Muy bien, la señora manda. Como siempre. Y yo que me marché de donde me marché para no tener que hacerle aso a las mujeres.
Aun así, la sonrisa estaba en la boca del mago. Tiro de cualquier manera el libro de conjuros que estaba estudiando en su vieja mochila y se la ajustó a la espalda. Recogió su parte del botín y se dispuso a encontrar una entrada al lugar más pestilente de la ciudad.
Bueno, pues a buscar "emisarios" se ha dicho.
Luego de una búsqueda exhaustiva los aventureros se internan en una de las enormes cloacas de la ciudad, el lugar esta completamente lleno de desperdicios e inmundicias que dificultan el avance sin embargo el grupo parece dispuesto a superar su repudio con tal de que la mujer eterna pueda caminar por su propio pie...
Kitsan y los dos porteadores entraron con su pesada carga en la oscuridad del gran tunel de ladrillo. La humedad saturaba el ambiente, las paredes y la desconchada bóveda excretaban una substancia blanquecina en la que crecían todo tipo de hongos.
Los despedicios fluían a merced de una corriente oscura y cubierta de espuma ambarina.
Un sonoro golpe sobresaltó al mago. La tapa del barril cayó a sus piés y la guerrera emergió como una sirena del mar embravecido.
Al respirar homdo, la cara de Elízabeth se tornó si cabe más pálida y la hermosa guerrera contuvo una arcada con disimulo. Actuando una vez más, Elízabeth dedicó una de sus encandilantes sonrisas y dijo a su compañero:
-...¿Oyes eso?- dijo refiriendose al regatillo que discurría por la cloaca -Piensa que estás junto a un arroyo en primavera-
Qué naries sabrá un drow de la primavera. pensó la mujer al ver la cara del elfo oscuro.
A penas dieron un par de pasos cuando una rata bien alimentada se detuvo a olisquearles.
Elízabeth juntó las manos en un gesto tierno.
-¡Kitsan...mira que cosita tan mona!-
La mujer se arrodilló junto al roedor y tendió su mano. Para sorpresa del mago, el animal trepó hasta la palma como siguiendo el rastro de un pergamino podrido al que poder mordisquear.
-Me recuerda a mi...- La mirada de Elízabeth de pronto se tornó inhumana, como si un espíritu la hubiese poseido.
-...A mi "juventud"- dijo pensativa.
La guerrera se puso en pié con la vista fija en la oscuridad del fondo del tunel. Con el estruendo de su robusta armadura, avanzó a grandes zancadas hacia la oscurirdad al son de la orquesta de percusión que ella misma vestía.
Sin apartar la vista de su destino, la mujer se lleva la rata a la boca y devora su cabeza de un mordisco.
Ajenos a la sorpresa del mago, los dos Ghouls cierran con torpeza el barril y lo hacen rodar siguiendoa cierta distancia, los pasos de su ama.
Tirada: 1d20(+4)
Motivo: Supervivencia
Resultado: 8(+4)=12
Que ganas tenía de estirar las piernas! ;-)
Tiro para orientarme y no caer en la trampa de algún habitante de "el arroyo".
Si es posible, y como tenemos tiempo, tal vez Kitsan pueda elejir 10, incluso 20...
Nada más encontrar la entrada a las cloacas el olor abrumo a Kitsan. A pesar de que el olfato no es uno de los sentidos más desarrollado de los elfos oscuros, el pestazo era tan fuerte que tiraba para atrás.
Aaahhh. Que olor tan delicioso que me has hecho descubrir. No pienso ponerme nunca más otro perfume.
En fin, yo no pienso tocar esa inmundicia.
Con unos salmos y movimientos de su mano derecha, el drow conjuró y por un momento todo su cuerpo brilló ligeramente en un tono rojizo. Justo cuando se apagó el elfo oscuro se elevó y entró sin tocar el mugriento suelo o las paredes.
