Partida Rol por web

- Nuestro patrón no dijo nada al respecto. El texto y ya está. Yo no me arriesgaría a que llevarnos a la tipa esta y que luego pase cualquier cosa, que se libere, que se la lleven... Aunque quizá sea lo más prudente hacer lo que comentas. Podríamos dormirla, encadenarla, amordazarla y meterla en un saco. Si preguntan, es una bruja y la llevamos ante la Inquisición. Pero yo sigo votando por llevarnos el texto sin más.-

dijo Volker a sus compañeros. No quería fallar justo cuando ya tenían el objeto.

El grupo murmuraba echando vistazos a sus dos prisioneros. A través de las ventanas la oscuridad se estaba aclarando. Todavía no se veía amanecer alguno, pero estaba cerca. Volker volvió a concentrarse. Miró a la joven Lith como solo un mago puede verla, la analizó, la diseccionó tanto como persona como a nivel mágico. Era una joven iniciada, recién introducida en las artes de la magia, con poco conocimiento, solo unos trucos básicos enseñados a los jóvenes. No sabía mucho de la magia por lo que había dicho e intentado al huir. Sin embargo, auras extremadamente potentes emanaban de ella. Por un lado estaba una joven de 16 años iniciada en la magia y sin conocimientos a penas, y por otro lado estaba un influjo mágico que desbordaba poder, más que un hechicero experto. ¿Sería ella la que lo emitía? ¿Sería el texto? Era complicado saberlo. Las cartas estaban echadas, había que jugar la mano.

Volker escrutó los vientos de la magia, pero ni aún así lo vio claro. ¿Requería el texto que la joven siguiera con vida?¿Se servía por sí mismo?. La duda asaltó la mente del mago. No quería fallar a sus compañeros, así que optó por la solución propuesta por el nórdico.

- Mmmmm... no lo sé. Nos la jugaríamos si le arrancamos el texto. No he podido extraer una solución concreta de los vientos de la magia. Habrá que mantenerla con vida. Procederé a amordazarla, revestirla y también le pondremos una venda en los ojos. La ataremos bien, con las cadenas del desgraciado que aún lloriquea. Por cierto, os agradecería que acabéis con sus miserias mientras duermo a la prisionera.-

les solicitó el mago a sus compañeros.

Luego se dirigió a la silla donde estaba la joven. Le echó el vestido por encima, la volvió a amordazar -teniendo muchísimo cuidado en evitar contacto alguno- y también vendó sus ojos.

Luego, una vez que sus poderes mágicos estaban limitados al impedir que hablara, tocó levemente la cabeza de la chica mientras musitaba:

- Akmanris, mantar shek voight em!-

Córtalo, llévate aquel texto marcado en su piel. Es seguro, juntos lo conseguiremos. Rectifica maldita sea. !La chica solo dará problemas! Hazlo. ¡HAZLO! ¡Llévate ese trozo de piel! ¡Es más que suficiente!

Córtalo, llévate aquel texto marcado en su piel. Es seguro, juntos lo conseguiremos. Rectifica a ese maldito mago que no le echa los cojones necesarios. !La chica solo dará problemas! Hazlo. ¡HAZLO! ¡Llévate ese trozo de piel! ¡Es más que suficiente!

Córtalo, llévate aquel texto marcado en su piel. Es seguro, juntos lo conseguiremos. Rectifica a ese maldito mago que no hace más que leer libros. !La chica solo dará problemas! Hazlo. ¡HAZLO! ¡Llévate ese trozo de piel! ¡Es más que suficiente! ¡La recompensa está a nuestro alcance!

     - Creo que mejor seguiré el primer consejo. Murmuró Surga como para si mismo mientras ayudaba al mago a atar y amordazar a la maga. Una vez indefensa e incapaz de utilizar su magia, el nórdico se dispuso a saciar su deseo carnal. - El empleador tampoco dijo que no podíamos divertirnos con ella. Les hice una promesa y como han intentado engañarnos pienso cumplirla... ¡Al cuerno! Pensaba haberlo hecho de todos modos. Dijo entre risas mientras tomaba a la muchacha en brazos y se dirigía a una habitación contigua. 

El Nórdico fue muy decidido hasta la joven que seguía atada. Ambos, tanto el joven como la chica, habían permanecido en silencio observando al trió de asaltantes murmurar sobre su destino. Pero eso se acabó. Casi destrozando la silla, arrancó las ataduras y se la echó al hombro como si de una almohada se tratara. La joven parecía muy abatida, no dijo nada mientras sus brazos y sus piernas colgaban a ambos lados de Surga. El joven guerrero en cambio no se quedó en silencio. Imploró, suplico, rogó por qué no hiciera lo que iba a hacer aquel hombre. Pero fue en vano. Surga entró en el cuarto y cerró tras él la puerta. Pronto comenzaron a oírse llantos y gritos de la joven, y golpes secos. Así estuvo la cosa un buen rato, mientras el joven gritaba una y otra vez que parara, que ya habían conseguido lo que querían y que aquello no era necesario... De nada sirvió. El Nórdico no paró.

