sospechando de que podía tratarse dio un saltito ¡Efectivamente! La gravedad era ligeramente menor. Se imaginó corriendo, prácticamente volando, apenas tocando con la punta de los pies el suelo y desplazándose a una velocidad prodigiosa. Ardía en deseos de explorar el planeta, su rostro resplandecía. Inspiró hondo llenándose de aire del nuevo mundo.
Pero lo primero era lo primero, era la suma sacerdotisa y debía cumplir como tal. Previsora ella (como siempre)había metido en la bandolera lo básico para un blot* de emergencia. Sacó una botellita de aguamiel y vertió parte del contenido en el suelo mientras recitaba un saludo a las divinidades. Luego cuando fueran a tomar la primera comida haría el ritual colectivo “como los dioses mandan”.
Muchos se unieron a su oración para a continuación entonar el "Sieg Heil Viktoria"

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20/02/2017, 20:53
Fritz Oldenkamp

-¡Herr doctor, herr doctor!- No alcanzó a gesticular mas palabra, trató de decir algo cómo "ayudelo, por Dios", pero se le hizo un nudo en la garganta.

Fritz llegó jadeando hasta el doctor, con su compañero casi a cuestas y se apartó un par de pasos hacia atrás cuando Rolf lo tiende sobre la camilla. Forcejeó con la correa del casco y con la máscara de gas para poder quitársela, le temblaban las manos y casi le hizo falta un minuto entero para descubrirse la cara. 

Odiaba las máscaras de gas, ya lo había pasado suficientemente mal en el periodo de adiestramiento aunque parece que de algo sirvió. Se lleva la mano derecha a la boca, tapándosela para comenzar a respirar de forma nerviosa por la nariz.

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20/02/2017, 22:21
Ilse Dietrich

Nervios, excitación, miedo, esperanza. El cúmulo de sensaciones y emociones que inundaban a Ilse fueron sustituidas por el embeleso al escuchar las palabras del führer primero y las del general Kammler después. Convencida de que su decisión había sido la correcta, que en ella y en el resto de integrantes de aquella misión residía el futuro de toda la nación alemana, que en sus manos estaba la oportunidad de sembrar la semilla que germinaría en una raza mucho más fuerte con la cual acabarían dominando al mundo, se sentía orgullosa de su decisión.

Con el discurso y los ánimos se alejaron  la tensión y las dudas. Era una oportunidad única de dejar su huella en la historia. Una gran historia para un gran pueblo. Había llegado el momento de dar el paso definitivo, el paso que les alejaría de la derrota y les acercaría al triunfo final.

Cerró con fuerza los ojos en el preciso momento en que se anunció el final de la fase 2. El bombardeo se sentía cada vez más cerca y, por unos instantes, Ilse creyó que no lo conseguirían. Pero se equivocó.

Cuando se quiso dar cuenta la explosión, la alarma antiincendios, los gritos, el humo, la devolvieron a la realidad. Abrió los ojos sin saber qué se encontraría, sin saber tan siquiera si lo habían conseguido pero, por el momento, esas sólo eran cuestiones secundarias ya que había heridos que atender.

Escuchar las órdenes del doctor Kleiber fueron de ayuda para tranquilizar su estado y centrarse en lo que tenía que hacer. Los heridos eran lo más importante y los ruegos de aquel soldado consiguieron que la eficiente, la competente enfermera tomara el mando.

Aquí tiene doktor Kleiber.

Le tendió lo necesario al doctor antes de dirigirse al soldado que acompañaba al herido y con suavidad, intentó tranquilizarlo.

Será mejor que se aparte mientras el doctor hace su trabajo. No se preocupe, haremos todo lo que esté en nuestras manos para que se salve.

No perdió el tiempo y, después de buscar la vía en sus venas, estuvo atenta a las órdenes del doctor Kleiber para ayudarle en todo lo que necesitara. Iba a ser un trabajo arduo pero confiaba en que, al ser el primer herido en lo que sería su nuevo hogar, consiguieran salvarlo.

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20/02/2017, 23:14
Lennart Olsen

Cuando salió de la sala de descontaminación se topó con su segundo. Estaba coordinando por radio la actividad del equipo de limpieza dentro de la cámara del reactor, así que le informó. Parecía tener cierta prisa, ya que estaba preocupado por su familia. Pero sabía que para los alemanes el trabajo y el deber eran siempre lo primero. Llevaba mucho tiempo trabajando con ellos.

-La válvula 1 se ha cerrado. El contenedor sufrió una descompresión debido a la vibración repetida del bombardeo. Están bombeando el xerum a unos barriles, pero gran parte del mismo se ha consumido. Con el resto de los contenedores funcionando, tenemos energía más que de sobra para los próximos... no se... 500 años. Pero efectivamente, habrá que buscar en el planeta mercurio y desarrollar una planta productora de Xerum si queremos reparar la máquina. Además, sería conveniente, de cara al futuro, hacer más campanas. Así se podría transportar a un gran número de personas y equipamiento -volvió a colocarse las gafas, pues se le resbalaban por el sudor- Ya sabe, para el retorno. La misión.