Bueno chicos, abrid el tonel para que la señora pueda salir a presenciar el sitio.
Desde luego a menudos parajes me llevas. Casas en medio del bosque llenas de cadaveres desmenbrados, cloacas putrefactas.
Me intriga, y me asusta, pensar en el próximo lugar.
Tirada: 1d100
Motivo: Fallo de cnjuro
Dificultad: 10+
Resultado: 14 (Exito)
Estooo, me he echado un volar, que se me ha olvidado ponerlo. Lo siento. ;P
El par de aventureros y sus "sirvientes" deambulan por los numerosos recovecos del desagüe de la ciudad sin atinar a caminar con seguridad por ninguno de ellos, en más de una ocasión escuchan extraños murmullos o el inconfundible sonido de unas garras arañando el piso al caminar sin embargo durante su larga caminata no ocurre nada...
Tirada: 3d100
Motivo: ???
Resultados: 12, 51, 54
A pesar de que no decia nada, Kitsan estaba cada vez más nervioso por los ruidos que escuchaban. Esperaba que en cualquier momento les saliero cualquier tipode carroñero mosntruoso y babeante.
Por fortuna no había sido así. No obstante no sabía cuanto les quedaba de camino.
Bueno, ¿y ahora qué? Yo estoy perdido desde que giramos la primera esquina.
Por favor, dime que sabes guiarte por aquí. Prometo que no te preguntaré cómo lo sabes.
La guerrera, que marchaba en cabeza sin decir palabra, parecía absorta en sus pensamientos una vez más.
Kitsan por el contrario arbría los ojos de par en par, temiendo que cualquier horrible criatura de las que habitaban la inmunda cloaca pudiera saltar en cualquier momento para asesinarlos en la oscuridad.
A veces Elízabeth apretaba tanto el paso que lo dejaba atrás. Al llegar a una bifurcación, el estruendo de la armadura de Elízabeth paracía llegar desde todas direcciones. Pronto descubrió que sólo tenía que seguir el rastro de ratas muertas para alcanzar a la enigmática mujer.
Lady Lustmord...será un chiste. pensó el mago al dar con ella al gurar una esquina.
[B]Cita Kitsan:
[/B]
Elízabeth detuvo su marcha y se volvió hacia el mago:
-Shhhh.- dijo con el indice contra sus delicados labios.
-Korangar quiere que sepas que él te guía- Dijo con susurro, casi maternal. Pero al mago no se le pasó por alto la connotación religiosa.
Elízabeth señaló con su enguantada mano un resplandor y volvó a dejarle atras. Cuando la alcanzó de nuevo, la mujer se aferraba a unos gruesos barrotes oxidados.
La mugre les llegaba a la altura de la cintura y el mago sintió envidia del mundo alternativo en el que parecía flotar su compañera. Estaba convencido de que jamás se quitaría de encima aquel olor.
Los aventureros se asomaron por los barrotes:
-Mira, ahí arriba hay luz, y mas alante hay unas trampillas, te alzaré sobre mis hombros para que puedas alcanzarlas.-
-No me hace falta, puedo volar- respondió el mago recordando el hechizo del que aún no había sacado provecho.-La cuestón es...¿Sabes donde estamos?-
La mujer sonrió con picardía: -Bajo mi casa- dijo encogiéndose de hombros con finjida inocencia.
-Haber ido tu delante- respondió ante la mirada de protesta del mago.
Tirada: 1d20(+14)
Motivo: Supervivencia
Resultado: 9(+14)=23
Cita:
Ante tal comentario Kitsan no pudo menos que chasquear la legua.
Pues lo tenemos claro. Los dioses y yo no nos llevamos especialmente bien que digamos. Por lo menos parece ser un dios, y no una diosa resentida e hija de mala madre.
Cita:
La mujer sonrió con picardía: -Bajo mi casa-
La sonrisa no afloró en los labios del mago esta vez.
Será zorra. Pues no le había dicho que quería ir al distrito residencial.