- Bueno, mientras nuestro compañero está a lo suyo... a mí me gustaría practicar un poco mis nuevos conocimientos. Con tu permiso-

le dijo a Magnus el mago.

Luego se acercó al joven encadenado con una sonrisa malévola en la cara. ¡Oh lo que había leído en ese texto!. Conocimientos prohibídos que habían caído en su poder para alimento de su insaciable ego.

Volker fue rápido, le rebanó el pescuezo al impresentable encadenado y observó como moría.

Luego sacó el libro y leyó las líneas adecuadas

- Voik shew morrelastien sanguinis!-

Se aseguró de que estuviera cadáver y luego, cuando había expirado, se acercó al fallecido... y bebió su sangre.

El mago se levantó mientras se limpiaba la sangre de la boca, lo cierto es que se sentía un poco mejor. En cuanto practicara con asiduidad ese hechizo suponía que llegaría a dominarlo.

Pero había aprendido cosas aún mejores

Volvió a mirar a Magnus, por la expresión de su rostro, no debía de haber visto algo así jamás -y eso que el patrulla de caminos había tenido una vida rica en experiencias-

- Sabes... creo que podremos conseguir refuerzos-

le comentó mientras sonreía.

Aquel fue un acto de magia oscura. El joven miró con ojos abiertos como platos mientras el mago se le acercaba. De fondo, el sonido de la violación cerraba un círculo oscuro. El mago tomó la cabeza de aquel joven, del que aun ni sabían su nombre y le echó la cabeza hacia atrás. Yo... Solo.... Ohh... Sigmar proteg... No le dio tiempo a balbucear nada más. Volker le cortó el cuello brutalmente. La sangra manó de las arterias como un aspersor lanzada a presión, impregnado el suelo de la estancia y filtrándose entre los tablones. PLOMM. Sonó la cabeza al quedar flácida y chocar contra el suelo cuando Volker soltó los pelos del joven. Ahí había ahora tres cadáveres tendidos en el suelo. Toda una fuente de material para aquel mago que había escogido el camino de la oscuridad.

Magnus estaba bastante ausente, de repente esa actitud ausente, pero esta vez miraba a Volker con cierta confusión. ¿Qué era lo que escuchaba? No le encontraba un sentido real - Si cortamos la piel funcionará de igual modo, la chica nos estorbará - respondía como si no estuviera despierto, la mirada perdida y su voz sonaba lejana, distante... como su actitud.

     Después de su momento de asueto, Surga salió de la habitación con menos ira en la cara que cuando entró. Por un día se sentía como cuando estaba con su clan en Norsca. Fuera, el mago practicaba nuevos y desconcertantes trucos y discutía con el patrulla de caminos sobre el escabroso asunto del texto. - ¿Ahora eres experto en magia? Preguntó el nórdico a Magnus con algo de sorna. - Creí que tu fuerte eran mas las armas. ¿Arriesgarías la recompensa por no tener todo en cuenta? Puede ser que baste solo con la piel, pero yo no quiero quedarme con un palmo de narices después de todo lo que hemos pasado por meros detalles.

La decisión fue tomada cuando Surga salió de la habitación arrastrando de las manos esposadas con los grilletes a la joven desnuda. Se le veía mucho más alegre y contento, a Surga por supuesto... más ligero se podría decir. Cuando la joven fue soltada en medio del trío esta se recogió en posición fetal protectora claramente algo traumatizada. Entre los tres decidieron no despellejarla vivía, todo un punto para la señorita, y llevarla con ellos. Era una decisión difícil, el viaje sería complicado, pero no querían arriesgar la enorme paga que les esperaba al otro lado del camino. Los dos ancianos estaban muertos en mitad de la sala, junto al joven recién degollado. Ahí habían acabado. La joven en el suelo tiritaba de frio al verse completamente desnuda.

¿Ahora no os atasqueis eh chicos? Jejejeje. Que vamos muyyy bien.

Los objetivos y los tramos están claros.

Buscar como volver aver a Luster. Volver pitando.

El mago actuó con presteza. Le quitó las cadenas al joven, vistió a la tipa y la encadenó, amordazó y vendó sus ojos. Así no daría problemas.

- Voik shektar magir nominis!-

dijo el mago mientras le ponía la mano en la cabeza.

La prisionera se quedó dormida.