Parpadeó, cayendo en la cuenta del "pequeño gran detalle". Los nazis no eran los únicos europeos desapasionados con el tema del sacrificio humano.

-Klein y Hausser han muerto. Habría que enterrarles debidamente. Dos soldados han recibido quemaduras superficiales, y un tercero unas más graves. Está en la enfermería ahora mismo.

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20/02/2017, 23:24
Rolf Kleiber

El herido gritaba y se removía de dolor. Iba a ser necesaria anestesia general, así que le durmió primero con gas para poder proceder mejor. Aquella iba a ser una operación delicada: retirar el tejido, hacer ligamentos donde fuera necesario, curar o evaluar para su reemplazo mediante trasplante el tejido afectado. Lo que quedaba claro es que muy posiblemente aquel soldado quedaría marcado para el resto de su vida. Desfigurado por el fuego. Pero todavía podía sobrevivir, o eso es lo que él creía.

-Enfermera, va a tener que ayudarme a operar. Haga un diagnóstico de las heridas de las manos, y siga mis indicaciones para retirar el tejido afectado.

Miró de reojo al soldado que le había traído, su compañero.

-Gracias por su esfuerzo, pero de momento no necesitamos más su ayuda. Puede quedarse aquí, si lo desea, o esperar fuera.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Se requiere una tirada conjunta de 30+. Debes tirar por Medicina (desglosado) y sacar 12+ en los dados.

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20/02/2017, 23:58
Rudolph Fegelein

Unas botas rompieron, de alguna manera, la agradable escena. Por muy fascinante que fuera todo aquello, ellos estaban allí por algo. Y ese algo era la colonia. Sin embargo, el oficial se había quitado la gorra, dedicando unos momentos a la mera contemplación del paisaje.

Cuando vió que el soldado Topf estaba allí se acercó a él, saludándole.

-Nos han pedido que hagamos revisión del material y comencemos a montar los primeros módulos prefabricados. La gente tendrá que dormir en los edificios de momento, pero hay que instalarse.

Se asomó a donde estaba el científico.

-Herr doctor. El coronel me ha pedido que le transmita sus felicitaciones por nuestra llegada. También ha pedido, si es posible, que use el telescopio cuando caiga la noche. Le interesa saber en qué parte del universo estamos.

Su mirada se cruzó con la señorita Wirth. La "sacerdotisa". Era popular entre los colonos y muchos de los soldados de las SS. Para él, siempre había sido y seguía siendo una belleza inalcanzable. Una belleza peligrosa.

-El coronel desea que salga a explorar los alrededores por su cuenta. No sabemos muy bien cuanto dura el día y la noche aquí, pero sabemos que hay periodos con más luz. Le daremos escolta ligera, mientras nosotros vigilamos el perímetro inmediato. Hasta que no se hagan obras defensivas básicas y seamos capaces de desplegar los aviones, todas las exploraciones se harán por tierra. Puede llevarse a algún científico, para que la ayude... a catalogar y entender un poco todo ésto.

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21/02/2017, 02:04
Damien Krieg
Sólo para el director

-...Gracias señor Olsen por el informe, es una gran perdida las bajas de Klein y Hausser, es mi deber informar a sus respectivas familias ,ire en un momento a la enfermería a visitar a los enfermos..- le pone la mano en el hombro.

-Vaya a ver a su familia, para ver como estan, tomese el resto del dia libre con ellos, hay que celebrar el éxito, buen trabajo.Eso si, mañana a primera hora lo quiero inmediatamente aqui, debemos repasar los daños estructurales y datos recogidos.No se le ocurra fallar...- la mirada de Damien, se vuelve muy fría...

Le da unas palmaditas en la espalda...

- pero eso mañana, hoy le debe el día a su familia, vaya...- Damien tenia una fama terrible, como hombre perfeccionista o siempre enfadado, pero sabia perfectamente, que existen cosas mas importantes...

-Ya me ocupo yo del papeleo, el resto y dar el informe, ademas de echar una primera mirada a los daños estructurales.- ya se pone de lleno a redactar lo que su segundo le dijo.

Levanta la mirada, su segundo le mira extrañado, no era propio de Krieg, que diera dias libres..

-¡¡¿ Que hace ahí parado ?!!,¡¡ LARGESE YA !! - la extraña sonrisa de Krieg lo decia todo, el tono enfadado era real, pero la intención era clara, le decia que fuera a ver a su familia.

Krieg habia vuelto a ser quien era, ese hombre con malas pulgas , siempre gritando, pero aquello le demostraba, que tambien tenia su corazon, aunque pareciese extraño.