Para acabar aquí también podíamos haber ido por la entrada principal y ahorrarnos todo este calvario. Creia haber dejado claro que ibamos al distrito Residencial.
A pesar de sus quejas el drow subia hacia la trampilla ansioso por salir de las cloacas. Justo antes de tocarlas se detuvo.
Mmmm. No habrá ninguna trampa ¿verdad?
Me parece bien los comentarios de la vampiresa, pero sólo para que conste:
Cita:
No he tocado nada de este asqueroso lugar, a menos que se me haya acabado el hechizo claro.
El ágil mago voló hasta la pesada reja. Afortunadamente no había cerradura alguna, sólo la mugre y el óxido se empeñaron el retrasar el merecido descanso.
Igor y Morgana, los dos Ghouls malvestidos con los que la vampira se comunicaba mentalmente, acarrearon el barril de su ama con fiel dedicación.
La mujer tuvo unas palabras de aprecio. Kitsan que sabía lo gratuito de aquel gesto, no hizo sino sospechar aún mas de aquel ser.
… Y encima acabamos en su casa.
La guerrera ató el primero de los fardos y a continuación lanzó la cuerda al mago.
Poco a poco, el preciado botín salvó el desnivel, a costa del esfuerzo del delgado drow.
-Eso te pasa por saber volar- respondió Elízabeth a los resoplidos del mago.
Cuando toda la carga estuvo a los pies del mago en el nivel superior, la clérigo se quedó dudando si llevar a sus fieles siervos arriba.
La mujer se tomó su tiempo, finalmente apoyó sus manos en las frentes de las criaturas y trepó por la cuerda. La pesada armadura no fue de ayuda, pero la delgada mujer parecía poseer una fuerza que excedía los límites de la percepción normal.
Una vez en el sótano, Elízabeth volvió a preparar el barril para el trasporte. Cargarlo escaleras arriba parecía un reto aun mayor.
Cita:
La mujer sonrió de nuevo:
-¡Cientos!- mintió exageradamente.
La pareja subió por las empinadas escaleras hasta un nivel de sótano superior.
Kitsan se llevó una desilusíón, las columas y arcos de tracería hacían pensar que se trataría de una hermosa construcción, tal vez de un castillo, pero tan solo se trataban de unos restos de otras épocas sobre los cuales había crecido la ciudad impunemente.
El nivel superior estaba atestado de arañas y ciempiés. Una portezuela desvencijada daba a una minúscula bodega con unas docenas de botellas cubiertas de polvo.
En otro hueco de la pared, yacían los restos de un arcón complétamente podrido.
Al final del pasillo, un resplandor y el aire fresco anunciaban el final del sótano.
Cuando subieron a duras penas la carga por la estrecha escalera de caracol, llegaron al rellano de un portal.
La casa, de minúsculas dimensiones, era de una mezcla de vigas de madera y cascotes aglomerados por barro y paja. Para sorpresa del mago, la humilde construcción se atrevía a elevarse dos plantas más.
Una anciana vestida de luto con la cabeza cubierta por un pañuelo de lana oscura se asomó por la rendija de su casa.
Elízabeh alzó la voz de pronto, sobresaltando al mago:
-BUENAS TARDES SEÑORA LISLE,
¿QUE TAL HA DORMIDO ESTA NOCHE?
DIGALE A SU MARIDO QUE LUEGO IREMOS A TOMAR EL TÉ CON USTEDES-
La expresión del mago dejaba claro que no tenía tiempo ni ganas de pasar la tarde en aquella casucha con una pareja de ancianos.
-Enteraron a su marido hace años, pero ella le sigue hablando y yo me suelo unir a las conversaciones- Aclaró al elfo.
Kitsan renunció a entender nada y cargó con su parte del botín hasta una buhardilla llena de polvo.
Las ventanas estaban cegadas por tablones claveteados. A penas unos hilillos de luz se reflejaban en el entarimado.