Volker se acercó a la cocina, la revolvió de arriba a abajo para buscar lo que quería: un saco lo suficientemente grande como para llevar el texto -y a su portadora-.*

- Cuando queráis nos marchamos. Creo que sería inteligente llevarnos un par de siervos por si tenemos alguna complicación. De todos modos, sería fácil deshacernos de ellos. Otra cosa, estaría bien darle fuego a todo esto, así no quedarían pruebas de nada-

les comentó a sus compañeros, con ansias por marcharse de allí y cumplir con el encargo de Von Luster -pero sobre todo de cobrar-

Se encogió de hombros ante la respuesta de surga  y su sorna y burla, sencillamente lo miró con ojos lánguidos y lo ignoró, le dio exactamente igual lo que tuvo que aportar el berserker - bien... entonces, habrá que buscar una diligencia o robar un carromato donde esconder a la chica... Volker... te pregunto, esos trucos que haces, ¿te costará mucho mantener a la chica permanentemente dormida? que no muerta, claro - dijo mirando a Surga un segundo y dedicándole una socarrona sonrisa - podríamos... no se, echarle harina por la cara, ponerle algo apestoso por el cuerpo, entre la ropa... no se - volvió a encogerse de hombros - podríamos hacerla parecer enferma, así evitaríamos curiosos, incluso nos tendríamos que tapar la cara, ya sabéis lo loca que se vuelve la gente cuando hay una posible epidemia cerca - y dicho aquello se dispuso a recargar las pistolas

La joven quedó dormida en el acto. Tampoco es que pusiera mucha resistencia. Lo cierto es que no puso nada. Simplemente quedó dormida totalmente y vestirla fue sencillo. En la cocina había varios sacos de gran tamaño, que por su olor, había servido para transportar patatas mucho tiempo atrás. Como si de un crio pequeño se tratara, metieron a la joven en el saco y lo cerraron. No había posibilidad alguna de que se asfixiara, pues el saco permitía el paso del aire sin ningún problema. El mago propuso conseguir un par de siervos, Magnus señaló lo importante de conseguir un transporte. Los planes iban tomando forma. El regreso podría ser sencillo si lo hacían bien.

     Surga sonrió ante la propuesta de Magnus. - ¿Ves? Eso si es tu fuerte. Tu entiendes de viajes y caminos. La idea de la peste me parece buena. Si buscamos un carro podríamos cargar los cadáveres y a la chica en él y hacerlos pasar por muertos por la peste. Si nos embozamos la cara para darle credibilidad, ni el guardia mas diligente osará registrarlo.

- Lo que proponéis es muy interesante, podríamos cargar en el caballo de Magnus un par de cadáveres además del saco con la prisionera y decir que vamos a incinerar los cuerpos en un lugar seguro.-

les dijo el mago. Luego sacó dos viales de vidrio fiinamente trabajados, su contenido era un líquido negruzco con muy mala pinta. Entregó uno a Surga y otro a Magnus.

- Tomad compañeros, esto es Loto Negro, un peligroso veneno que hará sufrir a nuestros enemigos. Untadlo en el filo de vuestras armas por si entramos en combate. Dado que estamos al final de nuestra misión, no debemos de permitir que nadie se interponga entre nosotros y nuestro patrón. Hay que llegar hasta él como sea, para darle el texto.-

tras estas palabras, el mago buscó en la cocina de la casa algo de harina y la untó con la sangre del viejo, que corría por el suelo. Hizo una masa de asqueroso aspecto y se la puso a la prisionera por la cara y la ropa. Ahora sí que parecería que tenía las peste. Luego, fue a una habitación y cogió una sábana, rasgó tres trozos bastante largos y les entregó uno a cada uno de sus compañeros, quedándose él el último.

Volker se puso el trapo tapándose la nariz y la boca y se lo ató con un sencillo nudo en la nuca.

- Esperadme un instante, debo reponer fuerzas-

Volker miró su libro, dijo unas extrañas palabras en voz baja y se acercó al cadáver del viejo. Empezó a beber la sangre de sus heridas mientras sentía que su vigor volvía a su cuerpo.

Era un hombre nuevo.

Se levantó y se secó la sangre de la boca.

- Vayámonos señores, aún tenemos una diligencia a la puerta de Middenheim. Si nos apresuramos probablemente siga allí.-

les dijo mientras se disponía a salir del edificio.

Volker salió al exterior. Era agradable abandonar un lugar de muerte y corrupción, anque relativo a esto último, la corrupción ya había calado hondo en el mago, hasta el punto de alcanzar su alma.

A Volker le daba igual.

El mago revisó los lugares aledaños al edificio, su objetivo: encontrar una carreta o un carro -con mucha suerte incluso algún mulo o caballo- en el que llevar a los muertos y a la prisionera. Hammet suponía que en algún medio de transporte habría llegado hasta aquí los difuntos.