Notas de juego

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21/02/2017, 10:14
Hagall Wirth

Algunas mujeres acercaron a sus hijos para que los bendijera. Mojó el índice en la boca de la botella y tocó la frente de los niños. Despachó el enjambre de madres explicando que el ritual completo se haría cuando estuvieran instalados pero estas no se disolvieron en sus quehaceres hasta que apareció el teniente con instrucciones. Ella se giró sin mediar palabra ni cambiar de expresión y le tocó la frente con el dedo húmedo dibujando una estrella invisible (su runa). El líquido se escurrió formando una lágrima que ella enjugó y se llevó a los labios. Sonrió. No perdía oportunidad de tejer su telaraña.
-Muy bien, si mi moto está desembalada saldré de inmediato- dijo guardando la botellita. Entrecerró los ojos distinguiendo la figura de Bernstein entusiasmado al contraluz –ya que Bernstein está aquí (cerca) dígale que se una a la expedición ¿Nos acompañará usted teniente?- La luz oblicua hacía brillar el azul de sus ojos a la vez que proyectaba la sombra de las pestañas. Si por ella fuera se iba sola a explorar las cercanías, pero era lo que había de momento. Esperaba encontrar pronto un lugar donde levantar un altar que le sirviera de refugio de soledad.
Sacó de la bandolera su cámara e hizo la que fue la primera foto del nuevo mundo. Muy bucólica, captando el brillo del lago, las siluetas de quienes admiraban el paisaje y la enorme luna ocupando el cielo. Estaba satisfecha, el sufrimiento de toda una vida casi merecía la pena por ese momento, habría que ver como evolucionaba la cosa.

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21/02/2017, 10:52
Hans Topf

Le parecía una mujer extraña, hasta que la vio derramar el líquido en el suelo. - Una Pluozan Frei. La sorpresa era tanta que había quedado anonadado hasta la aparición del oficial. Los pasos le trajeron de regreso a la realidad. Saludó militarmente más por instinto y por la fuerza de la disciplina que otra cosa. Había estado a puntito de saludar con el tono del partido y por muy SS que pudiera ser, era un militar prusiano montañero. Las viejas costumbres eran su definición, y eso había derivado el la cultura pro nazi. Él era partidario del orden, pero su lectura había quedado en los viejos textos, y el sistema pagano estaba más cerca de sus forma de ser. En las montañas aún había gente que creía plenamente en esas cosas, y los espíritus que allí moran, se podían sentir en ocasiones.

- ¡Tenemos una líder espiritual!. Su sorpresa era enorme, pero también tiraba de su ser las responsabilidades y la disciplina adquirida durante años.

Un par de gritos sacó a la gente de la fiesta: - SEÑORES, SEÑORES, se acabó la excursión. Tenemos que ponernos a trabajar. Señaló a los grupos de trabajadores que habían salido. - Vosotros, a montar los módulos prefabricados. Si necesitáis ayuda, solicitarla, pero tienen que estar montados lo antes posible, que si no la gente dormirá en el interior de la base de cualquier manera. Vio que les costaba dejar la improvisada exploración exterior. Unas palmadas azuzaron a la gente. Reunió a los soldados encomendándoles misiones. -Chicos, por ahora no vamos a tener descansos interesantes ni los reglados. Hemos de proteger cada módulo con un binomio y quiero otros dos binomios patrullando entre todos los puestos fijos. Además otras dos parejas quedarán descansando, pero serán el grupo de intervención, así que aunque duerman tienen que estar preparados para ayudar de inmediato. Rondas habituales de media hora y turnos completos de dos horas. ¿Estamos?. Levantó la cabeza y miró a los rezagados. - He, vosotros, a currar o me encargaré de que vuestras raciones sean la mitad. Tras el breve inciso regresó con los hombres. Vuestra misión es sobre todo proteger, pero si veis gandulear al que sea, informar a la ronda, y ya me dirán a mi. Entonces ya intervendré yo. Sed compresivos en lo lógico. Somos todos una comunidad y no son esclavos, pero con cabeza. La reunión era sólo a oídos de los soldados, pero los que más cerca pasaran podían escucharles si agudizaban el oído.

Conocía los planes de los módulos. Unos eran habitáculos. Otros hangares para vehículos y aviones. Uno era un taller general. Además incluso había algo parecido a una mini torre de control, que no solo podía valer para ayudar a las aeronaves, sino para vigilar la zona desde una altura ventajosa. Además una pista de vuelo, que no sería otra cosa que tierra apisonada. Eso le dio una idea. Podrían construir torres perimetrales, como puestos avanzados de observación. Para obtener los materiales podrían "esquilar" la foresta circundante, y así, además de obtener la madera necesaria, podrían despejar un amplio campo de visión.

Ya despedidos los soldados y puestos en los lugares fijos y las rondas, se estableció el puesto de control donde sería el centro de descanso de las patrullas y donde Hans centraría las novedades. Dispuesto esto fue a dar la novedad al oficial.

- A sus órdenes. Despliegue realizado. Puestos a trabajar los operarios y además podríamos ... y le mostró sus planes de torres de vigilancia. Estaba claro que eso tendría que esperar, pero dentro de las obras defensivas, podrían incluirse y sería eficaces, no solo como trabajos para ociosos colonos, sino que aumentaría la seguridad de la base.