Elízabeth dejó caer los fardos, el casco y la espada con un gesto familiar. Estaba claro que llevaba viviendo en aquellas condiciones un largo tiempo.
Kitsan arqueó la ceja, no había puertas que diesen a mas habitaciones. Tan solo una enorme sábana gris cubría un bulto en el extremo opuesto de la ventana.
La mujer retiró la sábana, descubriendo un tocador sin espejo, con varios tarritos de colores que destellaban entre tanta oscurirdad.
Un sencillo taburete y una bañera completaban todo el mobiliario.
Elízabeth dejó caer con estruendo los pesados guantes acorazados de su armadura. Tras acercarse al tocador, tomó un frasco morado y lo destapó para oler su contenido.
Un aroma a lilas y grosellas inundó al instante toda la habitación.
A continuación acercó varios cubos y vertió el agua que contenían (probablemente de goteras) en el interior de la bañera.
La mujer se desnudó sin decir palabra, pero sin dejar de observar al mago.
Este a su vez no pudo pasar por alto la exótica palidez de la mujer que parecía brillar en la oscuridad. A pesar de haber demostrado ser una aguerrida combatiente, no mostraba cicatriz alguna en todo su cuerpo.
Antes de sumergirse dentro del agua (que tenía que estar helada), Elízabeth vertió unas gotas de dos de sus tarros, la primera impregnó el aire aún mas de aromas campestres, mientras que la segunda tiñó la bañera de rojo sangre.
Tras mojarse entera, dejó que su larga melena rebosara por un extremo y cerrando los ojos dijo:
-Ponte cómodo, estas en tu casa-
Kitsan paseó la mirada por la zona con aire experto. Buscaba cualquier hueco que pudiese esconder a alguién (o a algo).
No es que no se fiase de la vampiro, que no se fiaba claro está, pero conociendo el cariño de la gente hacia los no muertos toda precaución era poca.
Cuando Elizabeth se empezó a desvetir sin verguenza alguna, el drow no se molestó en ocultar que miraba fijamente cada curva de su cuerpo.
Llevaba algún tiempo jugando a juegos parecidos, la clerigo se llevaría un buen chasco si creia que iba a tener efecto sobre él.
Cita:
Eso lo dudo mucho querida. Yo no viviría en un lugar así.
En fin, pese a que la compañia es muy agradable, debo volver a mi casa y asegurarme de que todo está en orden. No creo que los disturbios hayan alcanzado la zona residencial, pero prefiero asegurarme.
Si eres tan amable de decirme cómo salir de aquí, nos veremso en cuanto anochezca en mi establecimiento. Que es también donde vivo.
Estoy segura de que sabrás encontrarlo, si tienes algún problema sólo tienes que preguntar a los guardias de la zona, o a cualquier habitante del distrito.
De un bolsillo interior, Kitsan sacó una especie de tarjetita. Despues de buscar un lugar adecuado para dejarla, y no ver ninguno, la deposito suavemente en el tocador.
Elizabeth arqueó el labio en ese gesto que Kitsan había aprendido a interpretar en la controvertida vampiresa.
Disfrutaba controlando las cosas, a veces con sorprendente acierto, otras simplemente por el placer de hacerlo, pero el no era un Ghoul, ni siquiera un chiquillo humano.
-¿No te puedes esperar?...Lee ese maldito libro.- sugirió con aspereza.
La mujer se revolvió en el agua teñida y la hermosa curva de una rodilla emergió sugerente.
El drow se mantuvo firme, curtido por las féminas de su raza.
Aquello molestó aún mas a la mujer que abrió los ojos y clavó su mirada ambarina en él.
De repente tomó el frasco mas cercano y lo lanzó con furia, estrellándose en un pilar de madera justo encima de su cabeza.
El contenido de frasco salpicó al elfo. Su delicado olfato se embotó al instante por el intenso aroma a flores.
-¡Vete corriendo a las faldas de tu mujer!- gritó Elizabeth.
-Si fuera sangre sería más fácil de explicar- maldijo el drow pensando en su mujer.
Disculpa el arrebato compañero, pero el personaje ha tomado vida propia y creo que debo de seguirle. ;-)
Por si el master nos cambia de escena, acuérdate de que tienes una súper poción de curar heridas.
El frasco, aunque bien dirigido, se desvió en el último instante como si algo lo apartara del drow. aunque no pudo evitar que el perfume le impregnara.
Cita:
La respuesta del mago fue inestperada. Una gran y sonora carjada.
Vaya, vaya, vaya. Si al final me vas a echar de menos y todo.
Que no te preocupe mi...mujer. Estoy más preocupado por mi establecimiento que por ella. Además, me dará tiempo a asearme y arreglarme para tan ilustre invitada. Un hombre tiene que tener buen aspecto cuando recibe a invitados especiales.
Además. Si quieres puedo enviar a alguien para que te ayude a traer las cosas. Alguno de mis lacayos puede venir y de paso escoltarte.
Dicho esto realizó una pomposa reverencia y se despidio con la mano. Aun así tuvo tiempo de añadir.
Recuerda. La Timida Doncella. Abierto dia y noche, sobretodo de noche.
No hay problema, me encanta tanto mii personaje como el tuyo.
El drow se retira con una ridícula reverencia. Elízabeth, sin embargo, lo ignora y mantiene sus ojos ambarinos plácidamente cerrados.
Minutos mas tarde, el silencio de la destartalada buhardilla se rompe cuando la mujer lanza una patada al extremo de la bañera. El agua salpica en todas direcciones y el pequeño tsunami creado acabó vertiendo aún mas agua contra las carcomidas tablas del suelo.
-Maldita sea- Se lamenta la fémina. Estaba demasiado acostumbrada a que los hombres le seguieran el juego y el maldito drow se las daba de duro...lo que hacía el reto aún mas interesante, por que lo que se dice interés, la vampira era algo que apenas había sentido desde que fué arrojada a esta nueva forma de "vida".
Su estómago volvió a rugir. Las ratas eran un tentempié que había descubierto en sus primeros años de "existencia", las sangre de cualquier mamífero la mantenía con vida...el sabor, eso si...era ya otro tema.
En aquellos primeros días, Elízabeth no había encajado su nueva naturaleza, negándose al asesinato de aquellos que consideraba sus vecinos. La huída de su familia y sobre todo de si misma, la habían llevado a vagabundear por las alcantarillas.
El humor de la guerrera cambió al recordar aquellos remilgos...Su nuevo "yo" no pudo llevarla mas lejos. La mujer volvió a ponerse cómoda y disfrutar de su baño. Mientras, repasaba mentalmente el preciado botín que había logrado reunir. Incluso dejando una propina a la joven Medianoche....calculaba que valdría una fortuna. Podría llegar a ser Lady Lustmord. No volvería a vivir en aquella miseria.
2 Fardos de 99 lb con:
1Espada bastarda 6. lb
1 Escudo pesado de acero con púas . 15 b
1 arco largo compuesto . 3 lb
1 armadura completa con púas 50. lb
Un par de botas 3 . lb
1 Yelmo 3. lb
Un par de guanteletes 3. lb
1 Daga 1. lb
1 Puñal . lb
1 Maza pesada 8. lb
Mas 18 ballestas de mano en la mochila.
Sintió el deseo de acariciarlo, temiendo que se pudiera esfumar en una cruel broma, pero el baño era tan apetecible como necesario y la mujer permaneció largo rato con los ojos cerrados. Aún necesitaba meditar en los designios de su Dios. Korangar pronto la devolvería todo su poder y debía de estar preparada para lo que deparase el destino.
Hola jefe. Como te comenté en la otra partida, estoy de mudanza y sin línea de internet en 2 a 5 semanas. Cuando pase por casa de mis padres o mis suegros, haré lo que pueda.
Podrías dejar a Eli aparcada unas horas mas (así descansa y se hace de noche) y no nos tenemos que preocupar por ella unos días.
Un saludo.
Elizabeth abrió los ojos...Se había quedado dormida. El cansancio de los últimos combates le había pasado factura.
Miró por la ventana, sus ojos ambarinos se entrecerraron. Unos haces de luz se colaban por entre los tablones. No sabía si amanecía, anochecía o simplemente eran las antorchas de la fachada del edificio de enfrente.
La guerrera hizo crujir su cuello con saña. Volvía a estar hambrienta y las ratas de alcantarilla eran un mero tentempié. Se imaginaba clavando sus colmillos en algún joven criollo del barrio noble...Entonces de acordó del ilustre Kitsan. Le haría una visita y con suerte llegaría cenada al encuentro...
Disfrutando de su propia visión, se acicaló, perfumó, vistió, colocó su pesada armadura de Dlarum.
Cargó los pesados fardos del botín a sus espaldas. Sin la emoción de la sangre...se le antojaban mucho mas pesados.
Se acercó hasta la ventana y lanzó una mirada suspicaz. No le apetecía encontrarse con un ejército por las calles...ahora no.
Ya tengo línea :-) Espero que recuperes tu conexión a tiempo...
Mi idea era ir a visitar a Kitsan o al barrio comercial a identificar y vender el botín.
No se cuanto tiempo he pasado descansando. ¿he recuperado mis hechizos?
Hola Zenram:
¿Cómo anda la partida?
No se ha borrado por lo que, o bien los Cuervos te han dado una prórroga, o poco a poco se ha ido retomando (en otras escenas).
Hago este post para que te sirva de recordatorio que Elizabeth está por aquí, dispuesta a complicarle la vida a cualquier hombre que empetice con ella y destripar a cualquier monstruo que le proporcione un botín.
No tengo prisa (de hecho ando muy liado en el trabajo estos meses), pero tampoco quiero dejar de jugar esta fántástica partida masiva.
Por si te lías con tanto personaje y jugador, Soy Khiel y llevo a Tergrar y Corvax en "El Testamento de los Muertos"
Un saludo.
Los ojos de Elizabeth se encuentran con una ciudad sumida en un silencio total, en las calles solo quedan restos de los caídos, algunos brazos y piernas cercenados aquí y allá, sangre seca por doquier y un nauseabundo olor a muerte y putrefacción, por lo demás la ciudad parece muerta... Sin embargo la penetrante mirada de la vampiro logra captar a la distancia un resplandor cerca del centro de la ciudad, ciertamente es apenas una pequeña luz, sin embargo dada la distancia que la separa del centro de la urbe, aquel pequeño resplandor debe ser en realidad un tremendo estallido de luz....
Elizabeth avanzó por la calle observando la brutal matanza sin emoción alguna. Tomó uno de los miembros amputados y lo manoseó distraída.
-No…Este no.-
Lo dejó caer al suelo y tomó otro. El segundo parecía humano y más apetecible. Sorbió su esencia vital como quien chupa el interior de un crustáceo.
No era fresco…pero al menos se quitaría el sabor a rata.
La vampira miró por encima del hombro en dirección a su casa. Tan solo su avaricia superaba el intenso hambre que crecía y crecía en su interior desde hace tres días.
Los fardos con el botín estaban en su buhardilla…Aquel resplandor en dirección contraria…
-No habrá nadie en las tiendas así que será mejor dar una vuelta primero- le dijo al brazo que sostenía en las manos. En ese momento se acordó de “Igor” y “Morgana”, los Ghouls a los que aún controlaba. Que debían esperarla pacientemente en lo más profundo de las cloacas.
La joven dejó caer el miembro, abrió su sombrilla y se encaminó hacia el resplandor del centro de la ciudad dando oportunos saltitos, como una inocente colegiala.